Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

domingo, 22 de noviembre de 2009

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.4ª parte.

Con los carlistas virtualmente fuera de juego tras el destierro de España de su líder Manuel Fal Conde, el generalísimo decidió que había llegado el momento de acabar con la autonomía de la Falange. La Falange estaba ahora dirigida provisionalmente desde el inicio de la guerra por Manuel Hedilla, un ex mecánico gallego. Hedilla trataba por todos los medios de hacer de la Falange un movimiento totalmente independiente del Ejército. Eso significaba el enfrentamiento directo con Franco. El 17 de abril de 1937 Hedilla asumió la jefatura oficial de la Falange. Pero se encontraba completamente aislado y no tenía la preparación ni la capacidad necesaria para ocupar ese cargo. Sólo dos días después Franco anunció el decreto de unificación de la Falange y el carlismo en un movimiento nacional bajo su propia dirección llamado FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas). Hedilla se resistió y osó desafiar la autoridad de Franco. Fue detenido, juzgado y condenado a muerte aunque posteriormente se le conmutó la pena por la de cadena perpetua que cumpliría en las islas Canarias. Así terminó la llamada "conspiración de Hedilla". La boina roja de los carlistas y la camisa azul de la falange ya eran un solo uniforme. Franco habia asegurado así el triunfo de su conservadurismo autoritario y la unidad de sus seguidores, se habia erigido en dictador absoluto subordinando todos los grupos políticos a su voluntad.


La nueva España nacional con su flamante "Movimiento" al frente no alcanzó gran desarrollo en 1937. Carecía de ideología propia. La Falange era ahora un apéndice del ejército, el periódico del partido, "Arriba España" un simple medio de comunicación al servicio de Franco. Los responsables del carlismo en el consejo nacional eran todos del ala moderada y habían aceptado el decreto de unificación. De hecho, la Falange y los carlistas permanecieron marginados en todos los sentidos excepto en el formal, los movimientos juveniles respectivos no levantaron cabeza. A los monárquicos alfonsinos, por contraste se les veía pululando alrededor de los generales tratando de obtener algunos pretendidos apoyos a favor de su anhelada restauración monárquica.

En el aspecto militar 1937 fue un nuevo año de triunfos para la causa. Si bien en los primeros meses todos sus ataques a Madrid habían fracasado, a partir de abril con el inicio de las operaciones en el norte republicano y su total conquista a finales de octubre y el rechazo firme de las contraofensivas republicanas del verano hacían posible vislumbrar que la guerra podría ganarse en el nuevo año. Aunque en diciembre una nueva contraofensiva republicana había tomado posiciones frente a Teruel Franco se encontraba cada vez más en una posición de clara ventaja frente a sus enemigos. Esta era, pues, la situación de la España nacional a finales de 1937.

Cierra España.

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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte