Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

miércoles, 25 de noviembre de 2009

SUCESOS EN 1933.(Casas Viejas.2ª parte)



AÑO 1933. LA MATANZA DE CASAS VIEJAS

Otra cosa para el recuerdo fue la masacre de Casas Viejas en enero de 1933. Los campesinos hartos de aguantar una situación de miseria y extrema pobreza se suman a una insurrección anarquista contra el gobierno de la República, el cual responde con una represión salvaje que machaca a todo el pueblo

¡Coño! ¿No eran los republicanos de izquierdas y defendían al trabajador y todo eso?

¿Y no se supone que la Guardia Civil es un cuerpo represivo de la derecha fascista?

El objetivo del anarquismo es reconstruir la sociedad, y la historia del anarquismo conlleva, inevitablemente, sueños, luchas y derrotas. El 8 de enero de 1933, se iniciaron alzamientos anarquistas en Barcelona, Madrid y Valencia. La insurrección fue sofocada rápidamente, pero, tres días después, el 11 de enero, estalló inesperadamente la lucha en el pequeño pueblo andaluz de Casas Viejas.

Los trabajadores desfilaron por la calle, y se declaró el comunismo libertario. Entonces, en un intercambio de disparos en el cuartel de la guardia civil, dos guardias fueron mortalmente heridos. Llegaron refuerzos para detener la revuelta, pero fueron frustrados por una dura resistencia en la choza de un carbonero llamado Seisdedos. Siguiendo las órdenes de su capitán, los guardias incendiaron la choza, matando a ocho hombres y mujeres. A continuación ejecutaron una terrible venganza en el pueblo, fusilando a otros doce hombres.

El suceso de Casas Viejas simbolizó la furia y el martirio que padecieron los campesinos andaluces que carecían de tierra. El pueblo quedó arrasado por la masacre y los encarcelamientos que siguieron a los juicios por el levantamiento. Casi cada familia se vio afectada, y los rumores locales que atribuían la culpa y la responsabilidad de los hechos crearon una enemistad que perduraría durante décadas.

La tragedia resonó por todos los rincones de la nación. El movimiento anarcosindicalista padecía conflictos y confusión interna, y el alzamiento marcó la transición final del liderazgo y del poder: de los moderados a una temeraria minoría militante: La ira pública provocada por la costosa contienda y el subsiguiente encubrimiento de la masacre derrocó al primer ministro Azaña y a su gabinete de la presidencia. Al mismo tiempo, el general Francisco Franco, irritado por las desconcertantes hostilidades, concluyó que la República no podía gobernar, por lo que decidió preparar un golpe de estado. El alzamiento de Casas Viejas se convirtió en uno de los incidentes que condujeron a la Guerra Civil.

(En su discurso radiofónico del 18 de julio de 1936, el segundo día de la guerra, Franco declaró que la nación estaba siendo destruida por la anarquía y las huelgas revolucionarias. En la película Franco, ese hombre, dirigida por Jose Luis Sáenz de Heredia y estrenada en 1964, se citó el alzamiento de Casas Viejas como uno de los acontecimientos que convencieron al general Franco de atacar a la República). (...)

¿Podría el dilema del sur de España, con sus tierras extensas y la existencia marginal de sus campesinos, haber sido solucionado con los proyectos anarcosindicalistas? Escribiendo en época de la Guerra Civil, Gerald Brenan, que ciertamente no era un anarquista, afirmó que las condiciones intolerables de Andalucía habrían podido resolverse por medio de una posesión comunal de la tierra (...)

La única solución razonable para las extensas tierras de España es una solución coelctiva... En muchos distritos, los mismos campesinos se oponen a ello, pero la ideología anarquista en Andalucía la ha hecho allí la solución favorita, y éste es un factor del que cualquier gobierno sensato deberia sacar ventaja. (...)

La historia de Casas Viejas tiene un viso trágico, pues revela el conflicto entre dos grandes ideales; la democracia y el anarquismo. La oposición anarquista en una sociedad democrática es moralmente compleja, particularmente en el caso de la República española, cuyo gobierno pretendía una reforma pero era considerado ineficaz e incapacitado para garantizar la justicia. Los militantes anarquistas consideraban que la democracia y la reforma moderada contrariaban los ideales anarquistas, y el conflicto social resultante demostró ser mortalmente peligroso para la democracia, sin beneficiar para nada al anarquismo.

(Casas Viejas fue un fatal catalizador para la caída del gobierno del primer ministro Manuel Azaña, como indicó Malefakis: "El ambiente de inseguridad creado por los alzamientos locales de la CNT contribuyó a que un sinnúmero de votos fueran en contra de Azaña en las elecciones de 1933.

Igualmente importante fue que Azaña se vio en la obligación de adoptar una política de dura represión que, a veces, fue en su propia contra, siendo un ejemplo notable el de Casas Viejas, cuyo alzamiento probablemente dañó la posición de Azaña más efectivamente que todas las revueltas campesinas en su totalidad. En breve, los anarcosindicalistas, incapaces de llevar a cabo su tipo de revolución, impidieron a los republicanos la realización de su propio sueño revolucionario. Al final, los excesos que inevitablemente resultaron de la política "dictatorial" que la CNT dictó a Azaña le costaron el apoyo de muchos liberales que creían que los métodos "democráticos" podían aplicarse siempre contra todos los oponentes". (...)

Ni la revolución ni la reforma ofrecieron a los anarquistas más que una visión momentánea de esperanza, seguida de derrota y represión. Esto fue el núcleo de la lucha en la España de los años treinta, cuando los conflictos políticos y sociales existentes durante la República alcanzaron una intensidad fatal. Existía la creencia de que el comunismo libertario se hallaba cercano, y esta ilusión instigó a los militantes anarquistas a acciones que los dividieron y los llevaron a la derrota. Para los defensores de un gobierno central fuerte, cualquier amenaza al orden social, por justificada que fuera, merecía la represión más severa. (...)

CAUSAS DE LA SUBLEVACIÓN

La insurrección que se produjo en Casas Viejas (Cádiz) en enero de 1933 se debe a las pésimas condiciones de vida que sufrían los campesinos y dentro de la gran difusión de las ideas anarquistas que existía entre estos.

La mayoría de los hombres de Casas Viejas se dedicaban al trabajo agrícola y ganadero, y eran trabajadores eventuales. Estos trabajadores vivían en la propia aldea, pero dejaban sus casas durante uno o varios días para trabajar la tierra a cambio de un salario.

Estos trabajos eventuales eran estacionales y dependían de los ciclos agrícolas, la cantidad de cosecha,... Por tanto, estos trabajadores dependían del propietario, que cuando necesitaba mano de obra mandaba a la plaza del pueblo a un “contratador”. Cuando no era necesaria esa mano de obra, sencillamente no había curro, y la gente se tenía que buscar la vida como podía. Los propietarios, así “de buen rollo”, los muy cabrones, habían creado una limosna que daban en la iglesia (una peseta diaria a los solteros y una y media o dos a los casados) que era entregada en forma de bonos canjeables en comercios, propiedad de gentes ligadas a los terratenientes.

La proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 no provocó grandes cambios en Casas Viejas, donde el poder de los terratenientes, que apoyaban a la monarquía, siguió dominando. Las medidas tomadas por el gobierno para paliar la pobreza empezaron a realizarse por todo el estado, pero al parecer no llegaron a Casas Viejas con ninguna eficacia, y la situación de los campesinos empeoró aún más (una de las “mejoras” del gobierno fue la de prohibir a los ricachones contratar a gente de fuera del pueblo, lo que perjudicó a los currantes del pueblo que solían emigrar a los pueblos cercanos cuando no había curro.

LA SUBLEVACIÓN

Los días 10, 11 y 12 de enero de 1933 estalla la rebelión anarquista de Casas Viejas, creyendo que esta acción estaría coordinada con otras en todo el estado, cosa que no fue así.

Durante la noche del 10 al 11 de enero se cortaron los cables de teléfono, se vigilaron los cruces de los caminos y se hizo una zanja en la carretera de acceso a Casas Viejas. Con estos actos se intentaba aislar la aldea para que ninguna fuerza exterior pudiera disolver el comunismo libertario que se pretendía implantar en Casas Viejas. Por otra parte, se reunieron todas las armas disponibles, robándose 3.000 cartuchos de escopeta, 10 kilos de pólvora negra, balas y cápsulas de percusión. En el local del sindicato se colocó la bandera rojinegra de la CNT. Por parte de algunos campesinos, existían ciertas dudas acerca del éxito del levantamiento, pero había algunos que estaban dispuestos a la acción. En cualquier caso, muchos campesinos soñaban que al día siguiente ya no habría ricos y que la tierra pertenecería a todos.

Los trabajadores desfilaron por la calle, y se declaró el comunismo libertario. Entonces, en un intercambio de disparos en el cuartel de la guardia civil, dos guardias murieron.

A las cinco de la tarde, una patrulla de doce guardias de asalto y cuatro guardias civiles llegó a Casas Viejas bajo las órdenes del teniente Gregorio Fernández Artal. Retiraron la bandera de la CNT del local del sindicato y la sustituyeron por una nacional, ordenando al vecindario que realizara sus actividades cotidianas. Los guardias civiles sanos de Casas Viejas indicaron quiénes habían disparado a sus compañeros, comenzándose a realizar registros en busca de rebeldes.

Un grupo de anarquistas se refugió en la choza de un conocido hombre del pueblo llamado “Seisdedos”, desde donde resistieron el ataque de la Guardia Civil.

LA REPRESIÓN

Mientras, desde Madrid, Arturo Menéndez, el Director General de Seguridad, ordenó al capitán Manuel Rojas Freijespán, al que había enviado a Jerez de la Frontera para sofocar con fuerza cualquier conato de rebeldía, que fuera a Casas Viejas para acabar con la rebelión. Así, el capitán Rojas llegó a Casas Viejas sobre las dos de la madrugada con una compañía formada por noventa guardias de asalto. Se instaló entonces una ametralladora frente a la humilde choza de "Seisdedos".

El capitán Rojas ordenó incendiar la choza, para lo cual se empapó algodón en gasolina y, envuelto en piedras, se lanzó contra el tejado de paja. La choza ardió pronto. "La Libertaria" y Manuel García Franco salieron afuera corriendo. Lograron huir. Manuela Lago y Francisco García Franco no lograron escapar y fueron abatidos en el umbral de la choza. Jerónimo Silva, Pedro Cruz, Paco Cruz, Manuel Quijada, "Seisdedos" y Josefa Franco quedaron calcinados en el interior de la choza. Poco después el tejado se derrumbó y cesaron los disparos. Eran las tres de la madrugada. Entonces, los guardias civiles y de asalto se concentraron en la plaza, pero la tensión no disminuyó. A las siete de la mañana el capitán Rojas mandó a tres patrullas para que registraran las casas y encontraran a los militantes más destacados. El pueblo quedó arrasado por la masacre y los encarcelamientos que siguieron a los juicios por el levantamiento. Casi cada familia se vio afectada.

IMPUNIDAD

¿Quiénes tuvieron la responsabilidad de la brutal represión? Según el juicio que se celebró en mayo de 1934 fueron responsables el Director General de Seguridad Arturo Menéndez y el capitán Manuel Rojas Freijespán. La causa contra el Director General de Seguridad Arturo Menéndez se consideró sobreseída, mientras que se condenó al capitán Manuel Rojas Freijespán a 21 años de cárcel, pero se benefició de la amnistía que el mismo año se concedió para liberar al golpista general Sanjurjo. En 1936 se convirtió en jefe de las milicias falangistas de Granada, participando tras el levantamiento nacional, como uno de los jefes de la represión de Granada.

MANIPULACIÓN DE LOS HECHOS

El gobierno no tardó en desprestigiar esta revuelta echándole la culpa a grupos de derechas y promonárquicos.

El 11 de enero de 1933, el periódico “El Pueblo” decía acerca de la insurrección de enero de 1933: "La revolución social no puede confundirse con la revuelta criminal que asesina y siembra por los medios más violentos y tenebrosos el terror y la muerte". Además, señalaba que la insurrección había sido llevada por "terroristas a sueldo de los monárquicos". En este sentido, “El Socialista” del 11 de enero de 1933 se señalaba: "La huella anarquista está bien patente. Más que la violencia, caracteriza al movimiento sindicalista su torpeza. Se trata de un movimiento inconfundible, típico... La consideración de los medios económicos es lo que más influye a la hora de considerar posible una aportación monárquica".

La represión de Casas Viejas también fue utilizada en las Cortes por la derecha para desprestigiar al gobierno de Manuel Azaña y derribarle. En este sentido, la represión de Casas Viejas facilitó la llegada al poder en noviembre de 1933 de los partidos de derecha, el Radical y la CEDA, que triunfaron en unas elecciones marcadas por el abstencionismo de los miembros de la CNT. Esta utilización de los hechos de Casas Viejas se mantuvo de forma hipócrita durante la época franquista. Es evidente que durante la denominada "Guerra Civil Española" el ejército nacional multiplicó enormemente las brutales represiones.

Jerome R. Mintz

de su libro "Los anarquistas de Casas Viejas"

Cierra España.

SUCESOS EN 1933.(Casas Viejas.1ª parte)



En 1933 España seguía viviendo momentos convulsos con el gobierno de la republica, el 11 de enero: Levantamiento anarquista en Casas Viejas. 8 de septiembre: Cae el gobierno Azaña, sustituido por Lerroux y, posteriormente, por Martínez Barrio. 9 de octubre: Disolución de Cortes y convocatoria de nuevas elecciones. 29 de octubre: Fundación de la Falange por José Antonio Primo de Rivera. 19 de noviembre: Elecciones generales ganadas por las derechas y el 16 de diciembre: Gobierno de Lerroux.


Empezare por el levantamiento anarquista de casas viejas, donde el gobierno dio la orden de aniquilar a fuego y sangre, a los que al final resultaron ser meros campesinos, anotaré diversas opiniones sobre lo sucedido, después que cada cual piense lo que sus neuronas le dicten.



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Historia" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL" correspondiente al mes de abril de 2003. El original está ilustrado por seis fotografías en blanco y negro.

Revista "GUARDIA CIVIL". C/ Príncipe de Vergara nº 248. Madrid-28.016. España.

Orden General del Instituto de 5 de abril de 1933: "He tenido a bien ordenar la apertura de juicio contradictorio para juzgar los méritos que hayan podido contraerse en la defensa de la casa-cuartel del puesto de Casas Viejas al ser atacados por los revolucionarios con idea de apoderarse del inmueble y armas".

Los trágicos e históricos sucesos de Casas Viejas, donde perdieron la vida 23 campesinos y 3 agentes del orden, conmocionaron en 1933 a España entera y terminaron por provocar la caída del gobierno de Manuel Azaña Díaz. Desde entonces se han publicado numerosos libros al respecto y son objeto de obligatoria cita, a modo de antecedente, en toda obra sobre la Guerra Civil.

La mayor parte se centran en la violenta represión llevada a cabo por fuerzas de la Guardia de Asalto -creada por la República en enero de 1932- si bien en algún caso se acusa confusa y erróneamente de ello a la Guardia Civil, lo cual no sólo es falso sino que además fue la primera en derramar su sangre en aquella tragedia. Sirvan por tanto estas líneas para recordar y conocer en su 70 aniversario, a los anónimos guardias civiles que involuntariamente se convirtieron en las primeras y a su vez más olvidados víctimas.

El Puesto de Casas Viejas

Ubicado en un modesto edificio de la plaza de la pequeña pedanía que por aquel entonces dependía de Medina Sidonia, su fuerza estaba compuesta por un sargento y tres guardias, perteneciendo a la Línea de Medina Sidonia, encuadrada a su vez en la Compañía de San Fernando de la Comandancia de Cádiz que mandaba el teniente coronel Joaquín Fernández Trujillo.

Su comandante era el sargento Manuel García Alvarez, de 45 años de edad, quien se había hecho cargo del mismo tan sólo un mes antes. Natural de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, era hijo del sargento retirado Juan García García y estaba casado con Ramona González Milán, con quien tenía varios hijos, siendo el mayor de ellos una joven llamada Mercedes.

Había iniciado su carrera en la milicia en octubre de 1906 como soldado voluntario en la 6ª Batería de la Comandancia de Artillería de Cádiz, en donde alcanzó al año siguiente el empleo de cabo, desde donde consiguió obtener plaza en la Guardia Civil en marzo de 1909. Prestó servicio sucesivamente como guardia 2º de infantería en el puesto de Huelva (donde se le concedió la medalla conmemorativa del Centenario de los combates del Puente de Sampayo), puesto de Cádiz (1911), puesto de Puerto Real (1912) donde se le concedió la medalla conmemorativa del Centenario de las Cortes de Cádiz, puesto de San Fernando (1913) donde fue expresamente felicitado por su conducta durante la huelga revolucionaria de 1917, y puesto de Chipiona (1918) siendo nuevamente felicitado por su comportamiento durante los graves sucesos revolucionarios de febrero de 1919.

En diciembre de 1920 ascendió por elección al empleo de cabo prestando sucesivamente servicio en los puestos de Chipiona y Vejer de la Frontera (1921) en donde en diciembre de 1930 fue felicitado una vez más "con satisfacción y aprecio en todo su valor el alto espíritu y actuación de este individuo en defensa del orden público y de las Instituciones, así como la disciplina y abnegación que ha evidenciado en cuantas ocasiones se ha visto precisado de intervenir".

En junio de 1932 fue ascendido al empleo de sargento por antigüedad, siendo destinado a la Comandancia de Málaga, donde apenas permaneció unos meses ya que en el boletín oficial del 20 de noviembre volvió a la Comandancia de Cádiz, causando alta en la revista de diciembre en el puesto de Casas Viejas.

Los guardias eran Román García Chuecos, Pedro Salvo Pérez y Manuel García Rodríguez, reconstruyéndose sus vicisitudes, al igual que las del sargento, gracias a la documentación obrante en el Servicio de Estudios Históricos, a excepción del último de los guardias citados que no ha podido ser localizada.

El Guardia Chuecos tenía 32 años de edad y era natural de la localidad murciana de Lorca. Había iniciado su carrera militar en julio de 1921 como soldado voluntario en el Regimiento de Infantería "España" nº 46, marchando al mes siguiente a Melilla junto a las fuerzas expedicionarias que acudieron en su auxilio tras el terrible "Desastre de Annual". Participó en los combates librados en Sidi-Amaran, Casabona y Tizza. A finales de noviembre pasó destinado al Batallón de Cazadores "Llerena" nº 11, siendo destacado primero a Tetuán y posteriormente a Uad-Lau donde continuó prestando servicio de campaña. En marzo de 1923 obtuvo ingreso como guardia 2º de infantería en la Comandancia de Alava, incorporándose al mes siguiente al puesto de Maestu en donde un año después contrajo matrimonio con Ignacia López de Lacalle Palacios.

Debido al régimen de incompatibilidades de la época, ya que no podía estar destinado en la localidad de su esposa, fue destinado a los pocos días a la Comandancia de Barcelona, prestando sus servicios sucesivamente en los puestos de Gavá (1924), Berga (1925) y Sabadell (1928). A finales de noviembre de 1930 pasó destinado a la Comandancia de Cádiz, donde fue expresamente felicitado por su comportamiento durante los sucesos revolucionarios acontecidos en diciembre, mes en el que se incorporó al puesto de Casas Viejas.

El guardia Salvo, hijo de un sargento del Instituto, tenía 32 años de edad, estaba casado con Eulalia González Utar y era natural de la localidad gaditana de San Roque, habiendo iniciado su carrera en la milicia a los 13 años como alumno del Colegio de Guardias Jóvenes "Duque de Ahumada" de Valdemoro. Cumplidos los 19 años de edad y tras jurar bandera, fue destinado a la Comandancia de Cádiz, pasando a prestar sus servicios al puesto de la capital. En abril del año siguiente pasó al puesto de Algeciras en donde permaneció hasta finales de marzo de 1923, siendo destinado al puesto de Urdax y en diciembre siguiente al de Almandoz, ambos pertenecientes a la Comandancia de Navarra.

En febrero de 1925 pasó destinado al puesto de Monreal y ocho meses después al de Artajona, desde donde se incorporó en marzo del año siguiente al de Cádiz, en el que permaneció hasta que en junio de 1928 marchó a Casas Viejas, siendo allí también felicitado expresamente por su comportamiento y actuación durante los sucesos revolucionarios que afectaron al país en diciembre de 1930.

Los sucesos de Casas Viejas

La 2ª República comenzó aprobando una serie de medidas sociales, destacando la ley de Reforma Agraria que perseguía principalmente dotar de tierras a los campesinos sin propiedad. Pero su lenta ejecución por falta de fondos para indemnizar a los latifundistas y las constantes proclamas revolucionarias terminaron por provocar que el 8 de enero de 1933, se iniciaran una serie de violentas acciones en diferentes puntos del campo español que tuvieron su trágica eclosión tres días después en Casa Viejas.

Al amanecer del 11 de enero, la casa-cuartel de Casas Viejas se vio cercada y tiroteada por unos 200 campesinos armados de escopetas y hoces que acababan de proclamar el comunismo libertario. La fuerza del puesto se defendió disparando sus fusiles máuser desde las ventanas pero el sargento y el guardia Chuecos resultaron gravemente heridos en la cabeza mientras que los otros dos guardias lo fueron con carácter leve.

La llegada en su auxilio horas después, de un grupo de guardias civiles al mando del sargento Rafael Anarte Viera, comandante del puesto de Alcalá de los Gazules, que se encontraba concentrado en Medina Sidonia, motivó la desbandada de los revolucionarios. Más tarde llegaron fuerzas de la Guardia de Asalto al mando del teniente Gregorio Fernández Artal y de la Guardia Civil al frente del teniente Cayetano García Castrillón, iniciándose los primeros registros domiciliarios y el cerco a la choza de Francisco Cruz Gutiérrez "Seisdedos", donde se habían atrincherado algunos de los anarquistas.

Recibidos nuevos refuerzos al frente del capitán de Asalto, Manuel Rojas Feingespán, quien tenía un telegrama que decía: "Es orden terminante Ministro de la Gobernación se arrase casa donde se han hecho fuertes los revoltosos", se procedió a su incendio. Además de "Seisdedos", murieron tiroteados o carbonizados sus hijos Pedro y Francisco, Manuel Quijada Pino, Josefa Franca Moya y su hijo Francisco, Jerónimo Silva González, Manuela Lago Estudillo y el guardia de asalto Ignacio Martín Díaz, resultando heridos otros cuatro guardias más.

Pero la principal tragedia aconteció poco más tarde durante nuevos registros y detenciones de sospechosos. Comenzó con la muerte por disparos de los guardias de asalto del anciano Salvador Barberán Castellet y terminó ante el cadáver del guardia Martín con el súbito fusilamiento de Manuel Benítez Sánchez, Andrés Montiano Cruz, Juan García Franco, José Utrera Toro, Juan García Benítez, Juan Villanueva Garcés, Juan Silva González, Balbino Zumaquero Montiano, Manuel Pinto González, Juan Galindo González, Cristóbal Fernández Expósito, Manuel García Benítez, Rafael Mateo Vela y Fernando Lago Gutiérrez, siendo éste el único que realmente había participado en la intentona revolucionaria. Todos estaban desarmados y la mayor parte engrilletados.

Conocida posteriormente la magnitud de lo sucedido estalló el escándalo en la prensa y se inició un proceso judicial. Por los 14 asesinatos cometidos contra los campesinos desarmados, la audiencia provincial de Cádiz condenó el 28 de mayo de 1934 a su responsable directo, el capitán Rojas a la pena de 21 años de prisión mientras que Arturo Menéndez López, director general de seguridad, fue absuelto.

Laureada frustrada y epílogo

El sargento García falleció el 13 de enero en el hospital militar de Cádiz a consecuencia de las heridas sufridas y fue ascendido a brigada por Orden del Ministerio de la Gobernación de 5 de junio de 1933. Su entierro se convirtió en un sentido homenaje institucional y popular al Instituto, siendo presidido por el gobernador civil Pedro del Pozo Rodríguez, quien estuvo acompañado de todas las autoridades locales civiles y militares, representantes de los demás sectores de la sociedad gaditana y sendas comisiones militares y policiales. El féretro fue llevado a hombros por los sargentos Manuel Soler Torrejón, Angel Muñoz Merino, Ramón Peñas Martínez y Salvador Carrasco Zurita.

Antes de dar sepultura a sus restos mortales, el gobernador civil pronunció un emotivo discurso que comenzaba: "¡Guardias Civiles!, con Manuel García Alvarez, sumáis uno más a la larga y ya gloriosa lista de vuestros héroes defensores del orden y régimen republicano. La vida no tiene más valor que el empleo que de ella se haga; y tened la seguridad que el empleo que hacéis de la vuestra, ofrendándola constantemente, por el mantenimiento de la seguridad pública, es el más noble y más elevado que se puede dar en una sociedad organizada, cuya existencia se conserva precisamente por vuestro constante celo y sacrificio".

El guardia Chuecos falleció el 4 de febrero en el mismo centro sanitario por idéntica causa y fue ascendido en la citada disposición gubernativa al empleo de cabo. Su entierro fue bastante menos protocolario, institucionalmente hablando, que el del sargento como consecuencia del escándalo producido al conocerse ya para entonces la magnitud de la represión protagonizada por el capitán Rojas y sus hombres.

El guardia Salvo, que había sido herido leve en una pierna, se le concedió un permiso de dos semanas para descansar en La Línea de la Concepción. Fue ascendido también a cabo siendo sucesivamente destinado a los puestos sevillanos de Lora, Las Pajanosas, Badalatosa y Minas del Castillo, si bien no llegó a incorporarse a ninguno ya que quedó concentrado en Algeciras, donde finalmente se le destinó en julio de 1935, abonándosele la cantidad de 385 pesetas por los daños sufridos en su pabellón durante los sucesos de Casas Viejas. Durante la Guerra Civil formó parte de una de las compañías expedicionarias que marcharon al frente. Finalizó la campaña en Barcelona en mayo de 1939, regresando a Algeciras y ascendiendo en junio del año siguiente a sargento por antigüedad. Pasó seguidamente al puesto malagueño de Casarabolena, donde permaneció hasta septiembre, mes en que se incorporó al puesto gaditano de Grazalema.

En enero de 1942 pasó destinado a la caja del 16º Tercio de Málaga y en marzo de 1944 nuevamente al puesto de Algeciras en donde ascendió a brigada al año siguiente, concediéndosele el mando de la línea de Valdevaqueros. Tras renunciar a realizar el curso de teniente pasó destinado a la plana mayor de la compañía de Algeciras y finalmente en marzo 1949 a la situación de retirado por inutilidad física, quedándole un haber mensual de 997'50 pesetas que apenas pudo disfrutar ya que falleció el 13 de abril de 1950.

Tuvo tres hijos llamados Pedro, José y Eulalia, habiendo sido también guardia civil el primero de ellos, fallecido en 1983, mientras que la última, a quien se debe la fotografía de su padre que ilustra este artículo, ha sido matrona durante las dos últimas décadas en la Comandancia de Algeciras.

El 5 de abril de 1933, el Inspector General del Instituto Cecilio Bedia de la Cavallería, había ordenado la apertura de juicio contradictorio para determinar si los citados guardias civiles eran acreedores a la cruz laureada de San Fernando, encomendando su instrucción al capitán Pablo Incera Vidal, destinado en Jerez de la Frontera. Dos años después el expediente del suceso que había sido declarado por decreto gubernativo de 18 de enero de 1933 "hecho de guerra", fue archivado con la excusa de un defecto de forma basado en la falta de competencia legal del general Bedía para ordenar su incoación.

La historia de la Guardia Civil, y en muchos casos la de la misma España, ha sido escrita por hombres anónimos, fieles servidores del orden y sacrificados cumplidores del deber, como los que hoy hemos recordado.

Cierra España.

José Sanjurjo



(José Sanjurjo y Sacanell) Militar español (Pamplona, 1872 - Estoril, Portugal, 1936). Huérfano de un coronel carlista, siguió la carrera militar y recibió destinos en Cuba (1894-98) y Marruecos (1898-1921). Ascendió por méritos de guerra hasta el generalato en 1921, año en que fue nombrado gobernador militar de Zaragoza.

Desde allí secundó el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923), con cuya dictadura colaboró estrechamente. Como comandante general de Melilla preparó el desembarco de Alhucemas (1925), que acabó con la insurrección de Abd-el-Krim, consolidó el protectorado español en Marruecos y proporcionó a la dictadura uno de sus mayores éxitos. Su labor al frente del ejército de Marruecos le proporcionó ascensos, condecoraciones, un título nobiliario (marqués del Rif, en 1927) y un prestigio incontestado entre los jóvenes oficiales africanistas.

Al proclamarse la Segunda República (1931) aceptó el cargo de director de la Guardia Civil, del que fue destituido por sus excesos en la represión contra movimientos obreros como el de Arnedo (Logroño) en 1932. Pasó entonces a dirigir el Cuerpo de Carabineros; pero la derecha instrumentalizó este cambio presentándolo como una discriminación sectaria del gobierno de Azaña.

Desde luego, Sanjurjo no simpatizaba ni con la orientación izquierdista del gobierno ni con el carácter democrático del régimen republicano, como demostró encabezando un intento de golpe de Estado en Sevilla, que fracasó (1932); aquella intentona reafirmó la voluntad reformista de las autoridades republicanas, decidiéndolas a aprobar poco después la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de autonomía de Cataluña.

En cuanto a Sanjurjo, la pena de muerte le fue conmutada por la de cadena perpetua; pero apenas había empezado a cumplirla cuando fue excarcelado por el gobierno de derechas que salió de las elecciones de 1933. Partió al destierro en Portugal (1934), donde pudo conspirar contra la República con total libertad.


Convertido en un símbolo para los militares reaccionarios descontentos con el triunfo electoral de la izquierda en 1936, fue reconocido como jefe por Mola, Franco y los demás conspiradores que prepararon el alzamiento del mes de julio. Murió en un accidente de aviación cuando se disponía a viajar a Burgos para asumir la jefatura del Estado que le ofrecían los sublevados.

Cierra España.

Emilio Mola Vidal



(Plantas, Santa Clara, Cuba,1887-Alcocero, Burgos,1937) Su padre era capitán de la Guardia civil con destino en Cuba. En 1904 ingresó en la Academia de Infantería de Toledo de donde salió como teniente en 1907. En 1909 fue a combatir en Marruecos, donde consiguió cuatro ascensos por méritos de guerra hasta el grado de general de brigada. Obtuvo la Medalla Militar Individual. En 1921 ascendió a teniente coronel y fue herido en los combates posteriores al desastre de Annual, pasando dos años a Logroño. En 1924 vuelve a Marruecos para mandar los Regulares de Larache y en las operaciones de Dar-Akobba obtuvo brillantes éxitos. En 1926 ascendió a coronel por méritos de guerra y al finalizar la guerra de Marruecos a general, ascendiendo a general y participando en la toma de Axdir y en la defensa de la atalaya marroquí de Beni-Hassan. En 1928 fue nombrado comandante militar de 1928. A la caída de la Dictadura de Primo de Rivera, Berenguer le nombró Director General de Seguridad hasta 1931.

En la II República fue procesado y encarcelado por lo anterior y absuelto, pero aun así se le apartó del Ejército, lo que le enemistó con Azaña. Para justificar sus actividades previas escribió Memorias de mi paso por la Dirección General de Seguridad en 1933 y El pasado, Azaña y el porvenir en 1934. Igualmente, y para sobrevivir al habérsele privad de medios de vida, publicó con éxito un manual de ajedrez. Se reintegró en el Ejército gracias a la amnistía de 1934. Fue nombrado jefe de la circunscripción Oriental de Marruecos y comandante militar de Melilla. En 1936 imprudentemente el gobierno republicano del Frente Popular le envió a Pamplona como jefe de una brigada de infantería y comandante militar de la plaz para alejarle de Madrid, lo que le permitió entrar en contacto directo con los carlistas, con gran fuerza en Navarra, con los que tuvo difíciles relaciones por su tendencia republicana y su negativa inicial a reponer la bandera española tradicional. Allí se convirtió en el organizador de la sublevación siendo conocido con el nombre clave de El Director, como delegado del general Sanjurjo, cargo con el que dirigió varias instrucciones de preparación del alzamiento.

Al iniciarse la guerra el 19 de julio tomó el mando de las fuerzas del Alzamiento en el norte, asumiendo el mando de la VI División con sede en Burgos en sustitución de Domingo Batet. La madrugada del 18 al 19 de julio de 1936 Diego Martínez Barrio le llamó por teléfono para ofrecerle un ministerio si no se sublevada, que rechazó al afirmar que ya era demasiado tarde Se mostró como posible jefe absoluto de la zona nacional, pero como miembro de la Junta de Defensa Nacional de Burgos participó en favor de la designación de Franco porque consideraba que era el mejor visto en el exterior. Realizó un avance muy cauteloso en Vizcaya. Fue quien afirmó que había una "quinta columna" en Madrid (la de los nacionales de dentro de la ciudad), con lo que surgió el término de los quintacolumnistas..

Murió el 3 de junio de 1937 en accidente aéreo en el frente norte (término de La Ida, en el municipio burgalés de Alcocero) cuando iba de Vitoria a Burgos. Se le concedió a título póstumo la Cruz Laureada de San Fernando y el 18 de julio de 1948 le fue otorgado el título de duque de Mola. Escribió la novela Dar Akobba.

Cierra España.

Mola y Sanjurjo (cartas)



1ªCarta


Madrid 3 de junio de 1934

Excmo. Sr. D. José Sanjurjo Sacanell

Estoril

Mi respetado y querido general: Al regresar de Barcelona, donde he estado medio mes, me dicen en casa que García Herran ha llamado dos veces durante mi ausencia diciendo que traía una carta de felicitación de Vd. para mi. Un millón de gracias por su atención.

Antes de ir a Barcelona recibí noticias de Vd. por conducto de Pablito, que expresamente me buscó para ello. Sé que está bien de salud y con buen espíritu: estas dos cosas son de gran importancia.

Por cierto que en Barcelona me dicen que Justo había tenido un achuchón de relativa importancia, pero que ya estaba casi bien. Celebraré que así sea.

De aquí poco o nada puedo decirle, ya que vivo apartado de todo y desde mi regreso casi he estado por completo a contestar cartas.

Barcelona la he encontrado esta vez muy triste, y mas que sensación de estacionamiento lo da de salto atras. El "Estatuto" de un lado y "La Esquerra" de otro van a acabar con el florecimiento de aquella gran ciudad. En Madrid, en cambio, la animación es enorme y poco a poco, debido a la conducta sensata del Gobierno, la confianza va renaciendo. La proyectada huelga de campesinos -una nueva maniobra de los izquierdistas en combinación con la U.G.T. y la C.N.T.- parece que no se llegara a producir. Cuando esté menos cargado de correspondencia le escribiré mas extensamente.

Póngame a los pies (q.b.) de Maruja, recuerdos a Justo, besos a Pepito, y Vd., mi querido general, reciba el inquebrantable afecto de un buen amigo e incondicional subordinado que le quiere,

Firmado: Emilio Mola


Cierra España.

Seguidores

Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte