Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

sábado, 30 de enero de 2010

SUCESOS 1934.9ª parte.

«El Socialista» advierte a sus lectores: «Transigir con la CEDA en el Poder es conformarse brevemente con la restauración borbónica... La CEDA es el desafío a la República y la clase trabajadora»

El Socialista, de 4 de octubre de 1934

¿Está ya resuelta la crisis?

Trabajadores: Hoy quedará resuelta la crisis. La gravedad del momento demanda de vosotros una subordinación absoluta a los deberes que todo el proletariado se ha impuesto. La victoria es aliada de la disciplina y de la firmeza.

Cuando escribimos estas líneas no hay, oficialmente al menos, Gobierno que reemplace al dimisionario. El señor Lerroux conserva los poderes y se dispone, en el día de hoy, a continuar sus gestiones, entorpecidas y dificultadas por problemas de segundo y tercer grado. En efecto, la versión que se facilita a la opinión es que inconvenientes de poca monta, detalles, han impedido dejar constituido ayer el Gobierno, cuyos núcleos fuertes serán de un lado los radicales y del otro los cedistas. Será hoy, pues, cuando el disparate se consume. Ante semejante contingencia, extremadamente funesta para España, no nos queda otra posibilidad que ratificar nuestras palabras serenas de ayer. No hemos perdido el tino ni estamos dispuestos a perderlo. Ratificando nuestras palabras de ayer nos economizamos formular otras nuevas. Ahora bien: la versión que de la tramitación de la crisis se da a conocer, ¿es exacta? Si recogemos la referencia oficial de ella es porque nos importa enfrentarla con la explicación popular, extendida por todo Madrid, y que no sería extraño resultase, a la postre, más verídica que la facilitada por el propio Lerroux, a quien es fuerza que tengan sobre ascuas las reacciones populares, acusadas de manera harto visible en la jornada de ayer. En concepto de las gentes sencillas, y de las que no lo son, el Gobierno está constituido, ocultándose al país esta circunstancia por una razón de estrategia. ¿Estrategia? Palabra demasiado sospechosa para estos instantes, en que la República, incluso la tímida República del 14 de abril, parece jugárselo todo. Por estrategia se da la ocultación de un Gobierno que parece estar constituído ya y del que subrepticiamente circulan listas bien detalladas, en las que el coeficiente de error parece muy pequeño. Tenemos derecho a ponernos serios y preguntar: ¿Está ya resuelta la crisis? En nuestro concepto, el certero instinto popular contadas veces se equivoca. Y si a esa circunstancia añadimos otras más, justificativas de una alarma excesiva, tendremos más de una razón para creer que ciertamente hay algo que se oculta al conocimiento público, ocultación que avisa por sí misma la presencia de algo que se asemeja a un delito de leso republicanismo. Si la solución a la crisis es cuerda, ¿qué razón hay para ocultarla? Y si está a falta de cordura, ¿por qué admitirla? Lo que tarde en amanecer será lo que dure la angustia de España, apesadumbrada por el augurio de un nuevo Gobierno que amenaza ser culminación de los pasados errores. Lo que tarde en amanecer... Mas, ¿cuántas horas van de la noche al día? ¿No son acaso demasiadas?

El certero instinto popular raramente se equivoca. Y es ese instinto el que difunde la noticia de que el peligro de una regresión al pasado es inminente. El buen pueblo que saludó emocionado la victoria del 14 de abril está que no sale de su asombro. ¿Tan breve es el tránsito de la ilusión a la desesperación? Es increíble. En efecto: increíble. Mas, ¿qué hacer? Esta es la pregunta que se habrán formulado a estas horas cientos de miles de españoles: ¿Qué hacer? Dos son los caminos: el de la resignación, que a nadie aconsejamos, y el de la oposición, que será el nuestro. No se nos tome en cuenta la exactitud de las palabras. No podemos usarlas con el rigor que fuera de nuestro gusto. El lector, pues, puede recargar la palabra oposición con los acentos que le resulten más gratos, en la seguridad de que no sufrirá engaño. Transigir con la CEDA en el Poder es conformarse buenamente con una restauración borbónica.

Es admitirla como inevitable. ¿Se avienen a eso los republicanos? Nosotros, no. Seguimos siendo intransigentes en alto grado. La CEDA es el desafío a la República y a las clases trabajadoras. Y nadie puede jactarse hasta ahora de habernos desafiado con impunidad y sin que le ofreciésemos, inmediata y eficaz, nuestra respuesta. Recapitulemos un instante: ayudamos a la implantación de la República, nos avinimos a que se encauzase por un derrotero democrático y parlamentario, supimos disculparle yerros de bulto; todo eso hicimos y mucho más. ¿Es que se nos puede pedir que nos crucemos de brazos ante el peligro de que la República pacte su propia derrota? Se nos pediría, en tal caso, complicidad con un delito, y preguntamos: ¿Quién es el que puede hacernos esa petición? Que se yerga. Que asuma la responsabilidad de tamaña demanda. La degradación republicana ha llegado al límite previsto, y, asumiendo la responsabilidad de nuestras palabras y nuestros actos, revaloramos nuestras palabras de ayer: Ni un paso atrás. Quienes estén en nuestra línea, que es la línea de todos los trabajadores españoles, que sumen gozosos sus esfuerzos al esfuerzo socialista. Todavía es tiempo, o, mejor dicho: ahora es tiempo. Después...; después puede ser -con uno u otro resultado- demasiado tarde

Cierra España.

Seguidores

Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte