Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

domingo, 13 de diciembre de 2009

Indalecio Prieto


Político socialista español (Oviedo, 1883 - México, 1962). Vivió desde su infancia en Bilbao, donde trabajó como periodista en el diario El Liberal, entrando en contacto con los círculos republicanos (en 1932 llegaría a convertirse en propietario del periódico). Sus preferencias políticas le orientaron hacia el socialismo, integrándose desde joven en las filas del PSOE. Se erigió en líder de la corriente reformista del partido que defendía la alianza con los republicanos y la vía socialdemócrata que representaba la permanencia en la Segunda Internacional (frente a la escisión comunista). En 1918 fue elegido diputado por Bilbao, y en 1921, miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE.


Rechazó la dictadura Primo de Rivera (1923-30), en contra de la opinión colaboracionista de Besteiro y Largo Caballero, que fue la que se impuso en el partido y en el sindicato socialista UGT. En consecuencia, permaneció retirado hasta que cayó la dictadura, y participó a título personal en el Pacto de San Sebastián (1930), encaminado a derrocar a la Monarquía.

Exiliado en Francia, regresó al proclamarse la Segunda República (1931) y participó en representación del PSOE en el primer gobierno provisional republicano como ministro de Hacienda. Más tarde desempeñó el recién creado Ministerio de Obras Públicas en el gobierno presidido por Azaña (1931-33); pero no consiguió el apoyo de su partido para ocuparse de presidir él mismo un gobierno, como le había encargado el presidente de la República, Alcalá Zamora, en 1933.

Bajo el posterior gobierno de la derecha, Prieto colaboró en la preparación de la fallida Revolución de 1934, a pesar de su oposición a la corriente revolucionaria mayoritaria en el socialismo español, que encarnaba Largo Caballero. Hubo de exiliarse de nuevo en Francia, desde donde impulsó la formación de una nueva coalición con los republicanos para desbancar a la derecha en las elecciones; así se formó el Frente Popular, que consiguió la victoria en 1936.

La oposición de los largocaballeristas le impidió integrarse en el nuevo gobierno Azaña o formar gobierno cuando éste pasó a la presidencia de la República; y cuando el estallido de la Guerra Civil (1936-39) y el peligro inminente de que la República fuera derrotada llevaron a los socialistas a aceptar responsabilidades de gobierno, fue bajo la presidencia de Largo Caballero, ocupándose Prieto de un efímero Ministerio de Marina y Aire (1936-37). Prieto contribuyó a hacer caer del gobierno a su correligionario y aceptó ser ministro de Defensa en el siguiente gobierno, presidido por el también socialista Negrín (1937-38). Pero su pesimismo ante la marcha de la guerra le enfrentó con los comunistas y con Negrín, que acabó destituyéndole.

Prieto se apartó del gobierno y marchó a Hispanoamérica, donde le sorprendió el fin de la guerra. Desde su exilio mexicano reorganizó el PSOE, apartando a los partidarios de Negrín, y definiendo una estrategia de recuperación del poder que pasaba por la unidad de acción con los monárquicos de don Juan y la presión internacional sobre el régimen de Franco. Fracasada aquella estrategia, en 1950 dimitió Prieto, dejando la dirección del PSOE en manos de Rodolfo Llopis.

Cierra España.

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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte