Durante
mucho tiempo, al socaire ladrillero que el Pepé del amigo Aznar nos
legó por sucia herencia, esa panda de golfos, que igual engorda con
unos que con otros, concedió préstamos a todo cristo, sin importar
la capacidad de devolución de la clientela. A mi hija, por ejemplo,
cuando cumplió dieciocho años, le mandaron seductoras cartas
ofreciendo créditos para coches, videoconsolas y ordenadores, los
hijos de la gran puta. En vez de centrarse en su trabajo de captar
dinero y prestarlo bien, los bancos inundaron España de créditos
que rozaban lo fraudulento. Lo usual era hipotecar la casa, en un
ambiente de euforia que llevó hasta conceder el precio total de la
vivienda, tasada por encima de su valor real, a veces con una
cantidad suplementaria, también a sugerencia del propio banco. Y
esto fue Disneylandia. Alentada, naturalmente, por la estúpida
condición humana; por nuestra criminal simpleza, capaz de tragarse
que alguien vendiera duros a cuatro pesetas, y que un empleado que
ganaba mil quinientos euros al mes pudiera permitirse -«yo también
tengo derecho» fue la frase de moda, como si tener derecho
equivaliese a tener posibilidades- hipotecarse en una casa de medio
millón, coche para el niño y vacaciones en el Caribe.
Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S
miércoles, 17 de agosto de 2011
El tío Gilito y sus secuaces
Durante
mucho tiempo, al socaire ladrillero que el Pepé del amigo Aznar nos
legó por sucia herencia, esa panda de golfos, que igual engorda con
unos que con otros, concedió préstamos a todo cristo, sin importar
la capacidad de devolución de la clientela. A mi hija, por ejemplo,
cuando cumplió dieciocho años, le mandaron seductoras cartas
ofreciendo créditos para coches, videoconsolas y ordenadores, los
hijos de la gran puta. En vez de centrarse en su trabajo de captar
dinero y prestarlo bien, los bancos inundaron España de créditos
que rozaban lo fraudulento. Lo usual era hipotecar la casa, en un
ambiente de euforia que llevó hasta conceder el precio total de la
vivienda, tasada por encima de su valor real, a veces con una
cantidad suplementaria, también a sugerencia del propio banco. Y
esto fue Disneylandia. Alentada, naturalmente, por la estúpida
condición humana; por nuestra criminal simpleza, capaz de tragarse
que alguien vendiera duros a cuatro pesetas, y que un empleado que
ganaba mil quinientos euros al mes pudiera permitirse -«yo también
tengo derecho» fue la frase de moda, como si tener derecho
equivaliese a tener posibilidades- hipotecarse en una casa de medio
millón, coche para el niño y vacaciones en el Caribe.
Seguidores
Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932
Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934
Alejandro Lerroux, Mis memorias.
Alejandro Lerroux, Mis memorias.
Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)
Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".
La memoria analfabeta es muy peligrosa
Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.
- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en
Arturo Pérez-Reverte






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