Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

domingo, 3 de enero de 2010

Ramiro de Maeztu


(Vitoria, 1875 - Aravaca, 1936) Escritor español. Relacionado con la Generación del 98, su ideario inicialmente progresista desembocó en una defensa a ultranza del nacionalcatolicismo. De padre cubano, descendiente de vascos, y madre inglesa, pasó su juventud en París y luego en Cuba. De regreso a España en 1894, se dedicó al periodismo y mantuvo una fecunda relación con figuras de la Generación del 98 como Azorín y P. Baroja.


En los artículos de su primera época, reunidos parcialmente en el volumen Hacia otra España (1899), defendió con vehemencia tesis regeneracionistas influido por el individualismo de Nietzsche y por sus simpatías hacia el socialismo marxista. Asimismo, en la novela La guerra del Transvaal y los misterios de la banca de Londres (publicada por entregas en 1900-1901), opuso los anhelos de libertad y justicia de los colonos holandeses a la explotación británica.

De 1905 a 1919 permaneció como corresponsal en Londres, donde entró en contacto con la sociedad fabiana y escribió conferencias como "La revolución y los intelectuales" (1910). Durante la Primera Guerra Mundial apoyó a los aliados y su ideología experimentó un brusco cambio de orientación, expresado en Authority, liberty and function in the ligth of the war (1916), traducido con el título de La crisis del humanismo (1919).

En este libro lamenta la desaparición de los valores propios del Renacimiento y proclamó la necesidad de que los individuos se sometan al poder, la verdad y la justicia. Estas tesis antiliberales y profundamente reaccionarias le valieron para ser nombrado embajador en Argentina (1928) durante la dictadura de Primo de Rivera. Su ensayo más importante desde un punto de vista literario es Don Quijote, don Juan y la Celestina (1926), donde examina el espíritu español a la luz de estos tres personajes.

Desde 1931 dirigió la revista Acción Española, órgano del partido derechista del mismo nombre, y publicó libros como Defensa de la hispanidad (1934), alegato en favor de la monarquía y la tradición católica. Miembro de la Real Academia Española en 1935, fue fusilado por los republicanos al comienzo de la Guerra Civil.

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Ramiro de Maeztu, Escritor e ideólogo español, nacido en Vitoria el 4 de mayo de 1875 y asesinado el 29 de octubre de 1936 en Aravaca, de madrugada, tras una saca de la madrileña cárcel de las Ventas, donde la República le mantenía detenido desde el 30 de julio de 1936.

Fue hijo de padre vasco y madre inglesa, factor que explica su entusiasmo por las instituciones británicas y su dominio del inglés así como su carácter de agudo observador de la realidad española, que estaba motivado también por la ruina familiar al hundirse los negocios en Cuba. En Inglaterra vivió 15 años y estuvo casado con una inglesa.

Hizo sus primeras armas periodísticas en Bilbao, a los 18 años. Posteriormente, entregado de lleno al periodismo, lo cultivó en Madrid y el extranjero. Fue corresponsal en Londres de La Correspondencia de España, Nuevo Mundo y Heraldo de Madrid, y corresponsal de guerra en Italia (1914-15). Fruto de su formación en la cultura político-económica sajona fue su obra en inglés "Authority, Liberty and Function in the Light of the War" (1916), que luego (1918) se convertiría en "La crisis del Humanismo".

Su postura intelectual le sitúa en la «generación del 98», que, nacida a raíz del desastre colonial de 1898, emprendió la tarea de buscar remedio a la decadencia española. Sin embargo, al igual que otros autores de la generación del 98 y por un largo y complejo proceso que tiene mucho de conversión espiritual, acabó repudiando a su generación, antitradicional y europeizante, rectificó su liberalismo anticristiano y afirmó rotundamente los que él definió como valores eternos de la raza.

El gobierno del general Primo de Rivera le nombró en 1928 embajador de España en Argentina. Allí tuvo ocasión de tratar con Zacarías de Vizcarra, el introductor en 1926 de la idea de la «hispanidad», de la que se ha dicho que Maeztu fue apóstol.

En enero de 1931 propuso llamar Hispanidad a la revista que planeaba junto con Eugenio Vegas Latapie y el Marqués de Quintanar, en los días previos a la proclamación de la República del 14 de abril. Aunque esa revista se acabó llamando Acción Española, se abrió con su artículo La Hispanidad (15 diciembre 1931), primero de los que allí fue publicando a lo largo de 1932 y 1933, recopilados luego en su famoso libro Defensa de la Hispanidad (1934), la obra que le hizo más conocido y que influyó de manera determinante en la consolidación de una alternativa política hispánica frente a las pretensiones globalizadoras del comunismo soviético, en un proceso que, tras el fallido golpe de estado revolucionario contra la República burguesa de octubre de 1934, desembocó en el alzamiento militar de julio de 1936. Maeztu escribió también la presentación de la revista, que se publicó sin firma, y mereció el Premio Luca de Tena otorgado por el diario monárquico ABC. Desde el número 28 de Acción Española figuró Ramiro de Maeztu formalmente como su director, y lo fue hasta el último número, el de junio de 1936.

En abril de 1934 los artículos que hasta entonces había ido publicando en Acción Española sobre la Hispanidad, y que le habían permitido ir analizando y precisando tal idea, sirvieron para formar un libro, que sirvió para consolidar definitivamente el término propuesto por Zacarías de Vizcarra, y que se convertiría en la obra más influyente y conocida de Ramiro de Maeztu: Defensa de la Hispanidad, alegato en pro de la civilización hispánica y católica, en el que a los principios revolucionarios de «Libertad, Igualdad y Fraternidad» contrapone los de «Servicio, Jerarquía y Humanidad».

Vizcarra había propuesto en 1926, en Buenos Aires, el término Hispanidad para sustituir al de Raza, en el sentido que se le daba entre nosotros al hablar de Fiesta de la Raza; Maeztu desde 1931 se había convertido en el principal propagador de la nueva palabra, había desarrollado su significado en los artículos publicados a lo largo de 1932 y 1933 y acababa de aparecer en 1934 su libro en Defensa de la idea.

Cuando el doce de octubre de ese mismo año la Hispanidad iba a contar con una Apología de lujo por el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Isidro Gomá, en la celebración oficial argentina del Día de la Raza ante las autoridades reunidas en el Teatro Colón de Buenos Aires esto provoca una enorme alegría en Maeztu que, al enterarse por la radio en Madrid del reconocimiento recibido al otro lado del Atlántico, corrió emocionado a contarle la buena nueva a Eugenio Vegas Latapie, más preocupado por los sucesos del momento: ese mismo día 13 de octubre de 1934, los cientos de golpistas asturianos contra el orden establecido, que querían consolidar a toda prisa su Revolución (bolchevique o anarquista) contra la República burguesa, lograron destruir el edificio de la Universidad de Oviedo, sus aulas e instalaciones, y reducir a cenizas sus archivos y la Biblioteca, eliminando así por fin una de las principales instituciones contrarrevolucionarias, instrumento odioso de la perpetuación ideológica de la burguesía oligarca y feudal, enemiga del pueblo.

El antiguo anarquista terminó militando en el grupo derechista de Renovación Española, desde el que se distinguió por su oposición al régimen republicano. Murió fusilado en los inicios de la Guerra Civil (29 octubre 1936).

Cierra España.

2 comentarios:

  1. Este es de los escritores que se callan hoy en día por que no fueron fusilados por el bando nacional.

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  2. Franco está muy bien donde está, ojalá llevara más tiempo allí.

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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte