Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

jueves, 22 de octubre de 2009

Discusión sobre el uso del catalán y del castellano en la educación de Cataluña (3ª parte)

El Sr. Ruiz Funes (de la Comisión): Pido la palabra.

El Sr. Presidente: La tiene S.S.

El Sr. Ruiz Funes: La Comisión ha aceptado la enmienda del señor Sánchez Albornoz, por mayoría de votos, porque entiende que en esa enmienda resultan coincidentes la mayor parte de los criterios de los grupos o sectores de la Cámara, en su deseo de resolver este problema con el máximo de acierto posible.

Aceptada la enmienda del Sr. Sánchez Albornoz, la Comisión hace, por mi boca, la declaración dolorosísima, porque le consta al maestro Unamuno que todos y cada uno de los miembros de la Comisión tienen para el ilustre profesor una veneración especial, de que no puede admitir su enmienda por haber sido aceptada ya la del Sr. Sánchez Albornoz, que no coincide exactamente con la del Sr. Unamuno, aunque sí tiene con ella algún punto de contacto.

El Sr. Presidente: Antes de proceder a la votación, si el Sr. Maura desea usar de la palabra, puede hacerlo.

El Sr. Maura: Porque atribuyo a lo que ahora se está discutiendo la máxima importancia, dentro del tema constitucional, me levanto, no sólo a explicar el voto, aunque sea ese el trámite reglamentario, sino a hacer un llamamiento a la conciencia de la Cámara y a pedir, si ello es posible, que se definan, de una vez, las actitudes de cada cual en este problema de la enseñanza de Cataluña. (Muy bien.)

Y vamos a colocar el problema en su verdadero lugar, porque yo, Sr. Sánchez Albornoz, teniendo por S.S. el máximo respeto, he de decirle que toda la disertación de S.S. en esta tarde ha flotado en el vacío. Porque el problema no es ése; no es el problema de la Lengua; es un problema mucho más vivo. (El Sr. Sánchez Albornoz pide la palabra) Luego la pedirá S.S. con más razón, después de que oiga todos mis razonamientos. (Risas y rumores.)

El problema es éste: frente a las regiones autónomas, ¿cuál va a ser la actitud del Estado en materia de enseñanza? Pues hay tres posturas: una, la inhibición total; otra, la de hacer compatible la enseñanza del Estado con la enseñanza de las regiones en unos mismos Institutos y Universidades, y otra, la de que el Estado diga a las regiones autónomas: «Yo estoy donde estoy y no me voy, porque cumplo una obligación elemental (Muy bien), y tú, región autónoma, si quieres montar tu Universidad, te autorizo a ello y te doy la facultad para que colaciones los grados; pero yo no me voy.» (Muy bien.) Esta es la postura que este Diputado considera más adecuada. Pero eso, Sr. Sánchez. Albornoz, con carácter obligatorio. ¿Por qué? Pues la razón es clara: porque el Estado que deserte de esa misión fundamental, fundamentalísima, que supone nada menos que formar las conciencias de las generaciones en los Institutos y en las Universidades, entrega a estos señores, o a quien sea, el porvenir entero de una región, del alma de una región, que es mucho más que el de la economía y que el de todas las esencias de la vida de la región. Y un Estado que hace eso se suicida. (Muy bien.) Y yo digo que el Estado español y las Cortes Constituyentes españolas, al votar hoy la enmienda con el «podrá», lo que harán será facultar, a través de cubileteos y de enredos, como los que estamos presenciando a diario... (Aplausos que impiden oir el final del párrafo.) Esta minoría (señalando a la de izquierda catalana) arranca al Gobierno el desistimiento de la enseñanza allí y hace que no pueda volver jamás el Estado a establecer, con pleno derecho, la enseñanza en Cataluña. Tiene una gravedad inmensa lo que se está discutiendo hoy.

Pero, además, Sres. Diputados, en la enmienda nuestra, en la propuesta nuestra, ¿dónde está el agravio para Cataluña? ¿Qué queréis? ¿La autonomía? La tenéis absoluta. Cread otras Universidades, dadles la colación de grados. ¿En qué os daña, en qué os perjudica que el Estado esté allí presente, cuidando de la enseñanza, de la cultura castellanas, que tiene la obligación de defender? ¿En qué os perjudica eso? Hablad sinceramente. ¿Hay algo que os perjudique en eso? ¡Ah! Pues si hay algo, lo que quiere decir es que pretendéis imponer en la Universidad vuestra el espíritu vuestro, con exclusión del espíritu castellano, a las generaciones de Cataluña. Y frente a eso estaremos todos como un sólo hombre. Pero, además, señores, tenemos la experiencia. ¿Pero es que no ha habido en Barcelona un Instituto de Estudios catalanes? ¿No ha funcionado ese Instituto durante años? ¿Y qué ha salido de ese Instituto? (Un Sr. Diputado pronuncia palabras que no se perciben.) Muchas obras en castellano, ya lo sé; pero allí se ha forjado toda esa pléyade de separatistas que son hoy la flor y nata de la juventud separatista de Cataluña.

Está bien; que sigan haciéndolo si quieren; pero el castellano que vive en Cataluña, ¿No tiene derecho a que el Estado cumpla con su obligación de darle el asilo intelectual y de formarle su espíritu en castellano con la Ciencia castellana? (Un Sr. Diputado: Y la catalana.) Y la catalana para los catalanes. (Rumores.) Se decía ayer: es que nosotros enseñaremos también la cultura castellana ¡Pues no faltaba más que se negaran a enseñar la cultura castelllana! Y si no enseñaban eso, ¿qué iban a enseñar? (Risas y rumores.) ¡Ya lo creo! Pero hay muchos modos de enseñar una cultura. La cultura castellana no consiste sólo en enseñar la historia de la literatura o la historia patria, no; hay muchos modos de imbuir en el espíritu de las gentes, de los muchachos, de los alumnos, el fondo de la cultura. Y eso es lo que yo temo, y por eso es por lo que el Estado no puede ni debe pasar.

Y ahora, para ser breve, vamos a aclarar la situación parlamentaria. Señor Guerra del Río y señores de la minoría radical: ¿Qué ha pasado de ayer a hoy para que, levantándose S.S. cuando se discutía el voto del Sr. Iglesias, dijese que no lo votaban porque había una enmienda socialista que iban a votar SS.SS. por estar con ella conformes? (El señor Guerra del Río pide la palabra.) Que venga el Diario de Sesiones de ayer, a ver si no digo cosa cierta. (Rumores.-El Sr. Guerra del Río: Pregunte S.S. a la minoría socialista por qué no votó ayer la enmienda de la minoría radical -Nuevos rumores y algunas protestas en la minoría socialista.-El Sr. De Francisco: La minoría socialista ha explicado su actitud a la faz de todo el mundo. -Nuevos y prolongados rumores.)

Lo que yo deseo, no es causar una perturbación política; lo que yo deseo es ver si en este problema, de una gravedad tal que lo considero el más grave de todos dentro del problema constitucional, hay modo de aclarar actitudes y de que no prevalezcan aquí conciliábulos de fuera. Lo menos a que tenemos derecho los Diputados y el país es a saber dónde está cada cual en un problema de esta naturaleza. (Muy bien, muy bien. El Sr. Ortega y Gasset (D. Eduardo) pronuncia palabras que no se perciben.) ¿Qué dice S.S.? (El Sr. Ortega y Gasset (D. Eduardo): Que el diablo, harto de pasteles, se metió a fraile.) ¿Por quién dice eso S.S.? (El Sr. Ortga y Gasset (D. Eduardo): Por los muchos pasteles que ha hecho S.S. Rumores.) ¿Yo? ¿Con quién? ¿No será con S.S.? (Risas y aplausos.)

Yo lo que digo es que en la tarde de ayer la minoría radical, por boca del Sr. Guerra del Río, manifestó que estaba en esencia conforme con el espíritu de la enmienda del Sr. Iglesias. (Rumores.- El Sr. Guerra del Río: Fué al revés.) Y que, salvando la parte personal que el señor Iglesias había puesto en su discurso, no votaba con él porque al día siguiente se iba a votar la enmienda de los socialistas. (Denegaciones en las minorías radical y socialista.) ¿No es eso? (El Sr. Guerra del Río: Todo lo contrario.) Bien.

Señores radicales: ¿Podéis decir...? (El Sr. Guerra del Río: Interrogatorios, no. Ya contestaremos; pero aquí no admitimos interrogatorios. Grandes rumores.) Tienen SS.SS. que escucharme. (El Sr. Guerra del Rio: No admitimos ese tono, ni a S.S. ni a nadie; eso al Sr. Pildain, cuando estaba aquí; a nosotros, no. -Nuevos rumores y protestas.)

Si eso no es así, quedará claro que planteado el pleito en esa forma, que es la única en que se puede plantear, porque ese es el fondo del pleito, votarán en contra de la enmienda del Sr. Unamuno todos los que piensen que es indiferente para el Estado tener o no tener su enseñanza propia en Cataluña. (Rumores y protestas. El Sr. Presidente del Gobierno: Eso es un sofisma, Sr. Maura. Pido la palabra. -Grandes rumores.)

Señor Presidente del Consejo, quiero anticiparme a la observación o a la réplica que S.S. ha de hacerme. Seguramente me va a decir que, desde el momento en que en el precepto constitucional se dice que el Estado «podrá tener», es facultad del Estado, en todo instante, tener o no la enseñanza allí, los organismos allí y, por consiguiente, que el Estado, cuando lo considere preciso, asistirá a la enseñanza en Cataluña y en las demás regiones estableciendo sus órganos de enseñanza. Pues bien; yo a eso contesto, por anticipado, a S.S. con este sencillo argumento: el Estado hoy está emplazado en Cataluña, su enseñanza instalada. Y el problema que se plantea es éste, que cuando haya un Gobierno lo suficientemente débil y para que la presión de los señores catalanes sea bastante eficaz a fin de que el Estado les ceda las Universidades allí existentes, a partir de ese momento el Estado tendrá necesidad de entrar por la fuerza, ¡por la fuerza!, y volver a instalar allí la Universidad. Y quien no conozca eso, no conoce la realidad. (El señor Presidente del Gobierno: ¡Con la Guardia civil!) Ni con la Guardia civil. (Grandes rumores. -Muchos Sres. Diputados pronuncian palabras que no se perciben.) Si yo no pretendo convencer a nadie. Me he levantado a salvar mi responsabilidad, y lo he hecho. (El Sr. Hurtado pronuncia palabras que tampoco se perciben.) Aguarde S.S. Repito que me he levantado a salvar mi responsabilidad y decir que, si se vota y subsiste eso, la inmediata, después de votada la Constitución y arrancado eso con el Estatuto, será que la actual Universidad española en Barcelona pasará a manos de los catalanes; y esa responsabilidad, hoy, en el Diario de Sesiones, quiero dejarla a salvo, concretamente, para ahora y para lo sucesivo. Lo demás no es de mi incumbencia; es de la vuestra, señores de los partidos. (El Sr. Pittaluga: Pido la palabra para una aclaración de voto.)

Cierra España.


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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte