Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

domingo, 13 de septiembre de 2009

“La España traicionada. La Unión Soviética y la Guerra Civil Española.” 2ª parte.

   Reseña de: “La España traicionada. La Unión Soviética y la Guerra Civil Española.” (Ronald Radosh, Mary Radosh, Grigori Sevostianov. Serie: “Anales del comunismo”. Yale University press. Juniode 2001).
   Los tan ansiados (y como cabía esperar recibidos con júbilo por los conservadores como Arnold Beichman y por los liberal-anticomunistas como Christopher Hitchens) comentarios de Radosh con respecto a los ochenta y un documentos desclasificados de los archivos moscovitas del Komintern, relacionados con la participación de esta organización en la Guerra Civil Española, merecen ciertamente nuestra atención, pero por un motivo completamente distinto: es un trabajo absolutamente falso.
   En el transcurso de este ensayo reseña, me dispongo a presentar multitud de pruebas que corroboran tan seria acusación. También haré breve mención de las críticas positivas que ha recibido este libro, que a su vez están repletas de las mismas falsedades. En algunos casos el lector poco avezado podría sospechar, que los críticos no han leído los documentos aportados, sino que se han limitado al análisis de los comentarios de Radosh. ¿Cómo es posible comparar lo que está escrito en los documentos del Komintern con lo que sobre ellos escribe Radosh, y no reparar en las asombrosas disparidades?.
   En este artículo no voy a entrar a analizar detalladamente los documentos propiamente dichos. Muchos de ellos son de enorme valor e interés. Sin embargo Radosh, llevado por el deseo de denigrar a los comunistas, menosprecia en lo fundamental su contenido.
   Es más. De los documentos se desprende una sorprendente conclusión, imposible de ocultar. Los documentos presentados en absoluto demuestran la “traición” soviética. El komintern, las Brigadas internacionales y la masiva ayuda soviética a España, se nos descubren bajo un aspecto más que positivo.
   Leyendo los propios documentos e ignorando los “comentarios” de Radosh, cualquier persona minimamente objetiva sentirá un enorme respeto por la actividad de los comunistas durante la Guerra Civil en España, no solo del Komintern y de las Brigadas Internacionales, sino de la actividad de la Unión Soviética, o como dice Radosh, utilizando una burda traslación, de “Moscú” y de “Stalin”.
   Pero el libro de Radosh no deja de tener cierto valor: es un ejemplo palpable de la estrategia retórica del anticomunismo. La respuesta a la pregunta más importante:” ¿Para qué mentir si la verdad está de nuestro lado?”, posiblemente exija algunas aclaraciones de cómo el anti Stalinismo se utiliza para impedir cualquier comprensión objetiva de las causas de los éxitos y fracasos del movimiento comunista.
   El libro de Radosh contiene tantos errores y deformaciones, que sería imposible analizarlas todas en una reseña por muy extensa que fuera. Por eso centraré mi análisis únicamente en aquellos documentos, en los que supuestamente se encuentran las principales “revelaciones”. Para separarlas me he servido:
a) de la crítica de cuatro páginas, preparada por la editorial y anexa al libro
b) de las más importantes y positivas reseñas de las principales publicaciones (todas están enumeradas al final). Algunos otros documentos los seleccioné por parecerme especialmente interesantes. La selección detallada compone la parte esencial de mi ensayo.
   También señalaré algunos ejemplos de la más vulgar incompetencia de los redactores. Radosh podía haber ofrecido útiles resúmenes de los extensos e importantes documentos o referencias o citas concretas de otros trabajos científicos, algo a lo que sin duda está obligado un comentarista competente, pero prácticamente no lo hace en ninguna parte.
   Al final de la reseña he incluido algunas observaciones de carácter general, sobre los temas que se tocan en los propios documentos y en los comentarios que sobre ellos hace Radosh. Los marxistas tienen motivos para criticar a los bolcheviques y el KOMINTERN de los tiempos de Stalin, como a cualquier grupo político, comunista o no, de cualquier época. Al final citaré algunos puntos que tienen relación directa con España.
   Pero cualquier crítica debe basarse en acontecimientos que realmente hayan tenido lugar, que puedan ser entendidos a partir de testimonios fiables, y no en falsificaciones y descalificaciones, como hacen Radosh y otros muchos escritores, partidarios de la guerra fría, tanto de derechas, como los autodenominados de izquierdas, lo que tampoco es raro.
   Comenzaremos enumerando brevemente las principales construcciones ideológicas, en relación con las cuales se interpreta habitualmente la Guerra Civil en España. Es necesario conocerlas para valorar la interpretación de Radosh, así como los propios documentos y mi reseña. Las limitaciones de espacio no permiten profundizar en un debate detallado de los textos básicos, que exponen estas construcciones (tengo previsto analizar el influyente libro de Orwell aparte).
   La Guerra Civil Española siempre supuso un difícil desafío para los anticomunistas de todo tipo, que se habían propuesto la tarea de demostrar, que los jefes del movimiento comunista internacional no actuaban llevados por motivos idealistas. Esta gente está convencida -o cuando menos intenta convencer a los demás- de que toda la lucha comunista, por muy generosa y noble que parezca, persigue en realidad objetivos autoritarios, manipuladores, cínicos, mucho peores que los objetivos de los explotadores capitalistas, contra los que iba dirigida esa lucha. La imagen creada por Jruschov, de un Stalin maligno y demoníaco después del año 56, aunque se diferenciaba levemente de la distribuida por Trotsky, resultó mucho más influyente y se difundió por todo el movimiento comunista, a excepción de Albania y China. Esto aplanó el camino a los trotskistas y en lo concerniente a España, a la exposición que hacen los anarquistas de los acontecimientos, que antes solo circulaban entre los grupos marginales.
   “Homenaje a Cataluña” de George Orwell, no deja de ser una de esas exposiciones, que gracias al talento literario de Orwell, al patriotismo británico en la segunda guerra mundial y al apoyo posterior a la ideología dominante de la guerra fría, recibió el status de autoridad semindependiente. El libro de Orwell permanece como la principal representación del paradigma anticomunista. De hecho mucha gente solo conoce de la Guerra civil Española lo que ha leído en este libro.
   De acuerdo con esta interpretación, complementariamente popularizada por el director británico Ken Loca en “Tierra y libertad”, filmada en 1995, los trotskistas y en especial los anarquistas, eran los auténticos revolucionarios, los que colectivizaron la tierra, los que dieron a los obreros la oportunidad de dirigir las fábricas, y en general los que luchaban por la igualdad. Los comunistas aparecen representados como contrarrevolucionarios, donde el soldado de a pie consideraba que combatía contra el fascismo, para luego en la victoriosa República española democrático-burguesa, poder comenzar la lucha por la revolución de la clase obrera, mientras que sus líderes- léase Stalin- aspiraban en realidad a instaurar una tenebrosa dictadura autoritaria, similar a la que para los trotskistas, anarquistas, capitalistas anticomunistas e incluso fascistas, se había creado en la propia URSS. Esta interpretación genera determinada tensión en las restantes cuestiones en el “frente unido” de las versiones anticomunistas de la Guerra civil en España, por cuanto la diana del anticomunismo burgués habitualmente suele ser el radicalismo del movimiento comunista, pero no su supuesto conservadurismo.
   Por otro lado, la versión de los comunistas, mucho mejor respaldada por los hechos, dice que el “Frente unido contra el fascismo” por una sociedad liberal, democrático-burguesa (en consecuencia, capitalista) era el único modo de sumar para la lucha contra el fascismo al mayor número de fuerzas políticas posible, incluyendo a los nacionalistas, capitalistas urbanos y campesinos ricos. De acuerdo con este enfoque, tras la victoria de la República, se habría formado una clase obrera fuerte y organizada, que hubiese continuado la lucha por las progresivas reformas sociales, marcándose como objetivo la revolución socialista. Los comunistas consideraban que el comienzo de la lucha revolucionaria en pleno apogeo de la guerra con los ejércitos fascistas, significaría la derrota garantizada de la República, que fue lo que acabó sucediendo.
   La crítica de las posiciones comunistas desde posiciones de izquierda, está desde luego justificada, y se hace imprescindible. Pero la considerada de “izquierda” anteriormente citada versión anarco-trotskista, hasta tal punto comparte los presupuestos de la crítica reaccionaria, que esta última se apoya gustosa en la primera para traer citas, como hace Radosh. Para preparar el terreno a una verdadera crítica de izquierdas, es necesario en primer lugar restaurar la verdad histórica de lo ocurría realmente por aquel entonces en España y en la propia Unión Soviética.
   Continúa echándose de menos una auténtica crítica de izquierdas de la política del KOMINTERN, que recoja en su totalidad y objetivamente reconozca todos sus logros y siga avanzando para determinar el origen de sus fracasos. Hace tiempo que se hicieron promesas en ese camino, pero seguimos esperando que sean llevadas a la práctica y se popularicen.
   Las propias opiniones de Radosh, presentadas en los comentarios anexos a “La España traicionada”, son contradictorias. A ratos Radosh demuestra (como suelen hacer los conservadores anticomunistas), que el KOMINTERN ocultaba sus auténticas intenciones revolucionarias. En otros lugares apoya el punto de vista anarco-trotskista orwelliano, de acuerdo con el cual los comunistas eran una fuerza conservadora, que había “traicionado” la posibilidad de la revolución en España. A Radosh no parece inquietarle esta fragrante contradicción, si es que llega siquiera a percibirla. En muchos lugares, por decirlo delicadamente, comete errores vergonzosos de interpretación de los textos que pretende “comentar”.
Documento nº 5.
   El documento nº5, el informe de Georgi Dimitrov, dirigente del KOMINTERN en el Secretariado del CEIC (comité ejecutivo de la internacional comunista) datado el 25 de julio de 1936, contiene las siguientes líneas:
   “Nosotros no debemos en la etapa actual, fijarnos como tarea la creación de Soviets ni intentar establecer en España la dictadura del proletariado. Eso sería un error funesto”.
   Radosh declara (y lo repite en su resumen para la prensa), que esta frase “respalda la opinión de varios investigadores, de que los comunistas, conscientemente ocultaban su objetivo real, la revolución social” (5-6).
   Esto no es así: Está claramente indicado, que existen diferentes “etapas”, y la tarea de la etapa actual consiste en “apoyar la unidad con la pequeña burguesía, el campesinado y los intelectuales radicales…”. Radosh podría confirmar la veracidad de su interpretación, si aportase testimonios de que los comunistas negasen aquello, que de ellos esperaban: el deseo de avanzar a la siguiente etapa, en cuanto los fascistas hubiesen sido vencidos. Radosh no aporta pruebas de que los comunistas pretendiesen de alguna manera renunciar a su principal objetivo: la revolución soviética en España. Por eso no tiene sentido hablar de la “ocultación de sus objetivos reales”.
   Habría también que señalar que Radosh pretende acceder “desde ambas partes”. En unos lugares critica a los comunistas por su oposición a la revolución social, por la que se supone luchaban los anarquistas. Esta es la principal idea de Ken Loach en “Tierra y libertad”. En otros, les reprende por querer realizar la revolución social, pero como si “enmascarasen” su intenciones.
   El documento nº5 contiene una cita, que ha sido claramente mal traducida del ruso. Radosh y demás aseguran que Dimitrov escribió lo siguiente: “Por eso debemos decir: actuad bajo la forma de defensores de la República” (Pág.11, la cursiva es mía).
En su comentario Radosh escribe:
   “La muy meticulosa selección de las palabras, así como la orden de actuar haciéndose pasar por defensores de la república” demuestra la opinión de numerosos investigadores, de que los comunistas deliberadamente ocultaban su verdadero objetivo: la revolución social. (Págs.5-6). Claramente Radosh se refiere a otra traducción del documento, y no a la que se aporta en el libro, pero es fácil demostrar que “bajo la forma de “y “haciéndose pasar por” expresan el mismo sentido: la ambigüedad, la deshonestidad: sin embargo junto a la frase “bajo la forma de “del documento nº5 hay una nota a pie de página, número 11 en la Pág.515. En ella se dice: literalmente “bajo la bandera”. Es decir, Dimitrov en realidad escribió lo siguiente:“Por eso debemos decir: actuad bajo la bandera de la defensa de la República…”
   Surge la pregunta: ¿Qué significa la expresión rusa “bajo la bandera”? Pues precisamente lo contrario a lo que asegura Radosh. Esta expresión no significa “bajo la forma de” o “haciéndose pasar por”, sino “sirviendo a ““defendiendo a “. Precisamente por aquella época uno de las principales revistas filosóficas soviéticas se llamaba: “Bajo la bandera del marxismo”, que a menudo traducían al inglés como “En defensa del marxismo”. A nadie se le hubiera ocurrido traducir ese título como: “Bajo la forma del Marxismo “o “Enmascarándose bajo el marxismo”. “Bajo la bandera” es una metáfora militar, que significa “encontrarse en las filas de”.
   Es decir, Dimitrov en realidad dijo así: … hay que actuar en defensa de la República…Tras la nota al pie, hay seguramente una historia interesante. Fuese quién fuese el que tradujese el documento del ruso- según Radosh (pag.XXXI) trabajaron dos traductores- sabía perfectamente que “bajo la forma de “era una traducción incorrecta, y quiso hacerlo saber dejando una nota a pie de página, dando a entender que no responde por ello.
   Este es solo un caso de traducción incorrecta, que podamos señalar en el libro, ya que Radosh y demás no incluyeron los originales de los documentos (escritos fundamentalmente en ruso, pero también en español, alemán y francés). Esto hubiera sido algo sencillo de hacer, aunque fuese poniéndolos en la página de Internet dedicada al libro. Sin embargo este error en la traducción nos induce a pensar, que pueda haber muchos más de ese tipo.
Documento nº42.
   Radosh dedica mucho espacio a los documentos 42 y 44, puesto que una de las principales tareas del libro era encontrar en estos documentos especialmente en el 42, la prueba de que fueron los comunistas los que provocaron el levantamiento de Barcelona en mayo del 37, para tener la excusa del cruel aplastamiento de la oposición anarquista.
   Para podernos hacer una idea de los acontecimientos, a los que se refieren los comentarios de Radosh, traeremos una breve descripción sacada de una nueva y prestigiosa fuente-el libro de Helen Graham (Graham, 1999. Pág. 485):“… la tarde del lunes del 3 de mayo de 1937, la comisaría de policía intentaba recuperar el control de la estación central de teléfonos (“Telefónica”), expulsando a las milicias de anarquistas que allí se encontraban.
   Sobre este tiempo de protestas sociales y levantamientos encontramos referencias en numerosas fuentes, de las cuales las notas del diario de Orwell, que aparecen en su libro “Homenaje Cataluña” siguen siendo las más famosas, siendo utilizadas por el director Ken Loach para su película “Tierra y libertad”. Resulta paradójico sin embargo, que estos acontecimientos de aquel mes de mayo, continúen siendo los menos estudiados de la historia de la Guerra Civil”.
   Radosh escribe, que el documento nº42 está directamente relacionado con el levantamiento barcelonés: “…hemos conseguido la prueba de que el punto de vista de los oponentes de los comunistas es en esencia correcta. El partido Comunista de España con el apoyo de informadores del Komintern y de Moscú, decidió provocar el conflicto, comprendiendo perfectamente, que su resultado les iba a dar precisamente esa oportunidad, que llevaban tanto tiempo buscando.”(174). Radosh no se toma la molestia de explicar que hicieron de incorrecto los comunistas, arrebatándoles a los anarquistas la estación telefónica. En general, se supone que es el gobierno el que debe responder por la central telefónica y no uno de los numerosos partidos. El asalto lo dirigió el jefe de la policía barcelonesa, quien aparte de comunista era funcionario público.
   Esta claro que los anarquistas llevaban tiempo preparando el asalto. En el primer piso habían instalado un nido de ametralladora, que fue el principal obstáculo que encontró la policía para recuperar el edificio. Habría que preguntarse en primer lugar como justificaban los anarquistas, el que un partido político y no el gobierno tuviese el control de la central telefónica. Radosh considera “prueba” de que “el punto de vista de los oponentes de los comunistas es en esencia correcta”- yo destacaría “en esencia”, porque hasta el propio Radosh siente que esta afirmación hay que rebajarla un poco, percibiendo que está entrando en terreno resbaladizo- las siguientes palabras:…el autor del informe señala que los comunistas decidieron no esperar la crisis, sino “acelerarla y si es posible provocarla”.
   Pero en el documento nº42 nada se dice del asalto a la Telefónica, ni de ningún plan de confrontación con los anarquistas. La frase a la que se refiere Radosh en su comentario dice exactamente lo siguiente: “Resumiendo, ir a la lucha con convicción y decisión con Caballero y su círculo, formado por dirigentes de la UGT. Esto significa no esperar de forma pasiva la resolución “natural” de la oculta crisis gubernamental, sino acelerarla y en la medida de lo posible provocarla, para resolver estos problemas… La dirección del Partido está cada vez más convencida de que con Caballero y los que le rodean, la República perderá, a pesar de todas las condiciones, que garantizan la victoria” .
   Estas líneas para nada se refieren al intento del comunista jefe de la policía de recuperar el control del gobierno republicano sobre la Telefónica, ilegalmente tomada por los anarquistas, el hecho que precediera a los “días de mayo” en Barcelona, con las que Radosh pretende relacionar la frase citada, ni a ningún plan para precipitar los acontecimientos contra los anarquistas.
   El párrafo citado se refiere claramente a los puntos 8-14 que le preceden en el documento 42, en los que el autor anónimo comunista escribe que el PCE ha decidido actuar contra el gobierno de Caballero.En este documento no hay nada que lo pueda relacionar con el intento de arrebatar la Telefónica.
   La afirmación gratuita de Radosh- uno de los sensacionales hallazgos, por él descubierto- no deja de ser una burda mentira. Toda su “revelación” no es sino un vulgar engaño para lectores incautos. Quiero hacer especial hincapié en este punto, porque el supuesto “descubrimiento” de Radosh fue ampliamente elogiado como uno de las principales “revelaciones”, encontradas en estos documentos soviéticos. Por ejemplo en el resumen de prensa e la editorial “Yale University press”, al informar de la publicación del libro, enumeraba los siete documentos y resumía lo que Radosh considera su contenido.
   Sobre el documento 42 se decía: “Barcelona, guerra civil dentro de la guerra civil. Los cinco días de combates callejeros en Barcelona fueron descritos por Orwell en su libro “Homenaje a Cataluña” y mostrados por Ken Loach en su película “Tierra y libertad”. Los historiadores han debatido largamente: ¿Fue la reacción de los anarquistas provocada con premeditación?” El documento 42 demuestra que el punto de vista de los oponentes de los comunistas es en lo fundamental correcto. El Partido Comunista de España, apoyado por los informadores del Komintern y de Moscú decidió provocar el conflicto. (La cursiva es mía).
   Señalemos de paso el respeto que experimentan por Orwell y Loach los ideólogos anticomunistas progubernamentales del tipo de Radosh y el mecanismo del reflejo mutuo de la “gran mentira”, cuando a las supuestas autoridades se unen los falsos “hechos” inventados por el propio Radosh.
   Richard Bernstein, quién publicase en el New york Times una más que positiva reseña crítica el libro de Radosh, indirectamente reconoce que el documento nº42 no demuestra aquello que Radosh pretende: “Al cabo de dos semanas los comunistas realmente provocaron (como así consideran los redactores del libro) la crisis deseada, desatando los combates callejeros en Barcelona, que prácticamente apartaron a la dirección anarquista del poder, y llevaron a la sustitución de Largo Caballero por un primer ministro más condescendiente”.
   Berstein crea la impresión de que Caballero era el líder de los anarquistas cuando en realidad era socialista y jefe de gobierno.En interés del sentido común haré unos comentarios complementarios.
1. Los comentarios de Radosh y otros trabajos anticomunistas que el cita, se basan en la suposición de que arrebatándoles la Telefónica a los anarquistas y devolviéndola bajo el control del gobierno, los comunistas “provocaron” a los anarquistas.
2. En general los comunistas no tenían ninguna relación con la estación telefónica. El jefe de la policía aparte de comunista era ante todo una personalidad pública. Si la eliminación de un grupo de asaltantes armados, ocupantes de la central telefónica, no es un acto legal de la policía ¿qué es entonces?
3. imagínense que hubiesen sido los comunistas los que hubiesen tomado la Telefónica, la hubiesen equipado con un nido de ametralladoras, y se hubiesen puesto a cortar las comunicaciones del gobierno según interesase, y el jefe de la policía, no perteneciente a los comunistas, hubiese Intentado expulsarlos de ahí. ¿No lo habría interpretado Radosh como un intento de toma del poder por los comunistas?
Documento nº43.
   Una de las afirmaciones de Radosh sobre el documento nº 43 se citaba en numerosas críticas positivas del libro: “Como muestra el anteriormente citado documento del Komintern, Stalin tenía en mente realizar “depuraciones”, “limpieza” a modo de los procesos de Moscú, probablemente en Barcelona.”
   El documento analizado, nº 43 es el informe de una fuente anónima , dirigido probablemente al Komintern. Este informador relata lo siguiente: “Las consecuencias políticas directas del golpe [los intentos anarquistas de tomar el poder- como define el autor a los días de mayo en Barcelona] son enormes. Ante todo: los trotskistas y el POUM han demostrado al pueblo que pertenecen a la quinta columna de Franco. La gente siente un enorme rencor hacia los trotskistas. Las masas exigen sean enérgica y despiadadamente reprimidos. Eso es lo que piden las masas populares de toda España, Cataluña y Barcelona. Piden su desarme total, el arresto de sus dirigentes, la creación de un tribunal militar especial para los trotskistas: Eso es lo que piden las masas”. (196-197). Comentando este documento en la Pág.176, Radosh escribe: “En otras palabras, este era un llamamiento a organizar en España un equivalente a la “limpieza” de los Procesos de Moscú. “En otra palabras”, (¿Por qué no con esas mismas?) “el llamamiento” solo puede significar una cosa: Radosh presupone que nuestro anónimo informante, autor del informe para el Komintern en Moscú, no habla en su nombre, sino en el de algún otro. Esta es una suposición falsa. Del documento no se desprende que esto sea ningún tipo de “llamamiento”.Por lo que sabemos, se trataría exclusivamente de la opinión del autor. Al fin y al cabo es él, el que escribe al Komintern: Si fuese el PCE o los consejeros soviéticos los que hiciesen ese llamamiento a organizar procesos judiciales, lo hubiera hecho constar. ¿Qué sentido tiene ocultar esto al Komintern? Y si hubiese sido Stalin el que hubiese mostrado interés por las “limpiezas” en España, el autor sin duda también lo habría mencionado.
 Documento nº44.
   El documento nº 44, es un informe del Komintern, enviado al Mariscal Voroshilov, comisario (ministro) de defensa de la URSS, la persona que encabezaba la organización, responsable de organizar los envíos de armamento y ayuda material para la República Española, un tal “Horacio”, al que Radosh una vez más faltando a sus obligaciones como redactor, no identifica: Radosh culpa al Komintern de autoengañarse, puesto que allí se expone la opinión de los comunistas, “que el “levantamiento”, organizado por el ala extremista [de los anarquistas], junto con el POUM, se había preparado mucho antes, con anticipación”(177). [Referido a los “días de mayo” en Barcelona-G.F.]
Expongamos por orden algunas reflexiones:
   1.¿De dónde saca Radosh que eso es falso? No lo demuestra. Además Radosh ya nos había dicho que el documento nº42, sirve como testimonio de que el mismo KOMINTERN planeó el levantamiento en Barcelona, mientras que el informante del KOMINTERN culpa del mismo a los anarquistas. ¿Por qué habría el KOMINTERN de mentirse a si mismo? Si hubiese sido el KOMINTERN que hubiese provocado con éxito la confrontación, como asegura Radosh, ¿Por qué no festejar la victoria? En lugar de eso, la culpa se les echa a los anarquistas, incluso en la frecuente correspondencia con el KOMINTERN (206).
   2. del documento se desprende que el levantamiento se produjo de forma inesperada para los comunistas. Entonces: si esto era algo que se esperaba, y que fue incluso “provocado”, como nos lo quiere presentar Radosh, ¿Por qué no informar sobre esto, con orgullo, como de una operación que ha culminado con éxito?
Documento nº1
   Un comunista español en Moscú escribe al Partido Comunista de España. Radosh:” el tono imperativo, elegido por Moscú, demuestra claramente, que para las discusiones o maniobras de un pequeño y relativamente débil PCE, no hay lugar…” (1-2).
   Documento nº1:”analizando la alarmante situación, que se ha producido en relación con la conspiración fascista en España, les aconsejamos:… por favor, comuníquennos, que opinión les merecen nuestras propuestas” (7,9. La cursiva es mía).
   Conclusión: el tono de este documento no tiene nada de imperativo. Radosh simplemente intenta presentarnos a “Moscú” como autoritaria y arrogante. El texto de la carta no confirma tal interpretación, por eso sus conclusiones las hace en forma de comentario.
   He entrecomillado la palabra “Moscú”, porque esta carta aunque enviada desde Moscú, fue escrita por un comunista español “Díaz Mayor” quien firma al final del documento. ¿Por qué no lo menciona Radosh, diciendo solo que el documento es enviado por “Moscú”?.
   Posiblemente por el hecho de que un comunista español que “aconseja” a otros comunistas españoles, no produce la sensación, que intenta crear Radosh de que los bolcheviques, Stalin, el Politburó o quien quiera que sea que se pueda entender como “Moscú”, intentan entregar a alguien determinadas directrices. Parece que con la ayuda de la traslación, del tropo literario, en el que “Moscú” significa cualquier dirigente comunista, se encuentre donde se encuentre, Radosh se las ingenia para relacionar a todos los dirigentes comunistas con “Moscú”, y a “Moscú” con “Stalin”. Basta con denigrar luego a Stalin y automáticamente toda la dirigencia comunista quedará por el barro.
   Radosh hace otras sorprendentes lecturas del documento nº1, aunque de forma algo ininteligible. En el documento nº1 se dice concretamente:
“Es imprescindible adoptar con la mayor celeridad las medidas preventivas contra los intentos de golpe, urdido por los anarquistas, tras el que se oculta la mano de los fascistas”.
   Lo peor que se puede decir de este análisis- recordemos enviado por un comunista español a sus colegas, que conocían perfectamente a los anarquistas españoles, a los que odiaban en la misma medida en que los anarquistas odiaban a los comunistas- es ver tras el intento de los anarquistas de tomar el poder “la mano oculta de los fascistas. Es una exageración retórica.”
   Esto es lo que el propio Radosh dice de los anarquistas: Durante el conflicto los consejeros soviéticos y del KOMINTERN no valoraron adecuadamente el peligro de la actividad de sabotaje de los anarquistas, en concreto, su negativa a aminorar la actividad revolucionaria o permitir la creación de un ejercito regular y disciplinado. (3).
   Radosh reconoce que los anarquistas defendieron precisamente esa posición en relación al ejército. ¿Cómo se podía vencer a los fascistas- que contaban con un “ejercito regular y disciplinado”- sin un ejército republicano de similares características? La guerra de guerrillas- desarrollada posteriormente por Mao y Vo Nguyen en la doctrina de la “guerra popular”- es muy importante. Pero ninguno de los precursores teóricos de la guerra de guerrillas o popular, propuso nunca ganar una guerra sin un
“ejercito regular y disciplinado”.
   Los anarquistas, al negarse a formar un ejercito les hicieron el juego a los fascistas. Incluso reconociendo esto, Radosh ataca a los comunistas, que señalaban lo evidente: que eso solo podía beneficiar a los fascistas. Más adelante, en los párrafos que Radosh no comenta, Los comunistas escriben, que los agentes fascistas han penetrado en el movimiento anarquista con ese preciso objetivo. Radosh continúa comentando:
   “El intento de crear una unión integradora también parte de la nueva comprensión de la idea de la creación de un estado social: no a través de la revolución abierta, sino con un entramado de uniones independientes o partidos confluentes en un bloque unido, controlado por los comunistas”. Radosh no aporta ningún hecho para demostrar tal afirmación. Lógicamente no puede citar el documento nº1, el mismo que pretende desentrañar, ya que Díaz Mayor propone: “La UGT [unión general del trabajo (unificado)- organización sindical más fuerte de España encabezado por los comunistas- nota de la red.] Debe proponer a la CNT [Confederación Nacional del Trabajo,- dirigida por los anarco-sindicalistas- nota de la red.]La inmediata creación en el centro y periferia de comités unificados para la lucha con los golpistas fascistas y para la preparación de la unificación de los Sindicatos...…Al mismo tiempo debéis lograr el mayor respaldo social posible y amplios derechos para la UGT unificada…”
   Díaz Mayor propone a los comunistas llamar a la unidad de acción y a la unificación de organizaciones sindicales. Radosh da a entender que este llamamiento oculta un oscuro deseo “diluir sindicatos independientes en un solo bloque, controlados por los comunistas”. El documento no contiene para nada esa propuesta. Podría añadir que la idea e Radosh sobre la “fusión”, no es más que la retórica anticomunista de siempre. Otros partidos pueden “ganar en la lucha política” y encabezar una organización, pero los comunistas solo “controlan”- nunca “encabezan” ni “confluyen”, con el sentido solapado de “estrangular”, “destruir la independencia”. [3]
   Alguien podrá decir: “De acuerdo, Radosh odia a los comunistas, por eso considera que los comunistas no están nunca en condiciones de hacer nada correctamente”. Pero no solo es eso. Según Radosh si los no comunistas proponen algo útil, como por ejemplo la unión de los sindicatos, eso es algo bueno; pero si son los comunistas los que proponen lo mismo, entonces es malo. Por eso resulta que los comunistas nunca hacen nada con sinceridad: La falsedad e hipocresía se les supone por adelantado.
Resulta interesante que Radosh, utilizando documentos, seleccionados por sus colaboradores, no es capaz de demostrar “la falta de sinceridad” de las acciones de los comunistas. Un investigador honrado hubiese propuesto: si los documentos que obran en nuestro poder no demuestran la falsedad de los comunistas, posiblemente se deba a que eran sinceros.
 
 
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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte