Entre los innumerables testimonios de homenaje a la memoria -y al sacrificio- de Andrés Nin, citaré unos pocos, los más significativos. Y, en primer lugar, la declaración que le hizo Francisco Largo Caballero a nuestro abogado Benito Pabón a los pocos días de nuestra detención. “Conozco desde hace mucho tiempo a Nin, Gorkin y demás compañeros; a pesar de ser adversarios políticos, sé que no son ni pueden ser espías fascistas. Si Nin y los otros miembros del POUM son perseguidos por espionaje, es únicamente por razones políticas, tan sólo porque el Partido Comunista quiere destruir al POUM y si en esta necesidad el Partido Comunista se ve apoyado por los otros partidos gubernamentales (socialistas de derecha y partidos burgueses), es únicamente porque tienen necesidad del apoyo comunista para la salvaguardia de la democracia burguesa. Las persecuciones contra el POUM son el rescate que éstos pagan al Partido Comunista”.
En una declaración redactada y firmada por León Trotski, con fecha 8 de agosto de 1937, el ex organizador y jefe del Ejército Rojo decía, entre otras cosas: “Cuando Nin, el dirigente del POUM, fue detenido en Barcelona, no podía caber la menor duda: los agentes de la GPU no lo soltarían vivo. Las intenciones de Stalin se aclararon con un cinismo excepcional cuando la GPU, que tiene bajo sus garras a la policía española, lanzó una declaración acusando a Nin y a todos los dirigentes del POUM de ser “agentes de Franco”. La absurdidad de esta acusación es evidente para todos los que conocen los hechos elementales de la Revolución española. Los miembros del POUM se han batido heroicamente en todos los frentes de España contra el fascismo. Nin es un viejo e incorruptible revolucionario. Defendía los intereses del pueblo español y catalán contra la burocracia soviética. Precisamente por esta razón, la GPU se ha deshecho de él. La información enviada e inspirada por la GPU designa a Nin como trotskista. El revolucionario muerto ha protestado frecuentemente contra esto, y con razón. Es cierto que, en los años de 1931-1932, Nin, que estaba entonces fuera del POUM, mantenía una correspondencia amistosa conmigo. Pero, desde comienzos de 1933, divergencias sobre cuestiones esenciales condujeron a una ruptura entre nosotros. Durante los últimos cuatro años, sólo hemos intercambiado artículos polémicos. El POUM ha excluido a los trotskistas de sus filas. Pero, para facilitar su propia tarea, la GPU llama trotskistas a todos los que se oponen a la burocracia soviética. Esto facilita la represión sangrienta. Pese a las divergencias que me separan del POUM, tengo que reconocer que, en la lucha que Nin llevaba contra la burocracia soviética, la justicia estaba enteramente de su parte. Nin se esforzaba en defender la independencia del proletariado español respecto de las maquinaciones diplomáticas y de las intrigas de la camarilla que ocupa el poder en Moscú. No quería que el POUM se convirtiera en un instrumento dominado por Stalin. Y se negaba a colaborar con la GPU y arruinar los intereses del pueblo español. Éste ha sido su único crimen. y este crimen lo ha pagado con la vida”.
Entre las notas manuscritas dejadas por el gran militante y escritor Víctor Serge -y que obran en mi poder-, destinadas a algunos de sus artículos y a sus Memorias, hay una fechada el 25 de agosto y titulada “Adiós a Andrés Nin”. Contiene diversos apuntes biográficos trazados a vuelapluma. y la conclusión: “Detenido el 16 de junio, fue conducido inmediatamente a una prisión comunista de Madrid. Y se acabó: nadie sabe qué se ha hecho de uno de los tribunos más ardientes del proletariado de España. Que lo hayan embarcado con destino a Rusia o asesinado en una calleja, como afirman los rumores, ¡se acabó! Adiós, amigo mío. Nos queda tu gran vida valerosa, sembrada de obras y de acciones. y nos queda también tu muerte. Hay que luchar hasta el fin para que el socialismo sea libre”.
Obsérvese que, tanto Trotski como Serge, conocedores directos y a fondo de la vesania de Stalin y de su GPU o NKVD -y sus víctimas-, no dudaron un solo instante de que, detenido Nin por esta última, no lograría salir con vida. ¡Se acabó! ¿No había sido Serge el primero en advertirme en Bruselas que Stalin no podía asesinar a los grandes revolucionarios rusos y tolerar nuestra oposición en Espafia, y que nos haría suprimir traicioneramente y en primer lugar a Nin? ¡Y Nin y yo, que habíamos creído que no sería posible la exportación de esos métodos a España! André Leroux, redactor de política internacional de Le Populaire -, de París, bajo la dirección de León Blum, afirmó en una de sus crónicas que “la unidad antifascista constituía más que nunca una necesidad indispensable en España”. Y añadía: “Pero esta unidad no puede ser restablecida si no se les pone fin al sectarismo y a los actos que alimentan la exasperación de los espíritus. El asesinato de algunos de los dirigentes del POUM, las persecuciones y las calumnias, las desapariciones totalmente imprevistas no tienen nada que ver con la defensa, legítima y necesaria, respecto del espionaje y el sabotaje fascistas”. (El gran periodista, historiador y sociólogo sabía a qué atenerse. Con su verdadero nombre, Angelo Tasca, había sido el fundador, junto con Gramsci y otros grandes militantes socialistas, del comunismo italiano. y su representante, durante años, cerca del Ejecutivo del Komintern en Moscú, donde sostuvo a Bujarin frente a Stalin, tanto en la política agraria soviética como en la política respecto de Alemania, que favoreció el triunfo de Hitler. Sustituido en Moscú por el zorruno y prostituido Togliatti, escribió en París, con el nombre de A. Rossi, el mejor libro que se conoce sobre el nacimiento del fascismo italiano. Colaboramos juntos en la revista Monde, de París, y nos hicimos íntimos amigos. Y tenía que ser, terminada la Segunda Guerra Mundial, el historiador más documentado sobre las intrigas secretas de Stalin y del estalinismo francés).
Por su parte, Marceau Pivert, el honesto líder de la izquierda socialista francesa, y uno de nuestros mejores defensores, manifestó su repulsa con esta frase lapidaria: “Nin era el símbolo de la Revolución Española, sacrificada a los cálculos egoístas del Este y del Oeste”. En fin, el gran escritor y moralista Albert Camus tenía que escribir más tarde, en 1954: “La muerte de Andrés Nin constituyó un viraje en la tragedia del siglo XX, que es el siglo de la revolución traicionada”.
Notas
(1) El Tribunal de Garantías Constitucionales, creado por la República, era el único habilitado para juzgar a los diputados. a los ministros o ex ministros y al propio Presidente de la República. De ahí el caso extra-constitucional de Nin.
(2) Entre los crímenes de que le acusé en México, figuran el del líder estudiantil cubano Julio Mella, que había manifestado veleidades oposicionistas y a cuya esposa, Tina Modotti, había convertido en su amante y colaboradora –en España fue conocida con el nombre de María Ruiz-; el del militante negro Sandalio Junco, que conocía los pormenores de este asesinato; más tarde, en Nueva York, el del gran anarquista de origen italiano Carlo Tresca, mi amigo y defensor, y el defensor de todas las causas nobles. Y fue él quien preparó y dirigió, con el pintor Alfaro Siqueiros, el primer asalto a la casa de Trotski. Antes de usar en Italia su verdadero nombre, Vittorio Vidali usó en Cuba, en los Estados Unidos, en México y en España -y ello desde 1928-, los de Eneas Sormenti y Carlos J. Contreras.
(3) Uno de los principios impuestos por Contreras-Vidali, organizador extranjero del Quinto Regimiento, fue el siguiente: “Si un hombre avanza o retrocede sin recibir órdenes, tenemos derecho a disparar contra él”. Un principio aplicado reglamentariamente en el Ejército Rojo. Con una particularidad: que en España, lo mismo que en Rusia y en el frente como en la retaguardia, debía ser aplicado a los que no se sometían a la disciplina ideológica del comunismo. No se conocerá nunca el número de asesinatos cometidos en su nombre.
(4) Esta misma experiencia tenía que repetirse, años más tarde, en todos los países satélites del Este, conduciendo a la ruptura titista y a las explosiones que todo el mundo conoce, principalmente en Berlin, Budapest y Praga. Añadiremos que la mayoría de los militantes sacrificados por el Kremlin habían pasado por la escuela española.
(5) A este atentado fracasado tenía que dedicarle Indalecio Prieto un capítulo de su folleto Entresijos de la guerra de España (Editorial Bases, Buenos Aires, 1953).
(6) Según Gorkin, la atribución a Vidali de la ejecución material la realizó Enrique Castro Delgado. Sin embargo, el ejecutor final del crimen pudo ser otro [nota del editor].
(7) Para comunicarse directamente con Moscú, los tres delegados principales del Kremlin, Togliatti, Codovila y Stepanov, habían instalado una estación de radio directa y secreta en una alquería de El Vedat, pueblecito cercano a Valencia. Esto cuando consideraban que no debían servirse de la propia Embajada soviética. Esta alquería estaba guardada día y noche por los servicios de la NKVD.
FUNDACIÓN ANDREU NIN
Nueva York, 2 de junio 1967, España Libre
El movimiento obrero catalán ha dado a la causa del socialismo cuatro nombres gloriosos, mártires los cuatro: Francisco Ferrer, Salvador Seguí, Juan Peiró y Andrés Nin.
Francisco Ferrer, educador, anarquista, fue fusilado por la Monarquía en 1909. Salvador Seguí, organizador, anarco-sindicalista, fue asesinado por una banda de facinerosos al servicio de la clase patronal en 1923. Juan Peiró, sindicalista, ministro de la República durante la guerra civil, fue fusilado por Franco en 1942. Andrés Nin, socialista antiestalinista, fue asesinado por la NKVD (policía política rusa) en junio de 1937, estos días hace treinta años.
Andrés Nin es una de las figuras más brillantes del movimiento obrero español. Forma parte del pequeño núcleo de intelectuales que se dieron con toda su alma a la causa obrera. Escritor de gran cultura, su aportación al socialismo fue valiosísima, coronada por el heroico sacrificio de su vida.
Nin ha sido la personalidad de más relieve internacional que ha producido el movimiento obrero español. Pertenecía a un grupo de militantes sindicalistas que se adhirieron a la Revolución rusa cuando históricamente era un movimiento progresista. Fue Secretario de la Internacional Sindical Roja, con sede en Moscú. Los dirigentes comunistas rusos, desde Lenin y Trotsky a Bujarin y Zinoviev, sabían cual era el valor de Nin, y consideraban su cooperación en lo que valía. Ahora bien, cuando el comunismo empezó a degenerar, Nin, que era honradísimo en sus convicciones, discrepó y fue expulsado del Partido Comunista ruso y de Rusia.
A su regreso a España, reemprendió la tarea de escritor, conferenciante y organizador. Cuando estalló la guerra civil era Secretario Político del POUM, cuya línea anti-stalinista indignaba a Moscú, que había empezado las “purgas” políticas que exterminaron a los hombres que al lado de Lenin habían hecho la Revolución de 1917. Veinte años antes que Khruschev confesara los crímenes de Stalin, fueron señalados en España por el POUM y Andrés Nin.
Eso era algo que Stalin y su banda no podían tolerar. Y ordenaron el exterminio del POUM y el asesinato de Andrés Nin.
En mayo de 1937, el Partido comunista español – o lo que es lo mismo, Moscú – provocó la caída del gobierno presidido por Largo Caballero porque éste se negó a perseguir al POUM. Sustituído Largo Caballero por Negrín, el POUM fue oficialmente disuelto y sus dirigentes encarcelados. Andrés Nin, separado de sus compañeros, fue encerrado en un calabozo en Alcalá de Henares, siendo sometido a horribles torturas antes de ser asesinado.
Andrés Nin, escritor, educador, organizador, héroe y mártir, figura entre los primeros en la gloriosa lista de los que en España murieron luchando por la causa de la libertad.
Andrés Nin Pérez o Andreu Nin i Pérez (El Vendrell, Tarragona, 4 de febrero de 1892 - Alcalá de Henares, Madrid, 20 de junio de 1937), fue uno de los personajes más importantes del marxismo revolucionario en España de la primera mitad del siglo XX.
Si bien se integró primero en las filas del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, pronto abrazó al sindicalismo revolucionario, ingresando en la CNT, la cual elegió como delegado al tercer congreso de la III Internacional y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja. Nin se convirtió en un personaje clave de ambas internacionales aun después de que la CNT abandonara la III Internacional en 1922.
Vivió por un tiempo en Moscú, donde perteneció al equipo de León Trotsky. Se adherió a la Oposición de Izquierda a partir de 1926, por lo cual tuvo que abandonar la URSS en 1930. A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de la Izquierda Comunista de España (mayo de 1931), grupo afiliado a la Oposición de Izquierda Internacional, y formó parte de la Alianza Obrera e intervino en los sucesos de octubre de 1934 en Cataluña. Al fusionarse su grupo con el Bloque Obrero y Campesino para fundar el POUM (1935), fue nombrado miembro del comité ejecutivo del nuevo partido y director de su publicación, La Nueva Era. Fue también elegido secretario general de la Federación Obrera de Unidad Sindical (FOUS) en mayo de 1936.
En 1937 fue detenido por la policía política soviética, que actuaba clandestinamente en la zona republicana durante la Guerra Civil Española con la connivencia de los mandos Comunistas. Luego de ser rasladado a Valencia y a Madrid, fue torturado y asesinado por orden del general Orlov, quien actuaba en nombre de Stalin.
Joaquín Maurín
Cierra España.