Siempre que a lo largo de estos años se ha hablado de Ledesma, Onésimo y José Antonio, ha sido hablar de FE de las JONS, de su fundación, de sus actos y sobre todo de su figura principal, José Antonio.
Pero realmente, que era JONS? De donde nacen estas siglas?, de que fusión vienen?, salio de aquí la mayor parte de los 27 puntos por el cual FEJONS se regiría a lo largo y ancho de su historia?, hablar de JONS , seria hacerlo ante todo de las juntas castellanas y de acción católica, sin omitir la unión de sus dos lideres en uno, Ledesma y Onésimo.
Así que hablaremos de JONS y que mejor que lo hagan estas dos figuras de la política e historia de este país, con sus propias palabras. Para así poder llegar a entender que es FE de las JONS.
Qué son las JONS?
El fascio se encuentra al nacer con el hecho gratísimo de que existe en España una organización de juventudes, las JONS, disciplinada en torno a ideales muy afines a los nuestros. Pondremos a disposición de estos grupos, verdaderos fascios de jóvenes combatientes, una página de nuestra revista, desde la que lanzarán sus consignas, sus razones y sus gritos. Hoy, uno de los fundadores más destacados, Ramiro Ledesma Ramos, señala los orígenes, las rutas y las metas de las JONS.
Las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) fueron un movimiento político español de ideología Nacional-sindicalista cuya doctrina, inspirada en el sindicalismo revolucionario, reclamaba la creación de un Estado Nuevo en el que los trabajadores fueran la piedra fundamental de éste y en el que la grandeza de la Patria, su engrandecimiento y su unidad fuera el otro gran objetivo.
Las J.O.N.S están consideradas como de ideología nacional-revolucionaria por buscar la revolución social antes nombrada y a su vez dotar a este movimiento revolucionario de un halo nacional que mantuviera al pueblo como sostén del nuevo Estado. Fueron las pioneras en adoptar el símbolo de las cinco flechas entrecruzadas en un yugo o junta, así como el lema "¡España Una, Grande y Libre!" y "¡Arriba los valores hispánicos!", grito precursor del posterior "¡Arriba España!" falangista.
Las JONS surgieron en octubre de 1931 de la fusión del grupo liderado por Ramiro Ledesma Ramos, fundador del semanario "La Conquista del Estado" con las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, grupo fundado por Onésimo Redondo Ortega, antiguo propagandista de Acción Católica, organización que abandonó por considerarla tibia y transigente.
El Nacionalsindicalismo, también denominado impropiamente falangismo, es una corriente ideológica obrerista nacida en 1931 en España (aunque aplicable en otros países en algunos de sus principios) basada, según sus pro pugnantes, en un hondo sentimiento nacional y revolucionario, con un especial acento en las ideas de patria y justicia social.
Su origen tiene lugar en el ámbito de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), movimiento ideológico formado por la unión del grupo reunido en torno al semanario "La Conquista del Estado", liderado por Ramiro Ledesma Ramos y las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica de Onésimo Redondo Ortega.
Su doctrina se basa en una particular interpretación pseudo corporativista del sindicalismo revolucionario pero desechando partes importantes de su filosofía y programa (por lo que no es tampoco propiamente un corporativismo), y se sitúa en un plano alternativo al marxismo y al capitalismo, a los que critica ferozmente desde una posición que sólo se puede calificar como de "sindicalismo nacional". Al ser "tercerposicionista", se sitúa en un ámbito distinto a la tradicional división de corrientes ideológicas entre izquierdas (marxista o liberal) y derecha liberal, división que, al entender de los defensores del Nacionalsindicalismo, provoca una visión solamente parcial de los problemas de España.
El Nacionalsindicalismo tiene un referente filosófico en la obra de José Ortega y Gasset y de la Generación del 98, aunque el peso en él del pensamiento tradicional español y del catolicismo y la Doctrina Social de la Iglesia resultan en él también determinantes.
En el ámbito económico recibe sus ideas fundamentales de movimientos sindicalistas y socialistas utópicos, así como de la Doctrina Social de la Iglesia en esta materia. Así propone la organización de la economía a través de sindicatos unitarios, como organización natural de los trabajadores, que de esta forma, recuperan la plusvalía y tienen la propiedad de los medios de producción y el control de la gestión de la empresa. Aunque pretenden superar el concepto de sindicato de clase, reconocen que los sindicatos son el instrumento de lucha del proletariado en tanto no concluya la lucha de clases, pugna que el Nacionalsindicalismo quiere superar mediante la implantación de un radical sistema de Justicia Social. El trabajo se considera un medio de dignificación social, y no existe ninguna contemplación con aquellos que, pudiendo, no dedican sus capacidades al trabajo.
Los principios ideológicos del nacional-sindicalismo son los siguientes:
Es un movimiento revolucionario. Revolución significa la alteración de un sistema de cosas que se han hecho anticuadas o que son injustas, y su sustitución por un orden más justo.
Critica tanto al liberalismo como al marxismo, tachando ambos movimientos de materialistas y clasistas, y proponiendo una concepción más espiritual de la vida.
Los tres ejes del estado nacionalsindicalista son la familia, el municipio y el sindicato. El Estado está al servicio del ciudadano, ya que está integrado por los órganos de convivencia real del ciudadano, en donde pueden plantearse sus necesidades y aspiraciones, mediante una democracia directa y participativa.
El Nacionalsindicalismo parte de una consideración católica de la persona, sin constituirse en una ideología clerical, ya que considera que ello pertenece a aspectos íntimos del hombre. Establece una separación entre funciones del Estado y de la Iglesia más que entre religión y política, por lo que defiende el principio de colaboración entre uno y otra sin intromisiones mutuas.
Cultura y educación. Solo puede ser verdaderamente libre una sociedad culta, y en este aspecto se ve, como en otros muchos, una diferencia clara con las ideólogas totalitarias.
España es una "unidad de destino en lo universal": patriotismo trascendental. El concepto de patria no se basa en características raciales, lingüísticas o incluso culturales similares, sino en la existencia de una misión común a llevar a cabo por pueblos diversos unidos por la historia. Mientras el nacionalismo aislado tiende a cerrarse en sí mismo, el patriotismo le otorga las fuerzas para conseguir un objetivo común ("el nacionalismo es el individualismo de los pueblos", llegará a criticar José Antonio Primo de Rivera).
En el plano económico, el Nacionalsindicalismo defiende la organización de la actividad económica en torno al sindicato unitario:
El capital no es más que un instrumento al servicio de la producción.
El trabajo es el factor principal de producción. El trabajo es el esfuerzo (físico o intelectual) realizado por el hombre para transformar cosas. El papel de trabajador no debe depender de la aportación de capital.
La propiedad de los medios de producción debe ser del trabajador (no del estado ni de quien aporta el capital) por medio del Sindicato (una especie de cooperativismo estructurado sindicalmente).
La propiedad privada está permitida según la naturaleza de las cosas, y por ello siempre supeditada a su doble función individual y social. En todo caso la propiedad queda delimitada según su naturaleza (bienes de uso y consumo individuales, bienes familiares, bienes sindicales, bienes municipales, etc.). Nunca se permitirá el control privado sobre los medios de producción (que serían sindicales por naturaleza).
En una empresa, todos los que trabajan en ella, obreros y directivos (que son diferenciados de los capitalistas), participan en la propiedad y la gestión. La plusvalía de producción es asignada al trabajo (no al capital).
La agrupación de empresas por ramas de producción da lugar a los sindicatos nacionales que son los pilares sociales y económicos del estado nacionalsindicalista.
La banca debe ser nacionalizada, pudiendo estar en parte estatalizada y en parte sindicalizada para cumplir como servicio público a la economía nacional.
Acción Católica es una asociación pública de fieles que tiene su origen en el mismo seno de la Iglesia católica. Fundado por el papa Pío XI. Su finalidad es la de la misma Iglesia, la evangelización. No asume como propio uno u otro campo de apostolado particular, sino la finalidad de la Iglesia, el anuncio del Evangelio a todos los hombres y ambientes. De modo que el carisma propio es no tener nada propio sino prestar disponibilidad a todas las necesidades de la Iglesia en cada lugar.
Según el artículo la fortuna del Lamennais e prime manifestazioni d'Azione Cattolica in Italia ("Civiltà Cattolica" del 4 de octubre de 1930), el origen de la acción católica es un largo periodo de gestación en la que destacan entre otros los movimientos de restauración del Antiguo Régimen como que en Italia y en otros países de Europa se dan durante el periodo de la 1ª y 2ª restauración (1821-1831) y que tiene sus precedentes, entre otros, en el neoguelfismo italiano.
La Conquista del Estado, semanario de lucha y de información política, se publicó en Madrid entre marzo y octubre de 1931, primer resultado de la organización política que con el mismo nombre impulsaba Ramiro Ledesma Ramos (1905-1936) y cuya declaración ideológica y táctica figura en el primer número, publicado el 14 de marzo de 1931 (justo un mes antes de que se proclamara la segunda República española). El principal colaborador de Ledesma en la realización del periódico fue Juan Aparicio López. Hasta el número 13 (6 de junio) aparece Ramiro Ledesma Ramos como Director Fundador, desde el número 14 (13 de junio) sólo figura como Director. La Redacción y Administración siempre en Avenida Eduardo Dato, 7, su teléfono el 90327, y el anuncio de que se reciben visitas en La Conquista del Estado los lunes, miércoles y viernes, de siete a nueve de la noche. Apareció semanalmente sin interrupción desde el nº 1 (14 de marzo) hasta el nº 18 (11 de julio). El nº 19 lleva fecha de 25 de julio y el nº 20 no aparece hasta el 3 de octubre, reanudándose el ritmo semanal hasta el nº 23, de 24 de octubre de 1931, último publicado.
Al reaparecer en octubre, tras no ser publicado este periódico durante agosto y septiembre, ya anuncia La Conquista del Estado que están organizando las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS). El semanario dejó de publicarse ese mismo mes, al culminarse la metamorfosis en las JONS de la organización política que había nacido como La Conquista del Estado.
Con formato de diario (600 x 420 mm) y texto a seis columnas, hasta el nº 15 (20 de junio) estaba formado por 6 páginas. Desde el número 16 al 23 sólo ocupó 4 páginas. En total 112 grandes páginas. Hasta el nº 15 utilizó la Imprenta de la Editorial Albero (sita en Avenida Reina Victoria 8, calle que desde el nº 13 figura con su nuevo nombre: Avenida Pablo Iglesias. En el nº 16 se avisa a los lectores de un cierre inesperado de los talleres habituales, que ha obligado a reducir a cuatro las páginas y buscar un nuevo taller: Imprenta Zoila Ascasibar, Martín de los Heros 65. Los últimos cuatro números (20 al 23) se imprimieron en Gráfica Literaria, Hernani 34.
Hasta el nº 16 figura como precio 25 céntimos, el nº 17 (4 de julio) cuesta 20 céntimos y desde el nº 20 se hacen figurar 15 céntimos. Se admitían suscripciones por seis meses o un año, con precios diferentes para España, Africa española, Portugal y América hispana (12 pesetas al año en el nº 1, 8 pesetas en el nº 23) y Extranjero (18 y 16 pesetas respectivamente). Y suscriptores protectores: un año, 50 ptas. en el nº 1, un año, desde 50 ptas. a partir del nº 20. Aunque del número 1 al 7, y en el nº 14, se hace figurar la tarifa de precios para los anuncios (una página 600 pesetas, media 400, un cuarto de página 200 pesetas...), no contó con ninguna publicidad salvo un anuncio de la pastelería La Vienesa y otro de la revista cómica infantil Manolo en el primer número, y unas líneas anunciando el Centro Exportador Librero en los números 2 y 3 (además de algunos avisos de la propia imprenta en la que se realizaron los primeros números, y sobre los libros que comenzó a publicar el periódico).
Onésimo Redondo Ortega (Quintanilla de Abajo, hoy Quintanilla de Onésimo, Valladolid, 16 de febrero de 1905-Labajos, Segovia, 24 de julio de 1936) fue un dirigente nacionalsindicalista español, uno de los fundadores de las JONS, partido que luego se integró en Falange Española de las JONS) (11 de febrero de 1934). Durante el régimen franquista se le conoció como "caudillo de Castilla".
En 1927, gracias a la mediación de Ángel Herrera Oria, director del periódico católico El Debate, obtuvo una plaza como lector de español en la Universidad de Mannheim, en Alemania. Es posible que esta estancia en Alemania tuviese importancia en su futura carrera política, ya que por entonces el Partido Nacionalsocialista Alemán estaba experimentando un fuerte crecimiento. En octubre de 1928 regresó a España.
Inició su carrera política como líder del Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla la Vieja, o "Sindicato Remolachero". En 1929 cumplió su servicio militar en Valladolid. Durante esta época conoció a Mercedes Sanz Bachiller, con la que contrajo matrimonio el 12 de febrero de 1931.
Inicialmente vinculado al movimiento de Acción Católica, se distanció de esta organización, que consideraba anclada en el liberalismo burgués. Tras la proclamación de la II República, fundó, en agosto de 1931, un grupo político denominado Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, que rechazaba el sistema democrático y propugnaba la acción directa como medio para la conquista del poder. Poco antes, en junio del mismo año, había fundado la revista que sería el principal órgano de expresión de su movimiento, Libertad, en la que firmó varias soflamas contra el marxismo, los judíos y el capitalismo burgués, y expresó su admiración por los regímenes fascistas europeos.
En noviembre de ese mismo año, su organización se fundió con la que lideraba Ramiro Ledesma Ramos, quien editaba la revista La Conquista del Estado. Resultado de esta fusión fueron las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), que adoptaron como emblema el yugo y las flechas que antaño eran el anagrama de los Reyes Católicos. Las JONS, cuyos estatutos se aprobaron oficialmente el 30 de noviembre, estaban dirigidas por un Triunvirato Central, formado por Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma y Francisco Jiménez (más adelante sustituido por Antonio Bermúdez Cañete).
El objetivo de este nuevo partido, declaradamente antimarxista, es la creación del Estado Nacionalsindicalista, de carácter totalitario. Como método de acción propugnaban la acción directa, y rechazaban el sistema electoral, por considerarlo "liberal-burgués" y corrupto. Aunque Redondo había sido antes, en su época de Acción Católica, partidario de la monarquía, en 1931 no se oponía a la república como forma del estado. El órgano principal del partido continúa siendo la revista Libertad, en el que, por esas fechas, Redondo publicó una traducción comentada del famoso libelo antisemita Protocolos de los sabios de Sión.
En 1932 tomó parte en la fracasada sublevación del general Sanjurjo. Para evitar ser detenido, cruzó la frontera y se exilió en Portugal, primero en Curia y luego en Oporto. Desde el exilio impulsó la publicación de un nuevo semanario nacionalsindicalista, Igualdad, que apareció el 14 de noviembre de 1932, y al que Redondo envió desde su exilio portugués numerosos artículos políticos.
En abril de 1933 creó, junto con Ledesma Ramos, una nueva revista, J.O.N.S., como órgano de su partido. En octubre regresó a España y volvió a instalarse en Valladolid. Decidió presentarse candidato a las elecciones legislativas del 19 de noviembre de 1933, pero a última hora retiró su candidatura para evitar perjudicar a la derecha de la CEDA.
Para entender bien el nacional-sindicalismo de Ramiro es necesario conocer a este autor: Georges Sorel.
Nació en Cherburgo, hijo de un mercader de vino en bancarrota. Estudio en la École Polytechnique de Paris. Se volvió ingeniero en jefe con el departamento de trabajos públicos y se retiró en 1892. Participó del lado de los dreyfusianos durante el Caso Dreyfus.
Sorel tenía lazos amistosos con Antonio Labriola y escribió un prefacio a la traducción de Labriola de los Ensayos sobre la concepción materialista de la historia. Aunque Labriola atacó el trabajo de Sorel, sus libros influenciaron el surgimiento del fascismo y fueron elogiados por otros pensadores italianos como Vilfredo Pareto, Benedetto Croce y Antonio Gramsci.
Política
Sorel había sido un monarquista y un tradicionalista políticamente antes de volverse al marxismo ortodoxo en los 1890s, aunque durante su carrera siguió apoyando valores comúnmente asociados con el conservadurismo. Trató de llenar los huecos que veía en la teoría marxista pero al final creo una variante extremadamente heterodoxa de la ideología. Criticó lo que consideraba como el racionalismo de Marx y sus tendencias utópicas, creyendo que el centro del pensamiento de Marx estaba más cerca del cristianismo primitivo que de la Revolución Francesa. Rechazó las teorías marxistas del materialismo histórico, el materialismo dialéctico y el internacionalismo. No veía al marxismo como 'verdadero' en un sentido científico, como hacían los marxistas ortodoxos. Más bien, era 'verdadero' en tanto prometía un papel redentor al proletariado dentro de una sociedad terminalmente en decadencia.
Sorel fundó teóricamente el sindicalismo revolucionario como una corriente sindical diferente del socialismo, del anarquismo y del comunismo. Como Proudhon, veía al socialismo como una cuestión principalmente moral. También estaba fuertemente influenciado por Henri Bergson, quien desarrolló la importancia del mito y demolió el materialismo científico, por el culto a la grandeza y el odio a la mediocridad de Nietzsche, y por la habilidad de reconocer la corrupción en la democracia de conservadores liberales como Tocqueville, Taine y Renan, por estas razones Sorel suele ser asociado al anarquismo. Por sus reflexiones sobre la violencia suele ser asociado al terrorismo. Y a pesar de su desdén por la socialdemocracia, Sorel también respetaba a Eduard Bernstein y estaba de acuerdo con muchas de sus críticas del marxismo ortodoxo, por lo que ha sido asociado con los revisionistas y también con la nueva izquierda.
Cierra España.