Una muerte de una persona joven nunca debe de ser en vano, sobre todo cuando por decisión propia decide realizar lo que de pequeño o con el transcurso de su poca existencia cree que es su destino, mucho se comenta de la trágica muerte de este soldado español, de nuestra fiel infantería.
Debo decir que después de mucho meditar, me toca alabar la labor que tantos jóvenes como el deciden realizar dentro de las FAS, lo que no es consecuente, ni tan siquiera aceptable, que la sociedad de este país, los denigre por ejercer su derecho a defender España como mejor crean oportuno, se dice que la familia por la parte que les toca por desgracia, no estaban de acuerdo con la misión que les toca vivir, que fueron obligados a acatar la orden de entrar en zona, que el material que portan esta desfasado, que en el lugar donde se encuentran no pintan nada, no voy a entrar en política, pienso que no es el momento, ni las circunstancias adecuadas por el momento, máxime cuando lo que ahora toca es el venerar la vida de un joven que cumpliendo con el juramento que realizo a la bandera decidió cumplir las ordenes hasta el final de las consecuencias, en este caso, hasta la ultima gota de su sangre.
No es fácil el ser o estar dentro de la milicia de este país de dios, principalmente porque el pueblo español a olvidado lo que significa la palabra patria, nación, juramento y lealtad a la tierra que les vio nacer, se ha olvidado el concepto del honor y el orgullo de defender la patria dentro de las filas de la milicia, están mal mirados por la mayor parte de la sociedad papista que consideran que el ejercito es una degradación para las personas, que son vividores del estado, a costa de los ciudadanos, que se tocan las narices y que su trabajo es efímero, sin ningún merito destacable de resaltar.
Lo que desconocen del ejercito es que es la lealtad, la dignidad y el honor peor pagado de esta sociedad, sin sindicatos que por intereses políticos los defiendan, sin la potestad de realizar huelgas para asegurar un futuro a los integrantes de estos y sus familias, a los que se les puede congelar el sueldo cada vez que un gobernante lo considere oportuno, sin derecho a protesta, siempre con los bolsillos vacíos, sin derechos como cualquier persona civil de esta sociedad, sin pedir y sin rehusar, siempre dispuesto a ir donde la obligación le sea encomendada, sin discusiones, solo con un simple saludo y un “a la orden”, demasiado lejos de estar en lo alto de las clases sociales de esta sociedad demócrata, considerados como parásitos por los que ahora y una vez los demócratas en el gobierno se obvian ya de manifestarse en contra de la guerra, hipócritas con carnet socialista y republicanos de cambio de chaqueta, según el dinero que los gobernantes les otorguen además de los favores que cada uno pueda trincar de ellos.
Muchos de estos que deciden engrosar las filas de la milicia española no tienen ni para poder alimentar a sus vástagos, de servicio las veinticuatro horas diarias, mal pagados u mal alimentados, sin derecho a una vivienda digna, sin el reconocimiento que se merecen, aun así entregan sus vidas sin pedir nada a cambio, también existen dentro de estas filas los que se niegan a entrar en zonas de operaciones, porque solo están dentro porque no tienen un misero sueldo para poder mal vivir ellos y sus familias y solo lo ven como una salida a la crisis, que arrastra España.
Pero que a la minima de cambio dejaran las filas porque no están dentro por devoción y honor, sino por dinero (cobardes de tres al cuarto), pero este no es el caso que aquí nos incumbe o me interesa.
El cabo de infantería D. Cristo Ancor Cabello Santana, muerto en combate en Afganistán, dentro de la ISAF, es el ejemplo a seguir de todo aquel, que por voluntad propia decide entregar su vida a España, su bandera y a todo lo que representa, sabia cual era el peligro y la amenaza, aun así, por voluntad propia decidió partir cumpliendo las ordenes establecidas por su jerarquía militar, en primer tiempo de saludo y con un paso al frente, conocía los riesgos de la vida en la milicia y la acepto con honor y gallardía española, no se puede achacar esta baja en acto de servicio al material y logística de las fuerzas armadas, sabia que material tenia, cual eran los riesgos y hasta donde podía llegar en cumplimiento de las ordenes recibidas, las cuales llevo hasta el mas alto de los propósitos de cualquier militar y soldado español, su vida, solo me queda añadir estas palabras de la fiel infantería española:
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que el adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
Dios te acoja en su seno, y por la parte que me corresponde, como conocedor de la milicia a la cual di media vida, mis mas efusivos saludos militares, en reconocimiento al juramento que una vez prestaste ante la bandera de España, con honor, lealtad, valor y gallardía, como buen español e hijo de tu tierra, España, permíteme que termine estas mis palabras de reconocimiento hacia ti con el espíritu de la muerte de la gloriosa legión, en memoria tuya:
“El morir en el combate es el mayor honor, no se muere mas que una vez, la muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece, lo mas horrible es, vivir siendo un cobarde”.
En memoria del cabo de infantería D. Cristo Ancor Cabello Santana, muerto en combate en Afganistán, cumpliendo el juramento dado a la bandera, derramando hasta la ultima gota de su sangre con honor y lealtad a España, D.E.P.
Arriba España¡¡¡
Cierra España.