Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

sábado, 5 de diciembre de 2009

Francisco Yela Utrilla


   Francisco Yela Utrilla. Profesor e ideólogo español, uno de los catedráticos de Filosofía más influyentes de la Universidad española en la década de los cuarenta, nacido en Ruguilla (Guadalajara), pequeño pueblo manchego, el 24 de mayo de 1893. Estudió latín y filosofía en el Seminario de Sigüenza, por el que fue pensionado en 1910 para estudiar en la Universidad Gregoriana, donde se licenció y doctoró en filosofía en 1912 y 1913. En 1918 se licenció en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, y en 1922 alcanzó el grado de doctor en la Universidad de Madrid, con la tesis España ante la independencia de los Estados Unidos. En 1920 obtuvo por oposición la Cátedra de Lengua Latina, que desempeñó hasta 1932 en el Instituto de Segunda Enseñanza de Lérida. En 1924 fue nombrado también Director de la Escuela Normal de Maestros de esa ciudad. Durante los años veinte publicó numerosos libros de texto (lengua y literatura española, lengua italiana, Psicología, Lógica, Ética, Historia Universal, &c.). Su libro Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal fue premiado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, en el concurso de libros de texto que se convocó en 1928 para formar la colección de ediciones oficiales de «Libros de texto para los Institutos Nacionales de Segunda Enseñanza», establecida por el ministro Eduardo Callejo cuando la dictadura de Miguel Primo de Rivera. El prestigio del que ya gozaba entonces le mereció la siguiente entrada en el último tomo de la Enciclopedia Espasa, publicado en 1930:


   Yela Utrilla ha publicado los siguientes trabajos: Un aparato diplomático inédito y un recuerdo del padre Sarmiento (Madrid 1916), Estudio elemental del latín clásico (Sigüenza 1920); Resumen de Gramática Histórica de la lengua latina (Lérida 1922); «Documentos para la historia del Cabildo Saguntino», en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1922-27); «Documentos reales del antiguo archivo de Roda anteriores al siglo XIII», en las Memorias de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza (tomo 1, Zaragoza 1922-23), España ante la independencia de los Estados Unidos, obra laureada con el premio Pelfort (Lérida 1922); El latín en los escritos de san Julián (1923-24); La Pedagogía en la Escolástica, discurso (Lérida 1925); «El Cartulario de Roda», en el Boletín del Instituto de Lérida (1922-23 y 1923-24); Sinopsis de Gramática Histórica de la Lengua latina (Lérida 1925); Nociones de Historia de América (Lérida 1926); Gramática del primer curso y del segundo curso de Lengua italiana (Lérida 1927); Antología del primer curso y del segundo curso de Lengua italiana (Lérida 1927); El Idioma Sonoro, Libro de Prácticas de la Lengua Española (Lérida 1927); Primer curso de Lengua Latina (Lérida 1927); Psicología (Lérida 1928); Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal (Lérida 1928); Nociones de Historia Universal (Lérida 1928); Etica; Geografía política y económica, Lógica; Literatura española comparada con la extranjera; Segundo curso de Lengua Latina (Lérida 1928); Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal, obra premiada por el ministerio de Instrucción pública en el Concurso de libros de texto de 1928 (Madrid 1928), y Crestomatía Latina (Lérida 1928), así como otros trabajos en diversas revistas.» (EUI 1930 70:683-684) .
 
   En 1930 y 1931 estuvo pensionado en Alemania. En el curso 1932-1933, ya en plena República, se trasladó a Oviedo, como Catedrático de Lengua Latina del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza, ciudad en la que permaneció ocho años, desarrollando un importante activismo político desde las filas de Falange Española.

Extraemos del exhaustivo y documentado libro de José María García de Tuñón Aza –hijo de Celso García de Tuñón–, Apuntes para una historia de la Falange asturiana (Fundación Ramiro Ledesma, Oviedo 2001, 159 páginas –los números entre paréntesis corresponden a páginas de este libro–), los principales momentos de la actividad política de Juan Francisco Yela Utrilla durante los años de la República.

   En noviembre de 1933 ya es Yela uno de los miembros de la directiva provincial provisional del nuevo partido Falange Española, que presenta sus estatutos ante el Gobierno Civil de Asturias. El 6 de enero de 1934 interviene en el acto clandestino que Falange celebra en Llanera. Tras el acto de fusión entre Falange Española y JONS celebrado en Valladolid el 4 de marzo de 1934, al que probablemente asistió, se reorganiza FE de las JONS en Asturias, y el día 23 de abril, en el piso del que disponían (en Oviedo, calle Santa Susana, 14-2º izda, vivienda particular del canónigo Manuel Gutiérrez), se decide un nuevo comité local: Celso García de Tuñón presidente, Juan Francisco Yela Utrilla vicepresidente, &c. Tras los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, Yela, Secretario Provincial de Falange, fue condecorado por José Antonio Primo de Rivera con la Palma de Plata.

    «José Antonio, en Oviedo. Recorrió con sumo detenimiento la abrasada Universidad y la derruida Cámara Santa. Ayer [27 de octubre de 1934] llegó en el expreso procedente de Madrid, el jefe nacional de Falange Española y diputado a Cortes, don José Antonio Primo de Rivera, que deseaba conocer de cerca las dramáticas consecuencias del movimiento revolucionario. El señor Primo de Rivera, juvenil y deportivo, fue recibido en la estación por el jefe territorial de Falange Española, don Celso García de Tuñón; el jefe provincial, don Francisco Yela Utrilla; el inspector nacional y consejero, señor Panizo, y el jefe de la Primera Línea de Gijón, señor Pondal. El jefe nacional de la Falange Española recorrió las calles de Oviedo, deteniéndose en la abrasada Universidad, en la derruida Cámara Santa y en aquellos lugares que ponen de relieve la barbarie más elemental de las huestes, desordenadas, que atacaron a la capital del Principado. Por la tarde salió para Mieres y, por último, tras regresar a Oviedo, se reunió en el domicilio del profesor don Francisco Yela Utrilla para tratar asuntos relacionados con el Movimiento falangista. Una vez terminada la reunión, don José Antonio Primo de Rivera, realmente impresionado por lo sucedido en Oviedo, declaró a uno de nuestros reporteros:


Vine a Oviedo para convencerme con mis propios ojos del alcance de los sucesos desarrollados en Asturias. Bien es verdad que por las informaciones periodísticas, las que he leído detenidamente, ya me formaba una idea de lo mucho que había padecido Oviedo, pero la realidad de los hechos tristísimos, bien podemos decir que supera a todo lo escrito.

¿Piensa usted hacer alguna información?

Desde luego. Procuraré documentarme detenidamente para poder hablar con conocimiento de causa en el Parlamento.

¿Creyó en algún momento que triunfarían los revolucionarios?

Nunca. Pero esto no quiere decir que las cosas continúen como hasta el presente, pues se impone una transformación social del Estado.

   El señor Primo de Rivera dijo, por último, que Falange Española dispone en Madrid, para un caso de necesidad, de dos mil escuadristas dispuestos a salir a la calle. Don José Antonio Primo de Rivera visitará hoy Gijón y luego regresará a Oviedo.» (Región, Oviedo, 28 de octubre de 1934.
 
   El día 26 de mayo de 1935 intervino José Antonio en un acto político en el Teatro Principado de Oviedo: «Toma la palabra en primer lugar el catedrático ovetense Yela Utrilla, quien dijo que había que trabajar por el advenimiento de un nuevo orden de cosas para hacer una España grande. Le siguió el obrero Manuel Mateo que censuró a los gobernantes del bienio porque a pesar de que en el Gobierno figuraban tres ministros socialistas no se había hecho nada para corregir el paro.» (45). El día 12 de junio se produjo una explosión en la sede de Falange en Oviedo (Campomanes 23), en la que fallecen dos obreros y otro resulta herido grave (falleciendo a los pocos días): los tres eran falangistas procedentes del comunismo; la policía sospecha que la explosión se debe a un artefacto que estaban manipulando y el gobernador ordena la detención de todos los dirigentes de Falange en Asturias: una docena de personas entre las que se encuentra Yela Utrilla. Permanecen en la cárcel hasta que se celebra el juicio, el 8 de julio de 1935, encargándose de la defensa de Yela el abogado Manuel Sarrión, pasante de José Antonio, llegado de Madrid. «Después es Yela Utrilla quien contesta a las preguntas del fiscal. Afirmó que no es posible que en el local pudiera haber explosivos porque estaba terminantemente prohibido. A su juicio, la explosión fue a consecuencia de un atentado y que Molina [el obrero herido que luego falleció] tenía algunos temores por haber pertenecido al Partido Comunista.» (54). Ese mismo día, a pesar de que el fiscal pedía doce años de cárcel para cada acusado, quedaron todos en libertad, con una multa de cinco mil pesetas que impuso el gobernador a cada miembro de Falange.


El 18 de octubre de 1935 se convoca el segundo Consejo Nacional de la Falange:

«1º. Se convoca al Consejo Nacional de la Falange Española de las J.O.N.S. para los días 15 y 16 de noviembre próximo.


2º. Con arreglo a lo dispuesto en el artículo 37 de los estatutos de la Organización, compondrán el Consejo Nacional los camaradas siguientes:

Secretario general: Raimundo Fernández Cuesta.

Jefes de servicios: Manuel Valdés, Manuel Mateo, Emilio Alvargonzález, José Manuel Aizpurúa, Augusto Barrado, Gregorio Sánchez Puerta y Alejandro Salazar.

Elegidos por las J.O.N.S.: Daniel Buhigas, Leopoldo Panizo, Onésimo Redondo, Julio Ruiz de Alda, Jesús Muro, Roberto Bassas, Salvador Blasco, José Andino, José Sainz, Martín Ruiz Arenado y Domingo Lozano.

Designados por la Jefatura Nacional: Rafael Sánchez Mazas, Sancho Dávila, Vicente Navarro, José Moreno, Celso García Tuñón, Jesús Suevos, Luys Santa Marina, Francisco Rodríguez Acosta, Francisco Bravo, Manuel Illera, José María Alfaro, José Miguel Guitarte, Eduardo Ezquer, Vicente Gaceo, Luis de Aguilar, Alejandro Allánegui, Andrés de la Cuerda, Fernando Meleiro, Narciso Martínez Cabezas, Agustín Aznar, Manuel Hedilla, Ricardo Nieto, Federico Servet, Juan Francisco Yela, Enrique Esteve, Miguel Merino, Rogelio Vignote, José Maciá y Luis Batllés.

3º. El Consejo deliberará acerca de los siguientes temas: A) Posibilidades de creación de un Frente Nacional Español y actitud de la Falange ante tal supuesto. B) Métodos tácticos que debe seguir la Falange ¿Participación en la mecánica política constitucional? ¿Actividad circunscripta a la agitación, crítica y propaganda? C) Actitud ante los nacionalismos particularistas españoles. D) Elaboración de un índice de los problemas económicos más apremiantes. E) Problema del paro. F) Orientaciones de la política agraria.

4º. Las tareas del Consejo se ajustarán a lo que establece el reglamento adjunto.

5º. La sesión inaugural se celebrará a las diez y media de la mañana, el día 15 de noviembre, en el domicilio de la Falange, Cuesta de Santo Domingo 3, Madrid.

El Jefe Nacional, José Antonio Primo de Rivera. ¡Arriba España! Madrid, 18 de octubre de 1935.»

   A finales de 1935 y principios de 1936 interviene Yela Utrilla, en pleno clima preelectoral, en varios actos públicos celebrados en Asturias por Falange (en la plaza del mercado de Llanera el 22 de diciembre, el día 29 en el Cine España de Tudela Veguín, a principios de enero en el Teatro Cervantes de Pola de Siero, en el Cine Moderno de Pola de Laviana, y en Trevías, Navia, Tapia de Casariego, &c.). El 28 de enero de 1936 José Antonio intervino en un acto celebrado en los teatros Principado y Santa Cruz de Oviedo: «Habla en primer lugar Yela Utrilla, que dice entre otras cosas: Vamos contra la revolución, pero nosotros también somos revolucionarios, con un sentido más espiritual, ...» (63-64). Dos días antes de las elecciones del 16 de febrero de 1936 intervenía, de nuevo en Oviedo, José Antonio: «A las siete de la tarde de hoy se celebrará en los Campos Elíseos un mitin de propaganda organizado por Falange Española en el que pronunciará un discurso el jefe de dicha organización política don José Antonio Primo de Rivera. Intervendrán además en el acto los siguientes elementos: don Enrique Cangas, jefe de la zona de Gijón; don Juan Francisco Yela, secretario de la organización de Asturias y don Manuel Valdés Larrañaga, de la Junta Política de Falange. La entrada será por invitación.» (Región, 14 de febrero, citado por José María García de Tuñón en la página 69). La candidatura que en Asturias presentó Falange para las elecciones de febrero de 1936 (una misma persona podía presentarse en varias provincias) estaba formada en este orden: José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda, Raimundo Fernández-Cuesta, Manuel Mateo, Leopoldo Panizo, Juan Francisco Yela, Emilio Alvargonzález, Enrique Cangas, José David Montes, Santiago López, Manuel Valdés Larrañaga, Alfonso de Lillo y Juan Lobo (70), y los resultados obtenidos fueron desastrosos: José Antonio 818 votos, Panizo 507 votos, (...) Yela 233 votos... frente a los entre 150 y 170.000 votos obtenidos en Asturias por cada candidato del Frente Popular (71). El resultado electoral supone el incremento de la persecución de los falangistas, clausurándose locales y deteniéndose a los dirigentes. «[Celso] García de Tuñón recibe por aquellos días [marzo de 1936] una llamada telefónica de Yela Utrilla previniéndole de que la Policía tiene orden del gobernador de proceder a su detención por lo que conviene que se ausente de Oviedo...» (75).

   En junio de 1936 es detenido Juan Francisco Yela Utrilla, en circunstancias que detalla su esposa, Paquita Icarán, en carta publicada por La Voz de Asturias el 4 de julio de 1936:

   «Muy señor mío: Le agradecería infinito rectificase o aclarase algunas noticias que aparecen en el número de hoy del diario que Vd. Dirige, relativas al registro, verificado en el domicilio de mi esposo y mío el día 27 de junio entre la una y las cuatro de la madrugada.

   Los brazaletes que se encontraron, no llevando como no llevaban, las flechas de Falange, lo mismo podían ser de esta organización que comunistas.

   En cuanto al uniforme, se reduce a una camisa azul mahón que se usó en los mítines celebrados en esta ciudad con autorización debida. La existencia de un puñal toledano, que mi esposo usaba como plegadera, me parece tan peligrosa como los cuchillos de cocina.

   Finalmente, en cuanto a los gorros de campaña, no pudieron encontrarse porque no existían.

Lo que me extraña es que no le hayan mostrado a Vd. otros objetos que también se llevaron de ésta su casa, a saber:

Un kilo de cuartillas de papel tela.

Un vaso con pasta blanca para pegar. Números de revistas alemanas de Filosofía y Pedagogía. Un cuadernito con apuntes en latín de filosofía del año 1912. Un sobre con tarjetón de participación de boda.

   Por haberme dicho mi esposo que la Ley de Orden Público ordena claramente que en los registros llevados a cabo en estado de alarma, el agente de la autoridad se limitará a examinar y tomar nota de lo que crea conveniente sin llevarse nada, a no ser armas, yo protesté ante el teniente de Asalto de que se llevase los objetos dichos, pero no me hizo caso, si bien posteriormente, en el segundo registro, comunicó a mi esposo que tenía orden superior para incautarse de los mencionados objetos.

   No puede ser, como se afirma en La Voz de Asturias, la detención de mi esposo resultado del registro, por cuanto me comunicó el teniente de Asalto que llevaba orden de detención, independientemente de lo que pudiera resultar del mismo; dicha orden de detención no se me leyó, como ordena la ley, ni antes de entrar en mi domicilio, ni adentro del mismo, amenazando en cambio el teniente en cuestión con derribar la puerta si no abría.

   Orientándose esta carta sólo y exclusivamente a salir por los fueros de la verdad, ya que por los de la justicia se encargará de salir el tiempo, quedo suya afma, s.s.» (en José María García de Tuñón, Apuntes para una historia de la Falange asturiana, Fundación Ramiro Ledesma, Oviedo 2001, páginas 100-101.)

   El 18 de julio de 1936 se rompe la frágil eutaxia republicana iniciándose la guerra civil española: «Mientras tanto, Yela Utrilla, que ocupaba en ese momento el cargo de jefe accidental provincial de Falange porque seguía detenido Leopoldo Panizo, ante los micrófonos de Radio Asturias pronunció una conferencia bajo el título "Nuestra guerra y la guerra de los marxistas". Yela señalaba las diferencias que se observaban en la lucha que mantenían los sin Patria, los sin Dios y los ciudadanos y militares movilizados que anteponían a todo sus propias creencias religiosas y el amor a la Madre Patria. "Aquellos –decía Yela– se lanzan a la destrucción, a la barbarie, al pillaje; éstos aspiran a construir, a entender la cultura, a conseguir que los hombres se traten como hermanos". Viajó Yela a Burgos y allí se entrevistaría con Manuel Hedilla, quien le informa de los nuevos nombramientos que quería hacer en Asturias. A últimos del mes de octubre esos nombramientos eran publicados en la prensa de Oviedo. Hedilla ratificaba al propio Yela Utrilla como secretario provincial de FE-JONS en Asturias, a la vez que le nombraba jefe territorial provisional. (...) A su regreso de Burgos, Yela Utrilla hizo unas declaraciones en los distintos medios de comunicación de Oviedo donde manifestaba que según noticias que traía, podía asegurar que José Antonio Primo de Rivera estaba vivo.» (126-128).


   «El 19 de diciembre de 1936, sábado, aparece en Oviedo el primer número del periódico La Nueva España, diario de la Falange Española de las JONS (...) Ni una sola línea se publicaba, como sería lógico, de quien en ese tiempo ostentaba el mando de Falange en Asturias, en este caso Juan Francisco Yela Utrilla, ni ninguno de los otros mandos locales o provinciales, lo que hace que sigamos creyendo que el periódico estaba al servicio del Ejército y no de Falange. (...)» (136) «Manuel Hedilla no parece muy conforme con la línea que estaba llevando el periódico falangista, ni tan siquiera con el título del mismo, por lo que decide escribir una carta a Francisco Bravo, delegado de la Junta de Mando en Asturias y Galicia. La carta llevaba fecha 17 de febrero de 1937 y dice: "(...) Creo que en este sentido debes fijar tu atención principalmente y por de pronto en Yela y en el director de La Nueva España, Francisco Arias, y también en Ricardo Fernández a quienes creo principalmente culpables de la mala organización de la provincia (...)"» (138). El 18 de abril de 1937 se celebra en Salamanca «la elección de Jefe Nacional de Falange Española y de las JONS con la asistencia de los asturianos García de Tuñón y Yela, pero éste sólo asistiría al acto de la elección ya que por motivos familiares tuvo que ausentarse el segundo día, según nota que él mismo enviaba al Consejo: "Cuando me disponía ir al Consejo, me comunican noticias que por retrasadas me dan más cuidado sobre novedades en mi familia, por lo cual me veo obligado a regresar urgentemente a Oviedo".» (150). Al día siguiente Franco decreta la Unificación que supone la caída definitiva de Hedilla, y la desaparición de Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas, transformada en FE Tradicionalista de las JONS. (Hasta aquí los datos obtenidos del libro de José María García de Tuñon Aza, Apuntes para una historia de la Falange asturiana, Oviedo 2001.)

   La guerra civil terminó en Asturias en 1937, reanudando Yela su actividad como autor: la editorial FET (Falange Española Tradicionalista) de Oviedo publicó en 1938 su Segundo curso teórico práctico de lengua latina y en 1939 Las concepciones político-sociales contemporáneas. Intervino en el renacimiento de la Universidad de Oviedo, destruida por las llamas revolucionarias de octubre de 1934 y que algunos incluso deseaban reiniciar en otra ciudad fuera de Asturias. En 1940 la Universidad de Oviedo publicó su ensayo: Una nueva concepción de la historia de España como historia patria.

   A finales de 1940 ingresó Juan Francisco Yela Utrilla en el Cuerpo de Catedráticos de Universidad (el 22 de noviembre), ocupando la cátedra de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos de la Universidad de Barcelona, trasladándose al poco a la Universidad de Madrid, para desempeñar esa misma cátedra. Fue vicedirector segundo del Instituto «Luis Vives» de Filosofía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Durante la década del cuarenta, en que fue uno de las catedrádicos de Filosofía más influyentes de la Universidad española, Yela Utrilla encabeza la más numerosa estirpe de jóvenes doctores en filosofía, de las tres estirpes de doctores en filosofía que pueden distinguirse tras la guerra civil: la de Juan Zaragüeta (1883-1974, 8 tesis dirigidas en los años cuarenta), la de Juan Francisco Yela (1893-1950, 13 tesis dirigidas en los años cuarenta) y la de Santiago Montero (1911-1985, 10 tesis dirigidas en los años cuarenta). El prematuro fallecimiento de Juan Francisco Yela Utrilla, el 26 de abril de 1950, supuso sin duda una evolución ulterior de la filosofía institucional en España diferente a la que hubiera ocurrido de haber estado presente Yela durante los decisivos años cincuenta.

   «En febrero de 1940 se había constituido el Instituto Luis Vives de Filosofía dentro del complejo macrocultural del CSIC. Bajo su férula estaba de algún modo toda la filosofía que se podía hacer en España, en la cátedra o en el libro. Para cumplir este objetivo se designó director al dominico Manuel Barbado Viejo, consejero de Educación Nacional del nuevo régimen y profesor de psicología en las facultades de ciencias y filosofía y letras de Madrid. Junto a él estaba otro eclesiástico, Juan Zaragüeta, catedrático de los de antes de la guerra y Juan F. Yela Utrilla, un turbio y fanático personaje a quien se debe la aportación de las «Introducciones a la Filosofía» que llenaron desde entonces universidades y centros de enseñanza media. [...] Los artículos [de Revista de Filosofía] rozan lo grotesco, como el del videdirector del Instituto, Juan Francisco Yela, cuando aprovecha el tricentenario de la muerte de Galileo para precisar frente a los Cassirer y los Ortega –despreciables ignorantes– que la Inquisición tenía razón: «La tesis de la Congregación Romana de que el movimiento de la tierra era falso y erróneo en la fe, resulta algo que se esfuma como de accidental monta... Se acertó en lo principal, o sea, en el sentido que informa todo el proceso, que no es otro sino la afirmación de la Iglesia como unidad de fe, como pensamiento integralmente humano y divino, como pensar libre, cual comunión de los santos, cual doxa recta, y este acierto compensa con creces el yerro en lo accesorio.» (Revista de Filosofía, primer número, 1942). Con este espíritu velaron sus armas los prometedores filósofos con ambición de perennidad que comenzaban entonces: Raimundo Pániker, José Ignacio Alcorta, Ángel González Álvarez, Rafael Gambra... bajo la protección de sus mayores, además de los citados Barbado y Yela, los jesuitas Ceñal e Iturrioz, «introductores» de Heidegger en la España de posguerra, Eugenio Frutos, Leopoldo Eulogio Palacios, y los también jesuitas catalanes Batllori y Roig Gironella.» (Gregorio Morán, El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo, Tusquets, Barcelona 1998, páginas 121-123.) (El recuerdo que en Oviedo se mantuvo de su presencia en la ciudad durante la República y la Guerra Civil, como profesor y como uno de los fundadores en Asturias de la Falange, determinó que, en fecha relativamente tardía, el 2 de marzo de 1966, el Ayuntamiento de Oviedo diese el nombre de «Yela Utrilla» a una pequeña calle surgida entonces, que parte de la Avenida de Calvo Sotelo y limita la parte sur de los terrenos del Instituto de Bachillerato «Alfonso II». Como prueba del olvido de la figura de Yela Utrilla puede aducirse que en 2003 su nombre se mantiene en el callejero ovetense, a pesar de las abundantes sustituciones realizadas tras la instauración de la democracia coronada en 1975.)

Tesis doctorales dirigidas por Juan Francisco Yela Utrilla:

   José María Rubert Candau, El realismo y el escepticismo en la filosofía de Guillermo Rubió, Universidad de Madrid 1944. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Antonio de la Torre y del Cerro, Juan Zaragüeta Bengoechea, Santiago Montero Díaz, Víctor García Hoz.


   Adolfo Muñoz Alonso, Teísmo cristiano en la filosofía helénica, Universidad de Madrid 1944. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Ángel González Palencia, Santiago Montero Díaz, Víctor García Hoz.

   Luis Rey Altuna, Qué es lo bello, según la doctrina de San Agustín, Universidad de Madrid 1944. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Eloy Bullón Fernández, Teófilo Ayuso Marazuela, Juan Zaragüeta Bengoechea, Santiago Montero Díaz.

   José Ignacio Alcorta Echevarría, Metafísica del Padre Francisco Suárez (Los modos), Universidad de Madrid 1945. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Santiago Montero Díaz, Leopoldo Eulogio Palacios Rodríguez, Víctor García Hoz.

   Ángel González Álvarez, El tema de Dios en la filosofía existencial, Universidad de Madrid 1945. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Víctor García Hoz, Leopoldo Eulogio Palacios Rodríguez, Anselmo Romero Marín.

   Eugenio Frutos Cortés, Las ideas filosóficas de Calderón como signo de su época, Universidad de Madrid 1945. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Ángel González Palencia, Víctor García Hoz, Anselmo Romero Marín.

   José Artigas Ramírez, La noción de filosofía en Séneca, Universidad de Madrid 1947. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Santiago Montero Díaz, José María Sánchez de Muniaín Gil, Anselmo Romero Marín.

   Eladio Leirós Fernández, La Filosofía de la Religión y sus relaciones con el tratado «De locis theologicis» de Melchor Cano, Universidad de Madrid 1947. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Leopoldo Eulogio Palacios Rodríguez, José María Sánchez de Muniaín Gil, Anselmo Romero Marín.

   Sabino Alonso-Fueyo Suárez, Concepción política de Saavedra Fajardo, Universidad de Madrid 1947. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Eloy Bullón Fernández, Juan Zaragüeta Bengoechea, José María Sánchez de Muniaín Gil, Anselmo Romero Marín.

   Francisco Ruiloba Palazuelos, Ideas filosóficas de Quevedo, Universidad de Madrid 1949. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Lucio Gil Fagoaga, Santiago Montero Díaz, José María Sánchez de Muniaín Gil, Anselmo Romero Marín.

   Jaime Bofill Bofill, El concepto de perfección en Santo Tomás, Universidad de Madrid 1949. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Lucio Gil Fagoaga, Santiago Montero Díaz, José María Sánchez de Muniaín Gil, Constantino Láscaris Comneno.

   Ramón María Condomines Valls, Introducción a la filosofía de Angel Amor Ruibal (1869-1930), Universidad de Madrid 1949. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Lucio Gil Fagoaga, Santiago Montero Díaz, Anselmo Romero Marín, Constantino Láscaris Comneno.

   Carlos París Amador, Física y filosofía (el problema de la relación entre ciencia física y filosofía de la naturaleza), Universidad de Madrid 1950. Director: Juan Francisco Yela Utrilla. Tribunal: Juan Zaragüeta Bengoechea, Leopoldo Eulogio Palacios Rodríguez, José María Sánchez de Muniaín Gil, Anselmo Romero Marín.

   Director de la tesis de Salvador Mañero Mañero, Dios en concepción aristotélica del universo, Universidad de Madrid 1950, tuvo que ser sustituido, por fallecimiento, por Santiago Montero Díaz.

Bibliografía de Juan Francisco Yela Utrilla:

«Documentos para la historia del cabildo saguntino», Separata del Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid 1922, págs. 211-228.

   España ante la independencia de los Estados Unidos, Gráficas Academia Mariana, Lérida 1925, 2 vols., 971 págs. 2ª ed. aumentada: Academia Mariana, Lérida 1925, 2 vols. XI+495, XII+379 págs. (Existe facsímil por Ediciones Istmo, Madrid 1988 –impresa en Imprenta Gofer, de Oviedo– con una presentación de José Manuel Gómez-Tabanera.)

El idioma sonoro: libro de prácticas de la lengua española, Gráficas Academia Mariana, Lérida 1927, 254 págs.

Literatura latina con un apéndice sobre métrica, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1927, 249 págs.

Gramática del primer curso de lengua italiana: fonética y morfología, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1927, 157 págs.

Gramática del segundo curso de lengua italiana: sintaxis con un apéndice sobre correspondencia comercial, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1927, 158 págs.

Psicología, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1927, 189 págs.

Literatura española comparada con la extranjera, Imprenta Mariana, Lérida 1928, 368 págs.

Lógica, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1928, 299 págs.

Ética, Biblioteca didáctica Urriza, Lérida 1928, 306 págs.

Nociones de historia universal, Imprenta Mariana, Lérida 1928, 223 págs.

Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal, Imprenta Mariana, Lérida 1928, 250 págs.

Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Madrid 1928, 534 págs. Edición oficial. «Libros de texto para los Institutos Nacionales de Segunda Enseñanza, Bachillerato Universitario, Año Común.»

El Cartulario de Roda, transcripción por Juan Francisco Yela Utrilla, Imprenta Mariana, Lérida 1932, 185 págs.

Iniciación en el estudio de la lengua latina, Emiliano González impresor, Oviedo 1932, XCVI+112 págs.

Segundo curso teórico práctico de lengua latina, Editorial F.E.T., Oviedo 1938, 128 págs.

Las concepciones político-sociales contemporáneas, Editorial F.E.T. (Meditaciones, ensayos y estudios metafísicos, 2), Oviedo 1939, 287 págs.

«Lo Universal Histórico», separata de Revista de la Universidad de Oviedo, 37 págs.

Una nueva concepción de la historia de España como historia patria, Universidad de Oviedo, Oviedo 1940, 33 págs.

Los «dii maiores» de la cultura española: Antonio Agustín de Albanell, Universidad de Oviedo, Oviedo 1942, 92 págs.

«Catolicismo y Falange», en el primer número de El Español, 31 de octubre de 1942.

«Galileo el ortodoxo (15 de febrero de 1564 al 8 de enero de 1642)», en el primer número de Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives, CSIC, Madrid 1942, págs. 99-125.

«Filosofía a la intemperie (philosophia sub divo)», Separata de Revista de la Universidad de Madrid, tomo III, Letras 1943, 12 págs.

Séneca, Labor (Clásicos Labor 5), Barcelona 1947, 272 págs.

«Espacio y tiempo en Suárez: ponencia», Separata de Congreso Internacional de Filosofía, Barcelona 4-10 octubre de 1948, págs. 147-181.

«El tema de la verdad en la metafísica de Suárez» Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives, CSIC, Madrid 1948, número 27, págs. 660-692.

«Valores trascendentales de la empresa calasancia», Separata de Revista española de Pedagogía, Madrid 1949, 31 págs.

Sobre Juan Francisco Yela Utrilla en el Proyecto filosofía en español:

1950 Necrología en Revista de Filosofía del CSIC

Textos de Juan Francisco Yela Utrilla en el Proyecto filosofía en español:

1942 Catolicismo y Falange

Cierra España.

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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte