Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

viernes, 23 de octubre de 2009

Discusión sobre el uso del catalán y del castellano en la educación de Cataluña (5ª parte)

El Sr. Maura: Pido la palabra.

El Sr. Presidente: La tiene S. S.

El Sr. Maura: Si S.S., Sr. Presidente del Consejo, está tan habituado, como dice, al tono mayor que por lo visto, yo acostumbro a emplear en las conversaciones, voy a hablarle en tono menor; pero en ese tono voy a decir a S.S., que es indigno de S.S., indigno de mi e indigno de la Cámara que haya empezado S.S. por suponer que yo he venido aquí a buscar una bandera. (El Sr. Presidente del Consejo: A buscarla, no; a enarbolarla.) A enarbolarla, a levantarla. Pues peor. Y S.S., que me conoce, según dice, hace seis meses (algo más hace), ¿me considera capaz de enarbolar una bandera de esa naturaleza que, una vez votado el artículo, se esfuma? Pues ¡divertido estaría yo si no tuviera otra bandera que enarbolar en la República! Pero el solo hecho de que S.S. me haya supuesto capaz de eso, me basta para relevarme de muchos compromisos en lo sucesivo.

Y ahora vamos al fondo del asunto.

Españolista me ha llamado S.S. Indudablemente, S.S. tiene una habilidad dialéctica extraordinaria; pero no se atiene a la realidad, porque yo no he hablado en nombre del españolismo, sino en nombre de la autonomía más perfecta y acabada, que es como han hablado los señores de la minoría socialista.

¿Qué otra cosa significa, Sr. Azaña, decirles a las regiones autónomas: «Tenéis plena libertad, tenéis absoluta libertad para instalar vuestras Universidades y vuestros centros docentes, todo lo que queráis, y además, el Estado os da incluso la facultad de colación de grados, en lo cual podéis ser soberanos, si es que se puede aceptar esta palabra, para practicar la enseñanza libremente en vuestra región; pero respetad el derecho del Estado a practicarla también para los que quieran cultivarla dentro de las Universidades castellanas o de las Universidades españolas»?

¿Es eso ser españolista? ¿Es eso levantar la bandera españolista? No, Sr. Azaña; eso -permítame S.S. que se lo diga- es discutir con no muy buena fe. Yo he defendido un punto de vista perfectamente liberal y autonómico, y no hay nadie que pueda decir que en la enmienda del partido socialista o en la enmienda del Sr. Unamuno haya ni tanto así que vaya contra el principio de la autonomía regional.

Afirma S.S. que todo queda reducido a posponer la cuestión para cuando se discuta el Estatuto. Pero, Sr. Azaña, yo supongo que por mucho que sea el Estatuto y por muy avanzado que sea el Estatuto, no llegará nunca a impedir que el Estado mantenga en su Constitución fundamental un derecho elementalísimo y además sagrado y una obligación ineludible; supongo que a eso no llegará ningún Estatuto, porque entonces sobraría que nosotros aprobáramos ahora esta Constitución. Por consiguiente, lo que nosotros pedimos es que esta obligación sagrada del Estado no quede pendiente de un «podrá», sino sencillamente precisada y fijada de un modo definitivo, y queda libre, absolutamente libre para el Estatuto el si han de tener Universidades y la forma en que van a ejercitar ese derecho las regiones; de modo que tampoco es ese argumento que se pueda mantener.

Y por último, Sr. Azaña, yo desearía que cuando se quiera sacar adelante eso que llamaba el Sr. Sánchez Albornoz fórmula, no enmienda, fórmula, porque, en efecto, lo es, no se saque el tropo de la Lengua, porque prácticamente, Sr. Azaña, nadie discute la Lengua, ni a nadie se le ha ocurrido pretender que estos señores (Señalando a la minoría catalana) dejen de enseñar el catalán. Ayer decía el Sr. Xiráu con gran acierto que el problema de la Lengua no es problema, porque la práctica lo resuelve por sí sola; cuando un maestro se encuentra con alumnos castellanos, los enseña en castellano, y con alumnos catalanes, en catalán; eso es natural y en eso no hay problemas; pero no se apele al tropo fácil de hacer cantos a la cultura ni a la Lengua catalana, porque eso es muy sencillo, pero no tiene que ver con el asunto (El Sr. Presidente del Gobierno: Yo no he cantado.> No ha cantado S.S. porque no ha llegado el caso; pero ha recitado y recitado muy bien. Y en cuanto a la cultura castellana, no he sido yo quien ha hablado de eso, porque ayer desde esos bancos no se ha hablado de otra cosa sino de la cultura castellana y de la cultura catalana. (El Sr. Presidente del Gobierno: Y tiene razón.) Y S.S. también, porque es verdad que todo eso es cultura española; pero cuando yo he hablado de cultura castellana, he hablado contestando a las consideraciones que ayer se hicieron con motivo de la cultura catalana y de la Lengua catalana; no ha sido invención mía; también eso es muy fácil; pero no me siento con vocación para entonar un canto a la cultura española. Y nada más.

El Sr. Sánchez Albornoz: Pido la palabra.

El Sr. Presidente: La tiene S.S.

El Sr. Sánchez Albornoz: La Cámara comprenderá la situación desigual en que me encuentro para contender con parlamentado de palabra tan ágil y de intención tan aguda como el Sr. Maura; pero no puedo menos de levantarme a rectificar algunas de sus afirmaciones, porque si yo, según él, he estado moviéndome sobre el vacío, el Sr. Maura ha estado combatiendo fantasmas. Con un dramatismo extraordinario ha hablado aquí de que vamos a entregar el alma de Cataluña al catalanismo, de que no habíamos tenido en cuenta la enseñanza del castellano, la enseñanza del Estado español en Cataluña.

Y yo voy a replicar muy brevemente, quizá en menos de cinco minutos. El Sr. Maura no sabe que las palabras de la Constitución «mantendrá», fueron llevadas al dictamen precisamente por iniciativa mía y por boca del representante de Acción Republicana; pero me he convencido después de que inferíamos un daño a España si nosotros nos empeñáramos en mantener la enseñanza del Estado, si las regiones atienden a esa necesidad de las gentes de habla castellana, en Cataluña, en. Vaconia y en todas partes. Porque yo no puedo olvidar, Sr. Maura, el caso de un gran pueblo, Austria, que encontrándose con problemas que no eran iguales, pero sí parecidos, acudió a la forma que proponen el Sr. Maura y algunos otros Sres. Diputados en esta Cámara.

En Praga funcionaba una Universidad alemana al lado de la Universidad checa; en las tierras polacas de Austria funcionaba una Universidad alemana al lado de la Universidad polaca; en las regiones servias de la monarquía austriaca ocurría otro tanto; y yo quiero llamar la atención de la Cámara para que contemple el resultado que ese antagonismo entre dos Universidades, entre dos culturas, entre dos pueblos, ha dado al cabo de muy poco tiempo. Pensad un momento en que no ha servido para nada en orden al mantenimiento de la unidad del Estado austriaco el mantenimiento en esos pueblos de dos Universidades: alemana y checa; alemana y polaca; alemana y servia, puesto que al cabo de muy poco tiempo Checoeslovaquia era una país independiente, Polonia recobraba su libertad y Yugoslavia constituye un Estado nuevo.

Yo no quiero contribuir con mi voto a que nosotros ahondemos las diferencias que puedan existir entre España o el resto de España y Cataluña; no quiero que el día de mañana pueda ocurrir, por haber nosotros atizado la llama de la contienda, algo parecido a lo que ha ocurrido en el Imperio austriaco y nos encontremos con un fraccionamiento semejante, que no sólo no ha evitado, sino que ha contribuido a crear ese antagonismo de Universidades, de culturas, de centros encontrados.

Y yo quiero también llamar la atención del Sr. Maura y de la Cámara, que precisamente el poner trabas a la expansión de la enseñanza catalana, la contraposición violenta entre las dos lenguas, practicada de modo cruel por la Dictadura, nos ha traído al estado presente; precisamente si hace veinte años hubiera habido en el banco del Gobierno gentes capaces de comprender el problema catalán, no estaríamos nosotros discutiendo hoy alrededor de esta cuestión, en una situación que puede ser muy grave si no dejamos la pasión a un lado y si no habla la reflexión, el entendimiento y el deseo de concordia. (Aplausos.)

Cierra España.


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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte