Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

domingo, 23 de mayo de 2010

Garzón, la justicia y los que se la pasan por las albaidas.


Parece ser que el entramado Garzón, creado por el gobierno para desviar la atención de la situación del país a llegado a buen fin, el juecisimo del gobierno de izquierda, abandona el cargo que hasta ahora tenia a petición del tribunal supremo y pasa destinado a la Haya, tribunal internacional como asesor para los crímenes internacionales como asesor del fiscal de dicha corte.

Pero antes de nada se da un buen baño de masas, tanto en España como en los estados hispanoparlantes donde esta bien considerado por sus cúpulas políticas, ya sean argentinas o del que dicta el no comer carne de pollo porque te vuelves moña o Parguera, mientras tanto, aquí lo único que cuenta es que ha salido según la izquierda y los desmemoriados de España, por investigar los crímenes del franquismo, lo demás o las demás causas abiertas contra el no cuentan, sólo cuenta lo que interesa y lo que hace desviar la atención de cómo esta la situación del país, para que estos puedan estar soltando pasta a quien les salga de las narices, ya sea Grecia, Cuba o los moñas de África.

Pero vamos a lo que interesa, aquí a alguien que roba para comer o delinque por circunstancias de necesidad, sé le condena a cumplir todas las penas impuestas, que suelen ser muy elevadas, sin derecho a estar en la calle y sin medios para pagar una fianza si te dejan, al señor Garzón, sé le da carta blanca con el beneplácito del gobierno para que salga fuera del país y además cobrando, o sea, la justicia es para los ricos y no para el pobre, se ponga como se ponga, Pepiño. zetape, la Bibi y Pajin y la de la Vega, sigo teniendo la convicción de que a estos y a este, la justicia no va con ellos, dicho esto, púes ya tenia ganas de desahogarme, daré unos datos de historia sobre esa ley de amnistía, qué tanto se quieren pasar por el forro de los wuitos, y se están pasando, la izquierda, los desmemoriados de la historia de España, las asociaciones victimista de la republica, el intolerante presidente de la asociación contra la intolerancia, asiduos seguidores del fanatismo locuaz de izquierda y los demás sinvergüenzas que se suben al carro de la misma, cómo los actores progre subvencionados por el gobierno de esta izquierda, los cuales como de costumbre no tendrán ni idea de lo que es la crisis, ya que a ellos no les llegará, sino, que le pregunten a la mama Bardem, por ejemplo.

Parece ser que el juez estrella se olvida de este retazo de historia que para bien o para mal, fue firmado por un 93% de los nuevos políticos que emanaban en España a la muerte de Franco y para no mentir al diablo, la ley 46/ 1977, de 15 de octubre, de Amnistía, fue aprobada por más del 93% de los diputados de nuestras primeras Cortes democráticas. Afectaba tanto a hechos delictivos cometidos por los opositores como a los llevados a cabo por partidarios del régimen anterior. No puede hablarse, pues, de una especie de «autoperdón» propiciado desde el franquismo, sino de una ley que sentaba las bases del futuro consenso la irretroactividad de las leyes penales desfavorables, consagrado en el art. 25.1 de la Constitución española, respalda, por tanto, los efectos de la Ley de 1977 e impide cualquier alteración de éstos. Los órganos de la jurisdicción constitucional.

El principio jurídico-penal que establece penal no deberían admitir ninguna denuncia o querella relativa a hechos integrados en el ámbito de aplicación de tal Ley.

La Ley de Amnistía entró en vigor antes de que lo hiciese la Constitución Española de 1978. En aquel momento estaba vigente la escueta Ley 1/1977, de 4 enero, para la Reforma Política (de rango fundamental). Según la misma, la democracia, en el Estado español, se basa en la supremacía de la Ley, expresión de la voluntad soberana del pueblo (artículo 1.1, párrafo I), con la única limitación de los derechos fundamentales de la persona, que son inviolables y vinculan a todos los órganos del Estado (artículo 1.1, párrafo II). El problema era el siguiente: la Ley para la Reforma Política no dice cuáles son los derechos fundamentales de la persona. ¿Hay algo que nos pueda ayudar? Durante la vigencia de la LRP España sólo había ratificado dos tratados sobre derechos humanos: el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de 1966 (Instrumento de ratificación publicado en el BOE de 30 de abril de 1977) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (el mismo día).

¿Qué derecho fundamental podría vulnerar la Ley de Amnistía de 15 de octubre de 1977? Únicamente puede discutirse que viole el derecho a la tutela judicial efectiva (artículo 2 del PIDCP), en la medida en que pudiese limitar el acceso a los tribunales de las personas. Pero no es exactamente así, ya que se limita a extinguir la responsabilidad criminal, pero no la responsabilidad civil del artículo 1902 CC. España en 1977 no tenía ninguna obligación internacional de perseguir criminalmente los crímenes contra la humanidad, con la sola excepción del delito de genocidio (artículo V del Convenio para la sanción y prevención del delito de genocidio de 1948, ratificado por España en 1969). De todas formas, este convenio tampoco impide la eventual prescripción de la responsabilidad criminal derivada de la comisión de dicho delito.

En definitiva, a través de la Ley de Amnistía de 1977, el Estado renunció al ejercicio del ius puniendi (es decir, el derecho del Estado a ejercer la coacción penal sobre los que vulneran bienes jurídicos básicos de la sociedad), pero no se excluyó la posibilidad de que los ciudadanos afectados reclamasen la responsabilidad civil de los causantes del perjuicio (artículo 1902 CC). La Ley para la Reforma Política no supuso ningún obstáculo para su validez, primero porque ésta reconoce la supremacía de la Ley, y segundo porque se trata de una norma de alcance muy restringido, que se limita a establecer un procedimiento de reforma constitucional. Los tratados ratificados por España hasta la época no imponían al Estado la obligación de perseguir criminalmente los delitos de los funcionarios contra los derechos de los ciudadanos y el derecho internacional penal consuetudinario al respecto carecía de sustantividad en los años 70 (para generar una norma consuetudinaria internacional hace falta una práctica general, constante y uniforme que no existía en los años 70 en la persecución penal de los crímenes contra la humanidad). Así pues, tras la entrada en vigor de la Ley de Amnistía, la responsabilidad penal por todos los delitos comprendidos en ella quedó automáticamente extinguida.

Con la entrada en vigor de la Constitución de 1978, cabe preguntarse si la Ley de Amnistía podría haber quedado sin efecto. La Disposición Derogatoria de la Constitución no se refiere a ella expresamente y ningún precepto de la Constitución da pie para pensar que su eficacia afecta a la efectividad de algún derecho fundamental (el Tribunal Constitucional ha reiterado que el derecho a la tutela judicial efectiva no implica un derecho a que tal tutela se haga a través del derecho penal, puesto que el ius puniendi es un derecho del Estado y no de los ciudadanos).

Una vez dada esta pequeña explicación, que por casualidad encontré sobre la ley de amnistía del 15 de octubre del 77, solo me queda que pensar, qué si a alguno se le ocurre de seguir hablando de lesa humanidad, de la cual España no firmo ningún tratado, y a los argumentos me remito, aunque algunos encuentren sus bases en el tratado de roma del 80,creo recordar que existen en la misma apartados donde la comunidad internacional no puede hacer nada contra esta ley de amnistía, para los dos bandos lógicamente, ya que si esto fuera de forma contraria, quién si veré en los banquillos de las cortes nacionales e internacionales será al Sr. Carrillo, por el genocidio del Paracuaellos del Jarama como mínimo.

Cierra España.

miércoles, 7 de abril de 2010

"España es el único país donde los políticos no tienen porqué tener el bachillerato"

En este sentido, confesó "la tristeza que le produce saber cómo se trata la historia en los colegios de España". Un hecho, según explicó en la rueda de prensa de presentación, que provoca que "seamos huérfanos en manos de cualquiera, ya que sin la historia nos despojamos de la memoria de verdad, de la de hace más de 3.000 años, no sólo la de 1939, y privamos de comprender la historia a las nuevas generaciones". Asimismo, consideró que este es consecuencia "de una clase política que no ha leído un libro". Reverte, que traslada al lector al Cádiz de 1811 y 1812 en 'El Asedio', afirmó que "la guerra la ganamos en lo militar, pero la perdimos en lo ideológico, ya que si bien se vivió una victoria militar y de libertad nacional, se sufrió una derrota ideológica, cerrándose la puerta durante dos siglos a la libertad, a la modernidad, al progreso, a la cultura, y cayendo en manos de los mismos, curas, ministros y reyes". En este sentido, apuntó que "quizás una victoria de Napoleón hubiera cambiado la historia, quizás".
Al hilo de esto, aseguró que "España se salvó porque fue Cádiz, pues sólo una ciudad como esa, por su topografía, por sus características, por sus condiciones políticas, sociales e ideológicas, podría ser el Cádiz de las Cortes".
Con respecto a su nuevo trabajo, que se presentó el pasado 3 de marzo en la ciudad gaditana y que ya ha vendido más de 150.000 ejemplares, el escritor cartaginés confesó que es "la obra más complicada que ha hecho", definiéndola como "la novela de novelas, donde todos sus trucos y experiencias se han vertido en ella". Además, apuntó que "una novela no es una obra de arte, sino un artefacto artesanal que hay que trabajar, podar, regar y seguirlo durante mucho tiempo".
Por otro lado, comentó que "Cádiz era un lugar especial que merecía una novela", pues aunque ya contara con las de Benito Pérez Galdós o Ramón Solís, faltaba una que recogiese "el Cádiz sin contar, la del misterio, las sombras, la oscuridad, la penumbra y el silencio". En este sentido, precisó que él ha pretendido "jugar con el Cádiz contrario a la luz, la alegría y el carnaval".
"CÁDIZ, REFLEJO DEL CORAZÓN HUMANO"
Asimismo, añadió que quería retratar "un Cádiz que fuera reflejo del corazón humano y la parte oscura del hombre, capaz de lo peor y de lo mejor". "Cádiz es símbolo de ese corazón humano y de la España de entonces", dijo. Al hilo de esto, manifestó que la ciudad de 1810 "no parecía española, pues la gente viajaba, leía, era tolerante y respetuosa con ciertas ideas como la homosexualidad". Al mismo tiempo, indicó que "fue un símbolo de lo que pudo ser y no fue", mostrando su envidia porque "parecía una ciudad como Liverpool o Manchester".
El autor reconoció que con la novela ha intentado recoger el espíritu de "la España que pudo ser y no fue, de lo que pudimos tener y no tuvimos, pero que Cádiz no supo contagiar al resto del país de su carácter".
Con la Historia y la Guerra de la Independencia como telón de fondo, Pérez-Reverte subrayó que su pretensión ha sido "resucitar el Cádiz de 1811 y 1812 para el lector, con sus olores, voces, conversaciones, ambientes y la manera de vivir, que condicionaba la manera de ser de la gente".
EL LECTOR VIVA LA HISTORIA
"No hago novelas para que el lector diga que bien escribe Reverte, sino para que se vaya a vivir con él", aseguró. En este sentido, explicó que "la estructura, los estilos y tonos están al servicio de la historia, siendo la escritura una herramienta más". Él quiere que el lector "viva la historia y sienta que está ahí", dijo.
El escritor señaló que la novela presenta varios "desafíos y retos para él", como conseguir que "el lector comprenda y adopte los puntos de vistas de los personajes como el comisario Tizón o el corsario Pepe Lobo, abordar materiales y personajes que nunca hubiera planteado en otra novela o contar una historia de amor folletinesca".
Con respecto a la longitud de la novela, más de 700 páginas, el escritor afirmó que "la extensión fue llegando por necesidades de la lectura, pues el lector tiene vivir la historia sin prisas, atravesando un largo recorrido". Además, aseguró que "lo suyo no son novelas de historia, sino que utiliza ésta para comprender el presente, como pretexto y argumento para entender los tiempos actuales". En este sentido, apuntó que "la historia es el marco general que da rigor al libro".
Por último, mientras indicó que se trata de una novela "muy andaluza pues el eje de la guerra se marca desde Despeñaperros, Sevilla, Jerez de la Frontera, Chiclana, El Puerto de Santa María y Cádiz, confesó que "el sur y el Mediterráneo son muy importante para él, pues le reconcilia con la Historia y con la vida, le alivia", asegurando que "el sur es su analgésico".

domingo, 21 de marzo de 2010

A los de casa que nos jodan¡¡

Después de que uno lleva años por desgracia currándose la pagina para mal vivir, en esta tierra, con la certeza de antaño de que al final, cuándo llegada la hora al menos el fruto de tu trabajo seria recompensado aunque mal, pero para poder subsistir lo que te reste de vida, ahora resulta que te indican que te curres un plan de pensiones paralelo al de la supuesta pensión que debería de quedarte en las arcas del estado, porque al final estarás mas tirado que la pipa de un indio.

A mis padres o en este caso a mi madre que es la que me queda aun con vida y espero que dure bastante, le queda la pensión de viudedad, de la cual y vamos a hablar en pesetas de las de antaño creo que no llega a sesenta mil de las antiguas rubias, por aquello del redondeo, aun así se le revisa la misma y le bajan esa pensión de mierda que le queda, no bastante ya con ello y llegada ya a una edad en la cual los medicamentos son mas que necesarios, de los cuales al tener seguridad privada como viuda de funcionario, estos, le cuesta el tener que abonarlos, cómo siempre han hecho, con la salvedad de que según cuales le salía a precio de fabrica como quien dice, ahora con la nueva ley sobre este tema que han sacado, las recetas medicas, mejor que las utilice para limpiarse sus humildes posaderas, porque de poco van a servirle, pero si a ella ya con su edad y la mierda de pensión que le queda le sucede esto, que no será de quien en la misma situación, pero viuda de un albañil, por poner un ejemplo aun siendo estos odiosos, la S.S. ya no le cede gratuitamente los medicamentos básicos que debería de dar por derecho de trabajo y que hasta ahora si han estado haciendo, existen medicamentos que la S.S. y la medicina privada no regalaban y que costaba el ojo de una cara, ahora a estas sumémosle las que han dejado o desean de dejar de conseguir gratuitamente bajo receta medica, si a una persona de estas edades, con la pensión que tienen, los medicamentos se los encarecen, de que cojones piensan que van a vivir?, no todos tienen la posibilidad de poder financiarse la mayoría de medicamentos que al sumarse a los que la S.S., nunca a conseguido de baracarlofi, la problemática aumenta, porque entramos en la tesitura de que si abonas las cantidades exorbitantes que cuestan los medicamentos aun siendo básicos, que cojones les queda para poder alimentarse como buena mente puedan?.

Sin embargo, si entramos en cualquier sala de urgencias de cualquier hospital, de la ciudad que sea, la sala esta petada de foráneos que en su mayoría, no abonan nada la estado, que se aprovechan de la sanidad que teóricamente corresponde a todos aquellos que por derecho de nacimiento y trabajo le corresponde, que al final esos gastos de intervenciones y medicamentos si que abonamos el resto de los españoles, incluido pensionistas y que a estos si que los medicamentos les saldrá por la cara en detrimento de quienes les corresponde por derecho, ya que estos se fundamentan en que no tienen para subsistir en esta tierra y a los cuales les hace falta los mismos, a estos foráneos también les van a exigir que se busquen la vida para adquirir los mismos?, o por el contrario se los conseguirán sin mas?.

Los españoles no deberíamos de llegar a este punto de la vida en esta circunstancias y aguantar que por humanidad, la humanidad entendida por estos que nos gobiernan, que nuestros ancianos y los que estamos a punto de llegar a esta condición, pasemos necesidad en beneficio de quien no aporta nada, como diría en mi tierra, que cada cual se lama su cipote, pero antes que los demás están los de casa y después también por hay empieza la humanidad, con los que tenemos aquí, que son de esta casa y que no están en situación de pasar necesidades en beneficio de los que llegan en patera.

Cierra España.

SUCESOS 1935 2ª parte

Mi rebelión en Barcelona

Ramón María del Valle Inclán - Ahora, 2 de octubre de 1935

Reinaba Isabel II. Acaba de proclamarse su mayoría de edad. Todavía no era llegado el desposorio con su primo el señor infante don Francisco. Ya se cursaba, sin embargo, la intriga ultramontana para consumar aquel adefesio. Reinaba Isabelona y era presidente del Consejo don Salustiano Olózaga. Entre los personajes del progresismo, ninguno tan señalado por el saludable liberalismo de sus convicciones, la prudente entereza de sus actos, la elocuente dignidad de su palabra. Don Salustiano traía en su sobreaviso a la camarilla ultramontana. Hubo conciliábulo de rábulas y sacristanes. Se convino una intriga de antecámara para perderle. Todo se hacía mirando al mayor servicio y gloria de Dios. Don Pedro José Pidal tomó las veces de maese Pedro. No se excusó ni el falso testimonio de la reina. Hizo honor a su sangre la hija de Narizotas. Alzóse la intriga sobre la falsa imputación de que la tierna soberana había sido forzada por el presidente del Consejo. No con el forzamiento que pudiera temerse de la canicular juventud de su católica majestad. Había gestado la invención en caletre de rábula y no en cotilleo de damas palaciegas. El forzamiento lo había sido para garrapatear la real firma al pie de un decreto. Llevóse la acusación a las Cámaras.

Es famoso el denuedo y magnífica la expresión oratoria con que rechazó la calumnia don Salustiano Olózaga. No pudo excusarse que una representación de diputadores y senadores, con los presidentes y secretarios, se trasladase a la cámara regia para oír a la tierna soberana. Malogróse el propósito. Su majestad, con la excusa de hallarse enferma, salvó el apuro de verse en presencia de don Salustiano. Don Pedro José Pidal tomó a su cargo leer una ramplona y marrullera declaración, amañada por su experiencia de rábula, para sosegar a la hija de Narizotas. Y como afirmaba que el injusto forzador, para mejor asegurar su violencia, había echado el cerrojo a la puerta, hubo de cecearle al oído el espadón de Loja:

- Compadre, acelere usted la diligencia, que la maldita puerta no tiene cerrojo.

Esta intriga de la picaresca ultramontana, al cabo de un siglo, resucita la aviesa ramplonería de sus númenes para acusar a don manuel Azaña. Reinaba la Isabelona...

La sombra taciturna de un agente policíaco apagaba sus pasos sobre los pasos del señor Azaña. Tenía la dual obligación de proteger y espiar al famoso político republicano. Para protegerle faltó ocasión, y el espionaje tampoco le tuvo por dónde sospechar ni atribuir culpas revolucionarias al señor Azaña. Pero no le valió la fe policíaca de aquel sabueso, puesto sobre sus pasos, y fue encarcelado. Tampoco le valió su fuero de diputado en Cortes. El Parlamento permaneció ajeno, adormilado en una siesta ofidia, hasta que se le deparó la feliz coyuntura de entender en el suplicatorio para procesar al ex presidente del Consejo de ministros, gran collar de la República. Entonces nombró una comisión de su seno que no tuvo sonrojo en abrir indagatoria y tomar declaración en cárcel a quien solamente podía hallarse preso por la muda complicidad del Parlamento. Se acusaba al gran político republicano de haber tenido parte en los sucesos revolucionarios de Barcelona (octubre 1934). Fue concedido el suplicatorio y procesado el diputado don Manuel Azaña. Por la calidad del reo correspondió entender a la Sala segunda del Tribunal Supremo. La sentencia puso en libertad, con todos los pronunciamientos favorables, al austero político del primer bienio republicano. Tal es el esquema del libro que estos días admira, suspende, esclarece y consterna a los honrados y benéficos ciudadanos de esta Barataria.

No es fácil empeño revertir y acuñar en palabras las resonancias enormes y difusas que, como una gran caracola de mar, prolongan estas páginas de tan calificado castellano. Mi rebelión en Barcelona alcanza su más alto valor estético en cuanto logra, por los rigores de una sobriedad expresiva, sin contaminaciones románticas, el fin dramático y barroco de ponernos en sobresaltada espera de infortunios, de estremecernos con aviso de daños e irreparables azares. Este libro tan sereno tiene una última sugestión aterrorizante. Se sale de su lectura como de la visita a esos museos donde se guardan antiguos y anacrónicos instrumentos de tortura. Esta prosa tan concisa pone en pie los fantasmas de un pasado que habíamos supuestos abolido; remueve las larvas del terror a los jueces, de las acusaciones absurdas y venales, de la letra procesal, del tintero de cuerno, del estilo de las relatorías, de la coroza, del pregonero, del verdugo, todo el viejo melodrama procesal que aún roen las ratas por los sótanos y desvanes de las antiguas Chancillerías. Pero con mayor fuerza que esta tradición espeluznante y picaresca nos sobrecogen los nuevos ejemplos de la estupidez humana, sacados a la luz en este libro. La ruin bazofia jurídica que guisan el barbero lugareño y el clérigo de misa y olla en venganza contra la austera fe republicana del hombre del bienio.

Don Manuel Azaña advierte con sereno juicio que el aura inquisitorial de su proceso no viene ni del rigor del encarcelamiento ni de su largo plazo, que no pasó de ochenta días a bordo de un barco de guerra. El austero político republicano muestra en la consideración del suceso una desdeñosa indiferencia y aun pone en el comentario las sales de donosas burlas. El aura inquisitorial de estos autos es una consecuencia del ruin sectarismo que anima la represalia ultramontana contra el político del primer bienio republicano. De estas páginas tan serenas, por una profunda y subterránea afinidad, se levanta, espeluznada, una evocación de cárceles llenas de presos anónimos: viejos obreros afiliados al socialismo, jóvenes menestrales, lectores nocturnos de las bibliotecas populares; proletarios hambrientos que sólo han recibido amparo del Socorro Rojo. Cárceles, cárceles, cárceles. Tristes y enrejados casones, repartidos por toda la redondez del ruedo nacional, con guardia de fusiles a la puerta y asustado coro de mujerucas con los críos colgados de la teta.

En la vida nada se pierde, y el haber sufrido hambre y sed de justicia es siempre de provechosa enseñanza para aquellos hombres singulares, propuestos por el Destino para la gobernación de los Estados.

No es dudoso que pronto, en el correr de futuros días, tengan ocasión de confirmarlo cuantos españoles cifren una esperanza en las prendas de gobernante que son raro patrimonio de don Manuel Azaña. Si ha sufrido cárcel y proceso, en el acíbar de tales agravios habrá gustado austeras y prudentes advertencias. La cárcel para el hombre cabal es madre de consejos. Y, aun sin celebrar que los enemigos del gran repúblico le hayan honrado con tan dura escuela, de ello pudiera decirse feliz rigor, mirando al fruto sazonado de este libro. Si para el remedio de los afanes nacionales es grande parte el conocimiento que promete el andar caminos bajo soles y lluvias con las botas de siete leguas, no es menor el que se saca de medir uno y otro día los cuatro pasos de un calabozo y de contemplar la luna sobre la altura del enrejado tragaluz. Noble laurel ofrece la cárcel cuando va acompañada de la persecución injusta.

Cierra España.

viernes, 19 de marzo de 2010

FE-JONS Cataluña denuncia la persecucion politica de un camarada

FALANGE ESPAÑOLA
DE LAS J.O.N.S.
JEFATURA TERRITORIAL DE CATALUÑA

Denunciamos:

La persecución política hacia un militante de nuestra Organización por parte de los Servicios Territoriales de Barcelona (Departamento de Acción Social y Ciudadanía) de la Generalidad de Cataluña por el simple hecho de tener una ideología diametralmente opuesta a quienes ostentan el poder y abusan de él movidos por intereses personales, partidistas y separatistas.

La mentira, los métodos nazis y de pensamiento único utilizados por esta institución son bajos y sucios, atentando contra su familia ( esposa y dos hijas menores ).

Gozan de superioridad económica para financiar y llevar a cabo tan vergonzante acción con fondos públicos ( pagados incluso por el propio afectado ), para avasallar, humillar e intentar hacer desistir a nuestro camarada del cumplimiento del deber en favor de la libertad, la Justicia y la Unidad Nacional. NO LO CONSEGUIRÁN.

Nada es más lejano a la voluntad de cualquier falangista permitir tal objetivo.

FALANGE NO SE RINDE Y LUCHARÁ SIN TREGUA
APLICANDO LOS MÉTODOS QUE CONSIDERE OPORTUNOS SEGÚN LA DINÁMICA DE LOS ACONTECIMIENTOS.

Por la Patria, el Pan y la Justicia.

¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!!

Articulo extraido de www.cruzadahispanica.com

miércoles, 17 de marzo de 2010

SUCESOS 1935 1ª parte


La Experiencia de la República - II. La libertad escamoteada
Joaquín Maurín - Texto del libro «Revolución y contrarrevolución en España», 1935

La burguesía tenía miedo a la revolución. Lo tuvo antes del 14 de abril, y lo tuvo después. El pánico de la pequeña burguesía tomó una forma parlamentaria. Todo debía resolverse en el Parlamento. Los problemas eran arrancados de cuajo de la calle y del campo para ser llevados a las Cortes. Y allí eran asfixiados. Las Cortes Constituyentes se oponían a la revolución, eran antirrevolucionarias.

Las Cortes llevaron a cabo una obra legislativa de gran amplitud. Su actuación fue extensa más que intensa. Las leyes aprobadas -y en su número más que en su calidad encontraban Azaña y los suyos la justificación de las Constituyentes- eran sucesivas puñaladas que se asestaban al cuerpo vivo de la revolución. Fue una suerte que aquel Parlamento se acabara antes de lo que sus diputados hubiesen deseado. De continuar algún tiempo más, tal vez ya hubiera sido imposible reaccionar contra los desastres que ocasionó a la revolución.

Las Constituyentes dieron a la República un basamento: la Constitución.

La Constitución de la República Española es, sin duda alguna, la más «químicamente pura» de cuantas existen en el mundo. Los sabios de la jurisprudencia, partiendo de la entonces agónica Constitución de Weimar como guía, forjaron, literalmente hablando, un verdadero monumento. La Constitución es perfecta desde el punto de vista abstracto.

Pero dotada España de Constitución, hay que preguntarse: ¿La Constitución española es todavía una crisálida que necesita nuevas metamorfosis, o es más bien algo artificial que no ha tenido vida nunca? ¿Existe, realmente, una Constitución en España? ¿Es España una República constitucional, democrática?

Los propios fabricantes de la Constitución del año 1931, los Azaña, Jiménez de Asúa, Sánchez Román, Sánchez-Albornoz, Ossorio y Gallardo, etc. ¿podrían por ventura demostrar que vivimos bajo el signo de la Constitución? Y esto no solamente durante el período de Lerroux-Gil Robles, sino antes incluso. Unicamente hubo un momento de constitucionalidad verdadera que pasó como un relámpago, y se dio, precisamente, para ayudar al triunfo de la contrarrevolución. Fue cuando, bajo la presión de las derechas, el gobierno de Azaña suprimió la Ley de Defensa de la República, situación que duró justamente el tiempo necesario para que la reacción hiciera avances decisivos hasta ganar las elecciones de noviembre de 1933. Una vez logrado el triunfo electoral, la Constitución dejó de existir nuevamente.

Una Constitución democrática ha de tener como objetivo asegurar las libertades individuales y colectivas que se reconocen en sus artículos. La Constitución deja de existir en el instante en que esa función esencial de la Constitución no se cumple. En España, durante Azaña, y menos después todavía, no ha habido un régimen democrático.

La mejor Constitución democrático-burguesa es precisamente aquella que no existe. Es decir, la de Inglaterra. Las leyes fundamentales, base del derecho constitucional inglés, datan algunas de ellas hasta de hace nueve siglos. Un pueblo empírico como el británico sabe perfectamente que la Constitución jurídica importa menos que la Constitución real, efectiva, determinada por la relación de fuerzas. El Habeas Corpus, que es alma de la Constitución inglesa, fue votado en 1679. Era el eco histórico, la concreción jurídica de la gran rebelión.

Lassalle hizo aquella distinción clásica entre Constitución real y Constitución escrita. «Es necesario, ante todo, no una Constitución escrita, sino una Constitución real, esto es, una modificación de las relaciones reales existentes... Hacer una Constitución escrita es la cosa más fácil del mundo; puede hacerse en tres días. Es lo último que hay que hacer. Si se produce prematuramente, antes de que la revolución haya cambiado los fundamentos del viejo orden, es falsa.»

Antes de Lassalle, nuestro Flórez Estrada había expuesto la misma idea: «Para constituir de un modo sólido y ordenado las sociedades humanas, antes de establecer las reformas políticas es indispensable fijar las bases sociales».

Nuestra Constitución «liberalísima» puede servir perfectamente a Gil Robles y a sus jesuitas, como ya se ha demostrado, para ir escalando el Poder, y con la Constitución en la mano, destruir la Constitución o mejor dicho: adaptar la Constitución escrita a la Constitución real

España, prácticamente, es un país que vive fuera de la democracia. La democracia aquí no ha existido nunca. La República en este sentido no ha superado a la Monarquía.

Después de promulgarse la Constitución -Constitución de tipo pequeño burgués en un país en donde el peso específico de la pequeña burguesía es relativamente escaso- inmediatamente se le añade un apéndice: la Ley de Defensa de la República que, en realidad, anula la Constitución en todo aquello que significa una garantía de las libertades. Se vive a merced del capricho del gobernador, del jefe de policía, del sargento de la guardia civil. Después, esta Ley de Defensa de la República se convierte en Ley orgánica, en Ley de Orden Público, verdadera antítesis de la revolución.

Una Constitución democrática si se cumple constituye en gran parte una tregua entre las fuerzas sociales que aspiran a la dirección del Estado. Pero en período revolucionario no hay tregua posible. La revolución es la efervescencia, la ebullición de las fuerzas sociales. La Constitución formulada en plena marcha revolucionaria envejece inmediatamente. En la Revolución francesa se promulgaron las constituciones de 1791, la jacobina de 1793, la thermidorinana de 1795 y la que, finalmente, dictó Bonaparte. La primera Constitución, aun cuando no fue tan prematura como la nuestra, al cabo de poco tiempo era ya vieja. Sólo una Constitución móvil como la inglesa puede tener una larga duración. Pero una Constitución «perfecta», impuesta en los primeros tiempos de la revolución no es, en último término, más que un engaño que se hace a las masas revolucionarias. A la vuelta de la esquina, un poco más allá de la Constitución está la anti-Constitución.

Lassalle hacía remarcar, además, que, cuando la Constitución real y la escrita no concuerdan, cuando son diferentes, surge un conflicto irremediable; hay un malestar permanente; chocan las formas sociales y las fórmulas jurídicas. Es un período de falso constitucionalismo, peor aún que el mismo absolutismo. Ese es el caso presente de España. La Constitución ha sido negada por las leyes posteriores. La Constitución es abstracta. Lo concreto y lo temible, por lo tanto, es su negación: la Ley de Orden Público aprobada, claro está, por el mismo Parlamento que elaboró y votó la Constitución, y que justifica la dictadura permanente. Las libertades democráticas pueden dejar de existir constitucionalmente.

En este doble juego, en esta simulación jurídica -Constitución (anverso) y Ley de Orden Público (reverso)- se ve claramente la doblez, la hipocresía de una burguesía en crisis. Siente que el oleaje popular pide libertad y le da una Constitución. Mas, solapadamente, de una manera sigilosa, por detrás, sustrae lo que había prometido.

Los republicanos de 1931-1933 no han podido comprender todavía cómo el partido jesuítico de Gil Robles ha podido aceptar la Constitución que ellos prepararon. Y, sin embargo, la explicación es bien sencilla. El jesuitismo intrínseco de la Constitución hacía inevitable que Gil Robles la aceptara. Gil Robles se ha sentido atraído más que por la tesis, por la Constitución propiamente dicha, por la antítesis, esto es, la Ley orgánica de Orden Público.

Uno de los fundamentos del régimen democrático burgués, en un país como España en donde existe una gran tradición municipal, lo constituyen los Ayuntamientos. Los Ayuntamientos tienen una base real: no son simples creaciones burocráticas. Han sobrevivido a todas las catástrofes políticas. La rebelión de los Ayuntamientos contribuyó al derrumbamiento de la Monarquía. Pues bien, ¿qué queda, al cabo de cuatro años de República, de los Municipios, elegidos democráticamente? Los más importantes, y al frente de ellos los de Madrid y Barcelona, habían sido destituídos y reemplazados por delegados directos del Gobierno cuando éste, constitucionalmente, lo había creído conveniente.

Todavía la República no se ha atrevido a dar organización democrática a las Diputaciones provinciales. Siguen regidas de una manera arbitraria, a voluntad del último rondín de mando.

Y es que a la burguesía, en período republicano, como durante la Monarquía, le horroriza la democracia. Huye de ella como de la quema. La libertad, la democracia, supone la intervención creciente de las masas populares. Es decir, supone la revolución que es, precisamente, lo que la burguesía quiere evitar.

Miguel Maura, en un discurso pronunciado en el Parlamento, después de las jornadas de octubre, dirigiéndose a Gil Robles le decía:
«¿Sabe su señoría cuál es la contextura del cuerpo social español en estos instantes, como hace un año, como hace año y medio? Se ha hecho recientemente por la Dirección General de Seguridad una estadística curiosísima de las filiaciones y fuerzas respectivas de las organizaciones obreras y de los partidos de derecha. Esta estadística está hecha en los primeros meses de 1934 y arroja las siguientes cifras: socialistas, 1.444.474 afiliados cotizantes; sindicalistas o anarcosindicalistas, 1.577.547; comunistas, 133.266. Fuerzas de derecha cotizantes o no, porque en las derechas no todos cotizan, 549.946. (Rumores)».

Los rumores con que fueron acogidas estas revelaciones estadísticas hechas por un ex ministro de la Gobernación, constituían todo un poema. En ellos estaba sintetizado el terror pánico de la burguesía española ante una relación de fuerzas tan expresiva. ¡3.155.287 obreros organizados, a un lado; y 549.946 burgueses al otro lado!

Maura prosiguió luego aproximadamente así: «Si esas fuerzas, hoy fraccionadas, se unen, ¿qué será de nosotros, señor Gil Robles?» Cada uno de los que escuchaban, sin exceptuar a los republicanos de izquierda, debió sentir interiormente una sacudida escalofriante.

Esta es la realidad. La democracia supone el contraste de esas dos fuerzas, torrencial, potencial y arrolladora la una si puede desenvolverse, y reducida, pero efectiva y en tensión la otra.

La burguesía llega empujada por la propia clase trabajadora al borde de la democracia. Mas al avizorar las perspectivas, da media vuelta y huye aterrada. Azaña y su séquito eran la burguesía llegando hasta el umbral de la democracia. Gil Robles y su banda de jenízaros es la burguesía retrocediendo despavorida. La Constitución fue la primera parte de esa escena: la acción, el avance. La Ley de Orden Público con la dictadura permanente que consiente, la segunda parte: la reacción, el retroceso.

La Ley de orden Público permite la declaración del «estado de alarma». La burguesía está en estado de alarma constante. Sabe que vive sobre un volcán. Por eso ese estado de alarma constitucional es perpetuo.

Es evidente que la burguesía española no puede sustraerse, aunque quisiera, al fenómeno general de transformación que se opera en el mundo capitalista. La burguesía ha pasado por dos fases, jacobina y democrática, y ahora inicia la tercera, la fascista.

El jacobinismo revolucionario de la burguesía duró en Europa hasta la revolución francesa de 1848. Esta revolución constituyó el límite que separa dos vertientes históricas. Hasta allí llega la burguesía. Y desde allí parte el proletariado. La burguesía ha sido revolucionaria, jacobina, mientras se ha tratado de destruir los privilegios del feudalismo en beneficio suyo. Aceptó para ello de buen grado la colaboración que la prestaba la clase trabajadora, incipiente entonces. Pero cuando ésta, con un cierto desarrollo ya, ha querido desempeñar su propio papel, hacer oír su voz, la burguesía ha hecho marcha atrás, liquidando toda veleidad revolucionaria. Si ha tenido que ir por fuerza a una revolución ha procurado asaltar las primeras posiciones para disparar con furia contra las avanzadas revolucionarias. Es lo que hicieron en Francia Cavaignac, en 1848, y Thiers, en 1871.

En la segunda mitad del siglo XIX se inicia la etapa democrática de la burguesía que se extiende hasta que estalla la guerra y triunfa la Revolución rusa. Durante medio siglo, aproximadamente, existe en Europa, en unos países más pronunciadamente que en otros, una tregua tácita entre la burguesía y el proletariado. El proletariado, como se demostró en 1848 y en la Commune, no se encuentra aún suficientemente fuerte para desplazar a la burguesía. Además, ésta desempeña todavía una misión históricamente progresiva. Le sigue perteneciendo la dirección del mundo.

El proletariado exige reformas políticas y económicas. El verdadero defensor de la democracia, de la libertad es él, el movimiento obrero. La burguesía hace concesiones políticas. Mientras pueda mantener su indiscutible hegemonía, su autoridad absoluta en la fábrica, en el taller, en la oficina, el patrono no pone dificultades insuperables a conceder, políticamente, a los obreros el derecho de representación. La burguesía, disponiendo de la fuerza económica, encuentra fácilmente la manera de que la democracia no se vuelva contra ella. Monopoliza, de hecho, la dirección de la democracia. En las elecciones es ella quien triunfa. Tiene a su disposición la gran prensa, los resortes del Poder, su avasalladora influencia económica.

La guerra mundial señala el límite máximo de la madurez del capitalismo. La Revolución rusa es la confirmación práctica de que el proletariado se dispone a sustituir a la burguesía. El proletariado inicia una nueva era: la de la lucha por la conquista del Poder político y económico.

La democracia no solamente ya no sirve al capitalismo de dique, de frontera para impedir la invasión obrera, sino que precisamente la democracia favorece, ayuda a ese desbordamiento. La democracia es una brecha por la que pasa su enemigo. ¡Contra la democracia, pues! Y la burguesía liquida rápidamente todo su pasado democrático, todas sus viejas fórmulas liberales, y vuelve a la dictadura de sus comienzos con la diferencia, sin embargo, que la dictadura jacobina era revolucionaria, progresiva, y la nueva dictadura es reaccionaria, retrógrada. Pretende impedir la marcha ascendente de la historia.

La Revolución rusa indicó el comienzo de la revolución proletaria mundial. La reacción contra esa corriente obrera la inauguró el triunfo del fascismo en Italia.

La dictadura de Primo de Rivera fue la adaptación, en España, de esa contramarcha llevada a cabo por el capitalismo. La burguesía española, y menos que ella aún los restos del feudalismo, no podían sostenerse en un régimen de democracia.

Durante la Monarquía fue así. En la fase republicana no puede ser de otro modo. Democracia y burguesía son hoy términos antagónicos. La burguesía necesita la dictadura y da voces desesperadas al fascismo para que acuda a salvarla

Cierra España.

martes, 16 de marzo de 2010

Una de Alianza de Civilizaciones,donde esta Esteban Ibarra?.

Agreden a una joven española en un tren en Madrid ¡¡Y NADIE HACE (NI DICE) NADA!! por Samuel Azor

Según (*), la paliza que le propinaron fue brutal: “Me arañaron, me dieron puñetazos, me tiraron al suelo, me dieron patadas, una me cogió de los pelos y me intentó arrancar todo lo que llevaba y me dijo: si la cabrona lleva extensiones”.
(*) sufrió hematomas en ambos ojos, desviación del tabique nasal, contracturas cervicales, labio partido, lesiones en el paladar, pérdida de cuero cabelludo “con sangre” e inflamación de rodilla izquierda.

¿Te suena lo que te estoy contando? Posiblemente todavía no.

Pero adivinaste, la víctima es española ((*)=Lorena) y presuntamente hay inmigrantes relacionados con esta brutal agresión a una menor española.

Otra de las agresiones que las televisiones serviles “pasan por alto” y ninguna “Oenegé Tolerante” monta el circo mediático pero recuerden la que se montó cuando un payaso oriundo le pegó dos tortas a una menor ecuatoriana en un tren de Barcelona: fue noticia 24 horas 7 días a la semana en todas las televisiones, políticos ecuatorianos más preocupados que nunca por sus compatriotas emigrados, oenegetas tolerantes bramando que todos los inmigrantes corrían peligro en España, programas basura sobre racismo y xenofobia en todas las televisiones ¡que vienen los ultras! y de paso obviando asquerosamente que en esas mismas fechas un grupo de inmigrantes que odiaban a los españoles/as se dedicaban a violar en grupo a jóvenes españolas delante de sus novios.

Este es el relato de lo que sucedió en este gran sumidero de mierda que han convertido los políticos llamado España. ¡¡72 personas viendo impasibles como una niña de 17 años es atacada sin piedad por una “manada de hienas multiculturales”!!

Lorena J., la menor de 17 años víctima de un robo y de una paliza el pasado 27 de febrero en un tren de la línea C-5 de Cercanías que realizaba el trayecto Leganés-Atocha, declaró que nunca se ha visto tan “humillada” con la agresión que protagonizó un grupo de cinco jóvenes, según las declaraciones de la menor emitidas por Veo 7.

Con un collarín y entre sollozos, la joven aseguró ante las cámaras: “En mi vida me he visto tan humillada”, después de que tres chicas y dos chicos (presuntamente menores de edad) le robasen y le golpeasen brutalmente en un vagón de tren con 72 viajeros que no reaccionaron ante la agresión.

Según Lorena, la paliza que le propinaron fue brutal: “Me arañaron, me dieron puñetazos, me tiraron al suelo, me dieron patadas, una me cogió de los pelos y me intentó arrancar todo lo que llevaba y me dijo: si la cabrona lleva extensiones”.

La joven aseguró que nadie del vagón reaccionó para defenderla. “A mi lado había un chico y enfrente una chica, pero no hicieron nada. Por eso pensé: ésta es mi perdición”.

Según el parte médico, Lorena sufrió, como consecuencia de la “brutal paliza”, hematomas en ambos ojos, desviación del tabique nasal, contracturas cervicales, labio partido, lesiones en el paladar, pérdida de cuero cabelludo “con sangre” e inflamación de rodilla izquierda.

Los hechos, según adelantaron El Mundo y Veo 7, se remontan al pasado 27 de febrero, cuando la menor salió de una discoteca de Leganés con unas amigas, en torno a las 22:00 horas.

Al llegar a la estación de Cercanías de Leganés se puso en contacto con sus padres, que le esperaban en Atocha. En el andén, según el padre de la agredida, José Jiménez, un joven de origen magrebí se acercó a la joven y le intentó “tocar los pechos”.

Cuando ella se levantó para recriminarle esta actitud, un segundo chico se acercó al grito de “esto se hace así”, para acto seguido arrancarle la cadena que llevaba al cuello.

En ese momento, llegó el convoy. Antes de subir al tren, el grupo instó a Lorena a subirse con la excusa de que le ayudarían a arreglar la cadena.

Una vez dentro del vagón, la situación cambió. El grupo amenazó con quedarse la cadena (de “alto valor sentimental” para la joven) y, al intentar recuperarla, se inició la agresión, protagonizada (según Jiménez) principalmente por una de las jóvenes.

“Se ensañaron con ella”, se lamentó el padre, tras revelar que su hija recibió “rodillazos” en la cara, puñetazos, “patadas y tirones de pelo” que le provocaron pérdida del cuero cabelludo. “La que protagonizó las agresiones estaba fuera de sí”, recordó.

“Les había dado todo: la cadena, el reloj, el teléfono móvil, los anillos e incluso le habían quitado los zapatos para que no pudiera correr”, relató Jiménez.

Entretanto, ninguno de los pasajeros del vagón reaccionó ni salió en su ayuda, ni siquiera un joven que viajaba junto a Lorena, a quien, según los denunciantes, han llamado a declarar como testigo de cargo. “Mi hija sabe que había 72 personas porque hay carteles informativos que dan esa capacidad de personas que pueden ir sentadas y los asientos iban todos llenos”, remarcó.

Las vejaciones y golpes se sucedieron hasta Orcasitas, momento en que el grupo se bajó del tren. Entonces, uno de los viajeros prestó su móvil a la joven para que pudiese llamar a sus padres.

A su llegada a Atocha, los progenitores localizaron a la menor en las dependencias policiales de la estación, donde les recomendaron acudir a su barrio, en Coslada, para interponer la denuncia. En este sentido, Jiménez llevó la denuncia hasta el Juzgado de Instrucción número 5 de Coslada, desde donde deberán dar traslado a la Fiscalía de Menores.

“Ayer aún no habían recibido el expediente”, atestiguó, tras asegurar que tiene localizados a cuatro de los cinco implicados en el suceso tras realizar averiguaciones en redes sociales de Internet.

Samuel Azor

Admnistracion Cruzada Hispanica.

Cierra España.

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Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte