Carta Magna, su emblema.

Palabras de José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S

"La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.O.N.S., se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreaux es totalmente falsa. El jefe de Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación, por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional. Por otra parte Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas".

viernes, 20 de noviembre de 2009

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 3ª parte.Continuacion.


{14} Seguramente, se refiere al segundo bombardeo efectuado en Alicante, durante la noche del 28 de noviembre de 1936, con el resultado de tres muertos y veintiséis heridos. En represalia, las masas asaltaron la Cárcel Provincial y fusilaron, en las tapias del cementerio, a 53 presos.


{15} Carlos Esplá Rizo (1895-1971), de Izquierda Republicana, fue nombrado ministro de Propaganda, en la remodelación del 4 de noviembre de 1936. Es posible que Esplá, que era alicantino, pensase que el indulto significase desautorizar al Tribunal de Alicante.

{16} Elizabeth Asquith (1897-1945), esta escritora era hija del Primer Ministro inglés Herbert Asquith y esposa del príncipe Antoine Bibesco, embajador de Rumania en Madrid (1927-1933). La princesa, según F. Ximénez de Sandoval, ‹‹habló personalmente por teléfono desde Londres con Manuel Azaña, con quien tenía también amistad, según relata éste en sus Memorias famosas. Azaña, desde Barcelona, respondió a la Princesa que sentía muchísimo la situación de José Antonio Primo de Rivera, por quien no podía interceder, “pues él era también prisionero”››; Cf. José Antonio. Biografía apasionada (Madrid, 8ª edición, 1980), p. 549. En sus Diarios, en la anotación correspondiente al 22 de abril de 1933, escribe Azaña: ‹‹Anoche, en la embajada de México, la Bibesco tuvo la ocurrencia de proponerme que me presentaría al hijo de Primo de Rivera››. Entre las pertenencias y papeles personales que dejó José Antonio en Alicante, recogidos por Indalecio prieto, había un telegrama firmado Elisabeth: ‹‹Je pense a toi. Love.›› (París, 29 de febrero de 1936). ¿Se trata de la princesa Bibesco?

{17} Se refiere sin duda a la carta que Miguel Primo de Rivera dirigió, el 19 de noviembre de 1936, al Presidente de la República, solicitando el indulto de su hermano. Escribe Miguel: ‹‹Yo estoy seguro que V.E. en su claro juicio, tiene bien señalados y conceptuados a los hombres públicos de España, y también lo estoy de que entre los pocos a quienes reconoce un espíritu abierto y tolerante, tan necesario en estos momentos, concede un puesto a mi hermano José Antonio››. El editor de los Papeles póstumos de José Antonio, su sobrino Miguel Primo de Rivera, anota que el hecho de que la carta ‹‹se conservara entre sus papeles hace pensar que no fue tramitada››. La explicación más plausible es que la carta que guardaba Miguel era una copia, si bien hay que reconocer que entre los papeles inéditos de Azaña no ha aparecido el original. De todas formas, como dice Enrique Rivas, ‹‹El inventario hecho por la Dirección General de Seguridad en 1940 incluye documentos (principalmente cartas) que no han sido hallados. También se tiene conocimiento de que algunos documentos están en manos de personas o instituciones que no han podido ser identificadas››.

{18} Manuel de Irujo y Ollo (1891-1981), del Partido Nacionalista Vasco, era ministro sin cartera y, según Julio Jáuregui, votó a favor del indulto de José Antonio (‹‹Irujo y José Antonio››, Diario 16, 27-08-1980).

{19} No he podido localizar este personaje. Es sabido que en Burgos se ubicaba la Junta Técnica, en funciones de gobierno de la zona ‹‹nacional››.

{20} Francisco Largo Caballero (1869-1946), dirigente socialista, como Presidente del Gobierno firmó el enterado del Consejo de Ministros, lo que equivalía a la denegación del indulto. Largo no quiso asumir su responsabilidad y, años después, mentirá: ‹‹Estábamos en sesión con el expediente sobre la mesa, cuando se recibió un telegrama comunicando haber sido fusilado Primo de Rivera en Alicante. El Consejo no quiso tratar de una cosa ya ejecutada y yo me negué a firmar el enterado›› Cf. Mis recuerdos (México: 1954).

{21} Ángel Ossorio y Gallardo (1873-1946), antiguo maurista, había sido ministro de Fomento (1919) y, durante la Dictadura, fue nombrado consejero de Estado (1928), a pesar de la dura oposición que había mostrado al General Primo de Rivera. Curiosamente, en sus Memorias (1945) no menciona este nombramiento. En el período republicano, fue diputado y presidió la Comisión Jurídica Asesora (1931), ya durante la guerra civil, fue embajador en Bélgica, Francia y Argentina. Azaña, en sus Memorias políticas y de guerra, anota [el 17 de junio, 1937]: ‹‹Cuando Ossorio supo, porque yo se lo conté, mi intervención personal para librar a José Antonio del asesinato que iban a perpetrar algunos fanáticos de Alicante, se quedó callado. “¡Cómo! ¿Le parece que he hecho mal? ¿Me he excedido?”, “No sé, no sé...”, “¿Resultará que ha sido una pifia”. “Por qué no…?”›› Ossorio nunca perdonó al dirigente falangista que mantuviera una actitud crítica a su gestión como decano del Colegio de Abogados de Madrid. Sobre la intervención de Azaña, que evitó que José Antonio y su hermano Miguel fuesen paseados, a principios de agosto de 1936, puede consultarse el documento que obra en el Archivo Carlos Esplá y que reproduje, como anexo b), en mi trabajo ‹‹Federico Enjuto Ferrán…››, op. cit.

{22} Es obvio que Azaña, cuando se refiere a que ‹‹lo ha matado Alicante››, no culpa a todos los habitantes de la ciudad. Como escribió, en 1961, el que fuera alcalde republicano de Alicante, hasta dos meses antes del fusilamiento de Primo, Lorenzo Carbonell Santacruz: ‹‹La triste y lamentable guerra civil del 36 al 39, en la que todos los españoles expansionaron su locura, proporcionó a Alicante la gran desgracia de que en ella se fusilara al gran joven J. Antonio Primo de Rivera. No lo mataron los alicantinos ni Alicante; fue la circunstancia de la lucha, ajena a la voluntad de Alicante y de los alicantinos›› (carta al Director de la Misión de Operaciones de los Estados Unidos en España, reproducida por Vicente Ramos en su libro Lorenzo Carbonell, Alcalde popular de Alicante, p. 250-251).

{23} Según T. López Zafra, secretario del Juzgado Especial que instruía el sumario, García Oliver, que iba acompañado del subsecretario Sánchez Roca, dijo a Federico Enjuto y a Vidal Gil que José Antonio debía ser condenado a muerte; Cf. declaración prestada por López Zafra en la Causa General. La entrevista de la Comisión con el ministro, en Valencia, debió tener lugar en la noche del sábado siete de noviembre. Según Sánchez Recio, la designación de García Oliver como ministro de justicia fue el factor determinante para que en la administración de justicia se impusiera la “normalidad revolucionaria”; Cf. Justicia y guerra en España. Los tribunales populares (1936-1939), p. 14. En realidad, García Oliver no tenía ningún interés especial en desear la muerte del dirigente falangista. Lo que ocurría era que el Gobierno carecía de toda autoridad sobre los comités de milicianos de la ciudad levantina. Así, según Sánchez Roca, el Gobierno ‹‹quería evitar, a toda costa, conflictos con los partidos locales, ya que los problemas de los frentes exigían toda su atención››; así lo cuenta José Rodríguez Olazábal, presidente de la Audiencia Territorial de Valencia durante la guerra, en su libro La Administración de Justicia en la Guerra Civil (Valencia, 2ª edición, 1996), p. 78. La situación se le complicaba al ministro por dos circunstancias: una, la difícil situación militar de Madrid, y, la otra, que precisamente los que mandaban en Alicante eran los anarquistas.

{24} Según Vicente Ramos, el ataque aéreo fue protagonizados por tres aviones: dos de protección y un bombardero, que, a muy baja altura, arrojó diez bombas. Durante el bombardeo, los buques alemanes e italianos, surtos en el puerto, mantuvieron su alumbrado. ‹‹A raíz de este primer bombardeo, muchísimos vecinos practicaron el éxodo nocturno a las casas de la huerta y lugares cercanos comenzando así a tener realidad lo que, no mucho más tarde, se denominó la “Columna del Miedo”››; Cf. La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante (Alicante 1974), tomo I, p. 139-142. Alan Hillgarth, vicecónsul británico en Palma (Mallorca), en el Memorándum Nº 17 on the situation in Majorca, fechado el 13 de noviembre de 1936, hace constar que ‹‹la noche del 4 al 5 de noviembre hubo una incursión aérea sobre Alicante, llevada a cabo por seis bombarderos desde Son Sant Joan. Los seis regresaron››; debo la información al monje e historiador Josep Massot i Muntaner, véase su libro El cónsul Alan Hillgarth i les Illes Balears (1936-1939) (Barcelona 1995), p. 98.

{25} Vidal Gil Tirado, a quien los nacionales le habían fusilado un hijo en Badajoz, ya había demostrado su dureza como Presidente del Tribunal Popular de Alicante. Gil substituyó a Juan Serna Navarro, éste era un hombre de gran entereza y de grandes conocimientos jurídicos, que, de acuerdo con Ruiz-Funes, pensaba pedir una pena de pocos años de cárcel para el procesado. Pocos días después del fusilamiento de Primo de Rivera, el Gobierno, a propuesta de García Oliver, recompensó a Gil y a Enjuto nombrándoles magistrados del Tribunal Supremo. Gil sería, seis meses después, el primer presidente del Tribunal Central de Espionaje, Alta Traición y Derrotismo, nombrado por Manuel de Irujo. Juan Serna, después de la guerra, sería condenado a doce años de reclusión mayor.

{26} El que fuera director de El Socialista, y ministro de Gobernación durante la guerra, Julián Zugazagoitia, escribe: ‹‹En Alicante habían pasado de los furiosos arrebatos colectivos en que se pedía la inmediata ejecución del caudillo falangista, a la convicción de que en tanto viviera la ciudad no sería bombardeada››; Cf. Guerra y Vicisitudes de los Españoles (edición de 1978), tomo I, p. 259.

{27}Jorge Enjuto, ya fallecido, fue secretario general del Partido Socialista Popular, cargo que desempeñó hasta la fusión con el Partido Socialista Obrero Español. Dirigió la Fundación Pablo Iglesias y ocupó la Cátedra de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares.

{28} En el Memorando Nº 14, de 25 de octubre, daba cuenta de que, el 20 de octubre, tres bombarderos Breda, con una autonomía de siete horas de vuelo, habían atacado Alicante. En el Memorando Nº 15, de 30 de octubre, rectifica y dice que debería haber dicho que: ‹‹El 20 de octubre tres bombarderos fueron en dirección oeste con un cargamento completo de bombas y regresaron cuatro horas y media después sin las bombas. Afirmaron que habían bombardeado Alicante›› [la cursiva es mía]; Cf. El cònsol Alan…, op. cit., p. 81-82 y 88, Obviamente, los italianos se apuntaron un tanto que no realizaron.

{29} Amós Salvador Carreras (1879-1963) firmó en nombre de Izquierda Republicana el programa del Frente Popular y fue ministro de Gobernación en la primavera de 1936.

{30} A diferencia de las derechas que lo motejaban de “monstruo”, Primo de Rivera sentía sincera admiración por el líder republicano. Así, Alejandro Salazar, jefe del SEU, en relación a la reunión de la Junta Política de FE del 20 febrero de 1936, anota en su Diario: ‹‹José Antonio está desconocido. Nos ha expuesto su fe ciega en Azaña. Cree que ha de conseguir una labor de revolución nacional››.

Cierra España.

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 3ª parte.


Apuntes de Azaña


Conversación con Just{9} acerca del destino de Primo de Rivera –– Con Funes,{10} para que alargue el proceso –– Cuando le telefoneo para lo del salvamento de Primo de Rivera, me cuenta que acaba de enterarse de los 52 fusilamientos de Alicante{11} –– Lo de Murcia{12} [Texto 1, líneas 127-132].

Reaparición del proceso de Primo de Rivera Antecedentes –– Motivos de mi repugnancia –– Lo ha fusilado Alicante, después del bombardeo –– Gestiones del Gobernador: nadie se atrevió a tomar la responsabilidad{13} –– Terribles represalias{14} ––Idea errónea de Esplá{15} de lo que es la función del Gob[ier]no. en materia de indulto: cree que es una revisión –– La Bibesco{16} –– Carta de Miguel Primo de Rivera{17} – [Texto 2, líneas 197-203].

Irujo{18} Se entrevistaba con Torrobia,{19} delegado de Burgos –– Lo que le dijo de mí, sobre Primo de Rivera –– Le digo a Largo{20} lo que hace Irujo –– Reprimenda de Largo –– Dimisión de Irujo consultada a Bilbao –– [Texto 3, líneas 195-198].

Le cuento a Ossorio {21} mi intervención a favor de Primo de Rivera –– “Quizas ha sido una pifia” –– No comprendo su transformación [Texto 7, líneas 186-188].

Comentario de Jeroni M. Mas Rigo a los apuntes manuscritos de Manuel Azaña, acreditan los siguientes extremos:

1) Que el presidente Azaña y los ministros Just y Ruiz-Funes, todos ellos de Izquierda Republicana, no deseaban la muerte del líder falangista. Es más, Azaña se refiere a la repugnancia que le produjo el fusilamiento.

2) Que es cierta la afirmación de Ximénez de Sandoval en lo referente a las gestiones de la princesa Bibesco.

3) Que el presidente recibió la carta que le dirigió Miguel Primo de Rivera solicitando el indulto para su hermano.

4) Pero lo más importante de estos apuntes es la aseveración de que a José Antonio ‹‹Lo ha fusilado Alicante, después del bombardeo››.{22} En mis anteriores trabajos sobre el proceso de Alicante, he manifestado que en mi opinión fueron dos las circunstancias que determinaron la condena muerte del líder falangista: una, el nombramiento del anarquista Juan García Oliver como ministro de Justicia, en sustitución del republicano Manuel Ruiz-Funes,{23} y la otra ––mucho más decisiva que la primera–– el bombardeo que tuvo lugar, en la madrugada del día 5 de noviembre, sobre el puerto de Alicante, que ocasionó dos muertos y un herido.{24} Como consecuencia de dicho ataque aéreo, la Comisión de Justicia de Alicante cursó un telegrama al subsecretario de Justicia solicitando urgentemente, ‹‹dada situación de ánimos consecuencia bombardeo››, el nombramiento de Vidal Gil Tirado{25} como fiscal especial en la causa instruida por Federico Enjuto Ferrán. Al principio de la Guerra Civil, los bombardeos marítimos y aéreos, por pequeños que fueran, provocaban tal pánico entre la población que daban lugar a represalias en las dos zonas contra los presos políticos. Este bombardeo, además, tuvo un efecto añadido al creer la población de Alicante que se había roto un pacto tácito: que la ciudad no sería bombardeada mientras José Antonio viviese.{26} En la noche de ese día 5, hay que situar el motín que hubo en la cárcel para linchar al fundador de la Falange. Para evitarlo Federico Enjuto, juez instructor del sumario, durmió en unas colchonetas al pie de la celda acompañado por sus dos hijos mayores, Carmen y Jorge.{27}

El bombardeo de Alicante fue ejecutado por la escuadrilla italiana que operaba desde Mallorca. Ahora bien, ignoramos quién dio la orden. Pues, si por una parte la Aviación Legionaria dependía teóricamente de Franco, en la práctica actuaba con absoluta autonomía. Pero, suponiendo que los italianos actuasen por su cuenta, cómo se explica que nadie les hubiese advertido que, sobre todo en aquellas fechas, no se podía atacar aquella ciudad levantina. Máxime si tenemos en cuenta que el 20 de octubre ya habían intentado bombardearla, según informó el cónsul inglés.{28}

No quiero acabar estos comentarios sin hacer referencia al artículo que escribió Enrique de Aguinaga titulado ‹‹José Antonio y Azaña›› (ABC, 6-6-1996):

‹‹Del infructuoso desvelo de Azaña por salvar a José Antonio hay un indicio confirmado por el doctor Francisco Vega Díaz (Sevilla, 1907-Madrid, 1995) que, según sus propias palabras, no quiso ‹‹llevarse al otro mundo›› el secreto guardado escrupulosamente durante cincuenta y cinco años: el mensaje que, en noviembre de 1936, entregó personalmente a José Antonio en la cárcel de Alicante.

Con precisiones minuciosas, el doctor Vega relata en ‹‹Ultimidades›› cómo, envuelto en extremadas precauciones y complicadas instrucciones, Amós Salvador, ‹‹antiguo y gran amigo de Azaña››,{29} le encomendó ‹‹un sobre privadísimo››, sin señas, que habría de entregar en mano a una persona hasta la que llegaría siguiendo una misteriosa cadena de enlaces prevenidos.

Finalmente, a solas con él, en una dependencia de la cárcel de Alicante, el doctor Vega reconoció al destinatario del mensaje: José Antonio Primo de Rivera. Como saludo, en un diálogo escueto, uno y otro recordaron sus encuentros distantes del Café Lión, en las tertulias de ‹‹La Ballena Alegre››. En seguida le entregó el sobre.

José Antonio abrió el sobre y extrajo un papel, manuscrito. Lo leyó y releyó. Sólo hizo un comentario: ‹‹No podía esperar menos de él. Lo agradezco con toda el alma››.{30} Luego añadió: ‹‹Cumplo con el compromiso, aunque me gustaría conservar este papel››. El propio José Antonio saco de su bolsillo una caja de cerillas, encendió una y el doctor Vega deshizo la ceniza con los dedos. Antes de ser reintegrado a su celda, José Antonio se despidió del mensajero con un apretón de manos y con estas palabras: ‹‹¿Volveremos a vernos en “La Ballena Alegre”? Pienso que no…››

Después, con la misma acumulación de precisiones, Vega relata cómo dio cuenta del cumplimiento de su misión, cómo quedó comprometido a no comentarla y cómo, años después, asistiendo de un gran infarto de miocardio a Amós Salvador, que falleció en 1963, éste le reveló que el mensaje entregado a José Antonio provenía de Azaña.››
______________________
* Publicado en El Catoblepas. Revista crítica del presente, número 41- julio 2005- página 18.

{1} A finales de diciembre de 1996, la hija del general Franco, Carmen, hizo entrega al Estado español de tres cuadernos de diarios de Azaña, que le habían sido sustraídos a su cuñado, Cipriano Rivas Cherif, que los custodiaba en el consulado general de España en ginebra. Estos tres diarios abarcan el período comprendido entre el 22 de julio de 1932 a 26 de agosto de 1933.

{2} Enrique de Rivas, Comentarios y notas a ‹‹Apuntes de Memoria›› de Manuel Azaña, p. 12.

{3} Esta obra, como todos los libros falangistas de primera hora, con la excepción de la biografía apasionada, que escribiera en 1941 F. Ximénez de Sandoval, y puede que alguno más, no ha sido jamás reeditada. Todo ello resulta, como mínimo, sospechoso.

{4} La última referencia oficial al sumario la tenemos en el escrito que el ministro de Justicia, en fecha 31 de mayo de 1937, ante la conmoción interna e internacional por el fusilamiento de José Antonio, dirigió a Francisco Javier Elola solicitando ‹‹se sirva remitir a este Ministerio el sumario que como Juez Especial de los delitos de rebelión y sedición ha instruido contra el inculpado José Antonio Primo de Rivera, posteriormente sentenciado por el Tribunal Popular de Alicante››. Elola era presidente de Sala del Tribunal Supremo, comisionado para instruir el expediente general sobre el movimiento de rebelión militar, con extensión en todo el territorio nacional.

{5} El escrito de conclusiones definitivas no se publicó íntegramente hasta el año 1992, en el tomo I de los Documentos Inéditos para la Historia del Generalísimo Franco, editado por la Fundación Nacional Francisco Franco. Al parecer, el Generalísimo tenía la costumbre de custodiar documentos que no le pertenecían.

{6} Cf. José Antonio y la República, Oviedo: Ediciones Tarfe, 1996, 2ª edición, p. 162.

{7} La carta se halla parcialmente reproducida en mi trabajo ‹‹Federico Enjuto Ferrán. Instructor del sumario de José Antonio en Alicante›› (Altar Mayor, nº 94, julio-agosto 2004, p.909-926).

{8} Estas memorias inconclusas están reproducidas en Papeles póstumos de José Antonio, Madrid 1996, p. 211-234. Según nos indica la portada del libro, se trata de ‹‹los escritos que recogió Indalecio Prieto y que el general Franco intentó conseguir, infructuosamente, desde que tuvo conocimiento de su existencia hasta el fin de sus días››.

{9} Julio Just Jimeno (?- 1976), de Izquierda Republicana, fue nombrado ministro de Obras Públicas el 15 de septiembre de 1936. La conversación debió tener lugar con motivo de la toma de posesión del cargo de Just.

{10} Mariano Ruiz-Funes (1889-1953), prestigioso penalista, de Izquierda Republicana, era a la sazón ministro de Justicia y abandonó el Gobierno, por decisión propia, con motivo de la remodelación del 4 de noviembre de 1936. Ruiz-Funez manifestó a Juan Serna, fiscal designado para intervenir en proceso de José Antonio, que convenía ir despacio en la tramitación del sumario, aunque para ello hubiese que infringir la normativa. Lo mismo le comunico Indalecio Prieto, a la sazón ministro de Marina, a Federico Enjuto Ferrán, juez instructor del sumario incoado a José Antonio. Ruiz-Funes figuraba, como ministro de Agricultura, en el gobierno de reconciliación nacional que propuso Primo de Rivera a principios de agosto de 1936. Véanse mis trabajos: ‹‹Juan Serna y el proceso de José Antonio en Alicante›› Altar Mayor, nº 91 (febrero-abril 2004), p. 506-551, y ‹‹El proceso de José Antonio en Alicante. Cronología››, Altar Mayor, nº 96 (noviembre-diciembre 2004), p. 1191-1201.

{11} Se trata de los falangistas de la provincia de Alicante que, el 19 de julio de 1936, quisieron sumarse al golpe de Estado. Después de un juicio, fueron ejecutados el 12 de septiembre de 1936. El Tribunal estaba presidido por Vidal Gil tirado.

{12} El 13 de septiembre de 1936 las milicias asaltaron la cárcel y asesinaron a los detenidos.

{13} Puede que aluda al comunicado que Francisco Valdés Casas, gobernador civil de Alicante (22 de febrero de 1936 a 13 de julio de 1937), dirigió, quizás siguiendo instrucciones del Gobierno, a los partidos políticos y organizaciones sindicales de la provincia con el fin de evitar la ejecución. Este comunicado contenía un cuestionario dónde, entre otras cosas, inquiría: ‹‹¿Interesa la ejecución inmediata de la pena, ya que existe anunciado oficialmente, el ataque aéreo desde Baleares a esta provincia ––cuyas pruebas están a disposición de los partidos en el Gobierno Civil––, o interesa el aplazamiento de dicha pena hasta el momento oportuno o conmutación a cadena perpetua?›› Este comunicado no obtuvo ninguna respuesta. También es posible, y a ello puede que se refiera Azaña, que el gobernador, que mantenía contactos con los alemanes para un posible canje del preso, apelara al Gabinete para que no se ejecutase la pena de muerte. Según Garcia Oliver, cuando se dio cuenta en el Consejo de Ministros de la sentencia del Tribunal de Alicante, se produjo un ‹‹silencio de plomo››; Cf. El eco de los pasos (París: 1978), p. 342-343.

Cierra España.

HOY es el principio de una Unidad



HOY es el principio de una Unidad que desapareció hace treinta años. Hoy volvemos a empezar.

Hemos llegado hasta aquí como hijos de España, buscando una unidad en común, cómo un ejercito del pueblo, pueblo que combatió a la tiranía de los franceses y mucho antes al infiel, defendimos esta nación de las ordas comunistas, desafiando a la tiranía de la dictadura proletaria, qué se cernía sobre España después de arrasar media Europa. Estaremos en esta unión de hoy como hombres libres y hombres libres somos, libres de desear y querer un destino para nosotros, nuestras familias y España.

Desde hoy buscaremos una oportunidad,¡Sólo una oportunidad!, para devolver con esta unión la dignidad que como españoles merecemos, de volver a decirles a estos que se llaman demócratas, qué como antaño se han equivocado, convirtiéndose nuevamente en enemigos de España y por ende en nuestros enemigos.


"Este año, nuevamente, la presencia de miles de patriotas, de católicos, de falangistas, de requetés, de españoles sin más, tiene que hacer temblar la Plaza de Oriente, para recordar a Zapatero y sus socios, comunistas y separatistas, que si quieren recordar, recordaremos todos. Que si quieren hablar de golpes de estado, hablaremos del 34, si quieren hacerlo de fosas, lo haremos de Aravaca, Fuencarral, Torrejón o Paracuellos del Jarama. Si es de dictadores, lo haremos de Stalin, Polpot, Ceacescu o Castro. Si es de juicios “sumarísimos”, lo haremos de las checas de Fomento o del Cine Europa, y si es de asesinos hablaremos de Carrillo, García Atadell, el Che Guevara o las brigadas del Amanecer.

Si quieren recordar, recordaremos todos, y recordaremos al Sr. Presidente del Gobierno que si él tuvo abuelo, nosotros también, pero los nuestros, además, vencieron."

Puede que nos pisen, qué nos sigan insultando, pero jamás nos quitarán, ¡La libertad! De seguir sintiéndonos españoles y de defender esta nuestra España, hoy a llegado la hora de la unión, por Dios, el Pan, la Patria y la Justicia,

¡¡ESTE 22 DE NOVIEMBRE, TODOS A LA PLAZA DE ORIENTE!!




¡¡¡VOLVEMOS A EMPEZAR!!!




¡¡¡ARRIBA ESPAÑA¡¡.

Enviado por Cruzada Hispanica administracion Lobo Ibero.

Cierra España.

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 2ª parte.(continuacion)


Aceptando la afirmación de Balbontín, de que la posición de José Antonio Primo de Rivera, respecto a la reforma agraria, era más radical que la del programa agrario del PCE, cabe preguntarse por qué ello no tuvo mayores consecuencias en el plano político social. Quizás la explicación pueda radicar en los problemas de la financiación y alianzas que tuvo que afrontar la Organización política Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera. Tras su fusión con las JONS, Falange Española tuvo que afrontar un proceso de alianzas que sin duda la condicionaron políticamente. Este proceso lo describe el tomo IX de la Historia de España dirigida por el profesor Tuñón de Lara:


En el verano de 1934 un intento de crear la Central Obrera Nacional Sindicalista (CONS) no tuvo largo
alcance. Precisamente, en el verano de 1934, se manifestó la crisis interna de Falange que terminaría con la salida de Ledesma en enero de 1935. Ya en el verano de 1934 J. A. Primo de Rivera era la primera figura; fue entonces cuando firmó dos acuerdos, uno con Goicoechea y otro con Sainz Rodríguez, que permitieron durante todo el año 1934 una ayuda financiera de Renovación a Falange; otras ayudas procedieron de Lequerica y, según Giménez Caballero, de Juan March. Falange celebró una serie de concentraciones en localidades de la España rural; su propaganda fue también de procedencia ruralista Tuñón de Lara, Manuel y otros: Historia de España. Tomo IX. Editorial Labor, S.A. Barcelona, 1981. Páginas 175 y 176..

Considerado el carácter conservador, por no decir reaccionario, de los personajes y organizaciones políticas citadas, no es difícil llegar a comprender que tales vinculaciones de Falange Española debieron atenuar el radicalismo agrario de las posiciones que sobre tal problemática había mantenido José Antonio Primo de Rivera.

En todo caso, como precisa el profesor Stanley G. Payne:

En su propaganda electoral (se refiere a las elecciones del 16 de febrero de 1936) la Falange preconizaba
la reforma agraria, la promoción de la industria local y el pleno empleo. En Santander, José Antonio prometió que si la Falange llegaba al poder, nacionalizaría los servicios del crédito en el plazo de 15 días G. Payne, Stanley: Falange, historia del fascismo español. Editorial SARPE. Madrid, 1985. Página, 109.

En este tipo de postulados, en los que muchos falangistas creyeron honestamente, se puede encontrar el fundamento de los que, no aceptando el Decreto de Unificación franquista durante la guerra civil, evolucionaron hacia las posiciones que fueron denominadas «falangismo de izquierda». Algunos de estos falangistas de izquierda llegaron a afirmar que sentían más afinidad con los comunistas que con los franquistas.

Retornando a las convicciones propias de José Antonio Primo de Rivera, uno de los mejores indicios de cuál era su pensamiento íntimo sobre las posiciones políticas que se enfrentaban en la guerra civil española, se expresó en uno de los pasajes de sus notas, redactadas en agosto de 1936, encontradas en su celda después del fusilamiento:

No se puede aumentar indefinidamente la presión de una caldera. La cosa tenía que estallar. Y estalló. Pero ahora:

¿Qué va a ocurrir si ganan los sublevados?

Un grupo de generales de honrada intención, pero de desoladora mediocridad política. Puros tópicos elementales (orden, pacificación de espíritus...).

Detrás:

1) el viejo carlismo intransigente, cerril, antipático;

2) las clases conservadoras, interesadas, cortas de vista, perezosas;

3) el capitalismo agrario y financiero, es decir: la clausura en muchos años de toda posibilidad de edificación de la España moderna. La falta de todo sentido nacional de largo alcance.

Y, a la vuelta de unos años, como reacción, otra vez la revolución negativa.

Salida única:

La disposición de las hostilidades, y el arranque de una época de reconstrucción política y económica nacional, sin persecuciones, sin ánimo de represalias, que haga de España un país tranquilo, libre y atareado Op. cit. Página, 146.

Este y otros papeles de José Antonio se publicaron en un folleto del Partido socialista, titulado El testamento de Primo de Rivera, preparado por Indalecio Prieto (sin fecha). Primero fueron reproducidos en un artículo de Prieto en el periódico mexicano Mañana del 24 de mayo de 1947. Posteriormente, Rodolfo Llopis se refirió a ellos en su folleto Los puntales del Régimen de Franco se quiebran. A su vez Prieto, que después de la muerte de José Antonio Primo de Rivera recogió los papeles privados del dirigente de la Falange, se sintió impresionado por ellos. Más tarde, en prólogo a su libro Palabras de ayer y de hoy, escribió el dirigente socialista:

Data de muchísimo tiempo la afirmación filosófica de que en todas las ideas hay algo de verdad. Me viene esto a la memoria a cuenta de los documentos que José Antonio dejó en la cárcel de Alicante. Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizás fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena de ventilarlas en el campo de batalla (página 17 de la edición mexicana).

Queremos finalizar, esta síntesis de una eventual perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera, con el testimonio de otro fusilado: Julián Zugazagoitia, que durante la guerra civil desempeñó la cartera de Gobernación en el Gobierno del Dr. Juan Negrín. A diferencia de José Antonio Primo de Rivera, Julián Zugazagoitia no fue fusilado en plena guerra civil sino dos años después de finalizada ésta, cuando después de haberse refugiado en Francia fue capturado por la Gestapo y enviado a España. Según el prologuista de su libro Guerra y vicisitudes de los españoles, Roberto Mesa Garrido:

Su opinión fue contraria al fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; y bajo su acción ministerial, con documentos firmados por su puño, pudieron salir de la zona republicana y combatir luego desde Burgos hombres como Rafael Sánchez Mazas, Fernández-Cuesta y Wenceslao Fernández Florez, entre otro muchos Zagazagoitia, Julián: Guerra y vicisitudes de los españoles. Librería Española. París, 1968. Página, 8.

La opinión de Zugazagoitia, sobre la ejecución de José Antonio Primo de Rivera, es al mismo tiempo contundente y emotiva:

La Falange originaria está disgustada por la preterición de que hacen víctima los círculos políticos que rodean al Generalísimo. Es ahora cuando se puede medir la torpeza en que se incurrió al consentir el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, cuya muerte no ha sido oficialmente publicada por sus camaradas (hay que tener en cuenta que este texto fue escrito en 1939). Es el «Ausente», adjetivo que expresa una duda esperanzada.

Esperanza condenada a rápida extinción. Primo de Rivera acabó sus días el 19 (sic) de noviembre de 1936.
Su testamento tiene fecha anterior. Es un documento sobrio y sereno, que no carece de sincera emoción. Aquella que le da el trance en que ha sido escrito. Juzgue el lector de su parte humana y política (A continuación Zugazagoitia reproduce íntegro el texto del Testamento).

Seguidamente, después de exponer quiénes son los albaceas de dicho testamento, prosigue Zugazagoitia con la precisa información que obtuvo como ministro de la Gobernación del gobierno del Dr. Negrín:

Primo de Rivera no alcanzó a merecer el canje ni, aun cuando le faltó poco, la ayuda encubierta que salvó
la vida a quien había de consumir tantas. Primo de Rivera se batió por la suya con denuedo juvenil. Puso en su palabra de abogado la emoción del político. En Alicante habían pasado de los furiosos arrebatos colectivos en que se pedía la inmediata ejecución del caudillo falangista, a la convicción de que en tanto viviera la ciudad no sería bombardeada [...]. Pero, además, en una de esas reacciones tan fáciles en la sensibilidad del pueblo español, el odio se había trucado en simpatía. Simpatía por el hombre que, sin vacilación ni debilidad, se encaraba con un destino acedo. Su conducta en la prisión era liberal, cariñosa. En las horas de encierro tejía sueños de paz: esbozaba un gobierno de concordia nacional y redactaba el esquema de su política. Temía una victoria de los militares. Eso era, para él, el pasado. Lo viejo. La España del siglo XIX prolongándose, viciosamente, en el XX. Él había ido a injertar su doctrina, confusa, en las Universidades y en las tierras agrícolas de la Vieja Castilla. Su seminario estaba constituido por jóvenes de la gleba. Su escepticismo por las armas, que le atraían por otra parte, debía de tener antecedentes familiares. El respeto y la devoción por su padre no excluían en él la crítica de los errores en que incurrió. Él, capitán de hombres jóvenes, proyectaba cosa distinta. De momento, para salir de la guerra, un gobierno de carácter nacional... La vista del proceso, varias veces diferido, le coloca ante una realidad adversa. No se inmuta. Su palabra tiene una fuerza inusitada.

La del hombre que está solo. Intuye cual será la pena a que le condenan sus jueces y, sin embargo, se esfuerza por convencerles de que no deben ser injustos ni con él ni con sus hermanos. Increpa ásperamente a una persona que, en su concepto, ha enturbiado la claridad del proceso. El interesado escucha la admonición sobrecogido.

El relámpago de irancundia pasa y queda, en la carne del increpado, un desasosiego que será permanente.
Explicación de una doctrina y ratificación de una fe. El resto es conocido. Se dicta la sentencia a muerte. No hay conmutación de pena. Primo de Rivera se encierra a escribir su testamento. Se despide de sus hermanos [...]. La justicia hecha en la carne de Primo de Rivera ha desembarazado a Franco de un seguro contradictor.

El que testimonie a su recuerdo una admiración que no consigue ser fervorosa, no significa que deje de preferirle eternamente ausente a molestarle presente. De la misma manera que ha tropezado con sus discípulos hubiera tropezado con él Op. cit. Páginas, 259 y 260..

Esta doble dimensión, política y humana, ofrece la mejor clave para una perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera.

José María Laso Prieto, miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España, presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, y patrono fundador de la Fundación Gustavo Bueno

Cierra España.

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 2ª parte.



Perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera


José María Laso Prieto, miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España, presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, y patrono fundador de la Fundación Gustavo Bueno

Con las cerca de siete décadas transcurridas, desde la guerra civil española, ya existe suficiente perspectiva histórica para situar a algunos de los personajes cuya imagen está ligada a la IIª República y a la contienda bélica entre españoles. Ese ha sido el caso de Azaña, Besteiro, Negrín, Franco, Lister, etc. Quienes vivimos aquellos años, bien sea de adultos o como niños, estamos –en general– dispuestos a enjuiciar con objetividad y ecuanimidad a quienes fueron nuestros adversarios. Aunque soporté de niño la guerra civil, las causas y resultados de ésta no me resultaron indiferentes y tomé claramente partido a favor del campo republicano. Sin embargo, nunca consideré a José Antonio Primo de Rivera como un enemigo. Al igual que algunos caracterizados dirigentes del bando republicano, consideré su figura humana con comprensión y hasta con cierta simpatía. En mi caso, pudo influir en tal opinión el haber leído en la adolescencia su testamento y el relato de su fusilamiento. Por ello admiré su gallardía ante la muerte, muy semejante a la de muchos españoles que sufrieron igual suerte en el campo adversario. Es significativo que uno de esos adversarios, Julián Zugazagoitia –que demostró igual entereza ante el pelotón de ejecución– dedique a José Antonio un capítulo entero de su emotiva obra Guerra y vicisitudes de los españoles, incluyendo su testamento.

De tal testamento, resulta particularmente impresionante la parte que se refiere a la sangre que entonces se estaba vertiendo en la guerra civil:

Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos... Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la patria, el pan y la justicia Zugazagoitia, Julián: Guerra y vicisitudes de los españoles. Librería Española. París, 1968. Páginas 256 y 258.

Del testamento se deducen también algunas de las convicciones sociales de José Antonio, con la particularidad de que expresadas en tan dramáticas condiciones difícilmente podían dejar de ser sinceras. Zugazagoitia recoge también el relato del fusilamiento y precisa:

Cuando le llega la hora su templanza es perfecta. Conversa con los hombres del piquete que deben ejecutar la sentencia: «¿Verdad que vosotros no queréis que yo muera? ¿Quién ha podido deciros que yo soy vuestro adversario? Quien os lo haya dicho no tiene razón para afirmarlo. Mi sueño es el de la patria el pan y la justicia para todos los españoles, pero preferentemente para los que no pueden congraciarse con la patria porque carecen de pan y de justicia. Cuando se va a morir no se miente y yo os digo, antes de que me rompáis el pecho con las balas de vuestros fusiles, que no he sido nunca vuestro enemigo».

Entre las convicciones sociales de José Antonio Primo de Rivera, figuraba en un primer plano un proyecto de reforma agraria. Incluso se atribuye a José Antonio Balbontín, que había ingresado en el Partido Comunista de España procedente del Partido Social Revolucionario, la afirmación de que el proyecto de reforma agraria de José Antonio era incluso más avanzado que el del PCE, donde ya entonces militaba Balbontín. No hemos podido comprobar tal afirmación ya que no nos ha sido asequible el escrito del entonces diputado al Congreso. Sin embargo se puede admitir tal posibilidad, ya que entonces el programa agrario del PCE no rebasaba los limites de la denominada «revolución democrática burguesa». Incluso tampoco le prestaba la debida atención a tan relevante tema el núcleo de dirección del PCE. Tal dirección, encabezada por su secretario general Bullejos, fue calificada después de sectaria (antes de ser expulsada por trotskista) y en ello puede radicar dicha paradoja. Así no puede sorprender que en la historia oficial del PCE –publicada en 1960– se reconozca autocríticamente:

El grupo (se refiere a la dirección encabezada por Bullejos) no había comprendido el carácter de la revolución democrática-burguesa antes del 14 de abril. Su error partía de una falsa apreciación del carácter del poder bajo la Monarquía; cerraba los ojos a los vestigios feudales existentes en el país y el peso político que conservaba la aristocracia latifundista, considerando que, dentro del bloque gobernante llevaba la dirección la buguesía y no la aristocracia terrateniente. De aquí la concepción del grupo, de que la revolución debía ser dirigida contra la burguesía, y su consigna extemporánea del 14 de abril. ¡Abajo la República burguesa! Este desenfoque impidió al grupo comprender la importancia de la revolución agraria, nervio central de la revolución democrática española, y la formidable carga revolucionaria que llevaba en su seno el movimiento campesino Ibárruri, Dolores y otros: Historia del Partido Comunista de España. Editiones Sociales. París, 1960. Páginas 77 y 78.

José María Laso Prieto, miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España, presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, y patrono fundador de la Fundación Gustavo Bueno

Cierra España.

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 1ª parte.(continuacion)


Se firma el acta, comparecen los policías ante el referido Comisario general de Investigación, y se envía todo al juzgado de Instrucción, en unión de algunos papeles encontrados en el despacho de JOSÉ-ANTONIO. Y por auto de fecha 30 de abril de 1936, se le procesa como autor de un delito de tenencia de armas sin licencia que—aparte de lo expuesto anteriormente—de ningún modo ha podido cometer, puesto que, ausente de su domicilio, por estar en la cárcel, y frecuentada la casa por tantas personas durante esos cuarenta días que lleva


privado de libertad, en conciencia, no se le podía imputar tal delito.

Cuya fórmula legal, "tenencia", es tan expresiva—, ya que JOSÉ-ANTONIO no podía ejercer, por imposibilidad material, la relación de tenedor de una cosa más o menos a su alcance y disposición, ni actos de estancia, permanente o transitoria, como tal inquilino del piso. Además, no hay indicios de que estas armas hayan pertenecido alguna vez a JOSÉ-ANTONIO, sino todo lo contrario, según consta en el folio 84 de la causa, en un oficio de la Dirección de Seguridad que, a instancia del Fiscal, no puede ocultar que una de las armas perteneció a persona distinta de JOSÉ-ANTONIO, sin que de la otra pistola obrase dato alguno.

El Comisario de Policía que asiste al registro ha podido observar que las armas encontradas no tenían la menor partícula de polvo, dando impresión de haber sido allí colocadas recientemente.

La misma Sala de la Audiencia de Madrid que había estimado legal la doctrina de Falange, comienza a actuar en esta ocasión, y a petición del procesado JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA, practica una diligencia de inspección ocular el 16 de mayo de 1936 en su domicilio, con asistencia del Comisario y del policía que encontró las pistolas, concurriendo JOSÉ-ANTONIO como Abogado defensor de sí mismo.

El Gobierno del Frente Popular debe de presumir la impresión causada en la Sala que ha de juzgar a JOSÉ-ANTONIO por esta diligencia de inspección ocular, y lo debe de presumir, porque muy poco después del día en que se practica, el Ministro de justicia del Frente Popular, Sr. Blasco Garzón, llama a su despacho al Excmo. señor Presidente de la Audiencia Territorial de Madrid—según ha declarado este funcionario en la Causa General—y lo recibe acompañado del Subsecretario, Sr. Gomáriz, y tanto el Ministro como el Subsecretario se quejan "en términos duros, de la actuación de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid —uno de cuyos Magistrados, el señor Arizcun, ge asesinado después del 18 de julio de 1.936 por los rojos—. Esta queja hacía referencia a fallos dictados por dicha Sección en relación con la política, referentes a causas seguidas contra DON JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA".

"El ministro de Justicia, Blasco Garzón, ordenó terminantemente al dicente que en lo sucesivo la Sección referida dejara de actuar en dichas causas y que su conocimiento pasara a las demás Secciones."

Y efectivamente, según certificación que obra en esta Causa General, del libro de actas de la Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial de Madrid, aparece en la de fecha de 22 de mayo de 1936, el cambio de Salas exigido por el Gobierno del Frente Popular, y la nombrada actúa en la forma a que se refiere la declaración antes citada con estas palabras : "No volvió a recibir por parte del Gobierno queja alguna sobre la actuación de los Magistrados que sucedieron a los ya indicados y que se encargaron de las causas pendientes del Tribunal de Urgencia y de las que posteriormente se incoaran".

Esta nueva Sala es la que aparece actuando en el juicio oral, celebrado el 28 de mayo de 1936, sin haber intervenido en ninguna de las pruebas ya practicadas, ni siquiera en la de inspección ocular antes referida, y sin que conste en el rollo de Sala correspondiente —número 46 del año 1.936—explicación ni diligencia alguna que dé cuenta de la sustitución del Tribunal.

En el mismo día 28 de mayo de 1.936 dicta sentencia condenatoria por el delito de tenencia ilegal de armas, dando origen a que la juventud hirviente y digna de JOSÉ ANTONIO responda, al oír su condena, apostrofando, en términos exaltados, a sus juzgadores.

Ya está decidido el destino de JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA; ya hay un pretexto legal para atribuirle un nuevo delito y acumularle varios años de cárcel en esta línea ininterrumpida de procesos e impedirle que actúe en la calle, en el mitin, en la Academia, en defensa de su doctrina, que es en defensa de España.

Sin embargo, la Falange tiene un impulso y una mística; no es un partido político que, al faltar el Jefe que reparte prebendas, se deshaga; al contrario; el anhelo viril y apasionado de salvar a España se condensa en el grito valiente, que resuena en la calle, de ¡¡ARRIBA ESPAÑA!!, y tiene tal intensidad la actuación de la Falange que, según palabras textuales del Gobernador del Banco Exterior de España de aquel entonces, afecto a la política del Sr. Azaña, «Recordaba la actuación de los primeros cristianos en las catacumbas».

Por eso, el Gobierno de la República, ante el firme valor y abnegación de los falangistas, entiende que Madrid es sitio inseguro para guardar a JOSÉ-ANTONIO, y en las sombras de la noche, el 5 de junio de 1936 lo lleva inesperadamente a la cárcel de Alicante, estimando aquel lugar como un reducto inexpugnable del Frente Popular; y allí, dentro de aquellos muros, le sorprende a JOSÉ-ANTONIO el Alzamiento Nacional el día 18 de julio de 1936.

A poco de ingresar en la cárcel de Alicante JOSÉ-ANTONIO el Director de la misma, D. Teodorico Serna, es removido del cargo y trasladado, debido a su conducta humana y correcta para con JOSÉ-ANTONIO, siendo después encarcelado en Madrid y asesinado cuando posteriormente al 18 de julio debía declarar en el juicio seguido contra JOSÉ-ANTONIO.

Son milicianos de la C. N. T. los que, una vez iniciado el Alzamiento, se encargan en la cárcel de la custodia de JOSÉ-ANTONIO, y al mando de ellos figura Guillermo Toscano Rodríguez, que en Huelva había sido Secretario general de Sindicatos y además representante de la C. N. T. en el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, siendo después este mismo individuo el que toma parte en el asesinato de JOSÉ-ANTONIO.

JOSÉ-ANTONIO en la cárcel sigue su conducta austera y da ejemplo en el cumplimiento del Reglamento de Prisiones, repartiendo con los demás presos la comida que del exterior recibía, y comiendo el rancho ordinario. No descuida su labor y trabaja con toda intensidad en proyectos que puedan ser útiles a su Patria.

El Gobierno del Frente Popular, ante el problema que, una vez iniciado el Alzamiento, plantea la permanencia de JOSÉ-ANTONIO en la cárcel, va a una solución tajante: dar muerte a JOSÉ-ANTONIO; pero temiendo la repercusión que en el mundo civilizado pueda tener este nuevo crimen, procura darle un tenue aparato de legalidad, y se le incoa un proceso por su supuesta participación en el Alzamiento Nacional, nombrándose Juez instructor a Federico Enjuto Ferrán que —según declaración prestada en la Causa General por el Secretario judicial que le asiste en la instrucción del proceso—era un incondicional de Indalecio Prieto.

El 11 de octubre de 1936 salen de Madrid con dirección a Alicante el Juez y el Secretario, volviendo a Madrid el 25 de dicho mes, marchando directamente al Ministerio de Marina, donde vivía Indalecio Prieto y Tuero, quedándose Enjuto en dicho Ministerio con el sumario y la documentación, a fin, según dijo el referido Secretario, de conferenciar con Prieto.

Regresan a Alicante en primeros de noviembre de 1936, procurando el Secretario aclarar cuáles fueran las instrucciones que el Juez recibió de Indalecio Prieto, sacando la impresión de que éste había ordenado a Enjuto llevara con calma la tramitación del sumario.

Pero el Gobierno del Frente Popular no comparte este interés político de Indalecio Prieto —cuyas razones en llevar con calma el sumario se desconocen-, y desde Valencia, donde reside dicho Gobierno, el ministro de Justicia, García Oliver, llama por teléfono pocos días después al juzgado, así como al Fiscal de la causa contra JOSÉ-ANTONIO, Vidal Gil Tirado, que hasta entonces había figurado como Presidente del Tribunal Popular, para que vayan inmediatamente a conferenciar con él.

Cumpliendo la orden, acto seguido, desde Alicante se dirigen a Valencia, adonde llegan anochecido, reuniéndose con el Ministro de Justicia, García Oliver; el subsecretario, Sánchez Roca; el juez Enjuto, el Fiscal, Vidal Gil Tirado, y el Secretario judicial que actuó en el sumario.

El Ministro y el Subsecretario piden noticias del sumario y concretan sus intenciones, diciendo que a JOSÉ-ANTONIO había que condenarlo a muerte y que el sumario tenía que terminarse inmediatamente, añadiendo García Oliver que, dada la resonancia mundial del proceso, había que darle la más sólida apariencia jurídica... "pero con prisa…”.

Aquella misma noche el Juzgado y el Fiscal salen de Valencia, llegando a Alicante de madrugada, y el día 9 de noviembre de 1.936, en cumplimiento de las instrucciones recibidas, se reanuda la instrucción rápida del sumario; dictándose auto de procesamiento con fecha 13 de noviembre, notificándosele a JOSÉ-ANTONIO, en la celda que ocupaba en la cárcel, el día 14; encarándose JOSÉ-ANTONIO con Enjuto, a quien le dice: « ¿No le da a usted vergüenza llevar canas y vestir toga ?».

Es de hacer constar que la C. N. T. entra en el Gobierno del Frente Popular en la noche del 4 de noviembre de 1936, cuando el Ejercito Nacional está a las puertas de Madrid y el Gobierno recién formado huía a Valencia; siendo uno de estos fugitivos el nuevo Ministro de Justicia, Juan García Oliver, acompañado del Subsecretario Sánchez Roca, ambos de la C. N. T.

El día 17 de noviembre de 1936 se celebra en la cárcel de Alicante la última sesión del juicio oral del proceso seguido contra JOSÉ-ANTONIO.

JOSÉ-ANTONIO sufre el interrogatorio del Fiscal, largo y laborioso, en un ambiente de hostilidad del público, que no podía reprimir el murmullo y hasta las protestas cada vez que aquél hablaba –según un funcionario de la Administración de justicia, testigo presencial de toda la vista—. Poco a poco, con una serenidad y un dominio forense magnífico, JOSÉ-ANTONIO se va haciendo con el público y con la atención y simpatía de los jurados.

Un momento interesante lo marca el diálogo que sostiene JOSÉ-ANTONIO con el jurado comunista Domenech, que, petulante, intentaba mostrarse como muy versado en doctrina política, queriendo contender con Primo de RIVERA, y dando ocasión a JOSÉ-ANTONIO para hacer una brillante y soberbia exposición del programa de Falange, que causo honda sensación en el público, contribuyendo a desarmar la hostilidad del principio.

Otro momento de interés es cuando comparece como testigo un jefe de milicias de la C. N. T., Vázquez, que se expresa en términos de violencia extraordinaria contra JOSÉ-ANTONIO. Y cuando éste, que como abogado se defiende a sí mismo, le hace una única pregunta: « ¿Odia usted al procesado?», Vázquez contesta: « ¡Con toda mi alma!».

El informe del Fiscal, sin fuerza moral ni jurídica alguna, basada en recortes de periódicos rojos -notas y recortes que obran autentificados en la causa General-, fue mediocre, disculpándose del resultado favorable que había tenido el juicio para JOSÉ-ANTONIO en la opinión. Como premio a su actuación, dicho Fiscal fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo rojo.

JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA y Sáenz de Heredia pronuncio su informe.

Al terminar su defensa JOSÉ-ANTONIO, la reacción en el público fue de unánime piedad para que no se cumpliera la petición de muerte hecha por el Fiscal…., según afirma en la Causa General otro testigo, afecto entonces al Frente Popular, que presenció el acto.

La impresión que causó el discurso de JOSÉ-ANTONIO —obra maestra de oratoria forense, según frase de sus propios enemigos, ante esta oración tan llena de cordialidad, de sinceridad tan rotunda—fue tan intensa, que ante la alteza de su doctrina, la emoción se adueñó de aquel auditorio popular, que cuando pudo oír la verdad, ésta entro en su corazón. El redactor, afecto al Frente Popular, del periódico republicano de Alicante, El Día, trasladó a unas cuartillas esa palpitante emoción de la multitud, que quedaron reflejadas como artículo de fondo en dicho diario el miércoles 18 de noviembre de 1936, año XXII, ejemplar número 6.316, cuya fotocopia se acompaña. Ningún otro comentario mejor podría hacerse (sentido y veraz) ante la actitud de JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA que, sin temor a la muerte, tampoco desprecia la vida, expresando este sentir en la frase de su informe: "La vida no es una bengala que se quema al final de una fiesta." Esa impresión y esa emoción del público asistente al acto del juicio llega también al Jurado—formado por miembros de los Partidos integrantes del Frente Popular—, hasta el punto de que uno de los jurados llegó a estrechar la mano de JOSÉ-ANTONIO y felicitarle. Y al quedar allá solos en la Sala de deliberación, su pasión contra JOSÉ-ANTONIO y las consignas recibidas de eliminarle luchan, después de oírle, con la conciencia, que les esta reprochando la monstruosa injusticia que van a cometer condenando a muerte a aquel muchacho que lleva en la cárcel siete meses –desde el 15 de marzo de 1.936-, y cuatro de ellos con anterioridad al 18 de julio de aquel año, fecha inicial del Movimiento Nacional, y que además proclama y defiende una doctrina tan justa y tan humana que ellos, perplejos al oírla desarrollar, no saben si aceptarla o repudiarla: cambian impresiones, discuten, vacilan…. Es tan fuerte la razón de la justicia mantenida rectilíneamente por JOSÉ-ANTONIO en su discurso de defensa, que el Jurado, no decidiéndose por la condena de muerte, prolonga horas y horas la discusión, mientras en el exterior, esa tardanza en pronunciar el veredicto produce irritación y siembra la inquietud entre los dirigentes del Frente Popular ante el hecho de no acatar en su totalidad el Jurado las instrucciones del gobierno, por lo que tienen que intervenir elementos del Gobierno civil rojo para asegurar el cumplimiento de las consignas recibidas.

Hay que obedecer: las órdenes del Gobierno del Frente Popular son terminantes y JOSÉ-ANTONIO es condenado a muerte; apagando así la fuerza del odio y de la perversidad la lucecita de justicia que empezaba a iluminar la conciencia del Jurado. En telegrama de 18 de noviembre de 1.936, el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, Largo Caballero comunica el enterado de la sentencia, que es el trámite para su ejecución –hechos también comprobados en la Causa General.

JOSÉ-ANTONIO logra realizar su última confesión con un sacerdote, -D. José Planelles Marco- que comparte con él las amarguras de la prisión, y al que los rojos más tarde asesinaron.

En las primeras horas del día 20 de noviembre de 1.936 JOSÉ-ANTONIO sale de su celda para ir a la muerte; va a amanecer un nuevo día y va a morir una vida gloriosa.

JOSÉ-ANTONIO es asesinado en compañía de otros cuatro mártires llamados Ezequiel Mira Miesta, Luis Segura Baus, Vicente Muñoz Navarro y Luis López López. Y según frases textuales de Guillermo Toscano Rodríguez, que fue el que le dio el tiro de gracia: “JOSÉ-ANTONIO murió con gran entereza, y una vez colocado ante sus ejecutores dio los gritos habituales de la Falange, ¡Arriba España!, con voz fuerte y llena, siendo secundado por las otras víctimas, que también dijeron ¡Arriba España!, cayendo en seguida atravesado por las balas."

Cierra España.

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 1ª parte.


CAUSA GENERAL, LA DOMINACIÓN ROJA EN ESPAÑA

AVANCE DE LA INFORMACIÓN INSTRUIDA POR EL MINISTERIO PUBLICO

SEGUNDA EDICIÓN REVISADA, MINISTERIO DE JUSTICIA

Capítulo II

JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA

JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA hace sus primeras armas en el Parlamento español con el propósito nobilísimo de defender, no tanto la Dictadura de Don Miguel Primo de Rivera, sino la memoria de su padre.


JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA tiene ocasión, en el Parlamento, con motivo de la discusión de unos suplicatorios para conceder autorización de las Cortes para su procesamiento, de hacer su autobiografía y señalar el problema español, cuya solución era y había de ser la esencia de su doctrina. Es el día 3 de julio de 1.934. Se trata de las Cortes, en que triunfantes las derechas, su desunión hizo estéril el triunfo y la labor de las mismas, dando pretexto a una disolución que habría de traer, por procedimientos perfectamente conocidos, el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936.

En el Extracto Oficial del Diario de Sesiones, en el número III del día 3 citado, páginas 4.382 a 4.393 del tomo correspondiente a la Legislatura de 1933 a 1935, obran las frases de JOSÉ-ANTONIO:

«... Detesto la autobiografía; pero si en alguna ocasión tiene un poco de disculpa la autobiografía, es en un trance como éste, en que me encuentro, más o menos, en la posición de acusado. Y en posición de acusado me vais a disculpar la declaración autobiográfica de que yo no soy absolutamente, como el Sr. Prieto imagina, ni un sentimental, ni un romántico, ni un combativo, ni siquiera un hombre valeroso; tengo estrictamente la dosis de valor que hace falta para evitar la indignidad; ni más ni menos. No tengo, ni poco ni mucho, la vocación combatiente, ni la tendencia al romanticismo; a romanticismo, menos que nada, Sr. Prieto. El romanticismo es una actitud endeble que precisamente viene a colocar todos los pilares fundamentales en terreno pantanoso; el romanticismo es una escuela sin líneas constantes, que encomienda en cada minuto, en cada trance, a la sensibilidad la resolución de aquellos problemas que no pueden encomendarse sino a la razón...» «Yo le aseguro al Sr. Prieto que si, por ejemplo, fuera lo que suponen incluso muchos correligionarios suyos de fuera del Parlamento; si fuera un defensor acérrimo, hasta por la violencia, de un orden social existente, me habría ahorrado la molestia de salir a la calle, porque me ha correspondido la suerte de estar inserto en uno de los mejores puestos de ese orden social —como es sabido, era MARQUÉS DE ESTELLA Y GRANDE DE ESPAÑA—; con que yo hubiese confiado en la defensa de este orden social por numerosos partidos conservadores, los unos republicanos «in partibus infidelium», y por otros partidos conservadores que hay en todas partes, estos partidos conservadores, por mal que les fuese, me asegurarían los veinticinco o treinta años de tranquilidad que necesito para trasladarme al otro mundo disfrutando todas las ventajas de la organización social presente.»

«Yo le aseguro al Sr. Prieto que no es eso. Lo que pasa es que todos los que nos hemos asomado al mundo después de catástrofes como la de la Gran Guerra, y como la crisis, y después de acontecimientos como el de la Dictadura y el de la República española, sentimos que hay latente en España y reclama cada día más insistentemente que se la saque a la luz—y eso sostuve aquí la otra noche—una revolución que tiene dos venas: la vena de una justicia social profunda, que no hay más remedio que implantar, y la vena de un sentido tradicional profundo, de un tuétano tradicional español, que tal vez no reside donde piensan muchos y que es necesario a toda costa rejuvenecer... yo no pensé ni por un instante que estas cosas se tuvieran que mantener por la violencia, y la prueba es que mis primeras actuaciones fueron completamente pacíficas; empecé a editar un periódico y empecé a hablar en unos cuantos mítines. Y con la salida del periódico y con la celebración de los mítines se hicieron contra nosotros agresiones cada vez más cruentas, y por manos movidas seguramente con intención tan limpia como la de mis amigos, tal vez movidos después a represalias. Pero estas represalias vinieron mucho después; tanto después, que muchas personas que nos suponían a nosotros venidos al mundo para jugarnos la vida en defensa de su propia tranquilidad, incluso en periódicos conservadores, nos afeaban que no nos entregásemos al asesinato; imaginaban que nos estábamos jugando nuestra vida y las vidas de nuestros camaradas jóvenes para que a ellos no se les alterase su reposo.»

«Pero porque resulta que nosotros hemos venido a salir al mundo en ocasión en que en el mundo prevalece el Fascismo—y esto le aseguro al Sr. Prieto que más nos perjudica que nos favorece—; porque resulta que el Fascismo tiene una serie de accidentes externos, intercambiables, que no queremos para nada asumir. La gente, poco propicia a hacer distinciones delicadas, nos echa encima todos los atributos del Fascismo, sin ver que nosotros sólo hemos asumido del Fascismo aquellas esencias de valor permanente que también habéis asumido vosotros… porque lo que caracteriza el período de vuestro Gobierno es que, en vez de tomar la actitud liberal bobalicona de que al Estado le es todo lo mismo, de que el Estado puede estar con los brazos cruzados en todos los momentos, a ver cuál es el que trepa mejor a la cucaña y se lleva el premio, contra el Estado mismo, vosotros -alude al primer Gobierno Azaña— tenéis un sentido del Estado que imponéis enérgicamente. Ese sentido del Estado, ese sentido de creer que el Estado tiene algo que hacer y algo en que creer, es lo que tiene de contenido permanente el Fascismo, y eso puede muy bien desligarse de todos los alifafes, de todos los accidentes y de todas las galanuras del Fascismo, en el cual hay unos que me gustan, y otros que no me gustan nada."

«Esto es tan importante, Sr. Prieto, que, ya le digo, yo no me hubiese dedicado para nada, no a usar la violencia, sino ni siquiera disculpar la violencia, si la violencia no hubiera venido a buscarnos a nosotros. Yo le aseguro al Sr. Prieto que cuando la primera vez oí detrás de mi coche el estampido de un petardo; que cuando la segunda vez supe que habían tiroteado un coche porque tenía casi el mismo número que el mío, y cuando he empezado a tener todas esas amenazas que justifican el, a juicio de la Comisión, terrible delito de que tenga seis especies de artes ancestrales, de grandes armatostes, tal vez inservibles para defenderme; cuando oí la primera vez el petardo; cuando supe después lo de esos tiros y lo de las amenazas, sentí dos cosas: la primera, el que los tiros me pudieran dar (desde luego reconozco que no tengo el más mínimo gusto en apresurar la apertura de mi «ab intestato»; la segunda, "que el día que me encontrara en los cielos con el metalúrgico, el carpintero o el campesino que me hubieran pegado los tiros por la espalda, en cuanto tuviéramos diez minutos de conversación, el metalúrgico, el campesino o el carpintero se convencerían de que, se habían equivocado al dirigir esos tiros."

«Como esto es lo que yo quería decir aprovechando esta noche autobiográfica, con eso he sustituido a lo que pudiera ser el contenido de mi defensa...».

El día 6 de noviembre de 1934 JOSÉ-ANTONIO—al igual que en otra ocasión memorable CALVO SOTELO—, con motivo del indulto del militar Pérez Farrás, que en Cataluña se había levantado contra la Patria, tiene ocasión de atacar violentamente a la masonería, constando así en el tomo VII del Diario de Sesiones de Cortes, legislatura de 1.933 a 1.935, en la página 4.566 del mismo número 116.

Cuando JOSÉ-ANTONIO, con el impulso del predestinado al martirio, levanta bandera de la redención del humilde, dando un contenido nacional a las ansias de justicia social del oprimido, encuentra sus más ardientes enemigos—conforme queda reflejado en sus anteriores párrafos transcritos del Diario de Sesiones en los antiguos conductores de las masas, que ven con terror la figura, joven e inteligente del iluminado capaz de difundir en dichas masas un ideal nacional que los aparte de sus falsos apóstoles.

Al advenir, en febrero de 1936, al Poder el Frente Popular, contrariando los principios liberales que decía defender, no permite que la doctrina de JOSÉ-ANTONIO se extienda y propague dentro de la legalidad. No obstante, la conducta es tan ejemplar, tan abnegada, la doctrina es tan sugestiva, que van aumentando los partidarios reclutados entre las clases más humildes del pueblo.

Es necesario frenar en lo posible esta actuación, que llevada al Parlamento, puede tener repercusión peligrosa para los intereses del Frente Popular en las masas populares; y, por otra parte, la inmunidad parlamentaria proporcionaría a JOSÉ-ANTONIO la seguridad, aunque fuera relativa, de propagar su doctrina.

Triunfantes las derechas en las elecciones de febrero de 1936 en forma aplastante en la provincia de Cuenca, en la que obtuvieron el copo, y dueño el Gobierno del Frente Popular de los resortes del Poder, acuerda en la Comisión de actas la anulación de dichas elecciones, y aprobado por el Parlamento, se cumplimenta dicho acuerdo por el Gobierno, publicándose un Decreto en la Gaceta en el que se acuerda, al igual que en las elecciones de Granada, que también habían sido anuladas, por resultar triunfantes las derechas, la convocatoria de nuevas elecciones.

Con arreglo a los preceptos legales vigentes en la materia, se celebran dichas elecciones en Granada; pero en Cuenca, al presentarse candidato a Diputado a Cortes JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA, se infringen dichos preceptos, en contra de lo dispuesto por la Cámara de Diputados y acordado por el Gobierno, y a pesar del triunfo rotundo de JOSÉ-ANTONIO, se acude al ardid de considerar que es la segunda vuelta de las elecciones anuladas y celebradas el 16 de febrero de 1936 y no nuevas elecciones para no computar los votos a JOSÉ-ANTONIO, -diciéndose el Gobierno del Frente Popular y la mayoría parlamentaria de su anterior criterio, privándole del acta de Diputado.

JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA ya no es Diputado a Cortes; privado de una inmunidad parlamentaria, suspendidas las garantías constitucionales, puede quedar detenido gubernativamente con cualquier pretexto. La propaganda de su ideario se hace cada vez más difícil, a pesar de realizarse dentro de lo establecido en la Ley; pero el Gobierno del Frente Popular; ante el auge que va tomando la doctrina la que, como a todo lo que contradice su política, llama «Fascismo proclama, por boca del Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, Santiago Casares Quiroga, desde la cabecera del Banco Azul en el Parlamento, según consta en el número 29, Extracto Oficial de las Sesiones de Cortes del martes 19 de Mayo de 1936, en su página VI, que ante el Fascismo el Poder público se convertirá en un combatiente más como cualquier otro partido, diciendo "...Y os manifiesto, señores del Frente Popular, que contra el Fascismo el Gobierno es beligerante…

Es de hacer notar que, como se ha indicado anteriormente, la idea y la propaganda de Falange están dentro de la Ley, habiéndose aprobado los Estatutos de «Falange Española de las J. O. N. S.» En la Dirección General de Seguridad, en donde fueron presentados en 22 de octubre de 1.934.

El día 15 de marzo de 1936 JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA ya está en la cárcel. Es una de las medidas, más importantes, precautorias, que toma el Frente Popular para evitar la propagación de la Falange; pero hace falta dar aspecto legal a esta privación de libertad e inutilizar AL HOMBRE Y A LA DOCTRINA.

Para inutilizar a la doctrina, la Dirección General de Seguridad amaña una serie de pruebas que entrega al Juzgado de guardia a fin de que éste tenga que procesar a JOSÉ-ANTONIO como sujeto activo de una propaganda, referente a una doctrina, que se estima ilegal, para que, llegando los Tribunales a la declaración de ilegitimidad de la Falange como tal partido político, poder de este modo impedir su propaganda oral y escrita, desterrándolo de la vida política española.

Pero los Tribunales de justicia—Audiencia de Madrid, en sentencia de 30 de abril de 1936, y Tribunal Supremo, en sentencia de 8 de junio del mismo año, en acusado rasgo de gallardía e independencia, absuelven a JOSÉ-ANTONIO y a los suyos declarando legítima, dentro del marco constitucional español—conforme a los artículos 34 y 39 de la Constitución y Ley de Asociaciones de 30 de junio de 1887—, la doctrina de Falange Española, quedando sin efecto el procesamiento acordado por el juez de Instrucción contra JOSÉ-ANTONIO y los falangistas que le acompañan.

La labor de inutilizar al hombre se presenta más fácil. La Gaceta de la República, el día 10 de marzo de 1936, en su página 1.957, publica un Decreto del Ministerio de la Gobernación en el que declara sometidas a revisión las licencias de uso de armas, quedando los titulares de las mismas obligados, en el término de quince días a partir de la publicación del Decreto, a depositar las armas en los cuarteles de la Guardia Civil.

JOSÉ-ANTONIO PRIMO DE RIVERA, al ingresar en la cárcel, el 15 de marzo de 1936, tiene licencia de uso de armas, expedida por la dirección General de Seguridad en 8 de enero de 1936, o sea que estaba en situación legal para tener armas cortas de fuego, ya que al dar el Gobierno un plazo para la entrega de las mismas reconocía el derecho e los ciudadanos de hacer dicha entrega aunque fuera el último día, siempre que estuviera dentro de dicho plazo de quince días.

Vuelve a actuar la Dirección General de Seguridad al servicio del Frente Popular, y el día 27 de abril de 1936 —JOSÉ-ANTONIO continúa en la cárcel desde el repetido 15 de marzo anterior— el Jefe Superior de Policía de Madrid ordena se haga un registro en el domicilio de JOSÉ-ANTONIO, calle de Serrano, número 86, piso primero, derecha. Desde que JOSÉ-ANTONIO estaba en la cárcel, dicho piso había sido frecuentado por la Policía y por multitud de personas afiliadas a Falange y clientes de JOSÉ-ANTONIO, que ejercía la carrera de Abogado en Madrid.

Además, según declaración del que entonces era Comisario General de Investigación Social, prestada ante esta Causa General, el jefe superior de Policía tenía en el domicilio de JOSÉ-ANTONIO un confidente, el cual el día 27 de abril estaba en el domicilio de JOSÉ-ANTONIO antes de ir la Policía al registro y durante éste, y permanece en dicho domicilio sin huir del mismo, como pudo hacerlo y lo hicieron los efectivos que allí se encontraban, por no haber puesto la vigilancia en la puerta de servicio del domicilio citado.

Personada la Policía en el domicilio de JOSÉ-ANTONIO, se distribuyeron los agentes por las habitaciones, entrando en el despacho de-JOSÉ-ANTONIO el agente Cristóbal Pinazo, único de aquellos policías que sirve con plena identificación espiritual al Frente Popular, después del 18 de julio toma parte activa en la defensa del Gobierno rojo. El registro comienza a las doce de la mañana, terminando sobre las seis de la tarde; pero nada más comenzar el registro, el agente Cristóbal Pinazo, estando solo en el despacho de JOSÉ-ANTONIO, en una librería abierta, situada en el ángulo de la habitación, y junto a la puerta, en un entrepaño de la misma, al notar, según declaración prestada por el mismo Cristóbal Pinazo ante el juez de Instrucción, el día 30 de abril de 1936, "... al tacto una pistola, le advirtió a doña María tía de JOSÉ-ANTONIO—que estuviese atenta de lo que iba a sacar y, efectivamente, sacó dos pistolas..."

Cierra España.

Seguidores

Miguel de Unamuno - Diario de Sesiones, Junio de 1932

Estas autoridades de la República han de tener la obligación de conocer el catalán. Y eso, no... Si en un tiempo hubo aquello, que indudablemente era algo más que grosero, de «hable usted en cristiano», ahora puede ser a la inversa: «¿No sabe usted catalán? Apréndalo, y si no, no intente gobernarnos aquí.»... La disciplina de partido termina siempre donde empieza la conciencia de las propias convicciones.

Luis Araquistáin,socialista publica en abril de 1934

"En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta".

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

“La verdad es, lo he publicado antes de ahora, que el país no recibió mal a la dictadura, ni la dictadura hizo daño material al país. Es decir, no gobernó peor que sus antecesores. Les llevó la ventaja de que impuso orden, corto la anarquía reinante, suprimió los atentados personales, metió el resuello en el cuerpo de los organizadores de huelgas y así se estuvo seis años. Nunca la simpatía personal ha colaborado tan eficazmente en formar de un gobernante como el caso de Primo de Rivera, [...]”

Alejandro Lerroux, Mis memorias.

Frente Popular (Febrero 1936 - Marzo 1939)



Calvo Sotelo, sesion del 16 de junio de 1936.

"España vive sobrecogida con esa espantosa úlcera que el señor Gil Robles describía en palabras elocuentes, con estadísticas tan compendiosas como expresivas; España, en esa atmósfera letal, revolcándose todos en las angustias de la incertidumbre, se siente caminar a la deriva, bajo las manos, o en las manos —como queráis decirlo— de unos ministros que son reos de su propia culpa, esclavos, más exactamente dicho, de su propia culpa...
Vosotros, vuestros partidos o vuestras propagandas insensatas, han provocado el 60 por 100 del problema de desorden público, y de ahí que carezcáis de autoridad. Ese problema está ahí en pie, como el 19 de febrero, es decir, agravado a través de los cuatro meses transcurridos, por las múltiples claudicaciones, fracasos y perversión del sentido de autoridad desde entonces producidos en España entera.
España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el 16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde os lleva a todos el Frente Popular".

La memoria analfabeta es muy peligrosa

Pérez-Reverte se embala. No es que le duela España, es que le indigna su incultura, su falta de espíritu crítico. Se revuelve porque, dice, un país inculto no tiene mecanismos de defensa, y “España es un país gozosamente inculto”. Tiene el escritor en la punta de los dedos las batallas, los hombres, las tragedias que han hecho la historia para apuntalar sus argumentos.

- Mi memoria histórica tiene tres mil años, ¿sabes?, y el problema es que la memoria histórica analfabeta es muy peligrosa. Porque contemplar el conflicto del año 36 al 39 y la represión posterior como un elemento aislado, como un periodo concreto y estanco respecto al resto de nuestra historia, es un error, porque el cainismo del español sólo se entiende en un contexto muy amplio. Del año 36 al 39 y la represión posterior sólo se explican con el Cid, con los Reyes Católicos, con la conquista de América, con Cádiz... Separar eso, atribuir los males de un periodo a cuatro fascistas y dos generales es desvincular la explicación y hacerla imposible. Que un político analfabeto, sea del partido que sea, que no ha leído un libro en su vida, me hable de memoria histórica porque le contó su abuelo algo, no me vale para nada. Yo quiero a alguien culto que me diga que el 36 se explica en Asturias, y se explica en la I República, y se explica en el liberalismo y en el conservadurismo del XIX... Porque el español es históricamente un hijo de puta, ¿comprendes?.

Arturo Pérez-Reverte