viernes, 16 de octubre de 2009

Se puede ser tonto, pero no gilipollas


Preguntado por el informe hecho público hace algunas semanas acerca del aumento del antisemitismo en España, el presidente lo negó: "No hay antisemitismo en España" y agregó que "no todo comentario, publicación o fotografía debe ser considerada antisemita. No hay actos antisemitas en España". Para terminar dijo que "antisemitismo era la dictadura de Franco".

Cada día la falta a la verdad y a la historia de este país que su presidente de gobierno obvia, va en aumento, me da la impresión de que o es tonto, o es tonto, porque se puede ser jilipollas pero no imbecil, o al contrario.

El decir que el gobierno del movimiento era antisemita es faltar a la verdad, a ver si de una condenada vez, para variar, estos que nos gobiernan se dedican a leer un poco mas de historia, para no faltar a la verdad de la misma y como siempre contar la que les interesa, el gobierno del movimiento, no fue antisemita, lo que hizo fue no reconocer al estado de Israel, principalmente porque en esa época lo que primaba para España era la alianza con los países árabes, claro esta cuando eran árabes y no terroristas, por lo tanto para los intereses de España no era conveniente el reconocer un estado recién formado con disidentes de medio mundo y en territorio hasta entonces árabe ( entre comillas).

La cagada de colocarse el pañuelo palestino símbolo del terrorismo, la Yihad y demás mierda fue por su parte una cagada de órdago y ahora le están saliendo en su visita a Israel sus detractores, siendo su manera de quitarse la mierda de encima el insultar a la historia de este país y al gobierno del movimiento, ya se a olvidado a los Britz, Propper de Callejón, de Miota, Radigales, Rojas y Moreno, Palencia y Muguiro.

Seguramente si visitara el salón que Israel tiene como adeudo a los señores que defendieron al pueblo judío durante la IIGM, se llevara una sorpresa viendo los nombres de estos españoles, que por puñetera casualidad pertenecían al movimiento, eran diplomáticos y juraron lealtad al gobierno de España, a España y a Franco, o eran socialistas chaqueteros?.

Además recordarle a este negaó (como dirían en mi tierra), que este país si fue antisemita, habría que recordarle que los judíos fueron expulsados de España o de este reino en 1492, mediante el “Decreto de la Alhambra o Edicto de Granada”, por muchos motivos entre ellos a destacar económicos y religiosos, porque en vez de agredir con mentiras al gobierno del movimiento, en estas declaraciones a la prensa israelí, no lo hizo con la verdad por delante aclarando que fueron lo RR.CC. quien promulgaron esta salida?, por que narices no dice que eres partidario de terroristas como en este caso son los palestinos?, hechos mas que suficientemente aclarados por medio mundo, estos fueron los inventores del hombre bomba, en la primera Yihad, si tu problema es acoplarte los pañuelos símbolos del terrorismo internacional ese es tu problema, pero después no puedes alegar ignorancia y además achacar tu falta de coherencia a tiempos y gobiernos pasados que en ningún momento, realizaron ningún acto a los que hace referencia.

Para terminar decir que esta declaración tan hijo puta que a realizado este sinvergüenza, es lo mismo que decir, que se preocupa mas de los mierdas que vienen de fuera, de su puta alianza de naciones, que del pueblo español, que es lo que debe de primar, además de que no es mentira y a los hechos me remito, al igual que prefiere tener de aliado y compañeros de fatigas a los Evo, Chávez y castro, en vez de estar al lado de la comunidad internacional mas potente que son los que nos van a salvar el culo, desde luego seria así si en vez de estar en la poltrona del gobierno este, fuera otro el que sentara sus posaderas en la misma, y esto tampoco es mentira.



Cierra España.


Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) parte final.

ENCARCELAMIENTOS Y CORRESPONDENCIA CON JOSE ANTONIO


Tenía que ser. Adueñados del Poder los del Frente Popular, apenas pasaron las elecciones de febrero tenía que desatarse el odio marxista, y nunca mejor elegido su verdadero enemigo en la Falange porque no desconocía el valor, contenido y coraje, de este movimiento. Tras de José Antonio, y como tantos cientos de camaradas, Onésimo terminó en la cárcel. Otros queridos falangistas le acompañaron, primero en la de Valladolid, posteriormente en la Avila. Creía el frente rojo que de esta manera apagaría el ardor y la expansión de la Falange, y no sabía que nadie puede apagar un fuego de corazones latiendo por unos ideales de espíritu y de revolución sana y patriótica. A pesar de las detenciones, la mies se multiplicaba y crecía vigorosa, porque también tenía que ser así. José Antonio procuró siempre un enlace con Onésimo. La mayoría de las veces, por conductos personales, pero, a la vez, la correspondencia se usaba en ocasiones.

«Siento tu detención -le escribía desde la cárcel Modelo- y te acompaño en ella mentalmente con el espíritu dispuesto por la semejanza de mi situación. Creo, de acuerdo con los camaradas de la Junta Política de aquí, que debes conservar los hilos en la mano.

Te aseguro que el estar en prisión no me mortifica nada personalmente, pero me inquieta por el alejamiento que, como a todos, me impone del puesto de deber en estas semanas en que creo Be está decidiendo la suerte de España. Gracias a Dios, la Falange se mantiene en la calle honrosamente. Sólo ella, en medio del achicamiento general, ha elevado el decoro público de los españoles. Sin su decisión combatiente la ola comunista hubiera sido mucho más rápida. Julio, Rafael, Raimundo, Barrado, Valdés y Salazar, reunidos en esta plácida galería de presos políticos, me dan recuerdos para ti. Recíbelos con un abrazo de tu amigo y camarada.

José Antonio.»

Y en otra le decía así:

«Querido Onésimo:

El artículo del Diario Regional me gustó mucho. Desde luego, sobre esa misma linea puedes mantener la polémica acerca del Estatuto sin previa aprobación, naturalmente, de cada trabajo. Lo mismo que puedes considerarte autorizado para mantener vivo el fuego del movimiento con toda la razonable holgura de iniciativa.

José Antonio.»

«Querido Onésimo :

Al recibir tu carta, todos los que estamos aquí cambiamos impresiones del nuevo tema del Estatuto de Castilla. Creemos que tienes razón desde el punto de vista español y desde el punto de vista castellano. El propósito del nuevo Estatuto parece inspirado por el deseo de armar una pequeña política regional en la que descuellan ciertos valores que en la nacional fracasaron.

El admitir para Castilla un destino de región, con su Estatuto, su remedo de parlamento y todo lo demás, es hacerla dimitir del otro destino, lleno de gloria tradicional, de ser el núcleo de España. Es posible que tú pudieras redactar un trabajo en el que se tratase de expresar nuestro punto de vista ante la propaganda de un Estatuto castellano. Si lo haces y me lo envías, te lo agradeceré.

Te abraza tu amigo y camarada,

José Antonio.»

Y otras más que no es posible recoger en este trabajo tan limitado.

* * *

La detención de Onésimo, como queda dicho, no entorpeció la marcha y el desarrollo de las J.O.N.S. Todos los días ingresaban en la cárcel nuevos camaradas detenidos, y a pesar de esto, la actividad era mejor y el espíritu se irradiaba por toda la provincia, con un control extraordinario. Las órdenes y consignas de Onésimo tenían cumplimiento con rapidez; la visita y el contacto con los pueblos era permanente. Así se hizo posible que en la noche del 17 de julio de 1936 una concentración estratégica de miles de camaradas tenían sitiada a la ciudad para volcarse en ella al recibir la última orden.

En la madrugada del 25 de junio. Onésimo y dieciocho falangistas más fueron trasladados a la cárcel de Avila, en vista de que la actividad falangista en Valladolid se imponía al terror marxista, contestando con mayor violencia a la violencia que el marxismo, protegido desde el Poder, presumía en las calles. Cacheos, agresiones y cárcel no eran suficientes para contener el coraje de la Falange de Castilla, contestando con represalias bien organizadas en la clandestinidad.

Desde Avila, Onésimo continuaba disponiendo la acción en el presente y la preparación para el futuro. Con los hilos del movimiento, pronto a estallar en rebeldía, supo hacer posible una entereza ejemplar y una amplitud asombrosa en el recluta’ miento. Organizó los mandos -renovados inmediatamente de ser entorpecidos por las detenciones-, ordenó la constitución de las escuadras del triunfo, inyectándoles una emoción y un espíritu ejemplares. Puede afirmarse que su gente estaba muy preparada para los acontecimientos que al fin se produjeron en las calles de la ciudad, en medio del estupor y del asombro de los marxistas, cuando en la tarde del 18 de julio se impidió que los guardias de Seguridad y de Asalto -todos ellos simpatizantes con la Falange- salieron con dirección a Madrid para reforzar los efectivos del Gobierno. Desde los mismos autocares preparados para la marcha salió el grito redentor de ¡Arriba España!, y desde entonces Castilla se puso en pie de guerra, con Valladolid a la cabeza. El Ejército y la Falange, unidos, ocuparon inmediatamente en pocas horas el Gobierno Civil, la Capitanía General, el Ayuntamiento y la emisora. Valladolid se había liberado y se puso a la vanguardia de la cruzada por la revolución salvadora.

Onésimo Redondo. Obras completas

José Manuel Díaz de Terán Rodríguez, Gerardo Guinea

EL FASCIO se encuentra al nacer con el hecho gratísimo de que existe en España una organización de juventudes, las JONS, disciplinada en torno a ideales muy afines a los nuestros. Pondremos a disposición de estos grupos, verdaderos fascios de jóvenes combatientes, una página de nuestra revista, desde la que lanzarán sus consignas, sus razones y sus gritos. Hoy, uno de los fundadores más destacados, Ramiro Ledesma Ramos, señala los orígenes, las rutas y las metas de las JONS.
 
Cierra España.

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 29ª parte.

José Antonio Primo de Rivera supo expresar en su discurso de aquel día todo lo que las J.O.N.S, de Castilla habían soñado. En su oratoria justa supo comprender a Castilla -y con esto sumar para siempre F.E, con las J.O.N.S.:


"Esta tierra de Castilla, que es la tierra sin galas, sin adornos, la tierra absoluta, la tierra que no es el color local, ni es la característica, ni es el río, ni es el lindero, ni es el altozano. La tierra, que no es ni mucho menos los agregados de unas cuantas fincas, ni el exponente de unos intereses agrarios, para regatearlos en Asambleas, sino que es, la tierra.

"La tierra: la tierra como depositario de esos valores eternos, la austeridad en la conducta, el sentido religioso de la vida y la alianza, la solidaridad entre los antepasados y la tradición.

"Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto,. El cielo, tan azul, tan sin celajes, tan sin reflejos verdosos de frondas eternas, que se dijera que es casi blanco de puro azul. Y así Castilla, con la tierra absoluta y el cielo absoluto mirándose, no ha sabido nunca ser una comarca, ha tenido siempre que ser un imperio, Castilla, no ha podido entender lo local nunca, Castilla sólo ha podido entender lo universal, y por eso Castilla se niega a sí misma, no se fija en dónde concluye ni a lo ancho ni a lo alto, y Castilla, esta tierra llena de nombres maravillosos, como Tordesillas, Medina del Campo, Madrigal de las Altas Torres; esta tierra de Chancillería, de las ferias de Castilla -el decir todo esto, es decir tierra de la Justicia, de la Milicia y del Comercio- nos puede enseñar cómo fue aquella España que nosotros llevamos en el corazón con la nostalgia de su ausencia".

Todo el mitin transcurrió en fervorosa vibración nacional-sindicalista. Al terminar la gente gritaba entusiasmada nuestras consignas, El espectáculo de aquellas masas clamando dentro del teatro por una España nueva, era verdaderamente aleccionante y conmovedor. Como muy bien decía "Libertad" al siguiente día, con este mitin comienza la reconquista de la Patria; es el primer acto de la juventud nacional para la liberación de España. En ambiente de emoción y alegría nacionalista se inicia la salida. Abiertas las puertas del teatro, salieron los primeros camaradas, que por acaso fueron -en gran parte- los que habían concurrido de Bilbao. Grupos de marxistas apostados en la Plaza se lanzaron como lobos sobre los que trasponían las puertas, dando gritos diversos entre los que sobresalían el de "muera España", los agredidos acometieron con coraje a los marxistas, haciéndoles replegarse y causándoles las primeras bajas. Se recogieron algunos heridos, y los rojos transportaban uno que parecía muerto, hacia donde estaban otros de los suyos que, con la vista en la víctima, se enfurecieron, arreciando, en la calle de las Angustias, Plaza de la Libertad con sus mueras a España, mientras arrojaban gran cantidad de piedras.

La Guardia Civil y la de Asalto, hubo de hacer entonces diversos disparos al aire que dispersaron a los bolcheviques. También ordenó la policía, encañonando hacia el teatro, que fueran cerradas todas las puertas, como se hizo. En el interior hervía la gente en deseos de salir y fueron necesarias órdenes severísimas de Primo de Rivera, para contener a la multitud. Por la puerta del escenario la salida se efectuaba normalmente. Formados los grupos de choque mandados por Girón, Anselmo de la Iglesia, Salcedo y Luis Otero, abriéronse de nuevo las puertas principales y en un instante se llenó de gente la Plaza de las Angustias. Mientras los grupos de choque se iban directamente hacia los provocadores, Ruiz de Alda quiso formar a la gente en grupo compacto para evitar agresiones aisladas, y así se hizo en el primer momento bajo los arcos del teatro. Sin embargo, la policía impidió este propósito y obligó a caminar en grupos pequeños por diversas calles.

Se produjeron entonces muchos incidentes. Uno en la subida de la calle de la Libertad, donde fue agredido a navaja un camarada de Valladolid. Sus compañeros se arrojaron con porras sobre el agresor, derribándole al suelo y propinándole una terrible paliza. En ese momento un guardia de Asalto hizo varios disparos al aire y dispersó al grupo.

Entre las calles de Teresa Gil y Regalado, hubo también refriega, repartiéndose numerosos palos y sonando disparos en abundancia. Los guardias despejaron enérgicamente. También hubo disparos en la Plaza Mayor sin que, afortunadamente, causasen víctimas. En la Plaza de los Arces un grupo de marxistas, con una barra de hierro, mataron al estudiante de Medicina, Angel Abella. En la calle de Teresa Gil, Ruiz de Alda, el aviador Ansaldo, el Jefe del SEU, Valdés, y otros jefes locales, que obedeciendo a la policía iban disgregados en grupos de diez, dieron frente valentísimamente a un grupo de cincuenta socialistas. En plena refriega, cuando rodaban por el suelo, agarrados unos a otros, y a puñetazo limpio, llegaron los de Asalto, que a golpe de porra disolvieron a los contendientes.

Al frente de un pequeño grupo, en el que iban Arredondo y Peláez, de Madrid, Bedoya, Narciso y otros. Primo de Rivera, pistola en mano, resistió impertérrito los gritos exasperados de la chusma en Fuente Dorada, y dando después la cara nuevamente a los marxistas que les hicieron objeto de una pedrea en la calle de Regalado. En Cánovas del Castillo, Girón, José María Gutiérrez, Palma y otros actuaron enérgicamente; Onésimo Redondo, Sánchez Mazas y Anselmo, recorrieron los sitios de peligro varias veces.

Todos, desde los jefes hasta el último de los afiliados dieron prueba de serenidad, de valor y de entereza.

Todos buscaron el peligro y emplearon con alegría la violencia.

Como un anuncio entre tiros, sangre y muerte dio su primer paso en la vida pública FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S, Onésimo Redondo aquel día, por la noche, comentaba alegre el resultado de la jornada. Parecía ver, allá a lo lejos, que otro día, de nuevo, él con sus camaradas jóvenes habría de empuñar las armas contra los marxistas bajo la misma bandera roja y negra que había presidido la decidida actuación de la juventud nacional aquella mañana inolvidable del 4 de marzo.

Cierra España.


Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 28ª parte.

Cómo nació Falange Española de las J.O.N.S.


Enero a Octubre 1934

No habían pasado quince días después del triunfo electoral de las derechas, cuando ya éstas comenzaron a dar señales de debilidad y las izquierdas de procacidad, derrochando, en discursos y periódicos, demagogia terrorista. Las dos tendencias igualmente dañinas para los intereses nacionales se perfilaron enseguida. Frente a la audacia marxista Onésimo lanzó a las juventudes una vibrante proclama, amenazadora y segura, excitante y justa, que reprodujo "Libertad", a toda plana, encabezada con el grito de

¡VIVA LA REVOLUCION SOCIAL!

Están al orden del día, ¿cómo no?, las amenazas socialistas. No harán nada, como siempre, pero consiguen demostrar que su apetencia de hundir a la nación por la guerra civil, esclavizarla con el terror rojo, es monstruoso. Esa ansia de atormentar al pueblo es delito suficiente para negar al marxismo el derecho a vivir.

¡Jóvenes obreros que no estáis cegados por el opio marxista! ¡Jóvenes españoles de todas las clases que aguantáis con enojo, pero todavía con mansedumbre, las insolentes vociferaciones de los millonarios caciques marxistas! (Millonarios, sí, porque algunos lo son ya y todos aspiran a serlo), ¡PREPARAD LAS ARMAS, AFICIONAROS AL CHASQUDO DE LA PISTOLA, ACARICIAD EL PUÑAL, HACEROS INSEPARABLES DE LA ESTACA VINDICATIVA!

La salud del pueblo va a necesitar de vuestro coraje. Las puercas pretensiones de los energúmenos del enchufe harán precisa una violentización purificadora. No lo dudéis que llegará. ¡Bendito ese día, si amanece pronto! El día de luchar en vanguardia contra los SUCIOS mentirosos, defraudadores y tragones que especulan con las sociedades obreras, que envenenan el aire nacional con salvajes supercherías y que no duermen con el apetito de desencadenar la guerra civil, como represalia de su derrota!".

La juventud debe ejercitarse en la lucha física, debe amar por sistema la violencia, debe armarse con lo que pueda y debe decidirse ya a acabar por cualquier medio con las pocas docenas de embaucadores marxistas que no nos dejan vivir y, si es necesario, con la chusma llena de vino que cobra de ellos para incendiar y matar.

¡Viva, sí, la Revolución social! Pero que la prueben en sus carnes los que creen a la juventud nacional incapaz de inducir un serio escarmiento a los provocadores.

Y mirando hacia el otro lado, ponía también el dedo en la llaga, hasta hacerles perder el control y gritar como viejas histéricas a algunos jefecillos derechistas. Sin reparo alguno, libre de compromisos, pensando sólo en España, decía:

Aseguramos que el Parlamento actual será incapaz, como todos los anteriores, para solventar este deber de defensa y sanidad española. Porque para desentrañar el problema y darle verdadero en no basta una severa ley de orden público ni importa las medidas policiacas de prevención y represión tanto como el abordaje espiritual del caso en toda su integridad. Es necesario ante todo SUPRIMIR CON LA JUSTICIA SOCIAL EL PRETEXTO O LA INCOMPLETA INJUSTIFICACION DE LA REBELDIA DE LAS MASAS.

LA BURGUESIA SE HA RECOSTADO TRANQUILA EN EL FACIL, TRIUNFO PARLAMENTARIO PERO ¿Y LO DIFICIL?, LO HEROICO, LO DEFINITIVO DEBE DE HACERLO LA JUVENTUD FORMANDO LAS MILICIAS NACIONALES JONSISTAS. CONTRA LA BURGUESIA INDIFERENTE Y EGOISTA, CONTRA LA

BARBARIE DE LOS INTERNACIONALISTAS!

Por aquellos días las J.O.N.S, llegaron a su momento culminante en la propaganda y en la difusión de sus ideas, siempre teniendo en cuenta la persecución gubernativa, que a pesar de haber triunfado las derechas, continuaba. Aparecieron semanarios de las J.O.N.S, en diversos puntos de España: En Zaragoza "Revolución", en Barcelona "El Debate", en Santiago de Compostela "Unidad", en Valencia "Patria Sindicalista". En Madrid aparecía mensualmente la revista teórica "J.O.N.S", de un gran estilo político.

Precisamente en aquellos días define de un modo sencillamente revolucionario Onésimo Redondo lo que es la J.O.N.S, en acción.

Donde haya un grupo antimarxista con la estaca, el puñal y la pistola oo con instrumentos superiores hay una J.O.N.S.

Nuestra razón de existencia no está en la defensa teórica del Estado corporativo ni en la afición práctica a los cargos y al escalafón. Eso se queda para los partidos parlamentarios. Nosotros creemos en el derecho de los españoles a una Patria grande, libre y unida. Nosotros sabemos que hay enemigos visibles de esa España que ambicionamos, a los que los primeros sirven de instrumento.

Contra los que se empeñan en deshacernos la posibilidad de vivir una vida nacional digna, huelgan desde hace mucho tiempo las razones, por la sencilla razón de que ellos amenazan y ejecutan por el camino de la violencia, ¿La quieren? ¡Pues sea! La nuestra es justa y será santa, ya que se ejercita en servicio directo de España.

La juventud, además, necesita el tónico de la lucha verdad, de la lucha física, sin la que toda energía creadora perece.

La violencia nacional y juvenil es necesaria, es justa, es conveniente.

José Antonio Primo de Rivera venía luchando solo, de modo incansable, contra los enemigos eternos de España. Desde los lejanos días de junio de 1931 en los que había logrado en altiva independencia, contra todos, 29,000 votos, en Madrid, se agrupaban en torno a su figura grupos de españoles disconformes con la política decadente de España en aquella hora: grupos de gentes honradas que habían admirado la obra generosa y bien intencionada de su padre el Dictador y grupos de jóvenes que soñaban con una España amplia y generosa. Una zona extensa del Ejército le prestaba el calor de su fe.

Obreros rebeldes a los manejos extranjerizantes veían ya en él al hombre decidido y generoso que había de conducirlos por caminos de justicia. Sus altas cualidades personales, su empuje, su palabra cálida iban despertando la unanimidad y la adhesión por donde pasaba. Pronto a estos grupos se añadieron algunos intelectuales; todos reunidos decidieron constituir la Falange Española. A tal fin, prepararon un mitin en el teatro de la Comedia, de Madrid, que se celebró el domingo 29 de octubre, interviniendo en él Valdecasas, Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera. Tuvo una gran resonancia en la Prensa y como consecuencia el movimiento F.E, comenzó a crecer y a extenderse por toda España.

No dejó de preocupar a los dirigentes de ambos movimientos, las J.O.N.S, y F.E, lo absurdo que resultaban la existencia de dos organizaciones similares cuyos fines eran idénticos. Se pensaba que en Italia o en Alemania no había habido más que un movimiento mientras que en Francia, donde no ha triunfado ni quizá triunfe nunca el fascismo, sin embargo había y hay una infinidad de partidos y grupos fascistizantes. Como por otro lado ninguna ambición personal de medro o provecho político guiaba e impulsaba a los jefes de las J.O.N.S y de F.E, en seguida pusiéronse todos a laborar por una perfecta inteligencia.

El Triunvirato ejecutivo central de las J.O.N.S, convocó al Consejo Nacional para los días 12 y 13 de febrero de aquel año. Los puntos a tratar en dicho Consejo eran:

1º Posición ante el movimiento F.E,: ¿ Seguir distanciados o llegar a un acuerdo? ¿ Cómo? ¿ Mediante una federación?

2º Formación de las milicias. Manera de equiparlas, Medios de sostenerlas, Reglamentos.

3º Manera de orientar la propaganda para atraer a la clase media.

El día señalado estaban en Madrid los quince consejeros: seis del mismo Madrid, dos de Valladolid, y uno, respectivamente, de Andalucía, Galicia, Cataluña, Levante, Extremadura, Vascongadas y Castilla la Nueva. Sin embargo, la Dirección general de Seguridad no concedió la debida autorización y montó un servicio especial de policía para impedirlo, en el domicilio social que las J.O.N.S tenían en la calle de Los Caños. Ante esta dificultad el Consejo Nacional hubo de reunirse clandestinamente en un magnífico salón-despacho que en un ático de la casa de la Editorial Calpe, en la Gran Vía, tenían los viejos camaradas de Valladolid y redactores de "Libertad", hermanos Ercilla.

Se reunió el Consejo por la mañana y cada consejero fue emitiendo su opinión respecto al primer punto a tratar. Antes de suspenderse la reunión para comer, se resumió el desarrollo del Consejo en aquellas horas, fijando bien las dos posiciones que se habían dibujado, una, de unión, previa la debida aceptación por parte de F.E, de algunas condiciones; otra, de colaboración dentro de una federación que permitiera a las J.O.N.S, realizar con más soltura la labor de captación proletaria; solamente el delegado gallego se opuso rotundamente a todo acercamiento a F.E. Onésimo Redondo, que pensaba haber actuado con ahínco en defensa de la unión, se redujo a dos intervenciones verdaderamente soberbias por lo sencillas y claras, ya que el ambiente del Consejo fue desde el primer momento favorable a la unidad de acción política de la juventud nacional.

Hacia las seis de la tarde dos consejeros se dirigieron comisionados al domicilio de F.E, y al poco tiempo regresaron con Julio Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera. Entonces el Triunviro Jefe, les informó de la opinión del Consejo Nacional de las J.O.N.S, respecto a la unión con F.E. Contestó por extenso José Antonio Primo de Rivera y se aprobó por unanimidad un voto de confianza plena al Triunvirato Ejecutivo para fijar los detalles de la unión.

Al día siguiente se reunieron los representantes de F.E, y J.O.N.S, y rápidamente llegaron a un acuerdo concreto sobre las siguientes bases:

1ª Creación del movimiento político "Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista". Lo funda F.E, y J.O.N.S, reunidas.

2ª Se considera imprescindible que el nuevo movimiento insista en forjarse una personalidad política que no se preste a confusionismos con los grupos derechistas.

3ª Encaje de las jerarquías de F.E, y J.O.N.S- Recusación en los mandos del nuevo movimiento de los camaradas mayores de 45 años.

4ª Afirmación nacional-sindicalista en un sentido de acción directa revolucionaria.

5ª El nuevo movimiento ha de ser organizado de modo preferente por los actuales mandos jonsistas en Galicia, Valladolid y Bilbao, y de acuerdo inmediato con las actuales organizaciones de F.E, en Valencia, Granada, Barcelona, Badajoz y sus zonas.

6ª El emblema del nuevo movimiento ha de ser el de las FLECHAS y el YUGO, jonsistas, y la bandera la actual de las J.O.N.S,: ROJA Y NEGRA.

7ª Elaboración de un programa concreto Nacional-Sindicalista donde aparezcan definidas y justificadas las bases fundamentales del nuevo movimiento: UNIDAD, ACCION DIRECTA, ANTIMARXISMO, Y UNA LINEA ECONOMICA REVOLUCIONARIA QUE ASEGURE LA REDENCION DE LA POBLACION OBRERA, CAMPESINA Y DE PEQUEÑOS INDUSTRIALES.

Falange Española aportaba a la unión la personalidad excepcional de su jefe, José Antonio Primo de Rivera.

Como veremos muy pronto, en momentos difíciles, iba a pasar definitivamente a ser el Jefe Nacional del movimiento nacional-sindicalista, Las J.O.N.S, gozosas, se agruparon alrededor de un Jefe auténtico.

La noticia del acuerdo fue recibida con júbilo unánime por todos los que soñaban en aquellos días con la nueva España. Aumentaron inmediatamente las altas al movimiento en proporción extraordinaria. Se intensificaron los ofrecimientos de todas clases. También se creó un denso ambiente de expectación en torno a Falange Española de las J.O.N.S, y en torno a los Jefes. Ante esta realidad se decidió, como expresión palpable de la unidad de la juventud nacional y para responder a la ansiedad que se produjo por oír a las cabezas del movimiento, dar un mitin monstruo en Valladolid, centro de Castilla, muy trabajada para las nuevas ideas, y que había de tener el máximum de resonancia.

Toda la organización de Valladolid se puso en tensión a fin de preparar este mitin, pilar de una nueva era para Falange. Se hizo una propaganda intensa y audaz. Se alquiló el teatro de mayor capacidad de Valladolid. Se preparó convenientemente a las milicias, se mandó bordar la primera bandera en raso y oro, que es la bandera más antigua del movimiento y la bandera de sangre puesto que hizo su primer aparición en la calle entre tiros, heridos y un muerto.

El mitin se celebró el domingo 4 de marzo, Aquella mañana desde las nueve y media comenzó a notarse un inusitado movimiento por las calles de Valladolid. Veíanse muchas caras forasteras, pprincipalmente campesinos. Habían llegado más de un millar de gentes de los pueblos, y otro número aproximado a ése, de capitales forasteras.

En caravanas o grandes carruajes vinieron camaradas de Madrid, Bilbao, Salamanca. Por tren llegaron centenares procedentes de Zamora, de León, de Palencia, de Asturias, de Santander y de Burgos.

La noche anterior habían llegado todos los Jefes de Madrid, acompañados de unos cincuenta hombres armados como escolta.

Antes del mitin la animación se concentró por las calles de Teresa Gil, Fuente Dorada y Libertad. No se veía a aquella hora a ningún marxista agitado: ni siquiera berrearon la prensa roja como otros domingos, lo que se debía a estar todos acuartelados en la Casa del Pueblo.

A las once en punto estaba rebosante el teatro. Acaso nunca se ha visto el teatro Calderón así; la concurrencia era, puede decirse, totalmente de hombres. Sólo en palcos y plateas veíase la figura arrogante y simpática de algunas de las más valientes mujeres de Valladolid. Los oradores y jefes se dirigieron a pie hasta Calderón. A su entrada en el teatro estalló una imponente ovación. Siguiendo al estandarte de F.E, de las J.O.N.S, hicieron su entrada en el escenario los oradores y jefes atravesando todo el pasillo central del patio de butacas, saludados por una doble fila de brazos levantados.

Ocupó la presidencia Primo de Rivera, quien hubo de imponerse con energía para poder restablecer el silencio.

No hay que decir que el acto transcurrió sin el más leve conato de incidente y que el entusiasmo fue arrebatador. Comenzó el acto Bedoya con un saludo de las juventudes de Castilla a los jefes. Hizo lo mismo Gutiérrez Palma, en nombre de los obreros rebeldes y patriotas.

A continuación Ruiz de Alda, Onésimo Redondo, Ledesma Ramos y por último Primo de Rivera. Como el discurso denso de Onésimo Redondo no tuvo en aquellos días agitados la repercusión y difusión que merecía, reclama aquí su inclusión total y taquigráfica:

Por primera vez en la historia turbia y ya larga de los movimientos políticos y populares que buscan la conquista del Poder, se presenta ante vosotros una fuerza que está inspirada, dirigida y casi exclusivamente integrada por jóvenes; y tan jóvenes, tan de verdad jóvenes, que si no fuera por el mérito que su apellido ilustre y sus dotes públicos prestan al que nos dirige, y si no fuera por la personalidad nimbada de heroísmo de otra de las primeras figuras de nuestro movimiento, que está aquí presente, nos trataríais a todos con el remoquete peligroso aunque no del todo injusto de chiquillos. Y, efectivamente, en Valladolid, donde este movimiento ha tenido un contacto más vivo, más frecuente, más cercano con el pueblo desde hace tres años, somos mirados por la generalidad de los señores, con la benevolencia que se otorga a los movimientos simpáticos de chicos atrevidos. Pues bien, si este acto tiene algo de extraordinario y si buscamos que tenga algo de trascendental, consiste ello principalmente en que estos chicos, en que estos jóvenes vienen a pedir a la faz de España entera el primer puesto entre los hombres. (Gran ovación).

La situación de España, oyentes españoles, no nos hagamos ilusiones porque aquí hay mucho entusiasmo y nos sintamos muy unidos, la situación de España es convulsiva, es situación de guerra.

Se siente el ánimo español, se siente el pueblo español solicitado de cerca por diversos precipicios que componen un solo abismo. Por ejemplo: la dictadura del proletariado. Una llamada dictadura del proletariado, una silueta de sangre, de odios y de hambre que pasa todos los días delante de nuestra vista, preconizada y anunciada por ese consejero de

Estado en cesantía, Largo Caballero." (Aplausos).

Y por el ilustre millonario Prieto. (Mueras a Prieto), que se ha lanzado ahora a la furia soviética por el miedo justificado a que una España libre entregue a los tribunales de justicia sus enormes desafueros administrativos (Una gran ovación le impide terminar la frase), y sus sospechosas e incorregibles apetencias y aficiones político-financieras. Esa es la razón de su revolucionarismo.

Esta llamada dictadura del proletariado, que no sería del proletariado sino de los asesinos de Casas Viejas, esta dictadura no vendrá, no tengáis miedo a ella. No vendrá, no porque nos prevengamos lo suficiente, sino porque sus mandarines no tienen sinceridad revolucionaria, ni alientos para tantas cosas como dicen que van a hacer y en cambio tienen suficiente miedo para pasar la frontera en un coche-cama mientras los obreros muerden la rabia de su desengaño delante de los fusiles de la policía que ellos mismos han creado para lanzarla contra aquellos a quienes incitan a la lucha. (Aplausos).

No. Eso de la dictadura rusa, de la dictadura soviética, de Largo y Prieto, nada. Pero oigamos ahora con alguna mayor gravedad.

España está expuesta de una manera próxima a una catástrofe anarco-separatista. Está expuesta a caer en ella como consecuencia de una revuelta en la que intervengan masones rojos, separatistas y agitadores de toda laya unidos para una sola y triste idea: la de destrozar España.

Este peligro es cierto. Este mal es inminente. Esta amenaza sí que es grave, pues en esa situación anarco-separatista se nos va España de las manos. Y yo veo, no en este teatro, sino en los pueblos, veo a los campesinos, al labrador, agobiado por la dura lucha de su vida y probablemente con razón, sí que es triste; con razón, porque no tiene tiempo para pensar, y entender, ni siquiera sentir, desconoce el peligro de España; ni siquiera le percibe. Id por esos campos y veréis cómo nadie piensa en lo que nos amenaza, porque esos campesinos tienen bastante con mirar por ellos mismos y por sus hijos. Veo al pequeño industrial y al pequeño comerciante agobiado por las cargas y contribuciones, también sometido a la dura ley de una vida agobiante y que le obliga a estar "retirado de toda política", según dicen ellos, según dicen todos, como si esto fuera un mérito.

Y veo a los obreros; a los obreros sumidos en el odio, en la desesperación, algunas veces justa, pero casi siempre con una gran inconsciencia y que se figuran que ante este peligro de que estoy hablando no tienen nada que perder.

Todos, absolutamente todos tenemos mucho que perder con la dictadura rusa, porque con la Patria perdemos nuestro único patrimonio, perdemos las fuentes de trabajo y la posibilidad de una vida digna.

¿Qué nos toca hacer frente a ese peligro que nos amenaza?.

Yo, que aunque enrolado en la política por culpa de la revolución, no soy ni quiero ser "un profesional de la política", me siento desanimado, perplejo y hasta escéptico -os lo confío-. Hablando claramente y sin galas retóricas, yo no sé si esto tiene remedio ¿Qué hacer entonces? No tengo fe ninguna en los partidos políticos, no confío en las fórmulas de salud expendidas por los retóricos o por los charlatanes. Y sé que el pueblo español está también dominado por esta desconfianza con excepción de aquellas zonas dominadas por el fanatismo, por la ignorancia y por la oscuridad infeliz de su cerebro.

No tengo fe en partido político ninguno: Ni en partido de derechas ni de izquierdas. Y conste que con esto no les igualo, son fatalmente e inexorablemente un conjunto de contradicciones y un abismo de distancia entre las palabras y los hechos, ante los problemas y ante la realidad. Esta es la verdad; esta es la experiencia triste del pueblo español hecha con su sangre.

Son los partidos políticos también aluviones, formados por el huracán o por las aguas, de arenas movedizas que se llaman la opinión pública que fluctúa inconscientemente detrás de la varilla mágica de los periódicos y de los periodistas anónimos y venales que son los que forman la opinión. Aluviones de gente que vacila entre los entusiasmos rápidos y las decepciones inmediatas, entre los calores repentinos y el frío de la inconsciencia suicida. No hay formalidad, no hay decencia, no hay verdadera realización, ni verdaderos hechos detrás de un partido político.

Nosotros no podemos ser eso.

¿Queréis una demostración? Pues aquí tenéis un hecho concreto, reciente, de estos días, acerca de la calidad y del número de los partidos políticos, y con este ejemplo veremos si tienen siquiera inteligencia elemental los hombres para aprender de la realidad.

El ejemplo es el siguiente: Se produjo una crisis y se formó un Gobierno Lerroux, hace de esto dos meses, tres meses, no recuerdo cuánto. Se leyó una declaración ministerial en el Congreso, que era una maravilla, así sencillamente, una maravilla. Allí se proyectaba todo, se iba a hacer todo en seguida.

Como había posibilidad de hacer leyes, había de todo; se iba a solucionar el paro obrero, se iba a pacificar los espíritus, se iba a opinar libremente, iba la amnistía, etc.

A continuación han pasado semanas, meses y ¿ qué hizo? No se ha hecho nada. Esto no es seriedad; pero además es que esto es horrible, porque no hay derecho a que lleguen unos grandes hombres que han cosechado los aplausos de las multitudes, que han llenado las plazas de toros, que han asumido todas las responsabilidades, que han despertado por los pueblos todo el entusiasmo en derredor suyo y cuando llega el momento culminante y llegan al banco azul, o sea desde donde España se rige en virtud de su destino desgraciado o feliz, y dicen: Esto vamos a hacer, y a los dos meses resulta que ni lo han hecho, ni pueden, ni saben hacerlo; y esto sucede todos los días y no hacemos nada, y lo aguantamos, y está sucediendo todos los días; no cabe más que esta explicación del proceder de esos partidos y de esos gobiernos: Una de dos, o lo hacen de mala fe, con malicia, con perversión, o tienen una incapacidad que raya con la imbecilidad, y entonces decidme si ahora merecen los partidos políticos. (Una gran ovación le impide continuar).

Pero esto no ocurre por una imperiosa, imprescindible y espontánea imposición de las circunstancias, como dicen ellos en las declaraciones a los periodistas, en el altavoz de las notas oficiosas, con el altavoz de los periodistas venales y serviles que van detrás de los políticos, no es porque las circunstancias lo impidan; es que lo que hay en la vida de los partidos políticos, es abyecto, pero es lo latente, lo verdadero, lo real, y es una conjura contra el ser de España. Todo eso es intencionado para destruirnos, para detenernos en nuestra vida y en nuestro progreso. Con este ejemplo concreto de la crisis actual, ¿es que no se ha visto germinar, es que no se ha visto a los vendedores de la traición, de la conjura, de la informalidad, en conspiración secreta y clandestina, extraña a los intereses de España, que ha invalidado la declaración ministerial, que ha invalidado las elecciones y que ha invalidado las buenas intenciones de los mejores? ¿No se percibe esto?

Pues entonces, ¿qué hay sino conjura, qué hay sino propósito intencionado de destruirnos, de detenernos y desengañarnos para conducirnos a la desesperación y a la ruina?.

Esa es la historia y esa es la culpa de los partidos políticos, (Muy bien), Entonces, señores, ¿ qué vamos a hacer? ¿Copiar la fórmula fascista?.

El fascismo es un hecho extranjero; no entraré ahora en su análisis y en el de sus doctrinas, pero aunque le admiremos, no podemos intentar introducir ese hecho en España, como una fórmula, igual que se han introducido el liberalismo, el marxismo, el enciclopedismo y otras idas, porque hasta ahora, fatalmente, bien por rutina, o por temperamento, para desgracia nuestra, nuestro pueblo ha estado sometido al triste hábito del mimetismo, si ahora copiamos también del extranjero cometeremos el delito de secar con pereza, rutina y cobardía las fuentes de inspiración del genio hispano y renegaríamos de hecho de nuestros sabios, de nuestros héroes, de nuestros capitanes y caudillos cuya elevada memoria nos pide una fidelidad tajante, firme, y aun a vista, a todo lo verdaderamente nacional, a todo lo hispano.

Y además, vallisoletanos, castellanos que me oís aquí, en Valladolid, en estas tierras tan fecundas, fecundas en todo, aquí, donde acaso me escuchan salmantinos que todos los días ven las piedras que oyeron a Vitoria y a su discípulo Carlos V y a Fray Luis de León, aquí que me escuchan acaso santanderinos que tienen la inapreciable fortuna de ser paisanos del único genio clásico de la Edad contemporánea, Menéndez Pelayo, el restaurador... (Una gran ovación impide oír el final de la frase). Aquí donde me escuchan burgaleses que son los paisanos netos y verdaderos del Cid, aquí donde me escuchan vallisoletanos en cuya ciudad fue el matrimonio de los Reyes Católicos, en cuya ciudad nació Felipe II, cuya ciudad está en las proximidades de Cabezón donde nuestros mayores, nuestros antecesores, resistieron a los franceses en la guerra de la Independencia, aquí no se pueden imitar conceptos ni emplear palabras más que las neta y concretamente españolas. (Ovación indescriptible).

Y entonces, señores, nosotros, ¿ qué vamos a hacer?.

Pues asegurarnos desde el primer momento por todas las vías, por todos los caminos y por todas las condiciones, que no seremos, de ninguna manera, un partido político henchido de promesas y falso en la realidad.

Para eso, ¿ sabéis lo que es necesario?. Esto es si cabe más importante y lleva en sí mayor responsabilidad.

Lo que es necesario, es hacer grandes cosas antes de llegar al Poder, que no vuelva a haber, para vosotros que me oís, que no vuelva a haber, un partido, ni izquierdista, ni fascista, ni de derechas, que no haga más que prometer.

Aquí ha dicho un compañero, rompiendo la mesa al decirlo, que juraba que lo que aquí se promete se hará. Pues esto a mí no me basta. No me basta esa actitud; tenemos que pasarla, antes de llegar al Poder, y es precisamente, porque hay que mostrar que podemos hacerlo y decirlo antes de llegar al Poder pues precisamente estas cosas anteriores son las que forman la substancialidad de nuestro movimiento, son las que le dan vida propia y las que ponen en pie al movimiento nuestro que sin esto no sería nada por muchos méritos de que le queramos adornar, y llegaríamos a tener una dictadura soviética y a aguantarla.

Lo que hay que hacer es lo siguiente: Hay que transformar antes de llegar al Poder, a la juventud; hay que formar con la juventud, una milicia dispuesta a servir a España; hay que hacer la revolución esa a que se refería Ruiz de Alda en su discurso, y para ello hay que transformar a los españoles hasta entrar en su raíz, y llegar al poder en el tiempo y hora precisos; pero hay que hacerlo realizando en el espíritu español, en el alma de los nuestros, una transformación grande, honda y apartarlos de esa situación del espíritu español actual, perdido, escéptico, derrotado, desengañado entre el cual nos movemos ahora.

Hay que transformarle, hay que poner en pie ese espíritu con que pugna nuestra propia juventud. Hay que enrolarla detrás de unas filas, de una disciplina, que la obligue a poner su vida, pero de verdad, al servicio de España; y cuando hayamos conseguido eso, cuando hayamos conseguido ese gran triunfo de transformar a la juventud y formarla detrás de una disciplina y de un ideal de lucha por su pueblo, y de un ideal nacional, digamos al pueblo, que hemos capacitado y formado una juventud en la capacidad y en la necesidad de sentir ese ideal. (Muy bien. Grandes aplausos).

Mirad que esto que nosotros estamos pretendiendo, no lo olvidéis, no es más que lanzar una voz de reconquista de aquella España tan grande, tan gloriosa, tan emotiva, que figura en nuestros fastos y en nuestros antecedentes raciales.

Mirad que esto es un grito de independencia para recobrar la Patria también perdida, porque hoy no tenemos España.

No tenemos a España; todos aquellos que se sienten libres, dignos de una Nación como corresponde a su historia, a la capacidad de su cultura; no tienen España, y ante ese espectáculo, decimos que hemos de oponernos a esta marcha, y para ello sacrificaremos si es preciso nuestras vidas, pues antes de que siga ese camino quedará reducido todo a un montón de escombros.

Estamos en la posibilidad inmediata del destrozamiento territorial y de la invasión de las clases; es decir de una dictadura asiática o de una dictadura bárbara que caerá reduciendo todo a escombros.

No tenemos Patria, no tenemos a España; vamos a reconquistarla, vamos a hacer fructífera la sangre de los mártires de la independencia que lucharon por una España tradicional, por una España egregia, como ellos la habían encontrado y conservado, pero que a pesar del esfuerzo de esas generaciones, se le fue a ese maldito siglo XIX de entre las manos. Vamos a luchar por esa España porque lucharon nuestros padres y nuestros abuelos con tal entusiasmo en la guerra de la Independencia. Por eso, no es cuestión de partidos políticos, es cuestión de milicias y de disciplina, es cuestión de poner en pie a las juventudes mirando no a la utilidad ni a la conveniencia, sino mirando al servicio de España. (Muy bien).

Y si esta es nuestra voz, y si este es nuestro norte, vamos a tratar ahora de una cosa que vuela por la calle y llega a menudo a nuestros oídos, y es ésta del miedo, de la cobardía, esto de las coacciones extrañas y de las amenazas, y a eso os digo: yo no quiero saber cuántos somos; yo no quiero saber las armas que hay; yo no quiero pensar sí los demás tienen más; yo no quiero hacer apelaciones a la violencia porque está prohibido por el Gobierno, ni me hace falta hacerlas, y yo cierro estas preguntas pensando en la excelencia de nuestra causa, en la pureza de nuestro derecho, en su título, en que vamos a reconquistar a España, y entonces, si vamos a recobrar la Patria, ¿no tenemos derecho a conquistarlo todo, aun absolutamente todo, a imponernos a todo hasta que lo conquistemos? (Voces: Sí, sí), Entonces, ¿qué miedo puede haber, qué dudas, qué conversaciones antes de lanzarnos?

Estamos lanzados, estamos lanzados como un enorme bloque cuesta abajo y hemos de llegar al fin por el propio peso de nuesstros ideales y de nuestro derecho y de la justicia de nuestra causa. Y precisamente en estas tierras castellanas serán las manos rugosas y encallecidas de nuestros campesinos las que sostengan con más fuerza las conquistas del nacional-sindicalismo. (Enorme ovación).

Nada ni nadie nos detendrá. He de hablar, puesto que estamos en Castilla y porque pertenece de una manera constante a nuestro ideal, de la unidad. La unidad, este es nuestro signo; esta es la palabra que se nos deshace en la boca de gusto. Esta es otra de las cosas, la primera en que debemos pensar dormidos y despiertos; restablecer la unidad de España: La unidad social abrazando a las clases por medio de la juventud incontaminada, sin odios, sin prejuicios; por medio de la juventud que no tiene todavía nada que reprochar y lanzar en una clase contra otra.

Vamos a restablecer la unidad territorial, la unidad política que está en peligro, y ya veremos cómo pues no entraré ahora a tratar esta idea y esta cuestión, sino sólo decir que como estamos en Castilla, debe quedar aquí flotando por encima de las mentes y de las cabezas esta palabra como resumen de nuestro ideal: Unidad, porque Castilla es la fuente de toda unidad, porque Castilla ha sabido, acaso no por designio propio, sino porque estaba previsto desde el comienzo de los tiempos señalado por las manos del Eterno, ha sabido hacer una España; ha sabido hacer una España y un mundo en diversas latitudes, razas y Continentes, y esta Castilla sabe que precisamente la unidad es lo que nos falta. Ahora se precisa la unidad, porque a la vista están la certeza y la razón de nuestra angustia, pues de esta falta de unidad se derivan todas las discordias, odios y divisiones entre los españoles. Esta Castilla es la que pretendemos que alumbre nuestro ideal, que no es otro que la idea de la unidad pacífica, de la unidad grandiosa, de la unidad constructiva entre todos los españoles, y para ello Castilla tiene mejor derecho, porque Castilla es una región víctima.

Dicen que Castilla es una región opresora, dominante, ¡qué cosa tan risible, y tan amarga! Pero no hay que negarlo, este es el lugar común de la política diaria.

Pero ¿somos nosotros opresores, cuando si apenas sacamos para malvivir?.

Pero ¿somos opresores de esas regiones, cuando lo que hemos hecho ha sido darlas medios para progresar, para engrandecerse y para poner a la cabeza, en muchos órdenes, del progreso de España?

Esta región es la que dicen que domina, y lo cierto es que esta región es la que es víctima. Por eso a esos hermanos de las regiones en que alienta el separatismo, les hablaremos con la severidad del pobre, del desarrapado, del que menos tiene, hablando con el hermano mayor, diciéndole, que seguramente por esa riqueza que ha heredado de sus padres se han atrevido a alzarse contra España. Les diremos que somos los más pobres, pero que somos la región que comprende y cumple la unidad, no opresiva, sino la unidad constructiva de toda la Patria. Les diríamos también, severamente, que no pretendan alzarse con ningún derecho de dominio exclusivo sobre la región que posean, porque aquellas riquezas que allí hay, porque aquellas ciudades del norte, de oriente o de levante, porque aquellas vías que en gran número cruzan sus suelos, porque aquellas fábricas, porque aquellas ciudades soberbias, comparadas con las más grandes de Europa, se deben a nuestro esfuerzo, y se deben en gran parte a la comprensión y a la mansedumbre de los castellanos, que les han permitido para su uso, unos aranceles protectores, lo mismo para la metalurgia, que para las demás industrias.

Por eso hay que sentirlo con cierta severidad, porque aunque hablemos mansamente y sin rencor de la idea de unidad armónica, tenemos también que pensar que es un derecho de reivindicación, que aquello es nuestro, que no digan que es suyo. Es de Castilla y del resto de España, de todos los que han contribuido con sus leyes, con su actividad, con el consumo de las mercancías de unas y otras regiones, a mantener los aranceles. Los que tenemos derecho a reivindicaciones somos nosotros. ¿No es cierto?

Otro grito que va aquí detrás de todas estas consideraciones está aquí lanzado y es el que el nuevo Estado, el que el movimiento que representamos en este día, ha de ser sumamente castellano, pero también sumamente agrario y labrador, (Pensando en serio, casi habría que borrar esa palabra de agrario porque ya la tengo asco). (Aplausos).

Ha de ser un movimiento campesino, porque ellos son los parias de España, son la única clase, el único sector, siempre víctima, en uno o en otro régimen, rija un Gobierno u otro. Ellos son los que trabajan, los que pagan, y a los cuales nunca se les da nada, y como nuestro movimiento es de indignación, de reconquista, para alzar a los oprimidos, los labradores han de ser los que lleven la bandera y el ardor a la pelea. (Aplausos),

Voy a terminar, pero antes quisiera hacer un llamamiento, que no sé si les dejarán oírlo, a esos obreros de la Casa del Pueblo, a todos esos millares de cotizantes de las organizaciones obreras, y les digo:

Oíd y enteraos, qué es eso de decirles, no leáis la prensa que no sea nuestra; qué es eso de decirles, no acudáis a los mítines que no sean de nuestra organización? ¿ qué derecho tienen a taparse los ojos y los oídos, y qué seguridad de la justicia de su causa, cuando así tratan a los obreros? Y qué concepto de la dignidad humana tienen los que así se atreven a oprimir lo más esencial y digno del espíritu humano, que es la libertad de entender, de ver y de observar lo que pasa a su alrededor?.

Si tan seguros están de su causa, que nos escuchen, que nos atiendan, que lean nuestros periódicos, y después que hagan lo que les parezca.

Ya veis que no me importa establecer una polémica con los que a ellos les predican; a mí no me importa. Tengo la absoluta seguridad de que si nos oyen, si nos escuchan, nos siguen porque nosotros no somos reaccionarios en nada, nosotros no somos defensores de la burguesía en el sentido que se da a esta palabra.

Que nos escuchen y verían que nosotros estamos ilusionados por el ansia y por la convicción de que es necesaria una justicia social nueva; una justicia social que no requiera para ser realizada que se gasten los sesos inteligencias cumbres en tejer programas y grandes teorías, una justicia social que consiste en devolver a España las posibilidades de producir

y de regirse pacíficamente, la posibilidad de vivir con orden, porque aquí vamos a decir una gran verdad que es contundente y que puede más que todas las teorías, y es: Si en España se vive bien y con orden, todos comen.

Este es el primer capítulo de nuestra justicia social, que se viva con orden y paz, pero no con una paz burguesa, pero no con orden burgués, como dicen en su terminología los marxistas, sino con un orden nuevo, que nosotros llamamos nacional-sindicalista, que iríamos estudiando, que estamos pergeñando, que iríamos confeccionando al compás del tiempo, de la experiencia y del estudio, pero que consistirá así, en líneas generales, en que todos los hombres útiles tengan derecho a trabajar, y todo el que trabaje tenga derecho a comer, con sus padres, con su familia, con el producto de su trabajo.

Esta es la base y el fundamento de nuestro programa social. Ahora no nos interesa descubrir las teorías de nuestro programa social, porque no es cosa de este momento, pero que sirva, que esté patente, este llamamiento que hacemos desde aquí a los obreros, para que sobre todos los obreros castellanos, los obreros de Valladolid conozcan que son víctimas de un gravísimo yerro, de un engaño, de una especulación y de una explotación que todos padecen en sus propios estómagos, y ello porque tienen solidaridad castellana, porque tienen solidaridad labradora, porque no ven que todas las clases y elementos de esta región que debían ir unidos por el mismo interés y por la misma idea, son víctimas de la conjura más grande y honda, de la conjura separatista, de la conjura marxista, de la conjura masónica, de la conjura de los altos políticos y de las altas finanzas que van a lo mismo y para recobrar nuestro suelo, nuestra libertad, nuestro pan, los obreros y patronos de todas clases deben unirse y marchar juntos por una España grande, por una España libre y por una España única.

(Gran ovación que dura algunos minutos).

Cierra España.


Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 27ª parte.

Ni derechas ni izquierdas


Candidato del Pueblo

Noviembre 1.932

Unos y otros. izquierdas y derechas se movilizaron con saña contra Onésimo Redondo. Pero si de las izquierdas cabía esperarlo todo ante aquellas elecciones que debían ser las que consolidaran el régimen republicano-marxista de las derechas en cambio, necesitadas de afirmar una ruta intransigentemente nacional podía haberse esperado otra actitud muy distinta con respecto a Onésimo Redondo y a todo lo que él significaba. Sin embargo, no bien supieron los elementos derechistas el regreso de Onésimo Redondo del destierro, conscientes, al fin, de su valer y de la popularidad que por sus campañas periodísticas y orales y por sus hechos decididos y revolucionarios tenía entre las masas, comenzaron a urdir la espesa trama que impidiera que el nombre juvenil y prometedor del auténtico caudillo figurase en la candidatura antimarxista. Para ello, prescindiendo de la fuerza propia que la personalidad de cada candidato podía ejercitar sobre los sectores, se atuvieron en las reuniones preelectorales al número de afiliados que en el fichero de cada partido figuraban como inscritos y con este argumento, como primer elemento polémico, fácil y sencillamente eliminaron a Onésimo Redondo, Olvidado en aquella hora todo lo que había hecho Onésimo Redondo por los agricultores castellanos creando un poderoso Sindicato de productores que les había reportado beneficios económicos incontables, y dejando a un lado, también, toda su magnífica acción política contra el marxismo en tiempos de cobardía general, quedaba confirmada, una vez más, la ineptitud, cuando no la mala fe, que las juventudes nacionales venían señalando constante y reiteradamente en los elementos derechistas.

Quiso Onésimo Redondo, sacrificando su tranquilidad, hacer patente en aquellos momentos de confusionismo que las nuevas generaciones salvarían a España mediante una disciplina auténticamente popular y nacionalista alejada por igual de la gresca partidista, fuera de izquierdas y de derechas.

Además de "Igualdad" reapareció en aquellos días "Libertad". A base de los dos periódicos, arrebatados con afán de las manos de los vendedores por el público, se mantuvo una intensa campaña de prensa, originalmente dirigida. Se fijaron en las esquinas infinidad de pasquines como éstos:

VOTAD A ONESIMO REDONDO, CANDIDATO DEL PUEBLO.

Para estrangular el plan caciquil, para corresponder al pensamiento del primer luchador de la política nueva, votad en masa a ONÉSIMO REDONDO.Sólo la juventud salvará a España, votad a ONESIMO REDONDO.A la vez se inició una intensísima propaganda oral por los pueblos: Rosario Pereda, Víctor Gómez Ayllón, Marino Dávila, Javier M. de Bedoya, Mariano Tobalina, Emilio Gutiérrez Palma, Narciso García, Carlos Sanz, José Villanueva con Onésimo recorrían cada día muchos pueblos dando cada uno dos y tres mítines diarios Nacional-Sindicalistas.

Era Onésimo Redondo, pues, el único candidato nacional-sindicalista que en Castilla se presentaba. En el resto de España solamente en Cáceres se presentó otro candidato afecto al movimiento.

Se dedicaron entonces los elementos derechistas a propalar que por efecto de nuestra actitud iban a triunfar los marxistas. Movilizaron en esta tarea a elementos militares, religiosos y a las mujeres anticomunistas organizadas entonces en una poderosa Liga. Temeroso Onésimo Redondo de contribuir, quizá, al triunfo de algún marxista decidió retirar su candidatura después de haber dejado bien claro en aquella ocasión memorable que no éramos ni derechas ni izquierdas. En "Igualdad" apareció un entrefilet que decía:

RETIRAMOS NUESTRA CANDIDATURA POPULAR, SABEMOS SACRFICARNOS UNA VEZ

MAS, NO QUEREMOS QVE NADIE NOS LO AGRADEZCA, SOMOS LA "UNICA" FUERZA

EFICAZ ANTIMARXISTA Y EN TODAS LAS OCASIONES LO DEMOSTRAMOS

El artículo editorial de " Igualdad" de aquel mismo día, decía:

NUESTRO GESTO

Derechas, Izquierdas. He aquí los polos, alrededor de los cuales gira la actividad electoral. Y ahora, más que nunca, se evidencia la impresión y vaguedad de ese absurdo encasillado político. ¿Hasta dónde llega la derecha? ¿Hasta dónde la izquierda?. ¿Dónde termina una y dónde comienza la otra?

Frente a estos rígidos moldes de política decimonónica, la juventud nacional toma una postura de franca y legitima rebeldía: ni derechas, ni izquierdas. No queremos saber de eso.

Si por derecha, se entiende espiritualidad, nosotros somos derechas. Y presentamos brillante historial de catolicismo auténtico, práctico, no rutinario, juvenil, enérgico y sentido, no topicista. Si por derechas se entiende, táctica diferencia del capital o burgués, reducto de ambiciones liberal conservadoras, baluarte de apetitos pequeño-burgueses, nosotros somos izquierda, nosotros somos revolución. Si por izquierdas, se entiende, beocia demagógica, motín populachero, destrucción y anarquía, nosotros somos derecha, propugnando un nuevo orden constructivo.

Si por derechas se entiende, conservadurismo beato, sensiblería blandengue, derrotismo legalista, nosotros somos izquierda.

Cae, pues, por su base, el tinglado de la actual política No nos vaciamos en sus viejos moldes. Ello explica, la actitud quizá agria, pero noblemente rebelde, que hemos adoptado ante la próxima batalla electoral.

Nosotros, no podemos seguir siendo "los cuatro exaltados derechistas", que pegan pasquines, escriben letreros en jornadas nocherniegas, y reciben las tortas que en la calle se pierden, mientras los "pacíficos" burgueses toman el aperitivo en el Casino, o cotillean en cualquier tertulia política. Se les ha acabado el juego.

Desde ahora, marchamos solos, pocos o muchos, sin necesidad de andadores. Queremos emanciparnos, porque tenemos fe en nuestra idea.

Ni derechas, ni izquierdas. Somos jonsistas,

Al mismo tiempo lanzó Onésimo Redondo una proclama al pueblo de Valladolid castellano, de la que son estos párrafos:

Hemos cumplido con el irrenunciable, aunque durísimo deber, de proclamar en momento estratégico de la lucha electoral la existencia sustancial de una fuerza que no es de derechas ni de izquierdas, que está solamente inspirada por el anhelo de una España nueva, purificada totalmente de las máculas de la vieja política.

Este propósito de reafirmación del movimiento obrero y juvenil que nosotros alentamos, está logrado. Como con dolores de parto, entre la tenebrosa cólera de cuerpos políticos decrépitos, que no pueden comprender el derecho de los nuevos a romper lo caduco para buscar su propia vida, hemos nacido al ambiente de independencia total que necesitábamos. No podíamos desear mayor gozo, aunque en la operación se hayan quedado desviadas algunas colaboraciones y simpatías, que la acción purificadora del tiempo volverá a traer, si ellas lo merecen. ¿Qué nos toca ahora? Hemos recorrido el corazón de la provincia; hemos percibido el latir de los pueblos. Nos hemos acercado sistemáticamente a los elementos de opinión más interesados en la derrota del marxismo y más propicios a la colaboración con nuestro plan de construir de verdad una política antica-ciquil. No está descartado, como muchos creen, el triunfo en minoría de algún candidato marxista. En estas circunstancias, nosotros, somos los auténticos y absolutos antimarxistas de Valladolid, que contra el marxismo hemos sufrido los mayores desgarrones, no haremos nada que pudiera facilitar su triunfo. Nuestro grito de independencia, condición estratégica de nuestra conservación, está dado. Ya saben los obreros, los jóvenes y las clases medias que nutren nuestras masas, que nada tenemos ni queremos con los viejos usos caciquiles de uno u otro lado, de uno u otro color.

Siguió, a pesar de haber retirado la candidatura, la campaña de afirmación nacional-sindicalista por todos los pueblos de la provincia. Sorprendente y original campaña aquélla en la que en medio de la turbia agitación electoral un manojo de jóvenes, nuevos apóstoles, seguidores fieles del caudillo, iban hablando contra derechas e izquierdas, a la vez, predicando la nueva doctrina del porvenir. Ahí quedan sus frases, recogidas en "Igualdad", como gavilla de tiernas promesas:

"Venimos a comunicaros el aliento de una España renovada que vive en el pecho de la juventud como protesta contra la desviación, contra las traiciones y las ruinas consumadas por todos los políticos". (Tobalina) "Cuando este Parlamento fracase, el comunismo, hoy sin importancia, tendrá una fuerza terrible, y enfrente sólo habrá una milicia nacional de juventud que ahora propugnamos y que será la que revolucionariamente llevará el triunfo a España". (Bedoya), "Ha de ser un porvenir violento de donde ha de nacer una España nueva". (Gómez Ayllón), "Por la razón o por la fuerza la juventud salvará a Castilla y Castilla salvará a España", (Narciso García)

"El próximo episodio electoral es muy poco en la gran tarea de incorporación de Castilla, de poner de una vez en pie a este pueblo, para la salud de España", (resumía Onésimo Redondo),

Y la consigna de aquella campaña oral idealista era ésta: Rodearemos la ciudad con un movimiento renovador de masas campesinas.

El 13 de noviembre, seis días antes de las elecciones, en el último número que "Igualdad" publicó dejando paso definitivamente a "Libertad", escribía Onésimo Redondo, siempre vidente, siempre seguro y certero, un artículo bajo el título ¿ QUE PASARA?, cuyo párrafo final es el siguiente:

"No interesa, pues, fundamentalmente lo que pasará en las inmediatas elecciones. Damos por descontado el triunfo de la reacción derechista, que es natural y viene rodeado de un alto prestigio justiciero. Pero damos también por descontado el fraccionamiento de esas derechas conservadoras a raíz de triunfar, la imposibilidad circunstancial de crear un orden nuevo, y su ineptitud para invalidar la impotencia detenida, más no desvirtuada, del marxismo sindical y revolucionario. Entonces -dentro de pocos meses- se verá más claro por muchos alegres confiados de hoy, que la reacción no basta, que las derechas conservadoras no sirven. Y volverá los ojos el pueblo a la juventud, que -sólo ella- posee contenido doctrinal, aptitud combativa y capacidad revolucionaria para invalidar al marxismo e instaurar con mano firme un orden nuevo, un Estado nacional".

Con el triunfo de los elementos conservadores el nacional-sindicaliamo tiene que cumplir la misión difícil de combatir en dos frentes peligrosos: frente al marxismo criminal y frente al conservadurismo gobernante. Onésimo Redondo salva este difícil período con dignidad y eficacia castellanas.

Cierra España.


Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 26ª parte.

PROGRAMA DE LAS J.O.N.S.


He aquí en síntesis los 16 puntos capitales para cuyo triunfo requerimos la colaboración de los españoles:

1º Afirmación rotunda de la unidad española. Lucha implacable contra los elementos regionales sospechosos de separatismo.

2º Vigorización nacional, imponiendo a las personas y a los grupos sociales el deber de subordinarse a los fines de la Patria.

3º Máximo respeto a la tradición católica de nuestra raza. La espiritualidad y la cultura de España van enlazadas al prestigio de los valores religiosos.

4º Expansión imperial de España. Reivindicación inmediata de Gibraltar. Reclamación de Tánger y aspiraciones al dominio en todo Marruecos y Argelia. Política de prestigio nacional en el extranjero.

5º Suplantación del actual régimen parlamentario, limitando las funciones del Parlamento a las que le señale e indique un Poder más alto. Este poder se basará en las Milicias nacional-sindicalistas y en el apoyo moral y material del pueblo.

6º Ordenación española de la Administración pública, como remedio contra el burocratismo extranjerizante.

7º Exterminio, disolución, de los partidos marxistas, antinacionales. Las Milicias suplantarán a este respecto a la inacción de los poderes que hoy rigen, quebrantando su iniciativa la fuerza de aquellas organizaciones.

8º Oponer la violencia nacionalista a la violencia roja. Acción directa al servicio de la Patria.

9º Sindicación obligatoria de productores. Declaración de ilegalidad de la lucha de clases. Los Sindicatos obreros vendrán obligados a colaborar en la economía nacional, para cuyo objeto el Estado nacional-sindicalista se reserva el control de su funcionamiento.

10º Sometimiento de la riqueza a la disciplina que impongan las convenienci8s nacionales, esto es, la pujanza económica de España y la prosperidad del pueblo.

11º Las corporaciones económicas, los Sindicatos, serán organismos públicos, bajo la especial protección del Estado.

12º Impulso de la economía agrícola, incremento de la explotación comunal y familiar de la tierra. Lucha contra la propaganda anarquizante en el campo, destructora de las más sanas reservas de nuestro pueblo.

13º Propagación de la cultura hispánica entre las masas, facilitando la entrada en las Universidades a los hijos del pueblo.

14º Examen implacable de las influencias extranjeras en nuestro país y su extirpación radical.

15º Penas severísimas para todos aquellos que especulen con la miseria y la ignorancia del pueblo. Castigo riguroso para los políticos que hoy favorecen traidoramente la desmembración nacional.

16º El Estado nacional-sindicalista confiará los mandos políticos de más alta responsabilidad a la juventud de la Patria, es decir, a los españoles menores de cuarenta años.

¡AFILIAOS A LAS J.O.N.S!


¡Haced que se afilien vuestros amigos!

Las J.O.N.S. eran con este manifiesto una realidad, Onésimo Redondo, aquí en Castilla, tremolaba la bandera roji-negra de la Revolución Nacional que él había anunciado y señalado a sus jóvenes campesinos. Castilla tenía no sólo Caudillo, sino, también, una meta política determinada. Diciembre con sus brumas velaba los horizontes. Pero había ya quien veía a través de muchas nieblas los días del Imperio venidero. ¡Por una España libre!

Cierra España.

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 25ª parte.

Como final de este Capítulo conmovedor para los de "La Vieja Guardia" de Castilla, impresionante para los extraños por la grandiosidad desproporcionada de los que luchaban por la nueva idea, damos a continuación el


Manifiesto político de las J.O.N.S.

POR QUE NACEN LAS JUNTAS

"El hecho de advertir cómo día tras día cae nuestra Patria en un nuevo peligro, aceptando la ruta desleal que le ofrecen partidos políticos antinacionales, nos obliga hoy a hacer un llamamiento a los españoles vigorosos, a todos los que deseen colaborar de un modo eficaz en la tarea concretísima de organizar un frente de guerra contra los traidores.

Invocamos esa reserva fiel de que todos los grandes pueblos disponen cuando se advierten roídos en su entraña misma por una acción disolvente y anárquica. Acontecen hoy en nuestro país cosas de tal índole, que sólo podría justificarse su vigencia después de un combate violento con minorías heroicas de patriotas. El hecho de que estas minorías no hayan surgido, nos hace sospechar que entre los núcleos sanos de nuestro pueblo nadie se ha ocupado hasta hoy de propagar con pulso y coraje la orden general de ¡Servicio a la Patria!.

Las "Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista" nacen precisamente en virtud de esa sospecha nuestra de que no existe en el panorama político fuerza alguna que garantice la defensa de los ideales hispánicos. No nos resignamos a que perezcan sin lucha los alientos de España, ni a que se dé los mandos nacionales a hombres y grupos educados en el derrotismo y en la negación.

LA PATRIA AMENAZADA

Se impone, pues, organizar un bloque nacionalista que reconozca la urgencia de estos dos fines: Subvertir el actual régimen masónico, antiespañol, que ahoga la vitalidad de nuestro pueblo, hoy indefenso e inerme frente a la barbarie marxista, imponer por la violencia la más rigurosa fidelidad al espíritu de la Patria.

Para que estos propósitos no sean meras palabras sino que alcancen eficacia ejecutiva, las Juntas consideran como su primer deber, la formación de un ejército civil, las Milicias nacional-sindicalistas, que de un modo técnico y regular, con entusiasmo y sacrificio, garanticen la victoria de los ideales nacionales.

Nuestro partido aspira a constituir una barrera infranqueable contra los asaltos extranjerizantes del socialismo y contra la bobería mendaz del liberalismo demócrata. El empuje de las Juntas se nutrirá de afán nacionalista, con odio implacable contra los ideales y los grupos que han hecho de nuestro gran pueblo un pueblo ineficaz, sin alientos ni coraje para nada.

ABAJO EL MARXISMO

Las J.O.N.S, consideran como sus enemigos naturales e inmediatos a todos los grupos y organizaciones que se inspiran en el materialismo marxista. Esta lepra descastada, antinacional, que envenena al pueblo con ilusiones groseras, que destruye en el pueblo los gérmenes de fidelidad a la Patria, merece el exterminio radical, y las Milicias nacional-sindicalistas efectuarán ese castigo como una ejemplaridad contra los traidores.

La teoría de la lucha de clases es uno de los mayores crímenes de la inteligencia judía. Su simplicidad ha hecho que la adopten con entusiasmo todos los cerebros limitados del mundo. Hay, pues, que restaurar entre nosotros el culto de los valores supremos, entre los cuales está el culto de la Patria, negado y atropellado por la peste marxista.

LA UNIDAD INTANGIBLE DE ESPAÑA

Somos intransigentes en la afirmación de la España una. Todo cuanto contribuya a despertar nacionalidades artificiosas e imposibles será considerado por nosotros como un delito de alta traición. Nos batiremos contra las tentativas de los separatismos y juramos que antes de conseguir estos desmenuzar la unidad de España habrá sangre de sacrificio, la nuestra, porque interceptaremos su camino con nuestro pecho de españoles.

Nuestro emblema, un manojo de flechas cruzado por un yugo, recoge del escudo de los Reyes Católicos la emoción sagrada de unidad que presidió el genio histórico de estos monarcas.

La acción de las Juntas tendrá por lo menos la eficacia de impedir en España estas dos victorias infamantes: el predominio socialista y el triunfo ramplón de los separatismos.

LAS MILICIAS NACIONAL-SINDICALISTAS

Ya aludimos antes al propósito de las J.O.N.S. de organizar un ejército civil de juventudes, las milicias nacional-sindicalistas. Es una de nuestras consignas permanentes la de cultivar el espíritu de una moral de violencia, de choque militar, aquí, donde todas las decrepitudes y todas las rutinas han despojado al español de su proverbial capacidad para el heroísmo. Aquí, donde se canta a los revolucionarios sin sangre y se apaciguan los conatos de pelea con el grito bobo de "ni vencedores ni vencidos." "Las Juntas" cuidarán de cultivar los valores militares, fortaleciendo el vigor y el entusiasmo guerrero de los afiliados y simpatizantes. Las filas rojas se adiestran en el asalto y hay que prever jornadas violentas contra el enemigo socia1ista. Además, la acción del partido necesita estar vigorizada por la existencia, de una organización disciplinada y vigorosa, que se encargue cada día de demostrar al país la eficacia y la rotundidad de las "Juntas". Nuestro desprecio por las actuaciones de tipo parlamentario equivale a preferir la táctica heroica que puedan desarrollar los grupos nacionales. Del seno de las "Juntas" debe movilizarse con facilidad un número suficiente de hombres militarizados, a quienes corresponda defender en todo momento el noble torso de la Patria contra las blasfemias miserables de los traidores.

Varios camaradas nuestros, especializados en técnica militar, organizan a toda prisa las MILICIAS NACIONAL-SINDICALISTAS, en las que encuadraremos a todos los españoles que secunden nuestra acción.

QUIENES DEBEN FORMAR PARTE DE LAS J.O.N.S.

Naturalmente, las "Juntas" que estamos organizando no son incompatibles con la República. En nada impide esta forma de gobierno la articulación de un Estado eficaz y poderoso que garantice la máxima fidelidad de todos a los designios nacionales.

Toda la juventud española que haya logrado evadirse del señoritismo demo-liberal, con sus pequeños permisos y salidas al putrefacto jardín marxista y sienta vibrar con pasión la necesidad de reintegrarse al culto de la Patria.

Todos los que adviertan el crujir de las estructuras sociales hoy vigentes y deseen colaborar a un régimen económico antiliberal, sindicalista o corporativo, en que la producción y en general la regulación toda de la riqueza, emprenda las rutas de eficacia nacional que el Estado, y sólo él, indique como favorables a los intereses del pueblo.

Todos los que posean sensibilidad histórica suficiente para percibir la continuidad sagrada de los grandiosos valores hispánicos y se apresten a defender su vigencia hasta la muerte.

Todos los que sufran el asco y la repugnancia de ver cerca de si la ola triunfal del marxismo, inundando groseramente los recintos de nuestra cultura.

Todos los que logren situarse en nuestro siglo, liberados del liberalismo fracasado de nuestros abuelos.

Todos los que sientan en sus venas sangre insurreccional, rebelde contra los traidores, generosa para una acción decisiva contra los que obstaculicen nuestra marcha.

¡¡Todos, en fin, los que amen el vigor, la fuerza y la felicidad del pueblo!!

QUE PRETENDE EL NACIONAL-SINDICALISMO

El nombre de "Juntas", que damos a los organismos de la acción de nuestro partido, alude tan sólo a la estructura de éste. La palabra "Ofensiva" indica, como hemos advertido ya antes, el carácter de iniciativa que ha de predominar en su actuación. Ahora bien, ¿y el nacional-sindicalismo?. El carácter hispano, nacionalista de nuestro partido, es algo que advierte el más obtuso en cualquier párrafo de nuestro manifiesto. El motor primero de nuestro batallar político es, efectivamente, un ansia sobrehumana de revalorizar e hispanizar hasta el rincón más oculto de la Patria.

Asistimos hoy a la ruina demo-liberal, al fracaso de las instituciones parlamentarias, a la catástrofe de un sistema económico que tiene sus raíces en el liberalismo político, estas verdades notorias, que sólo un cerebro imbécil no percibe, influyen naturalmente en la concepción política y económica que nos ha servido para edificar el programa de nuestro nacional-sindicalismo.

La supuesta crisis del capitalismo es para nosotros más bien crisis de gerencia capitalista. De ahí nuestro empeño en robustecer las corporaciones, los sindicatos, como respuesta al fracaso de la economía liberal. Sólo polarizando la producción en torno a grandes entidades protegidas, esto es, sólo en un Estado sindicalista, que afirme como fines suyos las rutas económicas de las corporaciones, puede conseguirse una política fecunda. Esto no tiene nada que ver con el marxismo, doctrina que no afecta a la producción, a la eficacia creadora, sino tan sólo a vagas posibilidades de distribución.

El nacional-sindicalismo postula el exterminio de los errores marxistas, suprimiendo esa mística proletaria que los informa, afirmando, en cambio, la sindicación social de productores y acogiendo a los portadores de trabajo bajo la especial protección del Estado.

Ya tendremos ocasión de explicar en nuestras propagandas con claridad y detenimiento la eficacia social y económica del nacional-sindicalismo, única concepción capaz de atajar la crisis capitalista que se advierte.

Cierra España.

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 24ª parte.

ONÉSIMO EN LA UNIDAD DE FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J. O. N. S.


Desde octubre de 1933 actuaba en la vida pública española una organización nacida en el histórico acto del teatro de la Comedia, bajo la dirección política de José Antonio Primo de Rivera. Hombre culto, muy preparado, gran orador y con unas dotes de mando extraordinario, supo aprovechar el escaño de las Cortes para acuñar una personalidad excepcional y destacarse como fundador de unos principios políticos sobre la base de una España auténtica, vigorosa, social y justa. Hasta octubre de 1933, su voz se desenvolvía en una lucha personal, pero desde aquella mañana quedó proclamado el nacimiento de un nuevo Movimiento, la presencia de Falange Española. El acto de la Comedia encontró el eco natural entre la juventud nacional, no solo por la figura de su jefe y organizador, sino por la gran calidad de sus conceptos y la fiel línea de su discurso, que ha pasado a la historia cómo perfil doctrinario de la auténtica revolución española. Las consecuencias no se hicieron esperar y pronto comenzó a crecer y extenderse por toda España, a recibir adhesiones y a organizarse en provincias y pueblos la Falange Española.

Este hecho sirvió para que las J.O.N.S analizasen la realidad y sintiesen la misma preocupación e inquietud que F.E. No era lógico que existiesen dos organizaciones similares y que cada cual buscase fines idénticos por distinto camino. Si uno y otro marcaban el principio de la Unidad como fundamental, no sería difícil llegar a un entendimiento y juntos emprender la tarea común. Por otra parte, en ningún lado existía un propósito individual de ambición; por eso no tardó mucho en iniciarse las conversaciones, para intentar algo más que un acercamiento, y, en efecto, a mediados del mes de febrero se decidió la unidad de las dos organizaciones en una sola, que respondía con la denominación de Falange Española de las J. O. N. S. Nosotros, en este trabajo, habremos de referimos a lo que más directamente tiene relación con Onésimo, y desde ahora, la acción que el jefe castellano desarrolló bajo a bandera de la Falange.

No hay que decir lo entusiasmado que Onésimo regresó de Madrid, después de haber asistido y deseado la unidad. No habían transcurrido tres años desde aquel día de junio, primero de Libertad, y los acontecimientos habían hecho posible esta vitalidad y anchura que respondía a Falange Española de las J. O. N. S. Un hecho que se hacía necesario festejarle solemnemente; un hito histórico de gran sentido político que pedía la más pública proclamación y el acto de mayor trascendencia. Se eligió a Valladolid como escenario, y Onésimo regresaba henchido de satisfacción con tan honrosa misiva. Se había dado el paso principal hacia la unidad, recibida con júbilo unánime por todos los que soñaban con la nueva España. El impulso de Falange Española de las J.O.N.S. se consiguió no sólo por lo más alto y noble, sino por la emoción más aún que por la inteligencia. Por eso era preciso encontrar 1m motivo de resonancia en el que pudiesen lanzarse consignas claras. Y se eligió el día 4 de marzo para el acto monstruo del teatro Calderón en Valladolid. La preparación del mitin tuvo el cuidado de organizarse con intensidad y audacia y la propaganda prácticamente se hizo sola entre el entusiasmo de las J.O.N.S. de la provincia y el gran espíritu de los camaradas de la ciudad. Cuanto más próxima estaba la fecha, más nerviosismo se pulsaba en el enemigo y más claro aún sus propósitos. Frente a la actividad pesimista del rumor provocativo y el terrorismo de trágicos acontecimientos, la postura arrogante y entera de los camaradas de la Falange, dispuestos a la celebración del acto como primer paso de reconquista de la Patria. Amaneció un día lleno de sol. Las calles de la ciudad, en las primeras horas de la mañana, no recibieron más que la presencia de universitarios y campesinos y la de camaradas de Madrid, Salamanca, Zamora, Palencia, León y Bilbao; Asturias, Santander y Burgos acudieron con representaciones. Nadie más por la ciudad. Ni la conjura del marxismo ni la prudencia del otro sector se dejaron ver antes de comenzar el acto.

El teatro Calderón, lleno, rebosante. Ni en pasillos ni en palcos podía encontrarse un lugar vacío para acomodarse. Entusiasmo y juventud, coraje y disciplina fueron las notas mejores de aquella solemnidad política. Cuatro importantes discursos, a cargo de los cuatro fundadores, que nunca más coincidieron en acto alguno. Onésimo, Ruiz de Alda, Ramiro y José Antonio. Cada uno en distinto estilo y los cuatro con sobriedad y doctrina. Aquella jornada tiene ya un arraigo en la conciencia nacional y cada año se conmemora, como rito obligado, el primer acto de Falange Española de las J.O.N.S., en el que la oratoria de José Antonio dictó la mejor y más auténtica definición de Castilla.

Al abrir las puertas del teatro se inició la primera lucha con su enemigo más declarado, con la furia roja, y la sangre de un joven estudiante fue vertida en holocausto de la unidad política que allí se proclamó.

Desde entonces, la Falange, y Onésimo con ella, "multiplica sus actividades incansables en el afán y en el esfuerzo por llevar a los campesinos el nuevo pensamiento y el nuevo estilo que se imponen". Para burlar la persecución gubernativa, hace que las milicias funcionen con la apariencia de grupos deportivos, y desde entonces tiene más uso el campo de Puerta de Hierro, a orillas del Pisuerga, camino de la Rubia, donde ya se había preparado un terreno para campo de fútbol, atletismo, remo y natación. En Puerta de Hierro se practica diariamente el ejercicio físico y la instrucción militar, se celebran las reuniones más importantes y se consigue un seguro lugar donde guardar las armas. Aparte de esto, Onésimo organiza semanalmente unas marchas, calificadas oficialmente de deportivas, en las que cada domingo se congregaban los falangistas -Onésimo al frente- para marchar militarmente a los pueblos cercanos, aprovechando la jornada para reunirse con los camaradas campesinos y juntos escuchan la lección política en forma de charla. Cada lunes seguía publicándose Libertad. La Falange ya era potente y vivía permanente en contacto a través del semanario, del campo de Puerta de Hierro, de las marchas y de las charlas en el domicilio. Pero Onésimo no paraba en manifestarse activo y junto a esto aprovechaba cualquier ocasión para acometer nuevas tareas. Así sucedió con la protesta organizada contra la política antinacional seguida por el Gobierno de la República, proyectando una concentración de campesinos, estudiantes y obreros, en Castrillo de Duero, patria del Empecinado, donde al lado de José Antonio, en un Dos de Mayo, pretende que se alce la voz decidida de la juventud revolucionaria. Las medidas políticas de un gobierno traidor impidió la realización de estas idea.

«En un homenaje -escribía en Libertad- al gran guerrillero de la Independencia y un grito de rebelión contra los antinacionales y los traidores, como el 2 de mayo de 1808.

Queremos celebrar un acto campesino en un pueblo pobre y olvidado, como lo son la inmensa mayoría de los pueblos castellanos.

La España que produce y trabaja, frente a la que explota y destroza las energías nacionales en la especulación, en la política, en la lucha de clases o partidos.

¿Qué es las J.O.N.S.? Una idea, una ilusión de libertad española y un horizonte de justicia y de imperio.»

* * *
Pero la voz de José Antonio se escuchaba con frecuencia por los camaradas de Onésimo. Valladolid era un terreno abonadísimo por la Falange y cualquier día era bueno para asegurar el éxito falangista y mucho más aún tratándose de oír la voz del Jefe Nacional. Cuatro veces intervino José Antonio en actos de la ciudad castellana, y en todos ellos -como siempre- las grandes cualidades suyas, el tono, el estilo y el concepto, se hicieron patentes. Aparte del histórico 4 de marzo de 1934, el Jefe Nacional de la Falange habló ante los universitarios, en la fundación del S.E.U., por enero de 1935, en el cine Hispania. Al mes siguiente pronunció en el teatro Calderón una magnífica conferencia que él mismo tituló «España y la barbarie». que causó verdadera sensación y constituyó una pieza oratoria de certera exposición de doctrina. Y otra vez -enero de 1936- es testigo de la presencia y el discurso de José Antonio con ocasión de un acto de propaganda para presentar la candidatura «José Antonio Primo de Rivera y Onésimo Redondo», por Valladolid, candidatura que obtuvo más de seis mil votos, contando con que la mayoría falangista estaba constituida por jóvenes universitarios, campesinos y obreros Y, además, hay que sumar a las cuatro fechas otra celebrada en Peñafiel con intervención también de José Antonio.

De la Junta Castellana de Actuación Hispánica a las J.O.N.S.

(Agosto a Diciembre 1931)

En efecto, Castilla comenzaba a despertar sacudida ásperamente por los graves y recios alertas de Onésimo Redondo, A todos los pueblos iban llegando sus consignas y se iban formando apretados grupos de simpatizantes. Las cartas pueblerinas de adhesión, la inquebrantable fidelidad que notó bien pronto en sus jóvenes camaradas de redacción, los primeros anónimos amenazadores de las hienas socialistas, le indicaron que era el momento oportuno de recoger aquella agitación y de darla eficacia dentro de unos cuadros juveniles de lucha. Entonces es cuando perfila Onésimo Redondo la Junta Castellana de Actuación Hispánica y en la tarde del 9 de agosto (1931), en su misma casa, junto al balcón, sobre el Campo Grande, lleno de rojo el horizonte en una de esas largas puestas de sol de Castilla, escribe con fuego y arrojo la siguiente proclama publicada al otro día en "Libertad"’, número 9, y que es la primera llamada a las armas que se hace a las juventudes en España:

¡ CASTILLA SALVA A ESPAÑA!

SEA ESTE EL GRITO DE LA NUEVA REVOLUCIÓN

¡Castellanos! ¿No veis a España en la pendiente de la ruina?. La política, ese arte infame de odiar con pasión al que sustenta opuestas opiniones y de escalar el mando triturando al adversario, con el pretexto de salvar a la Nación, ha acechado siempre la vida de España, ha paralizado sus energías y está a punto hoy de dar fin de la Patria. Nunca como en esta hora se agravaron todos los males nacionales, porque nunca los políticos y periodistas alcanzaron tan desaforando albedrío. La instauración plena del régimen socialista parlamentario hace posible la flotación de los más bajos fondos, el encumbramiento de las ideas y los hombres más insensatos.

Eso explica que por todas partes, al son de grandes voces de libertad y justicia, se respire disolución y muerte; la autoridad se mide difícilmente con la insurrección; las regiones escupen contra el Estado el insulto de la tiranía; el signo monetario representa la quiebra de un régimen recién ensayado; las actividades productoras se retraen, el patriotismo aparece excluido en la opinión pública y los peores instintos han encontrado su época".

¡CASTELLANOS! Traidores son, los que todavía quitan importancia a tan catastrófico período: el que no sienta alarmado todo su ser es indigno hijo de España, NO SE PUEDE PERMANECER ENTREGADO FRIAMENTE A LOS INTERESES PROPIOS, mientras el interés de todos, que es la defensa del Estado y la conservación de nuestra sociedad, amenazan derrumbarse...

Castilla, por fortuna, ni siente el despego suicida de los rebeldes países litorales, ni está enloquecida por el ansia de justicia social que consumen a la España del Sur. Sólo aquí el pueblo siente la responsabilidad del vivir nacional, como víctima que fue siempre, y no responsable, del desgobierno, y como región que confundió e hizo la España grande.

El momento histórico, jóvenes paisanos, NOS OBLIGA A TOMAR LAS ARMAS. Sepamos usarlas en defensa de lo nuestro y no al servicio de los políticos, SALGA DE CASTILLA LA VOZ DE LA SENSATEZ RACIAL que se imponga sobre el magno desconcierto del momento: use de su fuerza unificadora para establecer la justicia y el orden en la nueva España.

La proclama fue el toque de clarín que se requería e inmediatamente comenzaron los contactos y se procedió a la formación de grupos. A las afueras del Puente Mayor se compraron vergajos en cumplimiento exacto de nuestra fe permanente en la violencia, Ordenó Onésimo establecer relación con los que en Madrid hacían "La Conquista del Estado" y encargó a un camarada de redacción que escribiera en " Libertad" un saludo de solidaridad; el suelto terminaba así: "¡Compañeros, hasta el Gran Día! ¡Viva el Imperio español!" Comenzó por estos días " Libertad" a inquietar a los republicanos-socialistas y Onésimo Redondo fue procesado dos veces con motivo de dos artículos denunciados por el Fiscal.

Como los grupos aumentaban, Onésimo Redondo escribió a máquina, y se repartieron entre los jóvenes extremistas afectos, las ordenanzas de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, que constaban de 16 artículos; decían de este modo:

Art. 1º Se constituye en... la JUNTA CASTELLANA DE ACTUACION HISPANICA.

Art. 2º Son principios fundamentales de actuación:

NACION

1º) La afirmación de España como nación una e imperial obligada por su historia, y la capacidad de su cultura, a ser fuerte entre los demás pueblos, dando al Estado una estructura y pureza hispana. Proclama la Junta su veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y destino con las naciones ibéricas de ultramar.

JUSTICIA SOCIAL

2º) Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta, y particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado, deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la explotación del hombre por el hombre.

Rechaza la Junta la teoría de la lucha de clases.

Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción, deben vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia de la organización sindical corporativa protegida y regulada por el Estado, como sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro con los internacionales de la producción. Se proscribe la intervención de organismos internacionales extraños al gobierno de la Nación, como impulsores o directores del movimiento obrero español.

REGION

3º) La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento de la producción agrícola; la repoblación de los terrenos yermos o roturados en los que sea posible la repoblación forestal; y la dignificación de la vida rural, para el fortalecimiento autonómico de los Municipios, la urbanización de las aldeas y villas, y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.

Art. 3º Fines de Cultura:

a) En el orden cultural: Promover y practicar estudios e informaciones para la defensa de las ideas e intereses que constituyen los principios de la Junta, También cuidará de proporcionar a sus miembros educación ciudadana y cultura física para ser útiles a la Nación en servicio de los mismos principios.

b. En el orden social: Actuar mediante la propaganda y la creación de instituciones adecuadas, para que el trabajador español encamine sus actividades solidarias con independencia de las organizaciones de disciplina internacional.

c.

d. En el orden político: Intervenir, ya como partido, ya como organización impulsora, en movimientos de propaganda, actuación política y petición ante los poderes públicos, con la inspiración marcada por los aludidos principios del artículo 2º.

e.

Art., 4º Esta Junta se dirigirá por un triunvirato.

Desde luego el pensamiento político quedaba bastante velado por estar escrito con la intención de que las ordenanzas fueran aprobadas por los gobernadores civiles, cosa que no pudo conseguir.

Ante la persecución gubernativa y ante la clandestinidad a que se nos sometía, Onésimo Redondo comenzó a reunirse con los primeros grupos que formaban la Junta Castellana de Valladolid en sitios poco frecuentados, donde les explicaba los puntos iniciales y les exponía las ambiciones de la nueva España. Algunos de los que este libro escribimos recordamos con intensa emoción aquellas primeras reuniones de Fuente el Sol, el alto de la Marquesa y las cuevas de El Tomillo. Precisamente en estas cuevas se exhibió con orgullo y con alegría la primera pistola que tuvo el grupo primero de seguidores de Onésimo.

El 12 de octubre de 1931 "Libertad" publica un artículo de un camarada madrileño titulado: "Los 29.000 votos de Primo de Rivera", y debajo un suelto, que fue acogido con alegría por los grupos minoritarios de jóvenes que seguían con fe plena los pasos de Onésimo Redondo, y que decía:

NUESTRO SALUDO

Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, "La Conquista del Estado" sale con reforzados bríos al palenque periodístico en el que este inteligente lealísimo colega "Nacional-Sindicalista", hace grupo aparte porque sólo él enarbola netamente la única bandera de la salvación nacional: la lucha marcial contra la traición y la podredumbre marxista.

Nos unimos a los camaradas de "La Conquista del Estado", es su acción de fidelidad hispana y antimarxista.

Como verá el lector, honraremos a menudo las columnas de "Libertad" coadyuvando a la extensión del frente nacional de salvación, por la difusión del pensamiento Nacional-Sidicalista, demasiado poco conocido.

A la vez, Onésimo Redondo sabía gritar con audacia en las mismas columnas de "Libertad".

QUEREMOS LIBRAR A LA NACION DE LA ESQUILMANTE TIRANIA DE LOS MARXISTAS, ORGANICEMOS MILICIAS VIGOROSAS DE OPOSICION. LIBREMOS AL OBRERO CON LA PROPAGANDA Y LA LUCHA, DEL OSCURANTISMO SOCIALISTA.

Y a era noviembre, cuando después de varias reuniones en Valladolid y en Madrid, Onésimo Redondo y el grupo directivo de "La Conquista del Estado" llegaron a un acuerdo definitivo, plasmado en un manifiesto político común. Fue Juan Aparicio el que aportó la idea del emblema nacionalista del yugo y las flechas. Onésimo Redondo impuso con exigencia el sentido castellano de las "Juntas". Todo el manifiesto es exacto, magnífico y nuevo. Fue repartido con profusión, pero silenciado por la gran Prensa.

Con sencilla modestia y con soberbia seguridad, nacieron así, las J.O.N.S, primera piedra de nuestro movimiento.

Cierra España.