viernes, 16 de octubre de 2009

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 24ª parte.

ONÉSIMO EN LA UNIDAD DE FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J. O. N. S.


Desde octubre de 1933 actuaba en la vida pública española una organización nacida en el histórico acto del teatro de la Comedia, bajo la dirección política de José Antonio Primo de Rivera. Hombre culto, muy preparado, gran orador y con unas dotes de mando extraordinario, supo aprovechar el escaño de las Cortes para acuñar una personalidad excepcional y destacarse como fundador de unos principios políticos sobre la base de una España auténtica, vigorosa, social y justa. Hasta octubre de 1933, su voz se desenvolvía en una lucha personal, pero desde aquella mañana quedó proclamado el nacimiento de un nuevo Movimiento, la presencia de Falange Española. El acto de la Comedia encontró el eco natural entre la juventud nacional, no solo por la figura de su jefe y organizador, sino por la gran calidad de sus conceptos y la fiel línea de su discurso, que ha pasado a la historia cómo perfil doctrinario de la auténtica revolución española. Las consecuencias no se hicieron esperar y pronto comenzó a crecer y extenderse por toda España, a recibir adhesiones y a organizarse en provincias y pueblos la Falange Española.

Este hecho sirvió para que las J.O.N.S analizasen la realidad y sintiesen la misma preocupación e inquietud que F.E. No era lógico que existiesen dos organizaciones similares y que cada cual buscase fines idénticos por distinto camino. Si uno y otro marcaban el principio de la Unidad como fundamental, no sería difícil llegar a un entendimiento y juntos emprender la tarea común. Por otra parte, en ningún lado existía un propósito individual de ambición; por eso no tardó mucho en iniciarse las conversaciones, para intentar algo más que un acercamiento, y, en efecto, a mediados del mes de febrero se decidió la unidad de las dos organizaciones en una sola, que respondía con la denominación de Falange Española de las J. O. N. S. Nosotros, en este trabajo, habremos de referimos a lo que más directamente tiene relación con Onésimo, y desde ahora, la acción que el jefe castellano desarrolló bajo a bandera de la Falange.

No hay que decir lo entusiasmado que Onésimo regresó de Madrid, después de haber asistido y deseado la unidad. No habían transcurrido tres años desde aquel día de junio, primero de Libertad, y los acontecimientos habían hecho posible esta vitalidad y anchura que respondía a Falange Española de las J. O. N. S. Un hecho que se hacía necesario festejarle solemnemente; un hito histórico de gran sentido político que pedía la más pública proclamación y el acto de mayor trascendencia. Se eligió a Valladolid como escenario, y Onésimo regresaba henchido de satisfacción con tan honrosa misiva. Se había dado el paso principal hacia la unidad, recibida con júbilo unánime por todos los que soñaban con la nueva España. El impulso de Falange Española de las J.O.N.S. se consiguió no sólo por lo más alto y noble, sino por la emoción más aún que por la inteligencia. Por eso era preciso encontrar 1m motivo de resonancia en el que pudiesen lanzarse consignas claras. Y se eligió el día 4 de marzo para el acto monstruo del teatro Calderón en Valladolid. La preparación del mitin tuvo el cuidado de organizarse con intensidad y audacia y la propaganda prácticamente se hizo sola entre el entusiasmo de las J.O.N.S. de la provincia y el gran espíritu de los camaradas de la ciudad. Cuanto más próxima estaba la fecha, más nerviosismo se pulsaba en el enemigo y más claro aún sus propósitos. Frente a la actividad pesimista del rumor provocativo y el terrorismo de trágicos acontecimientos, la postura arrogante y entera de los camaradas de la Falange, dispuestos a la celebración del acto como primer paso de reconquista de la Patria. Amaneció un día lleno de sol. Las calles de la ciudad, en las primeras horas de la mañana, no recibieron más que la presencia de universitarios y campesinos y la de camaradas de Madrid, Salamanca, Zamora, Palencia, León y Bilbao; Asturias, Santander y Burgos acudieron con representaciones. Nadie más por la ciudad. Ni la conjura del marxismo ni la prudencia del otro sector se dejaron ver antes de comenzar el acto.

El teatro Calderón, lleno, rebosante. Ni en pasillos ni en palcos podía encontrarse un lugar vacío para acomodarse. Entusiasmo y juventud, coraje y disciplina fueron las notas mejores de aquella solemnidad política. Cuatro importantes discursos, a cargo de los cuatro fundadores, que nunca más coincidieron en acto alguno. Onésimo, Ruiz de Alda, Ramiro y José Antonio. Cada uno en distinto estilo y los cuatro con sobriedad y doctrina. Aquella jornada tiene ya un arraigo en la conciencia nacional y cada año se conmemora, como rito obligado, el primer acto de Falange Española de las J.O.N.S., en el que la oratoria de José Antonio dictó la mejor y más auténtica definición de Castilla.

Al abrir las puertas del teatro se inició la primera lucha con su enemigo más declarado, con la furia roja, y la sangre de un joven estudiante fue vertida en holocausto de la unidad política que allí se proclamó.

Desde entonces, la Falange, y Onésimo con ella, "multiplica sus actividades incansables en el afán y en el esfuerzo por llevar a los campesinos el nuevo pensamiento y el nuevo estilo que se imponen". Para burlar la persecución gubernativa, hace que las milicias funcionen con la apariencia de grupos deportivos, y desde entonces tiene más uso el campo de Puerta de Hierro, a orillas del Pisuerga, camino de la Rubia, donde ya se había preparado un terreno para campo de fútbol, atletismo, remo y natación. En Puerta de Hierro se practica diariamente el ejercicio físico y la instrucción militar, se celebran las reuniones más importantes y se consigue un seguro lugar donde guardar las armas. Aparte de esto, Onésimo organiza semanalmente unas marchas, calificadas oficialmente de deportivas, en las que cada domingo se congregaban los falangistas -Onésimo al frente- para marchar militarmente a los pueblos cercanos, aprovechando la jornada para reunirse con los camaradas campesinos y juntos escuchan la lección política en forma de charla. Cada lunes seguía publicándose Libertad. La Falange ya era potente y vivía permanente en contacto a través del semanario, del campo de Puerta de Hierro, de las marchas y de las charlas en el domicilio. Pero Onésimo no paraba en manifestarse activo y junto a esto aprovechaba cualquier ocasión para acometer nuevas tareas. Así sucedió con la protesta organizada contra la política antinacional seguida por el Gobierno de la República, proyectando una concentración de campesinos, estudiantes y obreros, en Castrillo de Duero, patria del Empecinado, donde al lado de José Antonio, en un Dos de Mayo, pretende que se alce la voz decidida de la juventud revolucionaria. Las medidas políticas de un gobierno traidor impidió la realización de estas idea.

«En un homenaje -escribía en Libertad- al gran guerrillero de la Independencia y un grito de rebelión contra los antinacionales y los traidores, como el 2 de mayo de 1808.

Queremos celebrar un acto campesino en un pueblo pobre y olvidado, como lo son la inmensa mayoría de los pueblos castellanos.

La España que produce y trabaja, frente a la que explota y destroza las energías nacionales en la especulación, en la política, en la lucha de clases o partidos.

¿Qué es las J.O.N.S.? Una idea, una ilusión de libertad española y un horizonte de justicia y de imperio.»

* * *
Pero la voz de José Antonio se escuchaba con frecuencia por los camaradas de Onésimo. Valladolid era un terreno abonadísimo por la Falange y cualquier día era bueno para asegurar el éxito falangista y mucho más aún tratándose de oír la voz del Jefe Nacional. Cuatro veces intervino José Antonio en actos de la ciudad castellana, y en todos ellos -como siempre- las grandes cualidades suyas, el tono, el estilo y el concepto, se hicieron patentes. Aparte del histórico 4 de marzo de 1934, el Jefe Nacional de la Falange habló ante los universitarios, en la fundación del S.E.U., por enero de 1935, en el cine Hispania. Al mes siguiente pronunció en el teatro Calderón una magnífica conferencia que él mismo tituló «España y la barbarie». que causó verdadera sensación y constituyó una pieza oratoria de certera exposición de doctrina. Y otra vez -enero de 1936- es testigo de la presencia y el discurso de José Antonio con ocasión de un acto de propaganda para presentar la candidatura «José Antonio Primo de Rivera y Onésimo Redondo», por Valladolid, candidatura que obtuvo más de seis mil votos, contando con que la mayoría falangista estaba constituida por jóvenes universitarios, campesinos y obreros Y, además, hay que sumar a las cuatro fechas otra celebrada en Peñafiel con intervención también de José Antonio.

De la Junta Castellana de Actuación Hispánica a las J.O.N.S.

(Agosto a Diciembre 1931)

En efecto, Castilla comenzaba a despertar sacudida ásperamente por los graves y recios alertas de Onésimo Redondo, A todos los pueblos iban llegando sus consignas y se iban formando apretados grupos de simpatizantes. Las cartas pueblerinas de adhesión, la inquebrantable fidelidad que notó bien pronto en sus jóvenes camaradas de redacción, los primeros anónimos amenazadores de las hienas socialistas, le indicaron que era el momento oportuno de recoger aquella agitación y de darla eficacia dentro de unos cuadros juveniles de lucha. Entonces es cuando perfila Onésimo Redondo la Junta Castellana de Actuación Hispánica y en la tarde del 9 de agosto (1931), en su misma casa, junto al balcón, sobre el Campo Grande, lleno de rojo el horizonte en una de esas largas puestas de sol de Castilla, escribe con fuego y arrojo la siguiente proclama publicada al otro día en "Libertad"’, número 9, y que es la primera llamada a las armas que se hace a las juventudes en España:

¡ CASTILLA SALVA A ESPAÑA!

SEA ESTE EL GRITO DE LA NUEVA REVOLUCIÓN

¡Castellanos! ¿No veis a España en la pendiente de la ruina?. La política, ese arte infame de odiar con pasión al que sustenta opuestas opiniones y de escalar el mando triturando al adversario, con el pretexto de salvar a la Nación, ha acechado siempre la vida de España, ha paralizado sus energías y está a punto hoy de dar fin de la Patria. Nunca como en esta hora se agravaron todos los males nacionales, porque nunca los políticos y periodistas alcanzaron tan desaforando albedrío. La instauración plena del régimen socialista parlamentario hace posible la flotación de los más bajos fondos, el encumbramiento de las ideas y los hombres más insensatos.

Eso explica que por todas partes, al son de grandes voces de libertad y justicia, se respire disolución y muerte; la autoridad se mide difícilmente con la insurrección; las regiones escupen contra el Estado el insulto de la tiranía; el signo monetario representa la quiebra de un régimen recién ensayado; las actividades productoras se retraen, el patriotismo aparece excluido en la opinión pública y los peores instintos han encontrado su época".

¡CASTELLANOS! Traidores son, los que todavía quitan importancia a tan catastrófico período: el que no sienta alarmado todo su ser es indigno hijo de España, NO SE PUEDE PERMANECER ENTREGADO FRIAMENTE A LOS INTERESES PROPIOS, mientras el interés de todos, que es la defensa del Estado y la conservación de nuestra sociedad, amenazan derrumbarse...

Castilla, por fortuna, ni siente el despego suicida de los rebeldes países litorales, ni está enloquecida por el ansia de justicia social que consumen a la España del Sur. Sólo aquí el pueblo siente la responsabilidad del vivir nacional, como víctima que fue siempre, y no responsable, del desgobierno, y como región que confundió e hizo la España grande.

El momento histórico, jóvenes paisanos, NOS OBLIGA A TOMAR LAS ARMAS. Sepamos usarlas en defensa de lo nuestro y no al servicio de los políticos, SALGA DE CASTILLA LA VOZ DE LA SENSATEZ RACIAL que se imponga sobre el magno desconcierto del momento: use de su fuerza unificadora para establecer la justicia y el orden en la nueva España.

La proclama fue el toque de clarín que se requería e inmediatamente comenzaron los contactos y se procedió a la formación de grupos. A las afueras del Puente Mayor se compraron vergajos en cumplimiento exacto de nuestra fe permanente en la violencia, Ordenó Onésimo establecer relación con los que en Madrid hacían "La Conquista del Estado" y encargó a un camarada de redacción que escribiera en " Libertad" un saludo de solidaridad; el suelto terminaba así: "¡Compañeros, hasta el Gran Día! ¡Viva el Imperio español!" Comenzó por estos días " Libertad" a inquietar a los republicanos-socialistas y Onésimo Redondo fue procesado dos veces con motivo de dos artículos denunciados por el Fiscal.

Como los grupos aumentaban, Onésimo Redondo escribió a máquina, y se repartieron entre los jóvenes extremistas afectos, las ordenanzas de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, que constaban de 16 artículos; decían de este modo:

Art. 1º Se constituye en... la JUNTA CASTELLANA DE ACTUACION HISPANICA.

Art. 2º Son principios fundamentales de actuación:

NACION

1º) La afirmación de España como nación una e imperial obligada por su historia, y la capacidad de su cultura, a ser fuerte entre los demás pueblos, dando al Estado una estructura y pureza hispana. Proclama la Junta su veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y destino con las naciones ibéricas de ultramar.

JUSTICIA SOCIAL

2º) Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta, y particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado, deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la explotación del hombre por el hombre.

Rechaza la Junta la teoría de la lucha de clases.

Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción, deben vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia de la organización sindical corporativa protegida y regulada por el Estado, como sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro con los internacionales de la producción. Se proscribe la intervención de organismos internacionales extraños al gobierno de la Nación, como impulsores o directores del movimiento obrero español.

REGION

3º) La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento de la producción agrícola; la repoblación de los terrenos yermos o roturados en los que sea posible la repoblación forestal; y la dignificación de la vida rural, para el fortalecimiento autonómico de los Municipios, la urbanización de las aldeas y villas, y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.

Art. 3º Fines de Cultura:

a) En el orden cultural: Promover y practicar estudios e informaciones para la defensa de las ideas e intereses que constituyen los principios de la Junta, También cuidará de proporcionar a sus miembros educación ciudadana y cultura física para ser útiles a la Nación en servicio de los mismos principios.

b. En el orden social: Actuar mediante la propaganda y la creación de instituciones adecuadas, para que el trabajador español encamine sus actividades solidarias con independencia de las organizaciones de disciplina internacional.

c.

d. En el orden político: Intervenir, ya como partido, ya como organización impulsora, en movimientos de propaganda, actuación política y petición ante los poderes públicos, con la inspiración marcada por los aludidos principios del artículo 2º.

e.

Art., 4º Esta Junta se dirigirá por un triunvirato.

Desde luego el pensamiento político quedaba bastante velado por estar escrito con la intención de que las ordenanzas fueran aprobadas por los gobernadores civiles, cosa que no pudo conseguir.

Ante la persecución gubernativa y ante la clandestinidad a que se nos sometía, Onésimo Redondo comenzó a reunirse con los primeros grupos que formaban la Junta Castellana de Valladolid en sitios poco frecuentados, donde les explicaba los puntos iniciales y les exponía las ambiciones de la nueva España. Algunos de los que este libro escribimos recordamos con intensa emoción aquellas primeras reuniones de Fuente el Sol, el alto de la Marquesa y las cuevas de El Tomillo. Precisamente en estas cuevas se exhibió con orgullo y con alegría la primera pistola que tuvo el grupo primero de seguidores de Onésimo.

El 12 de octubre de 1931 "Libertad" publica un artículo de un camarada madrileño titulado: "Los 29.000 votos de Primo de Rivera", y debajo un suelto, que fue acogido con alegría por los grupos minoritarios de jóvenes que seguían con fe plena los pasos de Onésimo Redondo, y que decía:

NUESTRO SALUDO

Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, "La Conquista del Estado" sale con reforzados bríos al palenque periodístico en el que este inteligente lealísimo colega "Nacional-Sindicalista", hace grupo aparte porque sólo él enarbola netamente la única bandera de la salvación nacional: la lucha marcial contra la traición y la podredumbre marxista.

Nos unimos a los camaradas de "La Conquista del Estado", es su acción de fidelidad hispana y antimarxista.

Como verá el lector, honraremos a menudo las columnas de "Libertad" coadyuvando a la extensión del frente nacional de salvación, por la difusión del pensamiento Nacional-Sidicalista, demasiado poco conocido.

A la vez, Onésimo Redondo sabía gritar con audacia en las mismas columnas de "Libertad".

QUEREMOS LIBRAR A LA NACION DE LA ESQUILMANTE TIRANIA DE LOS MARXISTAS, ORGANICEMOS MILICIAS VIGOROSAS DE OPOSICION. LIBREMOS AL OBRERO CON LA PROPAGANDA Y LA LUCHA, DEL OSCURANTISMO SOCIALISTA.

Y a era noviembre, cuando después de varias reuniones en Valladolid y en Madrid, Onésimo Redondo y el grupo directivo de "La Conquista del Estado" llegaron a un acuerdo definitivo, plasmado en un manifiesto político común. Fue Juan Aparicio el que aportó la idea del emblema nacionalista del yugo y las flechas. Onésimo Redondo impuso con exigencia el sentido castellano de las "Juntas". Todo el manifiesto es exacto, magnífico y nuevo. Fue repartido con profusión, pero silenciado por la gran Prensa.

Con sencilla modestia y con soberbia seguridad, nacieron así, las J.O.N.S, primera piedra de nuestro movimiento.

Cierra España.

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