viernes, 16 de octubre de 2009

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) parte final.

ENCARCELAMIENTOS Y CORRESPONDENCIA CON JOSE ANTONIO


Tenía que ser. Adueñados del Poder los del Frente Popular, apenas pasaron las elecciones de febrero tenía que desatarse el odio marxista, y nunca mejor elegido su verdadero enemigo en la Falange porque no desconocía el valor, contenido y coraje, de este movimiento. Tras de José Antonio, y como tantos cientos de camaradas, Onésimo terminó en la cárcel. Otros queridos falangistas le acompañaron, primero en la de Valladolid, posteriormente en la Avila. Creía el frente rojo que de esta manera apagaría el ardor y la expansión de la Falange, y no sabía que nadie puede apagar un fuego de corazones latiendo por unos ideales de espíritu y de revolución sana y patriótica. A pesar de las detenciones, la mies se multiplicaba y crecía vigorosa, porque también tenía que ser así. José Antonio procuró siempre un enlace con Onésimo. La mayoría de las veces, por conductos personales, pero, a la vez, la correspondencia se usaba en ocasiones.

«Siento tu detención -le escribía desde la cárcel Modelo- y te acompaño en ella mentalmente con el espíritu dispuesto por la semejanza de mi situación. Creo, de acuerdo con los camaradas de la Junta Política de aquí, que debes conservar los hilos en la mano.

Te aseguro que el estar en prisión no me mortifica nada personalmente, pero me inquieta por el alejamiento que, como a todos, me impone del puesto de deber en estas semanas en que creo Be está decidiendo la suerte de España. Gracias a Dios, la Falange se mantiene en la calle honrosamente. Sólo ella, en medio del achicamiento general, ha elevado el decoro público de los españoles. Sin su decisión combatiente la ola comunista hubiera sido mucho más rápida. Julio, Rafael, Raimundo, Barrado, Valdés y Salazar, reunidos en esta plácida galería de presos políticos, me dan recuerdos para ti. Recíbelos con un abrazo de tu amigo y camarada.

José Antonio.»

Y en otra le decía así:

«Querido Onésimo:

El artículo del Diario Regional me gustó mucho. Desde luego, sobre esa misma linea puedes mantener la polémica acerca del Estatuto sin previa aprobación, naturalmente, de cada trabajo. Lo mismo que puedes considerarte autorizado para mantener vivo el fuego del movimiento con toda la razonable holgura de iniciativa.

José Antonio.»

«Querido Onésimo :

Al recibir tu carta, todos los que estamos aquí cambiamos impresiones del nuevo tema del Estatuto de Castilla. Creemos que tienes razón desde el punto de vista español y desde el punto de vista castellano. El propósito del nuevo Estatuto parece inspirado por el deseo de armar una pequeña política regional en la que descuellan ciertos valores que en la nacional fracasaron.

El admitir para Castilla un destino de región, con su Estatuto, su remedo de parlamento y todo lo demás, es hacerla dimitir del otro destino, lleno de gloria tradicional, de ser el núcleo de España. Es posible que tú pudieras redactar un trabajo en el que se tratase de expresar nuestro punto de vista ante la propaganda de un Estatuto castellano. Si lo haces y me lo envías, te lo agradeceré.

Te abraza tu amigo y camarada,

José Antonio.»

Y otras más que no es posible recoger en este trabajo tan limitado.

* * *

La detención de Onésimo, como queda dicho, no entorpeció la marcha y el desarrollo de las J.O.N.S. Todos los días ingresaban en la cárcel nuevos camaradas detenidos, y a pesar de esto, la actividad era mejor y el espíritu se irradiaba por toda la provincia, con un control extraordinario. Las órdenes y consignas de Onésimo tenían cumplimiento con rapidez; la visita y el contacto con los pueblos era permanente. Así se hizo posible que en la noche del 17 de julio de 1936 una concentración estratégica de miles de camaradas tenían sitiada a la ciudad para volcarse en ella al recibir la última orden.

En la madrugada del 25 de junio. Onésimo y dieciocho falangistas más fueron trasladados a la cárcel de Avila, en vista de que la actividad falangista en Valladolid se imponía al terror marxista, contestando con mayor violencia a la violencia que el marxismo, protegido desde el Poder, presumía en las calles. Cacheos, agresiones y cárcel no eran suficientes para contener el coraje de la Falange de Castilla, contestando con represalias bien organizadas en la clandestinidad.

Desde Avila, Onésimo continuaba disponiendo la acción en el presente y la preparación para el futuro. Con los hilos del movimiento, pronto a estallar en rebeldía, supo hacer posible una entereza ejemplar y una amplitud asombrosa en el recluta’ miento. Organizó los mandos -renovados inmediatamente de ser entorpecidos por las detenciones-, ordenó la constitución de las escuadras del triunfo, inyectándoles una emoción y un espíritu ejemplares. Puede afirmarse que su gente estaba muy preparada para los acontecimientos que al fin se produjeron en las calles de la ciudad, en medio del estupor y del asombro de los marxistas, cuando en la tarde del 18 de julio se impidió que los guardias de Seguridad y de Asalto -todos ellos simpatizantes con la Falange- salieron con dirección a Madrid para reforzar los efectivos del Gobierno. Desde los mismos autocares preparados para la marcha salió el grito redentor de ¡Arriba España!, y desde entonces Castilla se puso en pie de guerra, con Valladolid a la cabeza. El Ejército y la Falange, unidos, ocuparon inmediatamente en pocas horas el Gobierno Civil, la Capitanía General, el Ayuntamiento y la emisora. Valladolid se había liberado y se puso a la vanguardia de la cruzada por la revolución salvadora.

Onésimo Redondo. Obras completas

José Manuel Díaz de Terán Rodríguez, Gerardo Guinea

EL FASCIO se encuentra al nacer con el hecho gratísimo de que existe en España una organización de juventudes, las JONS, disciplinada en torno a ideales muy afines a los nuestros. Pondremos a disposición de estos grupos, verdaderos fascios de jóvenes combatientes, una página de nuestra revista, desde la que lanzarán sus consignas, sus razones y sus gritos. Hoy, uno de los fundadores más destacados, Ramiro Ledesma Ramos, señala los orígenes, las rutas y las metas de las JONS.
 
Cierra España.

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