domingo, 22 de noviembre de 2009

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.5ª parte.Continuacion.

2. Otro de los puntos claves de la conversación es el que se refiere al propio fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, fusilado tras un proceso en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936, pero de cuyo hecho, a más de tres meses de distancia, parecía no haber seguridad, especialmente en las mismas filas de la Falange, como Danzi puede percibir, sobre todo después de esas palabras sobre cuando “José Antonio recupere su puesto”. La duda sobre la suerte que hubiera podido correr José Antonio, le lleva a plantearlo directamente a su interlocutor, a quien considera hombre enterado:


Considero oportuno referirme a los detalles que constituyen las fases del coloquio con el señor Menéndez. El señor Menéndez es uno de los fundadores del falangismo, amigo personal de José Antonio Primo de Rivera y de Raimundo Fernández Cuesta, ahora prisionero en Alicante pero que, en el caso de que De Rivera fuese asesinado (cosa que por otra parte Menéndez excluye) se convertiría en Jefe de la Falange. Menéndez ejercía como abogado en Madrid y era, con los dos hombres citados, uno de los máximos exponentes del falangismo antes del 18 de julio. Parece un hombre inteligente, culto y astuto.

Tiene una sólida preparación política. [La pregunta viene inmediata:] ¿Pero de dónde saca usted la convicción de que José Antonio esté vivo? [La respuesta de Menéndez es también pronta y rotunda:] El mes de mayo pasado el señor De Rivera había demostrado en varias ocasiones una vivísima simpatía por 76 Cuadernos de Historia Contemporánea 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol

Indalecio Prieto. Este último había mostrado antes en algunos de sus discursos una clara sintonía falangista. Durante el periodo de su permanencia en la Cárcel Modelo de Madrid, cuando yo mismo estaba arrestado, José Antonio Primo de Rivera me confío expresamente que consideraba probable la adhesión al falangismo de Indalecio Prieto.

Por tanto debe existir un fluido personal de simpatía entre estas dos personas. Es incluso muy probable que sea el mismo Indalecio Prieto el que se oponga al fusilamiento de José Antonio. La muerte de José Antonio no aportaría ninguna ventaja a los rojos. Un José Antonio vivo es siempre una buena carta, incluso para jugar en caso extremo.

Prescindiendo de esto, están todavía vivos algunos jefes del movimiento falangista de primera hora, Raimundo Fernández Cuesta, secretario del Partido, detenido en la cárcel de Madrid, Miguel Primo de Rivera, detenido en la cárcel de Alicante, mientras que su hermano Fernando ha sido asesinado por los rojos. Y de todo esto tenemos noticia segura.

En cualquier caso, vivo o muerto José Antonio, el falangismo es la única fuerza vital revolucionaria en España. Aunque nosotros no tengamos un jefe de la grandeza de Mussolini, podemos disponer de un centenar de intelectuales, técnicos, etc… que son sin duda los más aptos para que el falangismo pueda afrontar mañana el más vasto programa revolucionario y en consecuencia asumir el poder”.

¿Era pura estratagema dilatoria de Menéndez? Los biógrafos de José Antonio han mantenido que la noticia de su muerte se supo inmediatamente, al menos en la zona republicana, “aunque no se le diese mucha importancia”, comenta Ian Gibson11. De la misma forma se sabe que en el Cuartel General de Franco se tuvo inmediata noticia.

Dada la escasa simpatía y por supuesto los recelos del general hacia el líder falangista, “el problema – apunta Gibson – que se presentó a Franco, era saber si divulgar o no en zona nacional la noticia de su fusilamiento”12. Indalecio Prieto, ya en el exilio mejicano, en 1947 y dentro de un artículo titulado “El testamento de Primo de Rivera”, se referiría explícitamente a un artículo de José Antonio en el que con el título “Prieto se acerca a la Falange” y comentando el discurso que Prieto diera en Cuenca en uno de mayo de 1936, afirmaba: “El discurso del tribuno socialista se pudo pronunciar casi de la cruz a la fecha en un mitin de Falange Española. Algunos párrafos, párrafos enteros, me han oreado el espíritu como encuentros felices con viejos amigos que uno había dejado de ver. Aquí en mi celda tengo la colección del diario Arriba, donde está impreso el texto literal de los discursos pronunciados en actos de la Falange. Es un deleite comprobar cómo frases casi textuales nuestras y sobre todo pensamientos característicos han sido transplantados al discurso del orador de Cuenca”. Para reafirmar esta coincidencia, José Antonio insiste: “¿Qué lenguaje es este? ¿Qué tiene que ver con el marxismo, con el materialismo histórico, con Amsterdam ni con Moscú? Esto es preconizar exactamente la revolución con sentido nacional. La revolución nacional. La de la Falange”13.  En carta a otro exiliado, Agustín Mora, llegado a Veracruz a bordo del Guinea en junio de 1942, Prieto hace una larga referencia a José Antonio, cuyos últimos escritos redactados en la prisión en víspera de su fusilamiento le fueron entregados. En esa carta Prieto recuerda sus intentos para evitar la muerte de José Antonio, así como 11 Ian GIBSON: En busca de José Antonio, Barcelona, Planeta, 1980, p. 237.12 Ibídem, p. 238.13 En Indalecio PRIETO: Convulsiones de España, Méjico, Ediciones Oasis, 1967, t. I, p. 136. Cuadernos de Historia Contemporánea 77 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol la de su hermano y su cuñada, gestión en la que, como el mismo Prieto afirma, no estaba solo: “El presidente de la República, don Manuel Azaña, y el jefe del Gobierno, don José Giral, luchaban de modo inútil a fin de evitarlo. El gobernador se veía impotente para complacerles. Sus esfuerzos eran nulos ante el llamado Comité de Orden Público que ejercía la autoridad efectiva, como otros comités en diversos territorios”14. Precisamente uno de los puntos que toca en dicha carta es revelador de ese silencio que siguió a la muerte de José Antonio y por el que se interesa Danzi.

Cierto día, instalado ya el Gobierno en Valencia [escribe Prieto] el ministro de Justicia, Manuel de Irujo, me pidió que recibiera a uno de sus hermanos que traía misión urgente y reservada. “Pero su hermano –pregunté a Irujo– ¿no estaba preso en Pamplona?”. “Le han puesto en libertad para hablar con usted –me contestó–; él se lo explicará”. A los pocos minutos el hermano de Irujo hallábase en mi despacho. Se le acababa de excarcelar, mediante acuerdo entre los falangistas y requetés navarros, para comprobar si era cierto que a Primo de Rivera no se le había fusilado, sustituyéndosele en el acto de la ejecución por otro reo, y si yo le tenía oculto y bien guardado. Esto, según mi visitante, era convicción firmísima entre los falangistas y precisamente por ello daban en llamar El Ausente a José Antonio. Mas querían corroboración oficial de mi parte, dispuestos a mantenerla en secreto. Yo desengañé al emisario, diciéndole que en el fusilamiento no hubo simulación y que la sentencia se había cumplido”15.Tomás López Zafra, que había sido secretario del juzgado especial instructor del sumario, negaría la intervención especial de Prieto en víspera del cumplimiento de la sentencia, a no ser que se refiriera a otra intervención anterior de Prieto en el mes de agosto, sobre la que él mismo habla16. La lectura de los escritos y discursos de Manuel Hedilla, recopilados recientemente17, no hace sino corroborar la insistencia con que dentro de la Falange se hacía referencia a un José Antonio simplemente “ausente” y al que se aludía siempre como el “Caudillo”: “Y entre balazos y martirios de un lado y silencios hipócritas de otro, aparecía de pronto la hermosa y soberbia figura de nuestro Caudillo lleno de aquella arrogancia viril, (…) un enviado celeste, con su camisa azul, sus fuertes puños de atleta, su noble y alta frente destacada” – evidentemente no se retrataba a Franco – clamaba la oratoria de Hedilla para terminar con un voto de fidelidad a “José Antonio, en su ausencia”18. Hace unos años, en una revisión historiográfica sobre la figura de José Antonio, Luis Alvarez Gutiérrez –también por entonces miembro del departamento de Historia Contemporánea y entre los redactores de la citada colección de Cuadernos bibliográficos– se volvía a preguntar por “las razones que pudieron mover a iniciar el proceso y ejecutar la sentencia contra José Antonio”, ya que “todo parecía aconsejar la conmutación de la pena capital” y concluía: “Queda ahí un campo abierto a la inves-14 Ibid., “Carta a don Agustín Mora. Por qué se llamó “El ausente” a José Antonio Primo de Rivera”, p. 145. 15 Ibid., p. 146.

16 En Convulsiones .., t. II, p. 145.

17 José Luis JEREZ RIESCO (comp.), La Falange del silencio. Escritos, discursos y declaraciones del II Jefe Nacional de la Falange, Madrid, Ediciones Barbarroja, 1999.

18 Alocución de Manuel HEDILLA (16 febrero 1937), en La Falange del silencio, pp. 107-115.

78 Cuadernos de Historia Contemporánea 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol tigación”19. Treinta años después no parece haberse añadido nada nuevo. Las mismas dudas y las mismas fabulaciones, entre las que incluye, entre otros Tusell atribuyéndole la autoría o la transmisión de la noticia al propio Franco, aquella según la cual “José Antonio había sido secuestrado y castrado por los rusos, con lo que probablemente exteriorizaba su acomplejada aprensión hacia él”20.

3. El diálogo entre Menéndez y Danzi siguió por la información, evidentemente exagerada por parte del primero, del número de afiliados que tenía la Falange – nada menos que “alrededor de seiscientos mil” – y por el modelo de España que se quería construir, “la gran España falangista, esto es, fascista”. Aquí el italiano interrumpió:

Cuanto usted me dice está en contradicción con las declaraciones que hizo el otro día Su Excelencia el Jefe del Estado a los periódicos americanos. Si he entendido bien, el Generalísimo ha dicho que la España de mañana no será fascista en el estricto sentido de la palabra. [La respuesta no era fácil:] Esto me lleva a un terreno muy delicado. Pero, con todo, no dudo en entrar en él. Confío de todos modos en su discreción. El Generalísimo Franco ha hecho tales declaraciones para los ingleses. Él estima mucho la amistad inglesa. El día más bello de su vida será aquel en que los ingleses reconozcan al gobierno de Burgos. Nosotros estamos en los antípodas. Inglaterra quiere una España débil, una España frágil. Nosotros la queremos fuerte y potente. Estamos convencidos de la necesidad de una colaboración cada vez más estrecha entre Italia y España, especialmente por cuanto se refiere al Mediterráneo.

Fuera de esto, cuanto Franco pueda decir o hacer, no nos preocupa. Franco es el hoy. Nosotros somos el mañana. Franco es un hombre honesto y capaz, militarmente hablando, pero en absoluto está a la altura de los cometidos a que debe atender tener el Jefe de un Estado.

No tiene, por otra parte, gran entusiasmo por nuestra revolución en el pleno sentido de reivindicación de los sagrados derechos del trabajo. No tiene ninguna experiencia y carece de cultura histórica y política. Está en una relación demasiado íntima de amistad y de reconocimiento con los representantes del capitalismo y del militarismo español. Se mantiene sobre todo como el amigo de Gil Robles. Pero la Falange no permitirá jamás que Gil Robles regrese a España. Si Gil Robles volviese a España lo sentiré mucho por él.

La fisura entre ese sector de la Falange y el gobierno quedaba perfectamente clara. Las decisiones inmediatas –el decreto de Unificación– y la reacción de ese sector de la Falange –la llamada “noche de los cuchillos largos” de Salamanca– que supuso la condena a muerte, luego rebajada a su prisión en Canarias, del “sucesor” de José Antonio, Manuel Hedilla, marcaron rasgos claramente definidores del régimen de Franco. Desde luego lo que no sabía Menéndez es que desde al menos un 19 Luis ALVAREZ GUTIERREZ: “Ensayo bibliográfico sobre José Antonio”, en Estudios de Historia Contemporánea, Madrid, CSIC. Instituto “Jerónimo Zurita”, 1976, tomo I, p. 479.

20 TUSELL: Franco en la guerra civil, p. 146. Cuadernos de Historia Contemporánea 79 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol mes antes Danzi estaba al corriente de lo que pensaba Franco al respecto, tras haber consultado con él mismo sobre esta importante cuestión. Está perfectamente claro en el texto del telegrama que Danzi cursa el 9 de enero, cuyo texto traducido dice:

“Adhiriéndose a mi propuesta, el general Franco ha decidido fundir las asociaciones políticas de las cuales él será el jefe oficial. Merced a tal iniciativa el general Franco se presentará como fundador para actuar en una vasta reforma y buscará de obtener la fusión de los partidos en un organismo político sobre la plantilla del partido fascista” 21. Evidentemente Danzi jugaba con ventaja.

4. La última cuestión planteada por Danzi era también una carga de profundidad para su interlocutor: “Perdone, señor Menéndez, si le interrumpo. Quisiera saber, a título de mera curiosidad, si los fusilamientos en masa que suceden en los enclaves ocupados por los nacionales vienen dispuestos por la Falange. He sabido, recientemente, de diversos fusilamientos llevados a cabo por falangistas en la zona de Málaga”. La operación sobre Málaga se había producido precisamente en los primeros días de 1937, con importante participación italiana, en un total de nueve batallones al mando del general Roatta, que antes había sido jefe del servicio secreto militar italiano. La tarde del 7 de febrero algunas unidades italianas ya estaban dentro de la ciudad. En los días posteriores, tomada completamente, Málaga fue objeto de una durísima represión, sólo comparable a la que se produjo tras la toma de Badajoz.

¿Fueron falangistas sus principales actores y responsables, como afirmaba Danzi? Inmediata la respuesta de Menéndez:

Hacia tal pregunta respondo de la forma más rotunda que está prohibido a los falangistas fusilar sea a quien sea. Usted habrá asistido probablemente a episodios de reacción totalmente personal de gente cuyos familiares hubiesen sido masacrados por los rojos. Pero yo le aseguro que los falangistas pueden desde luego arrestar y entregar prisioneros a la autoridad constituida. Pero, en su doctrina, la Falange es absolutamente contraria a las masacres.

Falange debe tener sus mártires. Tiene sus mártires. Tiene sus caídos. Pero no puede ejercer el papel de verdugo. Esto, sobre todo, en previsión de un mañana en el cual se deberá examinar la necesidad de admitir en las filas de la Falange a centenares de millares de trabajadores que hoy, de buena fe o no, militan bajo las banderas de Moscú, de la FAI o de otras organizaciones rojas. A este propósito le diré que estamos al corriente del trabajo que se está haciendo para hacer comprender al pueblo español cómo, en antítesis del comunismo, existe un gran ideal de justicia y de dignidad humana. Estaremos verdaderamente felices de asociarnos con usted, de poder colaborar con usted en esta preciosa obra que se podría calificar verdaderamente de “civilización”. Ella puede aconsejarnos y encaminarnos.21 Texto original: Aderendo mia proposta generale Franco ha deciso fondere associazione politica di cui egli sarà capo ufficiale. Mercè tale iniziativa generale Franco si farà fondatore attuare vasta riforma e cercherà ottenere fusione partiti in un organismo político su falsariga partito fascista. Telegrama núm. 78 (9 enero 1937), en Fascistas en España. La intervención italiana en la guerra civil a través de los telegramas de la Missione Militare Italiana in Spagna, ed. de Javier TUSELL e Ismael SAZ, Madrid, CSIC. EEHA en Roma, 1981, p. 88. 80 Cuadernos de Historia Contemporánea 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol [Final del coloquio:] Interpreto cuanto usted me dice, señor Menéndez, como expresión de cortesía que le agradezco. Pero no creo que usted y sus colaboradores tengan necesidad de consejeros. Por cuanto he podido comprobar, la actividad propagandística de la Falange está muy bien organizada e implantada.

Menéndez: De todos modos, el señor Hedilla hablará de todo esto con usted.

Danzi: Ayer tarde, señor Menéndez, Radio Madrid ha hablado de un coloquio mantenido entre Hedilla y el jefe de los tradicionalistas. ¿No es verdad?

Menéndez: Creo que es prematuro hablar de esto. Mi opinión es que los requetés acabarán por fundirse con nosotros de la misma manera en que el Nacionalismo se fundió con el Fascismo tras la Marcha de Roma. Tras lo cual daremos un Gobierno a nuestro país.

La entrevista de Danzi con Hedilla se produciría sin más consecuencias que las que ya sabemos, entre ellas las dramáticas para el hasta entonces sucesor de José Antonio y para la propia inserción de la Falange en el modelo autocrático afirmado en torno al general Franco. Terminemos con unas palabras de Javier Tusell, a cuya memoria también estas líneas quieren rendir homenaje: “Hubo un partido que, al principio, tuvo la pretensión de ser el único ocupante del escenario político y el inspirador de la acción del régimen en sus aspectos esenciales. La verdad es, sin embargo, que desde una etapa inicial esa pretensión se vio derrotada (…) El partido no había conquistado al Estado, sino que había sucedido exactamente lo contrario”22. Javier TUSELL, “Introducción al franquismo”, en Fascismo y franquismo cara a cara. Una perspectiva histórica (eds. J. Tusell, E. Gentile, G. Di Febo y coord. Por S. Sueiro), Madrid, Biblioteca Nueva, 2004, p. 30.

Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.5ª parte.

España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol


Manuel ESPADAS BURGOS

Instituto de Historia. CSIC mespadas@ih.csic.es

De la misma manera que agradecí la deferencia que para mí fue la invitación a participar con mi palabra en el homenaje que la Facultad de Geografía e Historia tributó el pasado mes de mayo de 2006 a dos amigos tan apreciados como Guadalupe Gómez-Ferrer y Antonio Fernández, tengo de nuevo que hacerlo a la invitación que ahora recibo de sumar unas páginas al volumen que con el mismo motivo de su jubilación–administrativa que no, por fortuna, intelectual ni docente– le ofrecen amigos y compañeros de la Facultad.

Tanto por la especialidad de ambos como por el propio campo de atención y de ejercicio de la mía, he elegido un apunte para un tema que precisamente a causa del setenta aniversario de aquel momento histórico, el más dramático de nuestra reciente historia, que fue la guerra civil, está hoy de nuevo en la atención del debate histórico y en los propósitos de una renovada investigación. Una de mis áreas de atención, acentuada por una larga estancia en Roma, ha sido la Italia contemporánea y especialmente las relaciones hispano italianas. Por lo que se refiere a los años treinta y, en concreto, a la guerra civil esta atención se materializó en un interesante –y creo que historiográficamente rentable– proyecto como fue la colección de Cuadernos bibliográficos de la guerra de España que dirigiera el profesor Vicente Palacio Atard y publicara el departamento de Historia Contemporánea. En ella también participó uno de los destinatarios de este volumen de homenaje, Antonio Fernández. Entre otros objetivos, me interesé allí especialmente por la intervención de Italia en la guerra civil y por el amplio testimonio de tantos italianos en nuestro suelo, caso por ejemplo de Maurizio Bassi, Guido Mattioli, Giovanni Pesce, Sandro Volta, Filippo Anfuso, Sandro Piazzoni o figuras de mayor protagonismo como Pietro Nenni o Roberto Cantalupo, primer embajador de Italia ante el gobierno de Franco. En años posteriores, en Roma, los fondos del archivo del Ministero degli Affari Esteri así como del Archivio Centrale dello Stato me han proporcionado documentación sobre la que elaborar algunas aportaciones. Me centraré en un documento, procedente de este último fondo y correspondiente a la documentación allí 1 Sobre prensa y propaganda, en las dos zonas en conflicto pero especialmente en la franquista, ha publicado numerosas aportaciones Alejandro PIZARROSO QUINTERO. Entre ellas: “La propaganda radiofónica italiana en la guerra civil española”, en Haciendo Historia. Homenaje al profesor Carlos Seco, Madrid, Universidad Complutense, 1989, pp. 563-572; “Intervención extranjera y propaganda exterior de las dos Españas”, Historia y Comunicación Social, 6 (2001), pp. 63-96.72 Cuadernos de Historia Contemporánea 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol conservada del Ministero di Cultura Popolare. Se trata de un coloquio en Salamanca, en la sede del Ufficio Stampa e Propaganda que, formando parte de la Missione Militare Italiana in Spagna y dependiente de la representación diplomática que presidía Roberto Cantalupo, se creó en dicha ciudad en diciembre de 19361. En el coloquio participan el director de dicho centro de la propaganda italiana en España, Guglielmo Danzi2, un periodista, amigo de Galeazzo Ciano, el ministro de Exteriores y yerno de Mussolini, y el coronel Tito Menéndez Rubio3, miembro del Directorio General y Jefe de Propaganda de Falange Española, hombre muy cercano a Manuel Hedilla, por entonces jefe de la Falange en “ausencia” de José Antonio. Danzi desempeñó la dirección de este centro desde mediados de diciembre de 1936 al 15 de julio de 1937, en que le sucedería el responsable de la sección de radio, Lamberti Sorrentino, que trasladaría tal oficina a San Sebastián, para desde allí volver a Salamanca en enero de 1938, ahora dirigida por el cónsul Carlo Bossi. Hay que recordar para la exacta ubicación de este coloquio el clima que habían creado en el seno de la Falange la prisión de José Antonio y su posterior fusilamiento, la confirmación de Manuel Hedilla como Jefe de Falange (2 Septiembre 1936) o decisiones del gobierno de Franco como el decreto de 20 de diciembre de 1936 que militarizaba a las diversas “milicias” combatientes, poniéndolas en la jurisdicción del código de justicia militar y bajo el mando directo de militares profesionales. Cuando se reorganiza el departamento de Prensa, el delegado nacional de Propaganda va a ser el citado Tito Menéndez Rubio.

1. Vayamos al documento, para fijarnos en sus puntos más interesantes:

Me complace informar a ese Ministerio de que en la tarde de ayer, 28 de febrero, he recibido la visita del señor Menéndez Rubio, miembro de la Jefatura Nacional y Jefe de Propaganda de la Falange Española, que me visita en nombre de Manuel Hedilla para manifestarme el deseo de los Jefes de la Falange de establecer contactos con el Partido Nacional Fascista. El señor Menéndez Rubio ha añadido, explicándome las razones de su visita, que los dirigentes de la Falange no son precisamente convencidos fascistas en el sentido originario –es decir, italiano– de la palabra, y de los devotos admiradores de Mussolini, pero están convencidos de que el futuro prestigio y la futura potencia de la Nación española procederán de una política totalitariamente italófila. Esta certeza impele hoy a los hombres representativos del Falangismo a encaminar sus pasos para hacer conocer a los italianos cuáles son el verdadero rostro y la verdadera alma de la Falange Española. Tito Menéndez Rubio me ha anunciado la próxima visita de Manuel Hedilla, jefe provisional de la Falange, el cual desea manifestarme su deseo de “hacer saber a Roma que pese a que los alemanes habían ayudado al movimiento falangista e intentado estrechar fuertes vínculos entre nazismo y falangismo, mientras que los italianos hasta hoy mismo se han desinteresado absolutamente de la Falange, ellos han intentado siempre con respecto a los jefes nazis mantener una actitud de cortés prudencia porque piensa que si la Falange precisa de una paternidad espiritual.

2 Guglielmo DANZI fue autor del libro Europa senza europei?, con prólogo de Benito Mussolini (Roma, Edizioni Roma, S.A.).

3 En otras ocasiones aparece como Meléndez. Así en Joan THOMÀS: Lo que fue la Falange, Barcelona, Plaza&Janés, 1999, pp. 119 y 133. Cuadernos de Historia Contemporánea 73 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol soliniana”. “Nosotros pensamos –me ha dicho el señor Menéndez– que la diferencia entre Hitler y Mussolini estriba en esto: Mussolini ha hecho Italia, mientras Alemania ha hecho a Hitler.

Fue este precisamente uno de los temas más controvertidos en el seno de las relaciones ítaloespañolas durante la guerra y, especialmente, en sus primeros meses. Una cosa era la ayuda, no sólo la material que todavía muchos años después se consideraba excesiva para los recursos de Italia4, sino la especialmente significativa en hombres, donde la participación italiana superó a la de cualquier otro país, si bien al principio fuera reticente y condicionada a lo que hicieran otros gobiernos5. Las “confidencias” de Roberto Cantalupo dejan muy clara la resistencia inicial de Mussolini a prestar la ayuda solicitada por Franco6. Cosa distinta era el modelo político o la sintonía ideológica con los protagonistas del levantamiento militar a la hora de diseñar un nuevo Estado7, pues como afirma un especialista en el tema como Gianluca André, en Roma no existió ningún programa concreto de fascistización de España. Ideas de este género fueron ciertamente acariciadas en los ambientes más ortodoxos del Partido, especialmente en la medida en que aumentaba la participación italiana en la guerra civil, pero –y esto es lo que cuenta– aquellas ideas no fueron seriamente recibidas por quien tomaba las decisiones, Mussolini, y todavía menos por quien era el encargado de aplicarlas, es decir, Ciano8.La actitud de Italia contrastaba con “la voluntad decidida de Falange de llegar al poder” que había hecho manifiesta el propio Hedilla9. Las reservas por parte de Franco eran más que expresas.

4 Vittorio VIDALI, el famoso “Comandante Carlos” del Quinto Regimiento, todavía en 1975 recordaba que “Mussolini destinó a los franquistas material bélico con tan ventajosa prodigalidad que cuando decidió entrar en aquella feroz guerra que llevó a Italia al abismo, el ejército italiano se encontró gravemente carente de medios, de municiones y de material de apoyo” (Prólogo a Berardo TADDEI: Veronesi nella Spagna repubblicana, Verona, 1975, p. 5).

5 Decisión que ha quedado bien analizada en obras como las de Ismael SAZ: Mussolini contra la II República, en especial la tenida como “marcha atrás” del gobierno francés tras su primera decisión de ayudar al gobierno de Madrid (p. 201). Si bien en material de guerra los efectivos alemanes fueron superiores, los más de ocho mil miembros de las milicias encuadrados en las camisas negras y los dos mil miembros del ejército regular, al mando de 257 jefes y oficiales en los primeros, y de 96 militares profesionales para los segundos, eran claro exponente en 1937 de esa importante presencia italiana en el conflicto.

6 Roberto CANTALUPO: Fu la Spagna. Ambasciata presso Franco (febbraio – aprile 1937), Milano, Mondadori, 1948.

7 Redactando estas líneas, al consultar el estudio de Javier TUSELL: Franco en la guerra civil española.Una biografía política (Barcelona, Tusquets, 1992), veo que ha tenido conocimiento de este documento en la versión que se encuentra en los fondos del Archivio del Minstero degli Affari Esteri, dentro de la sección Ufficio Spagna y que parece diferir en algún punto concreto, teniendo en cuenta que sólo cita algunas frases de la larga entrevista, de la transcripción, naturalmente en italiano, que utilizo para estas líneas procedente del fondo del Ministero de Cultura Populare, en el Archivio Centrale dello Stato, como por ejemplo la fecha de la reunión (1 de marzo) y el nombre del interlocutor español que unas veces aparece como Menéndez y otra como Meléndez.

8 Gianluca ANDRÉ: “L’intervento in Spagna e la politica estera fascista”, en Manuel ESPADAS BURGOS (coord.), Italia y la guerra civil española, Madrid, Centro de Estudios Históricos. CSIC, 1986, p. 25.

9 Javier TUSELL: Franco en la guerra civil, p. 102. 74 Cuadernos de Historia Contemporánea 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol De la conciencia que se tenía del lado falangista respecto de ese aparente o real desinterés de Italia son muy claras las siguientes palabras de Menéndez:

Vengo a expresarle mi admiración y la de Hedilla por cuanto ustedes, italianos, están haciendo en pro de nuestra Patria. Admiración y reconocimiento de los españoles. Como falangistas, por otra parte, nos ha apenado constatar que Italia hasta ahora ha demostrado ignorar el valor de nuestro movimiento.

Danzi: Puedo asegurarle, señor Menéndez, que cuanto usted opina está totalmente lejano de la realidad. Basta hojear los diarios y las revistas italianas para convencerse. El falangismo ha suscitado desde hace tiempo no sólo la simpatía de nuestra juventud sino también el atento interés de los estudiosos y de los intelectuales. Los “puntos” de la Falange han sido traducidos y comentados por un joven escritor toscano y el libro editado –me parece– por Valdecchi, de Florencia, ha tenido amplísima difusión. En los cines italianos se han proyectado largos documentales sobre las organizaciones falangistas10.

El nombre de José Antonio Primo de Rivera es muy conocido entre nosotros. Pero la intervención italiana en España tiene grandiosos planteamientos ideales que superan hombres y circunstancias. Es la intervención de una civilización en defensa de otra civilización amenazada. Digamos sencillamente en defensa de una civilización hermana. El hecho en sí de que estemos aquí, consagrando con la sangre vertida nuestra presencia, atestigua que nosotros os reconocemos a vosotros, españoles, todos los medios necesarios para reconstruir mañana vuestra Patria liberada del bolchevismo. Pero el honor y el peso de la reconstrucción deberán descansar totalmente sobre vuestras espaldas. Doy por supuesto que estáis muy sensibilizados de ello. En la extrema reserva de Italia respecto a la política interna de la España Nacional debéis apreciar una prueba no sólo de nuestro leal desinterés, sino incluso de nuestra confianza en vosotros.

Menéndez: Para mí es una verdadera alegría oiros decir tales cosas. Pero creo percibir que hasta el momento ha faltado entre nosotros y el Fascismo cualquier contacto directo bien sea de carácter informativo, cultural o espiritual, por mucho que nosotros hubiésemos deseado tenerlo; y la prueba de cuanto afirmo está en el hecho mismo de queyo haya venido a informarle de que Hedilla se sentirá muy satisfecho de conocerle y de hablar con usted.

Danzi: Será un honor para mí encontrarme con el señor Hedilla

Menéndez: ¿Cómo cree usted que podría tener lugar ese encuentro?

Danzi: El señor Hedilla no tendrá más que comunicarme la hora en que mejor le convenga pasar por aquí y yo estaré dispuesto a atenderle

Menéndez: ¿No sería mejor buscar para este encuentro un “terreno neutro”? Se podría, por ejemplo, organizar una excursión al campo y encontrarse, como por casualidad, en cualquier pueblo vecino …

10 Ver Alejandro PIZARROSO: “La propaganda cinematográfica italiana y la guerra civil española”, en Fernando GARCÍA SANZ (coord.), Españoles e italianos en el mundo contemporáneo, Madrid, CSIC, 1990,pp. 263-278. También, Renato MORO: “L’immagine del franchismo nei cinegiornali e nei documentari dell’Italia fascista”, en Fascismo e Franchismo. Relazioni, immagini, rappresentazioni, a cura di Giuliana di Febo e Renato Moro, Rubbetino Editore, 2005, pp. 277-305.Cuadernos de Historia Contemporánea 75 2007, vol. Extraordinario, 71-80 Manuel Espadas Burgos España, 1937. Acotaciones a un diálogo ítaloespañol.

Danzi: ¿Y por qué, señor Menéndez? Creo que la mejor cosa para el señor Hedilla sería honrar con su visita nuestros despachos. Aquí vienen todos: funcionarios del gabinete del Jefe del Estado y militares, periodistas y políticos. Es un continuo ir y venir de personas. Yo he establecido, entre otras cosas, incluso un pequeño “centro de información sobre el Fascismo”. Nada más natural que el Jefe de la Falange venga a visitar nuestras instalaciones. ¿No le parece?

Menéndez: Lo considero muy justo. Pero como hace muy pocos días el señor Hedilla ha declinado una invitación de los alemanes para acercarse a visitar su “Oficina de Prensa y Propaganda …

Danzi: El señor Hedilla puede venir aquí cuando quiera y puede también cumplir con los alemanes cuando mejor le parezca

Menéndez: ¡Ya! En suma, a usted no le agradaría ver a Hedilla fuera de aquí

Danzi: No es cuestión de gusto, sino de oportunidad. No está entre mis funciones la de asumir la iniciativa que usted me propone …

Menéndez: Queda entonces acordado que el señor Hedilla vendrá a verle. Le comunicaremos por teléfono el día y la hora. ¿Usted no conoce a Hedilla, verdad? Le diré en dos palabras quién es. Se trata de un trabajador auténtico, de un autodidacta. Estuvo entre los primeros en adherirse al movimiento. Era el jefe de la Falange en Santander. Honrado, limpio, valeroso, lo hemos elegido como símbolo de rectitud moral en espera de que, aniquilado el bolchevismo, José Antonio Primo de Rivera recupere su puesto. Entonces Hedilla volverá a ser un simple militante.

Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.4ª parte.

Con los carlistas virtualmente fuera de juego tras el destierro de España de su líder Manuel Fal Conde, el generalísimo decidió que había llegado el momento de acabar con la autonomía de la Falange. La Falange estaba ahora dirigida provisionalmente desde el inicio de la guerra por Manuel Hedilla, un ex mecánico gallego. Hedilla trataba por todos los medios de hacer de la Falange un movimiento totalmente independiente del Ejército. Eso significaba el enfrentamiento directo con Franco. El 17 de abril de 1937 Hedilla asumió la jefatura oficial de la Falange. Pero se encontraba completamente aislado y no tenía la preparación ni la capacidad necesaria para ocupar ese cargo. Sólo dos días después Franco anunció el decreto de unificación de la Falange y el carlismo en un movimiento nacional bajo su propia dirección llamado FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas). Hedilla se resistió y osó desafiar la autoridad de Franco. Fue detenido, juzgado y condenado a muerte aunque posteriormente se le conmutó la pena por la de cadena perpetua que cumpliría en las islas Canarias. Así terminó la llamada "conspiración de Hedilla". La boina roja de los carlistas y la camisa azul de la falange ya eran un solo uniforme. Franco habia asegurado así el triunfo de su conservadurismo autoritario y la unidad de sus seguidores, se habia erigido en dictador absoluto subordinando todos los grupos políticos a su voluntad.


La nueva España nacional con su flamante "Movimiento" al frente no alcanzó gran desarrollo en 1937. Carecía de ideología propia. La Falange era ahora un apéndice del ejército, el periódico del partido, "Arriba España" un simple medio de comunicación al servicio de Franco. Los responsables del carlismo en el consejo nacional eran todos del ala moderada y habían aceptado el decreto de unificación. De hecho, la Falange y los carlistas permanecieron marginados en todos los sentidos excepto en el formal, los movimientos juveniles respectivos no levantaron cabeza. A los monárquicos alfonsinos, por contraste se les veía pululando alrededor de los generales tratando de obtener algunos pretendidos apoyos a favor de su anhelada restauración monárquica.

En el aspecto militar 1937 fue un nuevo año de triunfos para la causa. Si bien en los primeros meses todos sus ataques a Madrid habían fracasado, a partir de abril con el inicio de las operaciones en el norte republicano y su total conquista a finales de octubre y el rechazo firme de las contraofensivas republicanas del verano hacían posible vislumbrar que la guerra podría ganarse en el nuevo año. Aunque en diciembre una nueva contraofensiva republicana había tomado posiciones frente a Teruel Franco se encontraba cada vez más en una posición de clara ventaja frente a sus enemigos. Esta era, pues, la situación de la España nacional a finales de 1937.

Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.3ª parte.



Con fecha «abril 1937» se publicó en Guipúzcoa («en los talleres de la Excma. Diputación de Guipúzcoa, en la 'Nueva Editorial S. A.', Casa Navarro y del Teso y en la 'Editorial Itxaropena' de Zarauz») el primer número de Vértice, revista nacional de la Falange. Gran formato (355×280mm), magníficos papeles y cartulinas, impresión de lujo, subido precio («3 ptas. el ejemplar»), cuidados fotograbados, más de ciento veinte páginas (sin numerar), buena parte de ellas ocupadas por anuncios que buscaban mostrar actividad económica y apoyos empresariales, fotografías, dibujos a todo color, mapas, partituras, textos de Federico de Urrutia, Dionisio Ridruejo, Carmen de Icaza, Martín Almagro, José María Usandizaga, Benito Perojo... hasta una traducción de Aldous Huxley, &c., ofrecía, tras el Sumario, tres páginas de retratos donde, a toda plana, aparecen José Antonio, el Generalísimo y Manuel Hedilla. Primer plano del rostro del Ausente, ligeramente desenfoncado, y sobreimpreso con grandes tipos: «JOSÉ ANTONIO». Franco, montado sobre su caballo, en fotografía con dedicatoria autógrafa, fechada dos meses antes: «A la revista Vértice, Francisco Franco. Salamanca, 7-2-937», y el pie «El Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado español y Generalísimo de los Ejércitos Azules de Tierra, Mar y Aire, que desde hace nueve meses combaten por España, contra las fuerzas internacionales de la anti-patria». Manuel Hedilla, primer plano de su rostro, de perfil, con el yugo y las flechas de fondo, y dedicatoria autógrafa: «Para la revista 'Vértice' a la que deseo un gran futuro. 'Arriba España'. M. Hedilla», y un sobrio pie, «Manuel Hedilla». La cubierta es una magnífica acuarela de Carlos Sáenz de Tejada: tres blancas palomas de la Paz revolotean entre banderas: la bicolor de España, la de Falange con el yugo y las flechas de las JONS, la roja de Alemania con su cruz gamada nazi, la real de Italia con la cruz blanca sobre fondo rojo de la casa de Saboya, la de Portugal; banderas portadas triunfantes por uniformados sin armas, uno de ellos muestra la rama de olivo símbolo de la Victoria y de la vida, hasta se adivina un turbante moro en uno de los abanderados...


Pero mientras en Guipúzcoa se ultimaba la impresión de este primer número de Vértice, en Salamanca se producían acontecimientos determinantes para el curso de la guerra de España, al acumular Franco la jefatura del Partido a la del Estado: el día 18 de abril se reunía el III Consejo Nacional de Falange, que ratificaba como Jefe Nacional y sucesor de José Antonio, fusilado cinco meses antes, al austero Manuel Hedilla... mientras Ernesto Giménez Caballero redactaba a toda prisa el Decreto de unificación, que firmaba Franco el día 19 y era publicado por el Boletín Oficial del Estado de 20 de abril de 1937, disponiendo que Falange Española y Requetés se integren, bajo la Jefatura de S. E. el Jefe del Estado, en una sola entidad política, de carácter nacional, que se denominará «Falange Española Tradicionalista de las JONS» quedando disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Manuel Hedilla, Martín Almagro y otros falangistas fueron detenidos; Hedilla fue condenado a muerte, y aunque se le indultó, quedó apartado entonces de la vida pública. Vértice tuvo que añadir tras la cubierta, al encuadernar su primer número, media página vertical con el siguiente texto: «¡¡muy importante!! Las disposiciones recientísimas del Jefe del Estado unificando a la Falange y al Requeté, que habrán conmovido a todo el ámbito nacional en un profundo sentimiento de españolismo, nos han sorprendido con el primer número de Vértice a punto de salir a la calle. Y como el proceso de tirada de las portadas en color es muy duradero y complicado, no nos es posible preparar otras cubiertas ateniéndonos a las últimas órdenes que regulan los subtítitulos de las revistas o periódicos españoles. La primera y segunda portada están ya tiradas por entrar en máquina juntas, por lo que esperamos de las autoridades militares y del público en general nos perdonen esta aparente infracción en gracia al volumen y esfuerzo enorme que supone haber creado una revista como Vértice que no puede improvisarse y que ofrecemos emocionados a la consideración de todos nuestros compatriotas. Vértice es ya y será siempre la gran revista nacional, honra y orgullo de nuestra nueva España.» Y así, con Hedilla detenido, se difundió el número primero de Vértice, con su retrato como segunda jerarquía viva del sistema... y es que la foto de Manuel Hedilla no podía arrancarse sin más, pues ocupa el verso de la misma hoja que en su recto soporta el retrato del Jefe del Estado jinete, recien elevado a la jefatura de la nueva Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas.

El número 2 de Vértice, mayo de 1937, todavía ofrece en su cubierta como subtítulo: «Revista Nacional de la Falange», aunque impresa en tinta roja, a la izquierda del Sumario, la página titulada «la revista habla» repite explicación: «Recordamos que como el proceso de tirada de las portadas en color de Vértice es muy duradero y complicado, no nos fue posible preparar otras cubiertas que se atuvieran a las últimas órdenes que regulan los subtítulos de las revistas o periódicos españoles. Del mismo modo que la primera, la segunda portada de la revista estaba ya tirada, por lo que, como ya dijimos, esperamos de las autoridades y del público nos perdonen esta aparente infracción, que quedará subsanada a partir de nuestro tercer número, correspondiente al mes de Junio». En efecto, la cubierta del número 3 de Vértice ya pregona: «Revista Nacional de la Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S.», y en su interior se justifica el retraso de unos días en la aparición del número por la «espera obligada para recoger una completa información gráfica de la toma de Bilbao y una avería reciente en el suministro de fluido eléctrico». Aunque el número 4 prescinde en su cubierta de todo subtítulo, quizá para que mejor destaque sobre el fondo negro el dibujo de un casco de acero y la dedicatoria en letras rojas del que se presenta como número extraordinario (julio-agosto 1937, 6 pesetas): «Al Ejército.» Los retrasos obligan a tachar en la cubierta del número 5, que recupera el subtítulo ampliado, el nombre del mes de agosto, y en la página interior dedicada al Sumario se hace figurar que corresponde a los meses de «Septiembre-octubre del año 1937, II Año Triunfal»; éste Sumario destaca ahora un nombre: «Confeccionador: Tono.» Responsabilidad que en el número siguiente, el 6 (noviembre 1937), queda redefinida: «Dirección artística: Tono.» Los retrasos y dificultades se resuelven con otro número extraordinario, el 7-8 (diciembre de 1937 y enero de 1938), aunque Vértice no puede aparecer ni en febrero ni en marzo de 1938.

El número 9 (abril de 1938) hace figurar un nuevo nombre: «Director: Manuel Halcón. Dirección artística: Tono», e informa a los lectores que la revista utiliza ahora papel español, y que su precio sube de 3 a 4 pesetas: «Vértice a sus lectores. Nuevamente Vértice asoma en estas líneas su inquietud de superación. Como así prometió a sus lectores en el primer número, ni hemos regateado esfuerzos, ni hemos reparado en sacrificios, para lograr que la Revista Nacional de la Falange, llegara a ser el exponente digno de nuestra Prensa y de nuestra Cultura. Ya allí anunciábamos, como una de las deficiencias que estaba en nuestro propósito el subsanar, que el papel empleado en aquellos números, sería sustituido por otro superior, vencidas las dificultades que entonces se nos oponían y cuando éste pudiera ser adquirido sin recurrir a la importación del extranjero. Desde ahora, Vértice aparecerá, editado con papel 'couché' fabricado especialmente por 'La Papelera Española', y su precio será de cuatro pesetas. Esperamos que el público acogerá con satisfacción esta diferencia de precio ampliamente compensada, orgullosos todos los españoles de que la Revista Nacional de F. E. T. y de las JONS, haga llegar nuestra voz a todos los rincones del mundo, en un marco y en una tribuna, digna de la Nueva España de Franco. ¡Arriba España!» El último número de 1938 (el 17, diciembre), es también el último en el que figura Tono a cargo de la dirección artística (es decir, el fecundo dibujante y escritor Antonio Lara de Gavilán, Jaén 1896-Madrid 1978).

Manuel Halcón Villalón-Daoiz (Sevilla 1900-Madrid 1989) siguió dirigiendo Vértice durante todo 1939, el «Año de la Victoria», una vez terminada la guerra el 1º de abril de 1939 (los números 18, 19 y 20, de enero, febrero y marzo, hacen figurar: «III Año Triunfal»; a partir del nº 21, abril de 1939: «Año de la Victoria»). El último número de 1939 (el 27, noviembre-diciembre) informa del nuevo domicilio de Vértice, que se ha trasladado de San Sebastián a Madrid (Avenida de José Antonio, nº 62).

En el primer número de 1940 (el 28, impreso en Sucesores de Rivadeneyra, Madrid), figura ya el nombre del nuevo director de Vértice, Samuel Ros (Valencia 1904-Madrid 1945), quien sigue en el puesto en el último número del siguiente año (50-51, noviembre-diciembre 1941). Vértice se mantuvo hasta que la Delegación de Prensa y Propaganda de la F.E.T. y de las J.O.N.S. decidió dejar de publicarla, a principios de 1946, número 83. Contó la revista con varios suplementos, números dobles y extraordinarios.

Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.2ª parte.


Como Hedilla convocó un consejo nacional en Burgos,el 13.4.37,para que un nuevo jefe nacional ejerciese el cargo hasta que regresara José Antonio,cuando todos sabían que estaba muerto,el 16.4 Agustín Aznar,y otros jefes falangistas,se reunieron en Salamanca con el objetivo de suprimir la Junta de Mando Provisional,y sustituir a Hedilla por un triunvirato (Aznar,Dávila y Moreno),con Garcelán como secretario;acusando a Hedilla de desleal,inepto,etc.Este triunvirato fue recibido por Franco,mientras Hedilla era recibido por el coronel Antonio Barroso.


En la noche del 16.4,cuando los partidarios de Hedilla intentaron destituir al triunvirato,murió un falangista por cada bando.Hedilla recuperó el control,y el 17.4 convocó el consejo nacional,para adelantarse a los proyectos unificadores de Franco.Ordenó además la detención de algunos falangistas partidarios del triunvirato,mientras Franco ordenaba la suspensión de todos estos actos,con orden concreta de que se vigilase a la Falange de Valladolid.

El 18.4 se inició el que fue último Consejo Nacional de Falange de las JONS,y Hedilla defendió su gestión,criticó al triunvirato,sugirió que se nombrase un jefe nacional y se negociara con Franco un futuro partido unificado.

Hedilla fue elegido jefe nacional con diez votos,con ocho abstenciones,y un voto a otros cuatro candidatos.Los votantes sabían ya que Franco se autoproclamaría jefe nacional de un “partido unificado”,(Falange y carlismo),y esa misma noche Franco leyó en Radio Nacional un discurso,escrito en su mayor parte por Giménez Caballero,con el que anunció el Decreto de Unificación,al servicio de la Revolución Nacional.

El 19.4.37 se publicó el Decreto de Unificación,y pocos días después Franco consiguió el cese de von Faupel como embajador alemán,por su proximidad a los falangistas radicales.

Desde el inicio de la guerra el gobierno republicano había ido perdiendo autoridad,y los sindicatos izquierdistas fueron ganando competencias,por lo que Franco no quería disidencias políticas en su zona.Desde noviembre los obreros de la zona republicana incautaron fábricas y tierras,y comités de partidarios del Frente Popular se hicieron con muchos Ayuntamientos,por lo que la imagen internacional de la II República se estaba deteriorando por las incautaciones de fábricas y tierras,colectiv izaciones,asesinatos políticos y tribunales populares organizados por las milicias izquierdistas,que ejecutaban presos políticos,asesinaban en masa (Paracuellos del Jarama),con violencia anticlerical,etc.El 17.5.37 Largo Caballero fue sustituido por Juan Negrín,que siguió perdiendo la guerra,no sólo por la superioridad material del ejército de Franco,sino por la anarquía política,por enfrentamientos entre socialistas y comunistas.

Serrano Súñer,cuñado de Franco,había desplazado a Nicolás Franco,y como consejero político de Franco estaba encargado de institucionalizar el nuevo Estado,y el “partido unificado”,sin que fuese partido franquista,para no enemistar a Franco con Mola,Queipo de Llano y Cabanellas.

El nuevo estado exigía unificar a monárquicos alfonsinos,tradicionalistas,carlistas,falangistas, ejército e Iglesia católica,y Serrano Súñer quería que el núcleo unificador fuese la Falange.El Decreto de Unificación del 17.4.37 unificó,por eso,a Falange de las JONS con la Comunión Tradicionalista,con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las JONS,que debía absorber a Renovación Española,Partido Nacionalista Español, y CEDA.Esto retrasaría además la solución inmediata de la cuestión dinástica,ya que no se oponía a los monárquicos alfonsinos.Casi nadie se opuso al decreto,y el sector navarro del carlismo,y ex cedistas,mostraron su apoyo:Gil Robles puso Acción Popular al servicio de Franco,y Falange se resignó,ante la posibilidad de que se institucionalizase el Estado nacional sindicalista.

Franco ordenó a las divisiones militares que impidieran cualquier desacato al Decreto de Unificación,por el que asumía la jefatura nacional de la Falange,mientras determinados mandos falangistas intentaron contrarrestar estas órdenes.

El 22.4 Franco constituyó,también por decreto,el Secretariado y Junta Política del partido unificado,nombrado a la mitad de sus miembros (Hedilla,conde de Rodezno,Giménez Caballero,etc).Hedilla dejaba así de ser jefe nacional,para ser miembro de la Junta Política,mientras varios “camisas viejas” le aconsejaron que no aceptara el cargo:lo que hizo.

El 25.4.37 Hedilla y otros jefes falangistas fueron detenidos,y el 9.5 se les abrió proceso judicial,acusados de querer desplazar a Franco del mando civil y del poder político de la España Nacional,incluso por métodos violentos;desacato y rebeldía al Decreto de Unificación;telegramas a las jefaturas provinciales para que sólo se obedeciera a Hedilla;envio de emisarios para que se protestara contra el Decreto de Unificación;ocultación de fondos de Falange y de armamento;resistencia armada a las órdenes de disolución de Falange Autónoma,etc.

Se produjeron manifestaciones a favor de Hedilla en San sebastián e Irún,las autoridades militares impidieron las de Zamora,Valladolid y Logroño y von Faupel,aún embajador alemán,informó a su gobierno que Hedilla se había comprometido a oponerse a Franco

El consejo de guerra condenó,el 5.6.37,a muerte a Hedilla y a otros tres jefes falangistas,con reclusión perpétua para otros dos,veinte años de reclusión para Ricardo Nieto,diez para dos,y dos para José Luis de Arrese,que años después sería ministro del Movimiento.Se condonaron las condenas a muerte,y Hedilla fue trasladado a la prisión de Santa María (Cádiz),después a Las Palmas,donde estuvo cuatro años,siendo indultado en julio de 1941,y confinado en Baleares hasta abril de 1947.Nadie de Falange protestó.

Ni siquiera hasta abril de 1937 Falange había sido tan fascista como su homólogo italiano,y desde entonces lo fue menos.Se suprimió un punto del programa de Falange,se redactó un nuevo Estatuto,y FET de las JONS quedó como enlace entre el Estado y la sociedad,convertida en Movimiento Nacional inspirador,base del Estado español.Fueron sus militantes los afiliados a Falange y a la Comunión Tradicionalista con anterioridad al Decreto de Unificación,los admitidos posteriormente por la Junta Política,y los generales,jefes, oficiales y clases de los tres ejércitos:con depuraciones entre los que se afiliaron desde julio de 1936 a abril de 1937.

El jefe nacional y supremo caudillo del Movimiento asumía la más absoluta autoridad,siendo responsable sólo ante Dios (que no existe) y ante la Historia.

Pasaron varios meses hasta que se reconoció la muerte de José Antonio.

A comienzos de febrero de 1938 Franco nombró su primer gobierno,con Serrano Súñer como ministro de Orden Público,cinco militares y monárquicos vinculados al Bloque Nacional;sólo dos falangistas entraron en el gobierno,uno de ellos neofalangista (Pedro González Bueno).Serrano Súñer reestructuró el Servicio de Prensa y Propaganda,y se inició la pugna entre el ministerio de Gobernación (generalmente controlado por falangistas) con el de Educación (controlado por el catolicismo político).El ministerio de Gobernación controlaba la prensa,y el propio Hitler felicitó a Serrano Súñer por este control.

A partir de julio Serrano Súñer controló también la prensa del Movimiento a través del Servicio Nacional de Prensa,hasta que en mayo de 1941 Tovar eliminó la censura para la prensa falangista.En teoría la Falange controlaba los Sindicatos Verticales,pero la gubernamental.En teoría también durante estos años el Estado fue totalitario y corporativo,siendo rojos o masones los que disentían.Pero en la práctica no fue más que un Estado personal (Franco),e incluso en el Consejo Nacional del Mov imiento,que tardó nueve meses en constituirse,o se asentía,o se era cesado,pues nadie dimitía.Y la ley del 8.8.39 otorgó a Franco la posibilidad de dictar leyes y decretos sin necesidad de deliberación del Consejo de Ministros,y menos sin obligación de consultar al Movimiento.

Pero estos poderes evitaron que España entrara en la II Guerra Mundial,pues la Falange no influyó nunca en el ministerio de Asuntos Exteriores,ni en los militares y económicos.

Resumiendo,Falange jugó un papel importante dentro de un organigrama diseñado por Franco,con el ejército y la Iglesia católica como “poderes fácticos”.

El 1.4.39 Franco firmó el último parte de guerra,y el 10.8 cambió de ministros,conservando sólo a Serrano Súñer.

 
Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion.1ª parte.

“Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual y nacional repudia también el marxismo.”


“La riqueza tiene como primer destino, y así lo afirmará nuestro Estado, mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.”

“Nos afanaremos por triunfar en la lucha con solo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina. Pactaremos muy poco.”

Estas son algunas de las afirmaciones contenidas en la llamada norma programática de FE de las JONS1, que nos ayudarán a entender un ignorado fenómeno de nuestra historia reciente: la oposición al régimen de Franco de importantes sectores del nacional-sindicalismo.

Ya, cuando un alzamiento contra el estado de cosas reinante desde el mismo 5 y 6 de mayo de 1931 se adivinaba (o se sabía) inminente, aparecía en el número 3 de No importa, “boletín de los días de persecución”, correspondiente al 20 de junio de 1936, un artículo que bajo el subtítulo, “aviso a los “madrugadores”, la Falange no es una fuerza cipaya”, decía: “no seremos ni vanguardia ni fuerza de choque ni inestimable auxiliar de ningún movimiento confusamente reaccionario; [...] cada militante en la Falange está dispuesto a dar su vida por ella, por la España que ella entiende y quiere, pero no por ninguna otra cosa.”

Cuatro días mas tarde, el mismo Jose Antonio, desde la cárcel de Alicante,afirmaba, “[...] es ofensivo para la Falange el que se le proponga tomar parte como comparsa en un movimiento que no va a conducir a la implantación del Estado Nacional-Sindicalista [...], sino a reinstaurar una mediocridad burguesa conservadora [...]”; y el 17 de julio, ante el inminente levantamiento cívico-militar, afirmaba, “nuestro triunfo no será el de un grupo reaccionario [...] al contrario; nuestra obra será una obra nacional, que sabrá elevar las condiciones de vida del pueblo, verdaderamente espantosas en algunas regiones, y le hará participar en el orgullo de un gran destino recobrado”.

Sólo dos días después, “la España que no se resignaba a morir a manos de la otra media” se había levantado en todo el territorio nacional y dominaba en buena parte del mismo. Eran momentos en los que la euforia y la angustia se mezclaban confusamente, momentos en los que la movilización militar absorvía todas las cabezas y las energías, y en los que todo proyecto particularista se sacrificaba en pos del esfuerzo común.

Pero, la masiva y caótica afluencia a las filas de Falange, de personas y personajes de muy diversas tendencias e intereses, llevó a que muchos de lo mandos y militantes mas comprometidos temieran una posible deformación y adulteración de la doctrina y el proyecto revolucionario nacional-sindicalista; de ahí que surgiera con fuerza la figura de Manuel Hedilla, quien procuró clarificar la situación de la organización dentro del movimiento rebelde, y mantener la ortodoxia de la doctrina joseantoniana. Así, a raíz del Decreto de Unificación, por el que se constituía FET de las JONS, el espíritu de rebeldía falangista fué capaz de reactivarse, estimulado por la negativa de Hedilla a asumir puesto alguno dentro de la nueva y artificial estructura político-ideológica del naciente régimen, lo que le valió ser procesado y encarcelado2.

De hecho, a finales de 1937, aparecían ya los primeros brotes activos de disidencia, bajo los nombres de Falange Española Autentica y Falange Autónoma que, mediante una serie de octavillas denunciaban el secuestro de la Falange por parte de los militares y, según el auto de procesamiento de Hedilla y otros falangistas con él detenidos, pretendían el desprestigio de Franco “por no interesar que este ganara la guerra fuera de las normas Nacional-Sindicalistas”, iniciativas que, a pesar de contar con el apoyo tácito de Dionisio Ridruejo, en esos momentos influyente intelectual en la España Nacional, y de que llegaron a preocupar hondamente a algunos responsables de la nueva y oficialista FET, apenas repercutieron en la vida política, por lo que pronto, dichas organizaciones clandestinas desaparecieron en el silencio... lo cual, no significaba que con ellas despareciera el espíritu de rebeldía. En 1939, varias facciones falangistas disidentes se ponían en contacto creando, frente a la Junta Política de FET, la Junta Política Clandestina, de la que formaban parte destacados falangistas como Luis de Caralt, Perez de Cabo o Tarduchy, además de Narciso Perales o Patricio Gonzalez que ya habían sido detenidos por su activa militancia en la FEA o en la FA. Además de la Junta clandestina, la oposición falangista se organizaba en otros pequeños grupúsculos, entre los que destacaban el creado en torno al general Yagüe o la Organización de Recobro Nacional-sindicalista (ORNS), de gran empuje revolucionario, pero que apenas llegaron a contar con apoyos cualitativa o cuantitativamente significativos. Por su parte, la Junta clandestina, desesperada, planeó en febrero de 1941 asesinar a Serrano Suñer y a Franco, a fin de reanimar la disidencia falangista pero, por una u otra causa3, los miembros de la misma decidieron desistir de su empeño.

A pesar de que el espíritu inquieto y revolucionario de muchos jóvenes quedó atenuado e incluso anulado a su regreso del frente del Este, 1945 era testigo de la creación de la Alianza Sindicalista, promovida por los infatigables falangistas Narciso Perales y Gonzalez de Canales, a la que se sumaron desde un primer momento, miembros de la CNT.

En 1949, el Consejo Político de la Vieja Guardia, entidad legal dentro del Régimen, afirmaba que “el Nacional-Sindicalismo, es la única verdad española de este tiempo; es la única posibilidad política viable y decisiva”, y que “la Falange nunca podrá contar con el apoyo de las clases poderosas, [...] si es que sigue de verdad su destino revolucionario histórico”, afirmaciones que sirvieron de llamada a la movilización para muchos falangistas que habían permanecido mas o menos conformes con el Régimen. Así, varios responsables y dirigentes de las centurias de la Guardia de Franco, Falanges Universitarias y Frente de Juventudes, entre los que destacaban Ceferino Maestú, futuro promotor de las Comisiones Obreras, que abandonaría luego desencantado por el rumbo que estas tomaban, llegaron a constituir un pequeño grupúsculo que resucitaba el nombre de la posiblemente, primera organización española de marcado carácter nacional y social: las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), fundadas en 1932; pero tanto estas, como las JANS (1952), Haz Ibérico, Cinco Rosas (años 60), o tantos otros grupúsculos de impetuoso surgimiento, desaparecieron, la mayoría de las veces, a causa de la violenta represión gubernamental y policial.

La década de los 50, fue la gran década del SEU disidente, dado el activismo revolucionario del que hizo alarde en varias ocasiones, (disturbios en varias universidades, manifestaciones, confección de informes y panfletos , por la reforma universitaria, contra la monarquía y el capitalismo, insubordinaciones y enfrentamientos al SEU oficial...), que sólo la policía y la muerte accidental de un joven falangista pudieron frenar, en parte.

Sin embargo, a finales de 1959, surgía una nueva entidad, los Círculos Doctrinales Jose Antonio, que contaba con el apoyo de importantes falangistas históricos, como Miguel y Pilar Primo de Rivera, Julián Pemartín, Lula de Lara o Gonzalez de Canales, promotor, como vimos, de la Alianza Sindicalista en 1945, y que pronto comenzaron desarrollar una intensa actividad, como la celebración de conferencias o la edición de una revista (“Es así”) y diversos estudios, además de establecer contactos con destacados sindicalistas como Marcelino Camacho, (de hecho el local del Círculo de Madrid sirvió mas de una vez como lugar de reunión para las CCOO) o la formación de organizaciones juveniles, universitarias y sindicales varias, entre las que destaca el FES, que desplegó una intensísima y valiente actividad en un ámbiente hostilizado por la extrema derecha, la extrema izquierda y las autoridades. La actividad sindical, por su parte, a pesar de la proliferación de siglas y de los contactos y adhesiones de algunos sindicalistas anarquistas fue mas bien pobre y decepcionante.

En 1970, varios grupos falangistas, consiguen articularse en la llamada Junta Promotora de FE de las JONS, pero a la muerte de Franco, son muchos los falangistas que afirman que “no veían Falange, pero si veían falangistas” y que“la Falange ha muerto”, aunque “los falangistas no, porque nos apoyamos en una ideología joseantoniana, que no ha desaparecido ni muerto, [...], ¡ya está bien de identificar a este Régimen con la Falange!”. Mas, como adelantara Jose Antonio: “la participación de la Falange en uno de esos proyectos derechistas, (en este caso, el Régimen Franquista), constituiría una gravísima responsabilidad y arrastraría su total desaparición aún en el caso de triunfo”, y sin duda, dado el evidente fracaso de este tipo de organizaciones, así parece que ha sido.

NOTAS

1 Redactada y aprobada en noviembre de 1934

2 Hedilla, junto con el general Juan Yagüe y otros destacados falangistas, tuvieron el coraje, aún en pleno conflicto, de alzar la voz reclamando justicia en todos los ámbitos, lo cual contribuyó a aumentar la desconfianza y la inquina que muchos influyentes derechistas y militares profesaban a la Falange ya antes de la guerra; es de destacar el mensaje radiado, emitido en la Nochebuena de 1936, en el que Hedilla se atrevió a decir, dirigiéndose especialmente a los falangistas: “Pero impedid con toda energía que nadie sacie odios personales y que nadie castigue o humille a quien por hambre o desesperación haya votado a las izquierdas.” y “todos sabemos que en muchos pueblos había - y hay - derechistas que son peores que los rojos. Quiero que cesen las detenciones de esa índole y, donde las haya habido, es necesario que os convirtáis vosotros en una garantía de los injustamente perseguidos”, mensaje que cerró, entre otras exclamaciones con “¡Que ninguna de las mejoras sociales conseguidas por los obreros quede sobre el papel, sin surtir efecto, y que se conviertan en realidad”, lo que constituía toda una declaración de intenciones y proyectos, que sin duda disgustaban a mas de uno. En cuanto al proceso y prisión de Hedilla consultar Testimonio de Manuel Hedilla e Historia de la Unificación de Gª Venero, claramente favorables a Hedilla y la Falange del Silencio, recopilación de diversos escritos, cartas y otros documentos de Hedilla.

3. Tanto Onrubia Revuelta en Historia de la oposición falangista al régimen de Franco en sus documentos, como Stanley G. Payne en Franco y Jose Antonio, coinciden en señalar como causa última de esta decisión, el temor de los miembros de la Junta clandestina a que los nazis aprovecharan las circuntancias para llevar a cabo la invasión de, quizás, toda la península, con la excusa de salvaguardar la estabilidad de un punto geoestratégico tan vital, y ver a la Falange convertida en una fuerza cipaya del invasor.

Cierra España.

Hedilla, Franco y el decreto de unificacion. (prensa).

The Times, 17 de junio de 1937


Londres. Don Manuel Hedilla, “Leader” de Falange Española” ha sido condenado a muerte por el Consejo Nacionalista de Guerra por conspirar contra la seguridad del Estado. De los ochenta juzgados, catorce han sido condenados a muerte y veinte a cadena perpetua... El juicio se interpreta como una victoria para otros elementos que han mantenido una vigorosa lucha contra la Falange, cuyos ideales políticos y sociales consideran demasiado revolucionarios.

Solidaridad Obrera , 4 de Mayo de 1937

Hendaya, 3 _ Por orden expresa y perentoria del Estado Mayor de Salamanca en toda la España rebelde se desarrolla una violenta campaña para la sumisión de “Falange Española”.

Los cuadros de Mando nacionales o provinciales son perseguidos o encarcelados. Todas las organizaciones de Falange son desarticuladas. Esta campaña de excepcional importancia política, ha sido inspirada –se asegura- por el cuñado de Franco, el diputado de “Acción Popular” Ramón Serrano Suñer.

Los jefes provinciales detenidos suman más de 200. La emoción causada por estos hechos es considerable. Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, continua detenido.

FRANCO CONTRA LA FALANGE

SE HA DESENCADENADO EN LA RETAGUARDIA ENEMIGA UNA DURA Y PERSISTENTE REPRESIÓN CONTRA FALANGE ESPAÑOLA

Solidaridad Obrera, 14 de Mayo de 1937

Bayona, 13. _ Se reciben informaciones del campo rebelde español dando cuenta de una dura represión que está ejerciendo Franco entre los dirigentes falangistas a muchos de los cuales se les llega acusar de estar en relaciones con los gubernamentales. Se calcula que el número de falangistas detenidos se eleva a más de un millar

. GRAVES DISCREPANCIAS ENTRE REQUETÉS Y FALANGISTAS

ABC, 5 de Junio de 1937

San Juan de Luz, 4 10 noche. Desde el sábado último la frontera del Bidasoa, entre Irún y Hendaya, está rigurosamente cerrada por la parte española. Algunas personas provistas de salvoconducto han podido entrar en España, pero nadie ha podido salir, incluso aquellas que gozaban de una autorización permanente de entrada y salida. Se ignoran los motivos de esta brusca decisión. Se cree que está relacionada con los acontecimientos políticos que desde hace días se producen en la España nacionalista y de las divergencias surgidas entre carlistas y falangistas como consecuencia de la detención de Manuel Hedilla, jefe de Falange, que fué encarcelado el dia siguente de su elección de jefe del Consejo Nacional de las Falanges Españolas (sic) . A Hedilla le están proibidas toda clase de visitas. Incluso alcanzó la prohibición al embajador de Alemania cerca de Franco, von Faupel. Se sabe que los falangitas (sic) han comenzado a conspirar y que las medidas tomada tienden a evitar que los extremistas de Falange Española se relacionen con elementos extranjeros.

Cierra España.