domingo, 25 de octubre de 2009

La Luftwaffe, en España (5ª parte)

España, julio de 1936 el país queda dividido en dos bandos, con la mayor parte del norte del territorio, así como Sevilla y Cádiz controlada por los nacionalistas o rebeldes al mando del general Franco y el gobierno o los republicanos en poder de Madrid, el sur y el este, y el País Vasco.

Ambos bandos buscaron ayuda en el extranjero: los republicanos en la Unión Soviética, los nacionales en las potencias fascistas de Alemania e Italia. Hitler temía una intervención Anglo francesa, pero al poco tiempo facilitó varios Junkers Ju-52 con su correspondiente escolta de cazas, con los cuales se organizó un puente aéreo para transportar el grueso de las fuerzas nacionales que se hallaban en Tetuán (Marruecos) y trasladarlas a Sevilla.

EL PRIMER PUENTE AEREO


En la primera semana, estos aviones transportaron sólo 1.207 hombres. Mientras, en Alemania, se preparaba el grueso de las fuerzas, constituidas por nueve Ju-52, seis cazas Heinkel He-51 y 20 cañones antiaéreos Flak-30 de 20 mm, así como más de 100 hombres. El puente aéreo, uno de los primeros de la historia, continuó hasta el 11 de octubre, transportando en total unos 13.900 hombres y 274 toneladas de material.

Inicialmente, no se le permitió entrar en combate a la Luftwaffe, pero pronto se vieron comprometidos en la lucha. El 13 de agosto, dos Ju-52 reconvertidos en bombarderos, al mando de von Moreau, salieron de su base en Marruecos para atacar al acorazado republicano Jaime I; once días después aviones biplanos He-51 pilotados por alemanes escoltaron a los Ju-52 con tripulaciones españolas que llevaron a cabo un ataque contra una base aérea republicana en Getafe. Las primeras victorias en combates aire-aire fueron reivindicadas por los pilotos alemanes el 25 de agosto, haciendo que Hitler autorizara el empleo de personal alemán en misiones de combate, permitiendo a Franco hacer uso de su apoyo aéreo cuando sus tropas avanzaban desde Sevilla para ocupar Andalucía y amenazar la capital, Madrid.
 


El 27 de septiembre de 1936, Toledo se rindió a los nacionales. En el otoño de 1936 había 146 aviones alemanes desplegados en España, organizando sus propias formaciones, conocidas como Gruppe Eberhardt (con aviones He-51) y Gruppe Moreau (20 Ju-52 y 2 He-70F para reconocimiento aéreo). Hitler otorgó un status más regular a estas fuerzas que después serían conocidas como la Legión Cóndor. En esta fase, constaba de 120 aviones y unos 5.000 hombres.
 
Pero la Legión Cóndor no disfrutó de un éxito inmediato. Las primeras incursiones de bombardeo no consiguieron destruir las defensas republicanas en torno a Madrid, incluso en una ocasión alcanzaron a las unidades nacionales. Por esa época, los republicanos comenzaron a tener cierta superioridad aérea, gracias a los aviones suministrados (y pilotados) por los soviéticos, como los Polikarpov I-15 "Chato" e I-16 "Mosca", que escoltaban a los bombarderos Tupolev ANT-40 SB y "Katyuscha". Los He-51 pronto resultaron vulnerables y los Ju-52, sin escolta garantizada, cambiaron los bombardeos diurnos por los nocturnos, con los efectos inevitables sobre la precisión. En febrero de 1937, la Legión parecía muy maltrecha.
 
Pero pronto una nueva generación de aviones hizo su aparición en los cielos de España. Mientras que en Alemania se mejoraban los diseños de bombarderos que permitieron a la Legión Cóndor equiparse con los primeros ejemplares de He-111B, Dornier Do-17E y Ju-86D, que hicieron sus primeras misiones en marzo de 1937, llegaron los primeros Messerschmitt Bf-109B, un aparato completamente revolucionario, junto con algunos aviones de reconocimiento Do-17P.
 
Cierra España.
 

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