viernes, 20 de noviembre de 2009

Muerte de Jose Antonio Primo de Rivera. 3ª parte.


Apuntes de Azaña


Conversación con Just{9} acerca del destino de Primo de Rivera –– Con Funes,{10} para que alargue el proceso –– Cuando le telefoneo para lo del salvamento de Primo de Rivera, me cuenta que acaba de enterarse de los 52 fusilamientos de Alicante{11} –– Lo de Murcia{12} [Texto 1, líneas 127-132].

Reaparición del proceso de Primo de Rivera Antecedentes –– Motivos de mi repugnancia –– Lo ha fusilado Alicante, después del bombardeo –– Gestiones del Gobernador: nadie se atrevió a tomar la responsabilidad{13} –– Terribles represalias{14} ––Idea errónea de Esplá{15} de lo que es la función del Gob[ier]no. en materia de indulto: cree que es una revisión –– La Bibesco{16} –– Carta de Miguel Primo de Rivera{17} – [Texto 2, líneas 197-203].

Irujo{18} Se entrevistaba con Torrobia,{19} delegado de Burgos –– Lo que le dijo de mí, sobre Primo de Rivera –– Le digo a Largo{20} lo que hace Irujo –– Reprimenda de Largo –– Dimisión de Irujo consultada a Bilbao –– [Texto 3, líneas 195-198].

Le cuento a Ossorio {21} mi intervención a favor de Primo de Rivera –– “Quizas ha sido una pifia” –– No comprendo su transformación [Texto 7, líneas 186-188].

Comentario de Jeroni M. Mas Rigo a los apuntes manuscritos de Manuel Azaña, acreditan los siguientes extremos:

1) Que el presidente Azaña y los ministros Just y Ruiz-Funes, todos ellos de Izquierda Republicana, no deseaban la muerte del líder falangista. Es más, Azaña se refiere a la repugnancia que le produjo el fusilamiento.

2) Que es cierta la afirmación de Ximénez de Sandoval en lo referente a las gestiones de la princesa Bibesco.

3) Que el presidente recibió la carta que le dirigió Miguel Primo de Rivera solicitando el indulto para su hermano.

4) Pero lo más importante de estos apuntes es la aseveración de que a José Antonio ‹‹Lo ha fusilado Alicante, después del bombardeo››.{22} En mis anteriores trabajos sobre el proceso de Alicante, he manifestado que en mi opinión fueron dos las circunstancias que determinaron la condena muerte del líder falangista: una, el nombramiento del anarquista Juan García Oliver como ministro de Justicia, en sustitución del republicano Manuel Ruiz-Funes,{23} y la otra ––mucho más decisiva que la primera–– el bombardeo que tuvo lugar, en la madrugada del día 5 de noviembre, sobre el puerto de Alicante, que ocasionó dos muertos y un herido.{24} Como consecuencia de dicho ataque aéreo, la Comisión de Justicia de Alicante cursó un telegrama al subsecretario de Justicia solicitando urgentemente, ‹‹dada situación de ánimos consecuencia bombardeo››, el nombramiento de Vidal Gil Tirado{25} como fiscal especial en la causa instruida por Federico Enjuto Ferrán. Al principio de la Guerra Civil, los bombardeos marítimos y aéreos, por pequeños que fueran, provocaban tal pánico entre la población que daban lugar a represalias en las dos zonas contra los presos políticos. Este bombardeo, además, tuvo un efecto añadido al creer la población de Alicante que se había roto un pacto tácito: que la ciudad no sería bombardeada mientras José Antonio viviese.{26} En la noche de ese día 5, hay que situar el motín que hubo en la cárcel para linchar al fundador de la Falange. Para evitarlo Federico Enjuto, juez instructor del sumario, durmió en unas colchonetas al pie de la celda acompañado por sus dos hijos mayores, Carmen y Jorge.{27}

El bombardeo de Alicante fue ejecutado por la escuadrilla italiana que operaba desde Mallorca. Ahora bien, ignoramos quién dio la orden. Pues, si por una parte la Aviación Legionaria dependía teóricamente de Franco, en la práctica actuaba con absoluta autonomía. Pero, suponiendo que los italianos actuasen por su cuenta, cómo se explica que nadie les hubiese advertido que, sobre todo en aquellas fechas, no se podía atacar aquella ciudad levantina. Máxime si tenemos en cuenta que el 20 de octubre ya habían intentado bombardearla, según informó el cónsul inglés.{28}

No quiero acabar estos comentarios sin hacer referencia al artículo que escribió Enrique de Aguinaga titulado ‹‹José Antonio y Azaña›› (ABC, 6-6-1996):

‹‹Del infructuoso desvelo de Azaña por salvar a José Antonio hay un indicio confirmado por el doctor Francisco Vega Díaz (Sevilla, 1907-Madrid, 1995) que, según sus propias palabras, no quiso ‹‹llevarse al otro mundo›› el secreto guardado escrupulosamente durante cincuenta y cinco años: el mensaje que, en noviembre de 1936, entregó personalmente a José Antonio en la cárcel de Alicante.

Con precisiones minuciosas, el doctor Vega relata en ‹‹Ultimidades›› cómo, envuelto en extremadas precauciones y complicadas instrucciones, Amós Salvador, ‹‹antiguo y gran amigo de Azaña››,{29} le encomendó ‹‹un sobre privadísimo››, sin señas, que habría de entregar en mano a una persona hasta la que llegaría siguiendo una misteriosa cadena de enlaces prevenidos.

Finalmente, a solas con él, en una dependencia de la cárcel de Alicante, el doctor Vega reconoció al destinatario del mensaje: José Antonio Primo de Rivera. Como saludo, en un diálogo escueto, uno y otro recordaron sus encuentros distantes del Café Lión, en las tertulias de ‹‹La Ballena Alegre››. En seguida le entregó el sobre.

José Antonio abrió el sobre y extrajo un papel, manuscrito. Lo leyó y releyó. Sólo hizo un comentario: ‹‹No podía esperar menos de él. Lo agradezco con toda el alma››.{30} Luego añadió: ‹‹Cumplo con el compromiso, aunque me gustaría conservar este papel››. El propio José Antonio saco de su bolsillo una caja de cerillas, encendió una y el doctor Vega deshizo la ceniza con los dedos. Antes de ser reintegrado a su celda, José Antonio se despidió del mensajero con un apretón de manos y con estas palabras: ‹‹¿Volveremos a vernos en “La Ballena Alegre”? Pienso que no…››

Después, con la misma acumulación de precisiones, Vega relata cómo dio cuenta del cumplimiento de su misión, cómo quedó comprometido a no comentarla y cómo, años después, asistiendo de un gran infarto de miocardio a Amós Salvador, que falleció en 1963, éste le reveló que el mensaje entregado a José Antonio provenía de Azaña.››
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* Publicado en El Catoblepas. Revista crítica del presente, número 41- julio 2005- página 18.

{1} A finales de diciembre de 1996, la hija del general Franco, Carmen, hizo entrega al Estado español de tres cuadernos de diarios de Azaña, que le habían sido sustraídos a su cuñado, Cipriano Rivas Cherif, que los custodiaba en el consulado general de España en ginebra. Estos tres diarios abarcan el período comprendido entre el 22 de julio de 1932 a 26 de agosto de 1933.

{2} Enrique de Rivas, Comentarios y notas a ‹‹Apuntes de Memoria›› de Manuel Azaña, p. 12.

{3} Esta obra, como todos los libros falangistas de primera hora, con la excepción de la biografía apasionada, que escribiera en 1941 F. Ximénez de Sandoval, y puede que alguno más, no ha sido jamás reeditada. Todo ello resulta, como mínimo, sospechoso.

{4} La última referencia oficial al sumario la tenemos en el escrito que el ministro de Justicia, en fecha 31 de mayo de 1937, ante la conmoción interna e internacional por el fusilamiento de José Antonio, dirigió a Francisco Javier Elola solicitando ‹‹se sirva remitir a este Ministerio el sumario que como Juez Especial de los delitos de rebelión y sedición ha instruido contra el inculpado José Antonio Primo de Rivera, posteriormente sentenciado por el Tribunal Popular de Alicante››. Elola era presidente de Sala del Tribunal Supremo, comisionado para instruir el expediente general sobre el movimiento de rebelión militar, con extensión en todo el territorio nacional.

{5} El escrito de conclusiones definitivas no se publicó íntegramente hasta el año 1992, en el tomo I de los Documentos Inéditos para la Historia del Generalísimo Franco, editado por la Fundación Nacional Francisco Franco. Al parecer, el Generalísimo tenía la costumbre de custodiar documentos que no le pertenecían.

{6} Cf. José Antonio y la República, Oviedo: Ediciones Tarfe, 1996, 2ª edición, p. 162.

{7} La carta se halla parcialmente reproducida en mi trabajo ‹‹Federico Enjuto Ferrán. Instructor del sumario de José Antonio en Alicante›› (Altar Mayor, nº 94, julio-agosto 2004, p.909-926).

{8} Estas memorias inconclusas están reproducidas en Papeles póstumos de José Antonio, Madrid 1996, p. 211-234. Según nos indica la portada del libro, se trata de ‹‹los escritos que recogió Indalecio Prieto y que el general Franco intentó conseguir, infructuosamente, desde que tuvo conocimiento de su existencia hasta el fin de sus días››.

{9} Julio Just Jimeno (?- 1976), de Izquierda Republicana, fue nombrado ministro de Obras Públicas el 15 de septiembre de 1936. La conversación debió tener lugar con motivo de la toma de posesión del cargo de Just.

{10} Mariano Ruiz-Funes (1889-1953), prestigioso penalista, de Izquierda Republicana, era a la sazón ministro de Justicia y abandonó el Gobierno, por decisión propia, con motivo de la remodelación del 4 de noviembre de 1936. Ruiz-Funez manifestó a Juan Serna, fiscal designado para intervenir en proceso de José Antonio, que convenía ir despacio en la tramitación del sumario, aunque para ello hubiese que infringir la normativa. Lo mismo le comunico Indalecio Prieto, a la sazón ministro de Marina, a Federico Enjuto Ferrán, juez instructor del sumario incoado a José Antonio. Ruiz-Funes figuraba, como ministro de Agricultura, en el gobierno de reconciliación nacional que propuso Primo de Rivera a principios de agosto de 1936. Véanse mis trabajos: ‹‹Juan Serna y el proceso de José Antonio en Alicante›› Altar Mayor, nº 91 (febrero-abril 2004), p. 506-551, y ‹‹El proceso de José Antonio en Alicante. Cronología››, Altar Mayor, nº 96 (noviembre-diciembre 2004), p. 1191-1201.

{11} Se trata de los falangistas de la provincia de Alicante que, el 19 de julio de 1936, quisieron sumarse al golpe de Estado. Después de un juicio, fueron ejecutados el 12 de septiembre de 1936. El Tribunal estaba presidido por Vidal Gil tirado.

{12} El 13 de septiembre de 1936 las milicias asaltaron la cárcel y asesinaron a los detenidos.

{13} Puede que aluda al comunicado que Francisco Valdés Casas, gobernador civil de Alicante (22 de febrero de 1936 a 13 de julio de 1937), dirigió, quizás siguiendo instrucciones del Gobierno, a los partidos políticos y organizaciones sindicales de la provincia con el fin de evitar la ejecución. Este comunicado contenía un cuestionario dónde, entre otras cosas, inquiría: ‹‹¿Interesa la ejecución inmediata de la pena, ya que existe anunciado oficialmente, el ataque aéreo desde Baleares a esta provincia ––cuyas pruebas están a disposición de los partidos en el Gobierno Civil––, o interesa el aplazamiento de dicha pena hasta el momento oportuno o conmutación a cadena perpetua?›› Este comunicado no obtuvo ninguna respuesta. También es posible, y a ello puede que se refiera Azaña, que el gobernador, que mantenía contactos con los alemanes para un posible canje del preso, apelara al Gabinete para que no se ejecutase la pena de muerte. Según Garcia Oliver, cuando se dio cuenta en el Consejo de Ministros de la sentencia del Tribunal de Alicante, se produjo un ‹‹silencio de plomo››; Cf. El eco de los pasos (París: 1978), p. 342-343.

Cierra España.

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