RELATO DE LA MUERTE DE JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA HECHO POR EL JUEZ FEDERICO ENJUTO[29]
Toulouse, 13 de julio de 1938 (A. P.).- Amigos del juez que presidió el tribunal[30] que condenó a muerte en Alicante a don José Antonio Primo de Rivera y que se encuentra en esta ciudad de paso para la América del Sur dieron detalles del llamamiento que dirigió el jefe de la Falange Española con el fin de que se constituyera en España un Gobierno dirigido por elementos civiles. Se dice que Primo de Rivera escribió un llamamiento poco antes de que fuera fusilado por los republicanos.
Los amigos del juez referido, don Federico Enjuto, manifestaron que éste tiene en su poder el documento redactado por el ajusticiado, y en el cual Primo de Rivera se dirigió a los dos bandos para que depusieran las armas, declarando una amnistía general y formaran un Gobierno con don Diego Martínez Barrio como jefe de Gabinete.[31]
Las personas aludidas declararon que el señor Enjuto presenció la ejecución de Primo de Rivera, que se llevó a cabo en el patio de la cárcel de Alicante. Según los informantes, el señor Enjuto narró que conversó con el prisionero en su celda varias horas antes de su muerte y que el fundador de la Falange le solicitó que se lavara la sangre en el patio, después de su fusilamiento, con el objeto de que su hermano Miguel ––detenido en la misma prisión–– no se viera obligado a caminar sobre ella.
Cuando el señor Enjuto entró en la celda a notificar la decisión del tribunal popular imponiendo la pena de muerte a Primo de Rivera, encontró a éste redactando su testamento.
Este documento que se halla en poder del señor Enjuto, designa como ejecutores de sus deseos a los señores Fernández Cuesta y Serrano Súñer, actualmente miembros del gabinete del general Franco.
En la madrugada del 19 de noviembre de 1936[32] los milicianos entraron en la celda del condenado para conducirlo al lugar de la ejecución.
En los momentos en que se procedió a vendarle los ojos, el dirigente falangista gritó: “¡Arriba España!” Primo de Rivera recibió dos proyectiles en la cabeza y cuatro en el pecho. Al serle comunicada la noticia de la muerte de su hermano, Miguel Primo de Rivera sufrió un desmayo y los médicos tuvieron que atenderlo durante varias semanas. Según el señor Enjuto, entre los papeles que dejó el extinto hay un largo relato sobre la fundación de la Falange y los objetivos que la organización debería tratar de alcanzar en el transcurso de la guerra.
Primo de Rivera fue sepultado verticalmente con la cabeza hacia abajo, con el objeto de poder identificar su cadáver de los otros cuatro prisioneros que fueron fusilados al mismo tiempo que el jefe falangista.[33]
Entre los nacionalistas se insiste en que José Antonio Primo de Rivera aún se encuentra vivo, y cuando oficialmente se hace referencia a él se le indica como “el ausente”, no obstante que las averiguaciones hechas por Gobiernos extranjeros parecen confirmar su muerte.
Apéndice b)
¿QUIÉN EVITÓ QUE LOS HERMANOS PRIMO DE RIVERA FUERAN PASEADOS?
Indalecio Prieto se atribuye, en “Carta a don Agustín Mora”,[34] haber impedido que José Antonio, Miguel y la esposa de éste, Margot Larios, fuesen ejecutados por los milicianos de Alicante. Escribe:
‹‹¿Se acuerda? Hablamos de José Antonio Primo de Rivera, fusilado meses antes en el patio de la prisión alicantina. Por usted supe que, al ser sentenciado, preguntó con interés si yo figuraba en el Gobierno. Y yo conté detalles curiosos que usted ignoraba. Por ejemplo, mi intervención decisiva para evitar que el fundador de la Falange, su hermano y su cuñada, presos con él en la misma cárcel, fuesen muertos sin juicio previo a comienzos de agosto anterior. El Gobernador había comunicado a Madrid lo que se tramaba. Pretendíase sacar aquella misma noche de la prisión a los tres detenidos, bajo pretexto de conducirles a Cartagena, y, a mitad del camino, pasarles por las armas. El Presidente de la República, don Manuel Azaña, y el jefe del Gobierno, don José Giral, luchaban de modo inútil para evitarlo. El Gobernador se veía impotente para complacerles. Sus esfuerzos eran nulos ante el llamado Comité de Orden Público, que ejercía la autoridad efectiva, como otros comités en diversos territorios. Entonces, aunque yo no formaba parte del Gobierno, se apeló a mí. Llamé al teléfono a Antonio Cañizares, prestigioso líder proletario, venido como usted ahora en el Guinea, y le pedí que hiciese lo posible para ahorrar a la República semejante bochorno. Cañizares, echando sobre los componentes del Comité toda la fuerza de su limpia historia política y sindical, logró persuadirles de que no debían interponerse en la acción de la justicia. Si no la vida de José Antonio Primo de Rivera, ejecutado luego en cumplimiento de fallo legal, se salvó la de su hermano Miguel y la de su cuñada Margot.››[35]
Por su parte, Azaña en su Diario anota, el día 17 de junio de 1937:
‹‹Cuando Ossorio supo, porque yo se lo conté, mi intervención personal para librar a José Antonio[36] del asesinato que iban a perpetrar algunos fanáticos de Alicante, se quedó callado. “¡Cómo! ¿Le parece que he hecho mal? ¿Me he excedido?”. “No sé, no sé…” “¿Resultará que ha sido una pifia”. “¿Por qué no…?”››[37]
En el Archivo Carlos Esplà[38] hay un documento que resuelve la cuestión sobre quién salvó, en agosto de 1936, la vida José Antonio y Miguel (la vida de Margot no corrió peligro). Dice así:
Se reúne en Alicante el frente Popular, para discutir, a propuesta del Partido Comunista, la ejecución o paseo[39] de José Antonio Primo de Rivera. Se celebra esta reunión, deliberadamente, cuando se encuentra ausente de Alicante el Sr. Valdés Casas, Gobernador de la provincia y le sustituye en el cargo D. Lorenzo Carbonell.[40]
Bajo la presidencia del Sr. Millá,[41] del Partido Comunista, se discute la proposición, siendo aprobada con el voto en contra de Unión e Izquierda Republicana, representadas por D. Antonio Ramos y D. José López Pérez. Para cumplir el acuerdo, se obtiene de D. Lorenzo Carbonell la firma de un oficio ordenando el traslado de los hermanos Primo de Rivera al Penal de Cartagena, traslado que debe efectuarse en una camioneta del Cuerpo de Seguridad, al mando de Vicente Alcalde, del Partido Comunista, encargado de realizar la ejecución, una vez la camioneta fuera de la ciudad. Marcha este a la cárcel y conociendo la resistencia de los hermanos Primo de Rivera a abandonarla, les dice que la C.N.T. proyecta asaltarla y matar a los presos. Acceden estos ante este argumento, reciben sus efectos y se disponen a salir. No se encontraba en él, el director del Establecimiento, cuya firma era necesaria para que saliera José Antonio. Este retraso hizo imposible se realizara la ejecución.
Mientras tanto, D. Agustín Mora y D. José Alonso Mallol,[42] y quizás otros republicanos de Alicante, llamaron telefónicamente a Madrid para comunicar el acuerdo al Gobierno y que este tratara de impedirlo. Llama a Alicante D. José Giral. Habla con Presidente del Frente Popular, Sr. Millá, conminándole para que se suspendiera el acuerdo. Este no le hace caso, declarando que era un acuerdo del Frente Popular de Alicante y que el Gobierno no tenía porque intervenir. Parece ser que llamó después D. Indalecio Prieto[43] al Sr. Cañizares. Y por fin, D. Manuel Azaña, Presidente de la República, hablando con el Sr. Cañizares quien pasó el aparato al Sr. Millá. Este comienza a titubear en su conversación con el Presidente, quien le dice que le responde con su cabeza de la vida de José Antonio y que se están jugando la Jefatura del Estado.[44] Al terminar la conversación entre el Sr. Millá y el Sr. Azaña, aquel anuncia que ante la actitud del Sr. Presidente, hay que reconsiderar el acuerdo y suspender la ejecución. Pero como esta se encuentra en vía de realización, se designa a los Señores Cañizares y Antonio Ramos para que rápidamente logren impedirla.
Marchan estos, sin escolta, en un coche y encuentran en las puertas de la Cárcel al Sr. Alcalde con los hermanos Primo de Rivera que se disponían a marchar. Al anunciar que queda suspendido el traslado de los presos, José Antonio pregunta que a que se debe esa medida, contestándole Cañizares que “lo que se pensaba realizar, ya no se realizaría”. El Sr. Alcalde insiste en llevar a cabo la ejecución. Se discute y únicamente logra el Sr. Ramos, invocando la disciplina existente dentro del Partido Comunista, que hablé con Millá (el hombre más destacado de este Partido en Alicante) y obedezca sus razones. Así lo hace, ordenando Millá al Alcalde suspenda la ejecución, volviendo los hermanos Primo de Rivera a ser internados en la cárcel.
____________________
* Publicado en Altar Mayor, nº 94 (julio-agosto 2004), p. 909-926.
Cierra España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario