domingo, 4 de octubre de 2009

Movimiento español JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-sindicalista) 2ª parte.



Juntas Castellanas de Actuación Hispánica


COMPAÑEROS nuestros, jóvenes que se disponen a actuar en todos los terrenos, dentro de la ley, para defender los principios que han de salvar nuestra civilización de la barbarie comunista y anarcosindicalista, son los que integran la vanguardia de esa agrupación ocasional denominada Acción Nacional, cuyo objetivo es unir a los elementos de orden para que voten conscientemente en las elecciones del 28. No está LIBERTAD identificada con Acción Nacional, pues entendemos que su finalidad transitoria dista mucho de cumplir plenamente las necesidades de defensa a que Castilla necesita; nosotros propugnamos una acción constante, reforzada precisamente más allá de las Cortes, porque no será de ningún modo definitiva la Constitución que en ellas si llega a ser posible se apruebe, ni ésta resolverá todos los problemas. Sin embargo, entusiastas como somos de la acción pertinaz y, sobre todo, de la valentía para acometer de cara a los provocadores que. quieren adueñarse de todo por el terror, aplaudimos a nuestros bravos compañeros, asegurándoles que el porvenir es suyo si son, por lo menos, tan tercos en usar de su derecho como el adversario lo es en la intransigencia. Fiemos mucho, camaradas, del valor cierto de las masas campesinas: en Castilla es axiomático que ningún hombre merece más ni puede más que cada uno, desde el momento en que la lucha surge. La minoría de provocadores será, por tanto, la que nos dé el triunfo, porque a continuación del reto brota en todos los labriegos el amor propio que les pone en actividad, y desde ese momento son indomables.

Sin contradicción no hay vida. Para nosotros la pugna es la victoria.

(Anónimo. Libertad. núm. 1, 13 de junio de 193l.- Se reproducen fragmentos en Onésimo Redondo, págs. 9.10).

CON una frase puede resumirse y expresarse exactamente en qué consiste la exportación de capitales: se trata de un traslado al extranjero de parte de la fortuna nacional. No es, pues, una pérdida neta para la nación equivalente al valor. de los bienes trasladados. Solamente se pierden las cantidades que los nacionales consumen en el extranjero y los gastos efectuados en el traslado, en la administración y en una probable futura reintegración al bloque de los bienes nacionales radiantes en España.

A algunos lectores puede parecerles ociosa esta explicación, que no es ni más ni menos que el desarrollo o explicación de la frase "exportación de capitales"; pero a otros, y para ellos escribimos. les hará concebir con mayor exactitud el alcance y consecuencias del drenaje de capitales al exterior, que algunos creen, sin pararse a profundizar y guiados del lenguaje de alarma que se emplea para comentar estas maniobras, que es un desmembramiento definitivo e importante del acervo nacional.

En estos momentos somos unos acreedores del extranjero en tanta cantidad cuanto importan los capitales enviados y el activo español, modificado por la transformación de algunas partidas, suma exactamente igual que antes de haber hecho los traslados de fondos a que han dado lugar los temores de sucesos políticos.

Bien están las medidas restrictivas y persecutorías que se han tomado. No pueden ellas impedir totalmente las sutiles infiltraciones del dinero, porque éste, judío indudablemente por su ascendencia y por sus cualidades y en manos principalmente de judíos, los eternos detentadores de la riqueza, será batido, castigado y acorralado, pero no vencído, pues preferirá huir profiriendo silenciosas quejas y buscará ambiente tranquilo donde multíplícarse absorbiendo la eficacia creadora del trabajo. Pero no huirá en masa, sino fraccionada y lentamente.

Francia, nación de una suficiente agilidad de recursos estatales, bloqueó al dinero en época de Herriot. Amenazó, castigó, coaccionó los capitales, y no pudo, sin embargo, vencerlos. Pasaban el Canal de la Mancha, volaban a América, invadían centro Europa, tomando posiciones en los robustos y graves edificios bancarios berlineses... El dinero olfateaba los designios radicales, sectarios, populacheros de Herriot..., hacía la maleta y se situaba lejos para presenciar los resultados de la aplicación de teorías propugnadas por 1 a Prensa y las mesnadas políticas del caudillo radical. Después, Poíncaré consiguió repatriarlo. ¿Fue cuestión de abrir o de cerrar las fronteras financieras y bancarias? Indudablemente, no. Poíncaré suprimió de un tajo las enmarañadas trabas que a fuerza de decretos se habían tejido. Abrió una cañada real para que salieran libremente los capitales y amnistió a los que habían huido..., pero simultáneamente elaboró con su poderoso cerebro un vasto plan de gobierno. Abarcó las múltiples y complejas necesidades nacionales y formuló y estructuró sabios remedios. No tuvo tiempo, es verdad, de continuar manteniendo en el ambiente las pomposas disquisiciones - que tan magníficamente airean nuestros Ateneos - acerca de libertad, reacción, opresión..., pero acelero el ritmo de la producción nacional, proveyó a la seguridad de cocinas y despensas, legisló para toda la nación y la nación volvió a compenetrarse alrededor de un ideal patrio de reconstrucción y de trabajo. Ahora gobierna el centro y, sin embargo, el Banco de Francia cede el dinero al 2 por 100; las mercancías están más al alcance de todas las fortunas porque vienen desde entonces descendiendo los precios. Los gobiernos Tardieu, Laval, a pesar de ser conservadores, sieguen empujando a más bajos costes las mercancías. Lo que en 1928 costaba 100 francos, sólo cuesta ahora 82.

Volvamos a España. La emigración de capitales es un episodio que hará aprender a nuestros gobernantes... y a nuestros gobernados. Se restablecerán las normas sanas de gobierno verdadero y, a despecho de 145 ateneístas de Madrid, se legislará para toda la nación y, después de crisis y sobresaltos, volverá la tranquilidad y volverán a cruzar incesantemente debajo de los arquitos dorados de las ventanillas de los Bancos nuestros billetes estampados con las glorias de nuestro siglo XVI.

(Libertad, núm. 1, 13 de junio de 1931.)

"Nuestra Prensa está podrida" hasta la raíz. El Periodismo en nuestro país, es peor que la prostitución. Se rodea con un manto de moralidad y da amor al bien, actuando como intérprete de la opinión de lo mejor de Francia, cuando no es sino expresión de una pérfida y codiciosa minoría de especuladores." ( Jaurés )

¡LA Prensa! He aquí un valor mayúsculo por excelencia entre todos los que hoy ejercen potencia en el mundo político. La política absorbe las máximas atenciones del Ciudadano; nunca como después de la Revolución abrileña estuvo todo tan pendiente de la Política: se respira un ambiente sofocante de revisión, en el que las mayores audacias tienen eco. El pueblo, como leemos a diario, se ha echado a la calle, sediento de revolución según la Prensa. Ella es la que ha creado este cuadro de turbulencia en el que unos pocos son actores tan violentos como irresponsables, mientras que el verdadero, el gran pueblo, murmura atónito esperando entre confiado y temeroso la solución de sus problemas concretos. En este período, en que todo está por constituir, política y socialmente, he aquí que la Prensa ejerce y monopoliza. un supremo magisterio, sobre la única realidad que podemos llamar constituida, sobre lo único con fuerza eficiente para dejar oír su voz en los ámbitos de gobierno: el público efervescente de los grandes núcleos de población, persuadido por la embriaguez agresiva, que le comunican los diarios de que es necesario derribar mucho para vivir bien; obsesionado por la idea de hecatombe, tras de la cual los órganos de la política catastrófica aseguran con brutal fanatismo hallarse la felicidad del pueblo. A la nación le conviene estar alerta ante todo contra esa invasión de la barbarie forjada en las rotativas, que es el auténtico peligro para la República. Y es a la vez el más delicado inconveniente de que ésta ha venido íntimamente acompañada. Porque así como es evidente que la revolución de abril la han realizado las mayorías proletariorepublicanas de las capitales de provincia, no debe perderse de vista que el fermento propio de esa revolución se cultivó en las columnas de la Prensa demoledora. Ellas dirigen con disimulo o con descaro, según convenga, los primeros tiros de artillería contra lo que ha de ir cayendo: ellas van enfocando a las mesnadas revolucionarias en dirección de lo que ha de sucumbir: debilitan al adversario, que siempre lo es para los literatos revolucionarios el que está en alto; presiden el crecimiento de la marejada oposicionista, dan oportunamente el grito de ataque, y toman a su cargo sin escrúpulos el repugnante papel de rematar moribundos y ensañarse con los cadáveres. Ese es su oficio, y no hay porqué pensar que cesen en su tarea destructora por el simple suceso de que una Monarquía caduca cediera el paso a una república, "conservadora", según creen los espíritus dormidos, que pretenden tranquilizar sus cobardes sobresaltos cerrando los ojos.

LIBERTAD no quiere sumarse al coro infame de sus colegas que hacen de la guerra de los espíritus una pingüe granjería. Por el contrario: en la hora de las responsabilidades, si es que ha llegado, queremos señalar como las más graves y contumaces las de la Prensa, ya que en todos los momentos tristes de nuestras últimas etapas históricas, tan condenadas por esos órganos que se erigen en inmaculados fiscales, han jugado ellos los papeles más abominables: ¿Quién estuvo más cerca de todos los políticos fracasados que el periódico a quien cada uno de ellos daba calor? ¿Quién ha disculpado más errores, ha encubierto con mayor desvergüenza todos los abusos y ha patrocinado con mayor hipocresía todos los planes de mal gobierno que los periódicos a sueldo de la política vieja? La Prensa ha intervenido como actor principal en todos los desastres nacionales, diferenciándose sólo de los demás coautores en que al final de la tragedia, enterrando con desfachatez en sus archivos mil pruebas acusadoras de sus propias columnas, aparecía en el ápice de la irresponsabilidad, escurriendo el bulto y lanzando al pueblo cada día a una nueva confusión... LIBERTAD, con todo el coraje que le presta el ardor juvenil de que viene revestido, protesta, en aras de la honra y de la paz entre los españoles, de la inicua pujanza, del insolente privilegio de clase que disfruta un gremio de ciudadanos profesionales de la discordia, y eternos obstructores de la reconciliación de los espíritus. No pedimos más sino que la moral presida eficazmente el derecho de escribir. Que se destierre para siempre, a costa de los únicos que se atreven a defenderla, los periodistas, la monstruosa presunción de que lo que tiene valor en una sociedad civilizada es discutible y de que hasta la VERDAD, y la honra ajena, se hallan expuestas impunemente a las sórdidas apetencias de escándalo de cualquier delincuente armado de una pluma. El código penal debe regir para todos, hasta para los periodistas. Pedimos la extirpación sumaria de la delincuencia periodística. Trabajaremos por persuadir: a nuestros lectores de que los enemigos de la libertad, y de la paz y grandeza de España no se encuentran en uno u otro grupo ni en tal o cual ideología de las que diferencian a los españoles, sino en la Prensa abonada al escándalo, en los profesionales de la calumnia, la insidia y la agresión impune, en los periodistas libertinos. En estas circunstancias, cuando todos los españoles que trabajan honradamente ven aproximarse las consecuencias de tanta veleidad revolucionaria. el deber nos impulsa a gritar a la faz de todos: "La Prensa, he ahí el culpable, el enemigo."

(Libertad. núm. 1, 13 de junio de 1931.)

Nos parece bien el ardor combativo y el anhelo hispánico de "La Conquista del Estado". Pero echamos de menos la actividad antisemita que ese movimiento precisa para ser eficaz y certero. No nos cansaremos de repetírselo (*).

(*) Reproducido en Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, Valladolid, 1937, pág. 9

 
Cierra España.

2 comentarios:

  1. Onésimo, sin duda, es el gran olvidado del nacionalsindicalismo; me parece una gran idea lo que estás haciendo, si no somos capaces de conocer de dónde venimos es imposible saber donde vamos.

    Aquí te dejo una página con las obras completas de Onésimo ( que supongo ya conocerás ).

    http://usuarios.lycos.es/onesimo_redondo/

    Un saludo a nuestro estilo.

    http://27puntos.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo con tu comentario, de hay mi iniciativa de escribir en todo lo posible sobre lo que fue JONS, sus inicios, fundadores y los dos personajes mas importantes en esta union,gracias por el enlace, esta anotado en los blog 27.

    Un abrazo camarada y un saludo romano.

    Cierra España.

    ResponderEliminar