Mucho se a escrito sobre la ayuda internacional por ambos bandos en la guerra civil española, unos estarán de acuerdo con lo que se escribe y otros discreparan al unísono, pero bien es cierto que aun a pesar de lo que algunos quieran escribir o opinar, España fue a pesar de lo escrito, el campo de experimentación de numeroso material bélico, que mas tarde seria utilizado en la IIGM, sobre todo por las fuerzas del eje ( Alemania, Italia y Japón), además de tácticas en utilización de los mismos y sus consecuencias, como fue en primer grado la utilización del arma aérea sobre todo por parte del gobierno de la Weimar, que mas que fuerzas en numero humano fue en material bélico, en esta caso el de la Luftwaffe.
Pero para entrar en materia habría que dar algunos conocimientos de historia sobre esta unidad creada por Göring, y a partir de aquí saber cuales fueron las razones reales de la ayuda del gobierno de la Weimar (III Reich), al conflicto civil que surgió en España en la década de los treinta, como siempre pondré las fuentes al final y por supuesto varias opiniones las cuales al fin y al cabo coinciden todos en muchos de los puntos aquí tratados.
La derrota alemana en la I Guerra Mundial impuso a Alemania unas condiciones draconianas plasmadas en el tratado de Versalles, que, entre otras consideraciones, limitaba el desarrollo de la industria militar y el ejército alemanes. En el caso concreto de la aviación se prohibía expresamente la existencia de un arma militar bajo control del Estado alemán.
El Tratado, sin embargo, no evitó el rearme alemán en las décadas siguientes. La creación de la Lufthansa, compañía civil de aviación, sirvió para el desarrollo técnico de los aparatos y la preparación secreta de los pilotos alemanes. Algunos aparatos, como los He 111, realizaron velos secretos de exploración sobre el Reino Unido, Francia y la URSS, camuflados como aviones comerciales.
El desarrollo de la aviación militar alemana recibió un impulso considerable con la llegada de Hitler al poder. Para ello, contó con la colaboración de un piloto experimentado, Göring, y la de fabricantes como Messerschmitt. Con su ayuda, la Luftwaffe vio la luz en oficialmente en 1935, ya como una fuerza real y poderosa, que acabó de demostrar y ensayar sus posibilidades en la Guerra Civil española, fundamentalmente en lo referente al más avanzado y destructivo de los aparatos con los que contaba en aquél momento, el ME 109.
A los avances técnicos y la excelente preparación de sus pilotos, el Mando alemán añadió un uso moderno de la aviación, correspondiente con las ideas lanzadas años antes por el aviador italiano Douhet. El uso de la aviación como arma de guerra combinada con las fuerzas terrestres fue uno factores que permite explicar los éxitos iniciales de la Blitzkrieg.
Un modelo de avión de caza alemán de gran prestigio comenzó a enviarse a España a partir del mes de julio de 1936 y, después del grupo inicial de seis unidades, las cantidades fueron aumentando hasta llegar a un total de 135 ejemplares. Todos sirvieron en la Aviación Nacional y en la Legión Cóndor alemana, que se hallaba en España.
El aparato era el Heinkel He.51, uno de los más modernos biplanos de combate que había realizado la industria aeronáutica militar alemana. Su prototipo había volado por primera vez a mediados de 1933. Al terminar las pruebas, los resultados fueron tan halagüeños que el avión fue elegido para formar la primera línea de cazas de combate de la Luftwaffe.
El desarrollo de la aviación en Alemania tuvo un impulso inesperado y vigoroso durante la primera mitad de los años treinta: la industria y la organización militar y administrativa se concentraron en el surgimiento de la Luftwaffe.
Y el poder de esa nueva fuerza naciente se vio incrementado por el Heinkel He.51, el mismo que se había enviado a España para participar en la guerra.
Se trataba de un avión ágil y rápido, provisto de dos ametralladoras. A pesar de sus muchas cualidades, sin embargo, en combate resultó inferior al caza Polikarpov I-15.
La versión base del Heinkel salió de las líneas de montaje en la primavera de 1935, e inmediatamente las unidades se fueron entregando a los grupos de combate.
El desarrollo del sustituto del Heinkel He.51 fue trabajoso. Era un aparato de la misma categoría, el Arado Ar.68, que había nacido como prototipo en el verano de 1934. Lo más difícil fue la decisión del motor que debía equiparle.
Dos de los cuatro prototipos llevaban motor BMW, en tipo VI de 750 HP; los otros dos estaban provistos de motores Junkers Jumo 210 A de 610 HP. Por fin se eligió este último modelo de propulsor para la primera versión de serie, la Ar.68E. Sin embargo, los retrasos en las entregas de esos motores dieron lugar a que la primera variante tuviese los motores BMW.
Los primeros Arado Ar.68 entraron en servicio a mediados de 1936. Pero lo que sucedió es que su carrera fue muy breve. Había sido el último biplano de la Luftwaffe. Se empezaba a imponer el monoplano.
El Heinkel He.112 era un aparato que pertenecía a esa fórmula. Desarrollado en la primera mitad de los años treinta para tomar parte en una carrera que la Luftwaffe patrocinaba con el objeto de escoger cazas avanzados, su primer modelo voló en el verano de 1935.
Le siguieron seis aparatos experimentales, y al final se encargaron 30 unidades. Diecisiete de estas fueron enviados a España, a las filas nacionales.
El avión era obra del famoso proyectista Kart Tank, autor de algunos de los más célebres cazas alemanes de la Segunda Guerra Mundial.
El prototipo del Wolf, un monoplano esbelto, de línea estilizada, de ala alta y monoplaza, voló en noviembre de 1933. En febrero del año siguiente se sometió, después de algunas modificaciones, sobre todo en el tren de aterrizaje, a las pruebas oficiales.
En 1935 se encargaba, como satisfactorio resultado de esas pruebas, la producción en serie del Fw.56, en su versión A-1. El principal cometido de Wolf había de ser el adiestramiento de pilotos ya expertos.
Cierra España.
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