La Falange, sobre todo durante la República, contó en sus filas con muchos obreros y jornaleros, como ha confirmado en los archivos el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla José Antonio Parejo, autor del libro "Las piezas perdidas de la Falange: El Sur de España". La obra revela entre otros temas como en Sevilla, el cardenal Segura “llevó en el bolsillo la excomunión de los falangistas durante varias semanas"
"La propaganda contra el franquismo mantuvo que Falange era un partido burgués y de gente bien, lo que no se corresponde ni con la realidad de los archivos ni con la del resto de los partidos fascistas europeos, que tanto en Alemania como Italia o en Bélgica fueron todos partidos interclasistas",Aunque no tuvieran un discurso obrero, la mayor parte de los militantes de estos partidos eran de clase trabajadora, que era también la más numerosa", ha señalado Parejo, quien en su libro destaca que Falange fue el partido más numeroso de los que se levantaron contra la República y que su implantación en Andalucía fue como la que tuvo en el resto de España. El historiador ha explicado que, aunque los fundadores de Falange proceden "de la buena sociedad e incluso de orígenes aristocráticos, desde el principio hicieron captación en todos los extractos sociales, a diferencia de los otros partidos de derecha de entonces..
Parejo ha puesto como ejemplo las fotografías que se conservan de Sancho Dávila, jefe de Falange en Andalucía, en compañía de obreros y jornaleros, "algo impensable en otros líderes de la derecha". Ese sectarismo de los partidos de derecha fue el que, según dice Parejo en las conclusiones de su libro, contribuyó "al ascenso imparable del fascismo hispano", cuando los trabajadores acudieron a afiliarse a Falange "en unos momentos en los que afiliarse a un partido como éste no fue desde luego ninguna canonjía".
"A los trabajadores, Falange les ofreció ciertas conquistas sociales, en las que muchos creyeron, pero cuando comprobaron que el partido prestó el discurso al franquismo y que además no tenía la sartén por el mango, se abstuvieron de participar en nada y si no lo abandonaron es porque no se podía" porque ese gesto hubiera sido subversivo, ha añadido Parejo. Esto hizo que se convirtiera "de la noche a la mañana en un partido derrotado, mucho antes incluso de que Franco diera la orden definitiva de 'desfascistizar' España."
Al inicio de la Guerra Civil se produjo hacia Falange, según escribe Parejo, "la avalancha, la preponderancia trabajadora entre la militancia (...), la pobreza generalizada de sus afiliados, la carencia de una experiencia política previa, el ansia de poner sus vidas al servicio de la Falange y la Patria." Y añade en las conclusiones de su estudio: "todo esto hizo del partido joseantoniano una organización tan poderosa que muy pronto se hizo insoportable para muchos".
El libro de Parejo, fruto de una tesis doctoral dirigida por el profesor y ex diputado socialista Alfonso Lazo, también incide en otro aspecto desconocido, como fueron las problemáticas relaciones de la Iglesia con Falange, cuyos militantes llegaron a apalear a curas cuando la jerarquía eclesiástica mostró rechazo a la instalación de las Cruces de los Caídos.
Uno de los apéndices fotográficos del libro de Parejo reúne 90 fotografías de carnés de Falange de otros tantos andaluces en el que la presencia de médicos, abogados o industriales es meramente testimonial -no suman más de media docena- y la inmensa mayoría son jornaleros, obreros, labradores, albañiles, hortelanos, chóferes, empleados, panaderos, toneleros o taberneros.(Foto de militantes falangistas desfilando ante la Torre del Oro de Sevilla)
Cierra España.
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