El Saludo Romano es un gesto en el cual una persona extiende su brazo hacia adelante, de manera recta, con la palma de la mano hacia abajo. El brazo suele extenderse de manera paralela al suelo o formando un ángulo indeterminado hacia arriba.
A pesar del nombre de este gesto, la interpretación de éste como un "saludo" ha evolucionado a través del tiempo y no está debidamente acreditado que en la antigua Roma se utilizara permanentemente como forma "oficial" de saludar, ya sea en el ámbito militar o civil, aun cuando existen numerosos testimonios de su empleo en el Imperio Romano.
En la Columna de Trajano, en Roma, aparecen diversos ejemplos de "saludo romano", en relieves donde se muestra legionarios saludando al emperador, así como en las estatuas de algunos emperadores como Augusto, o en la estatua ecuestre de Marco Aurelio. También existe un relieve del siglo II d.C. hallado cerca de Éfeso donde aparece este saludo en la ilustración de los funerales de un oficial militar, siendo posible ver a manera de saludo brazos extendidos hacia adelante, con la palma de la mano abierta y hacia el suelo, en un ángulo de 45 grados.
Con la desaparición del Imperio Romano también desapareció la costumbre del "saludo romano", pero ésta fue recuperada en motivos pictóricos desde el siglo XVIII, cuando en pleno auge de la Ilustración los intelectuales y filósofos revaloraron las instituciones tradicionales de la antigua República Romana y entre ellas le dieron al extinto "saludo romano" un significado cívico o heroico.
Prueba de ello se encuentra en las pinturas de estilo neoclásico del francés Jacques-Louis David, como Juramento del Juego de Pelota de 1792 donde se muestra a los revolucionarios franceses haciendo el saludo romano o el Juramento de los Horacios de 1784, presentando con este mismo gesto a un episodio legendario de Roma. Inclusive en 1810, en pleno régimen de Napoleón Bonaparte, David pintó por encargo gubernamental La distribución de las águilas mostrando al propio Napoleón I entregando estandartes con figuras de águilas a los regimientos del ejército francés, cuyos saludos realizan el saludo romano. Estas pinturas de David inspiraron posteriores ilustraciones a lo largo del siglo XIX en toda Europa, mostrando nuevamente el "saludo romano" como elemento solemne, aunque en situación de servir como señal de juramento antes que un saludo propiamente dicho.
El saludo fascista proviene casi desde la antigua Roma. Al igual, los gladiadores, César recibió, cara o cruz sus manos, por lo que este gesto fue llamado Romano saluto, saludo romano.
Sin embargo, también existen datos históricos de que, su procedencia data del el saludo ibérico, según el gran arqueólogo español, de la primera mitad del siglo XX, J. Cabré el característico saludo de los íberos con el brazo extendido y la mano abierta, de entre los siglos V al I a. C., fue adoptado por los romanos conjuntamente con el "Gladius Hispaniensis" (espada ibérica) al entrar estos en contacto con los pueblos hispanos. Sería pues, según Cabré, un saludo genuinamente íbero el que se utilizó posteriormente en todo el Imperio Romano como saludo tradicional. El conocido como ¡"saludo romano"!.
Para los íberos era un gesto revestido de especial sacralidad, pues en los exvotos de los santuarios, ellos mismos se auto representaban, con frecuencia, saludando e invocando a las Divinidades en pie y efectuando el "saludo étnico" tradicional de su Pueblo.
Dicho esto, dejo la pregunta en el aire, saludo Romano o Ibero?, si es así, en cualquiera de los dos casos, porque siempre, todo el que se considera demócrata, solo se acuerda de este acto o gesto, dentro de los partidos que en el siglo XX, lo recogieron como símbolo de saludo, dentro de sus filas?.
Cierra España.
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