sábado, 19 de septiembre de 2009

Discurso sobre el proyecto de congregaciones religiosas. 1 de marzo de 1933


   Seguimos con la política de la izquierda en la II Republica y como no con las mujeres ya que dicen que somos tan machistas, los franquistas o fascistas o como cojones a la izquierda falseadora de esta nuestra España les venga en ganas añadir, decir y descalificar, vamos a seguir rompiendo moldes y esta vez con otra mujer, a ver si de una puñetera vez, los lerdos del pueblo de a pie de este país de dios nos damos cuenta de las falacias y  argumentaciones mezquinas que la izquierda y sus historiadores nos llevan vendiendo desde hace mas de cuarenta años.


  Margarita Nelken Mansberger, política socialista, y después comunista, española, representante movimiento feminista en España durante la década de 1930, hija de una francesa y de un joyero español, ambos descendientes de judíos alemanes, se le debe la primera traducción de Kafka al español, en los primeros meses de 1931, ingresó en el PSOE y participó, como candidata de la Agrupación Socialista de Badajoz, en las elecciones parciales de octubre de 1931. Resultó elegida entonces y también en noviembre de 1933 y febrero de 1936. De hecho, es la única mujer que consiguió las tres actas parlamentarias en la Segunda República.

   Fue contraria a otorgar derecho de voto a la mujer, sostenía que, la falta de madurez y de responsabilidad social de la mujer española, podía poner en peligro la estabilidad de la República, ya que un porcentaje muy elevado, antes de votar, lo consultaría con su confesor. Las elecciones de 1933, primeras en las que votaron las mujeres, dieron el triunfo a las derechas.

   Su discurso ante las cortes además concerniente a la religión lo plasmare en dos partes por ser demasiado largo y por no cansar al lector de este blog, así pues al final y como siempre que cada cual, saque su opinión del mismo.

Discurso sobre el proyecto de congregaciones religiosas.

   Señores diputados, el intervenir yo en este debate obedece únicamente a la convicción de que era necesario que una voz de mujer se dejase oír al tratarse de un asunto que, según se nos asegura constantemente en los sectores de la extrema derecha apasiona sobre todo a las mujeres.

   Y no es, señores diputados, que en mi hagan mellas esas afirmaciones, están todavía muy resientes las intervenciones entorno al tema del divorcio, cuando un día y otro día en la prensa de la derecha, en la propaganda de la derecha y en la prensa de la derecha, se nos aseguraba que la mujer en España repugnara esa ley, no se lo que pasaría si la mujer en España repugnara esa ley, por que el hecho es que, apenas implantada, había solo en la audiencia de Madrid unas 700 demandas de divorcio, firmadas en su mayoría por mujeres y no necesito deciros, señores diputados, el agobio, que las demanda de divorcio dan a nuestras audiencias.

   No me hacen pues, mucho efecto esas declaraciones de que la opinión, la inmensa desea o no que se apruebe el dictamen sobre la ley de congregaciones. Además bien se que quitando un pequeño sector, que mientras no se demuestre lo contrario tenemos derecho a creer que, así mismo, representa fuera del parlamento un pequeño sector, por encima de cualquiera de las discordias que de momento pueda separar las fracciones de este parlamento, en este punto concreto, no de persecución, sino de una ley que ha de dar por fin la paz a los espíritus tanto tiempo perseguidos, estamos perfectamente de acuerdo los distintos sectores de esta cámara.

   Hay en este tema un doble aspecto social y moral, incluso un aspecto tan delicado, que es difícil tratarlo, sin pecar de sectarismo, y es el aspecto que se refiere a la asistencia a los enfermos de las religiosas en los hospitales y asilos. No creo yo, desde luego, que una religiosa carezca de los meritos que puedan adornar a una persona seglar, no solo admito la paridad, si no que, si queréis, incluso quiero admitir que todas las religiosas, cuanto mas de acuerdo estén en sus convicciones, con las que les llevaron a pronunciar votos, mas incompatibles serán con la vida, no digo de una republica, sino simplemente con nuestros días.

   Para una religiosa, el mundo, el mundo terrenal, no puede existir, para una religiosa solo puede existir una segunda vida, a la cual tienden todos sus actos, y todo lo que en ella pueda ser sacrificio, esto lo hará tanto mas digna de respeto para un creyente, para los que no somos creyentes, esto lo hará distanciarse de nosotros. es natural que una mujer que se cree en posesión de una verdad absoluta y de una verdad que es nada menos que la felicidad eterna, por bondad, por caridad, por convicción quiera hacer disfrutar de esta felicidad eterna al mayor numero de posible de sus semejantes, así nos encontramos señores diputados, con aquello que es una perfección desde el punto de vista católico, desde el punto de vista de los no católicos es un instrumento de opresión, serán muy pocos, quitando los sectores de la derecha, serán muy pocos los señores diputados que están en la cámara que no tengan el recuerdo por si mismo, de algún familiar, por algún compañero, de verdaderas torturas morales inflingidas en nombre de esa perfección en el momento sagrado de la muerte. No voy a traer a qui, si se me obliga lo traeré, pero no creí útil traer ejemplos que estén en la memoria de todos, ejemplos verdaderamente pavorosos, porque, señores diputados, si para un creyente el momento del transito supremo se encuentra consolado con la asistencia junto a su lecho de un símbolo religioso que a de conseguirle la máxima esperanza, para el que no ha tenido nunca esta creencia o para el que no la quiere ya tener, ese símbolo que se le impone, que se le ha impuesto a la fuerza, solo representa la angustia de la opresión que le ha perseguido durante toda la vida. Esta es la verdad de los hospitales, señores diputados, los que aquí hablamos en nombre de aquellos que tienen que ir a sufrir sus enfermedades y a morir en los hospitales, nosotros sabemos que esa caridad de las religiosas es la mayor crueldad, la mayor frialdad, la mayor dureza. solo quiero recordar esto, que desde hace muy poco tiempo, desde que hace a penas pocos meses precisamente el temor a esta ley ha aconsejado mayor prudencia en el ejercicio de este proselitismo, a los enfermos en los hospitales se les despertaba una determinada hora de la mañana para rezar, los señores que aquí hablan en defensa de unas determinadas congregaciones y que no han tenido que ir a ningún hospital, cuando hayan pasado una noche de sufrimiento, una noche de insomnio y después de esta noche interminable hayan, por fin conciliado el sueño, habrán tenido a las personas de su custodia, para decir; “ silencio, no despertarle, que ha pasado mala noche”.

   A los enfermos en los hospitales se les despertaba, hubieran pasado no una noche de sufrimiento, y yo se de una enferma, de una recién operada, que después de una noche de sufrimientos horrendos, habiendo, por fin, conciliado el sueño de madrugada fue despertada a las siete de la mañana con estas palabras; “sino reza, no tendrá desayuno” (Rumores en el hemiciclo). Esto no es sectarismo si quiera, ¿ que se les va a pedir a unas mujeres por santas que sean ( no quiero dudar de su santidad), son casi todas completamente incultas, completamente alejadas todas de sus funciones de enfermeras?,¿ como se les va a exigir que posean conocimientos que nadie cuido de darles?, la imposición de un habito, el pronunciamiento de unos votos, podrán abrir el camino del cielo, no pueden dar, por desgracia, la ciencia infusa……………………….


Cierra España.

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