sábado, 30 de enero de 2010

SUCESOS 1934.9ª parte.

«El Socialista» advierte a sus lectores: «Transigir con la CEDA en el Poder es conformarse brevemente con la restauración borbónica... La CEDA es el desafío a la República y la clase trabajadora»

El Socialista, de 4 de octubre de 1934

¿Está ya resuelta la crisis?

Trabajadores: Hoy quedará resuelta la crisis. La gravedad del momento demanda de vosotros una subordinación absoluta a los deberes que todo el proletariado se ha impuesto. La victoria es aliada de la disciplina y de la firmeza.

Cuando escribimos estas líneas no hay, oficialmente al menos, Gobierno que reemplace al dimisionario. El señor Lerroux conserva los poderes y se dispone, en el día de hoy, a continuar sus gestiones, entorpecidas y dificultadas por problemas de segundo y tercer grado. En efecto, la versión que se facilita a la opinión es que inconvenientes de poca monta, detalles, han impedido dejar constituido ayer el Gobierno, cuyos núcleos fuertes serán de un lado los radicales y del otro los cedistas. Será hoy, pues, cuando el disparate se consume. Ante semejante contingencia, extremadamente funesta para España, no nos queda otra posibilidad que ratificar nuestras palabras serenas de ayer. No hemos perdido el tino ni estamos dispuestos a perderlo. Ratificando nuestras palabras de ayer nos economizamos formular otras nuevas. Ahora bien: la versión que de la tramitación de la crisis se da a conocer, ¿es exacta? Si recogemos la referencia oficial de ella es porque nos importa enfrentarla con la explicación popular, extendida por todo Madrid, y que no sería extraño resultase, a la postre, más verídica que la facilitada por el propio Lerroux, a quien es fuerza que tengan sobre ascuas las reacciones populares, acusadas de manera harto visible en la jornada de ayer. En concepto de las gentes sencillas, y de las que no lo son, el Gobierno está constituido, ocultándose al país esta circunstancia por una razón de estrategia. ¿Estrategia? Palabra demasiado sospechosa para estos instantes, en que la República, incluso la tímida República del 14 de abril, parece jugárselo todo. Por estrategia se da la ocultación de un Gobierno que parece estar constituído ya y del que subrepticiamente circulan listas bien detalladas, en las que el coeficiente de error parece muy pequeño. Tenemos derecho a ponernos serios y preguntar: ¿Está ya resuelta la crisis? En nuestro concepto, el certero instinto popular contadas veces se equivoca. Y si a esa circunstancia añadimos otras más, justificativas de una alarma excesiva, tendremos más de una razón para creer que ciertamente hay algo que se oculta al conocimiento público, ocultación que avisa por sí misma la presencia de algo que se asemeja a un delito de leso republicanismo. Si la solución a la crisis es cuerda, ¿qué razón hay para ocultarla? Y si está a falta de cordura, ¿por qué admitirla? Lo que tarde en amanecer será lo que dure la angustia de España, apesadumbrada por el augurio de un nuevo Gobierno que amenaza ser culminación de los pasados errores. Lo que tarde en amanecer... Mas, ¿cuántas horas van de la noche al día? ¿No son acaso demasiadas?

El certero instinto popular raramente se equivoca. Y es ese instinto el que difunde la noticia de que el peligro de una regresión al pasado es inminente. El buen pueblo que saludó emocionado la victoria del 14 de abril está que no sale de su asombro. ¿Tan breve es el tránsito de la ilusión a la desesperación? Es increíble. En efecto: increíble. Mas, ¿qué hacer? Esta es la pregunta que se habrán formulado a estas horas cientos de miles de españoles: ¿Qué hacer? Dos son los caminos: el de la resignación, que a nadie aconsejamos, y el de la oposición, que será el nuestro. No se nos tome en cuenta la exactitud de las palabras. No podemos usarlas con el rigor que fuera de nuestro gusto. El lector, pues, puede recargar la palabra oposición con los acentos que le resulten más gratos, en la seguridad de que no sufrirá engaño. Transigir con la CEDA en el Poder es conformarse buenamente con una restauración borbónica.

Es admitirla como inevitable. ¿Se avienen a eso los republicanos? Nosotros, no. Seguimos siendo intransigentes en alto grado. La CEDA es el desafío a la República y a las clases trabajadoras. Y nadie puede jactarse hasta ahora de habernos desafiado con impunidad y sin que le ofreciésemos, inmediata y eficaz, nuestra respuesta. Recapitulemos un instante: ayudamos a la implantación de la República, nos avinimos a que se encauzase por un derrotero democrático y parlamentario, supimos disculparle yerros de bulto; todo eso hicimos y mucho más. ¿Es que se nos puede pedir que nos crucemos de brazos ante el peligro de que la República pacte su propia derrota? Se nos pediría, en tal caso, complicidad con un delito, y preguntamos: ¿Quién es el que puede hacernos esa petición? Que se yerga. Que asuma la responsabilidad de tamaña demanda. La degradación republicana ha llegado al límite previsto, y, asumiendo la responsabilidad de nuestras palabras y nuestros actos, revaloramos nuestras palabras de ayer: Ni un paso atrás. Quienes estén en nuestra línea, que es la línea de todos los trabajadores españoles, que sumen gozosos sus esfuerzos al esfuerzo socialista. Todavía es tiempo, o, mejor dicho: ahora es tiempo. Después...; después puede ser -con uno u otro resultado- demasiado tarde

Cierra España.

viernes, 29 de enero de 2010

SUCESOS 1934.8ª parte.

«Gaziel» comenta la falta de sincronismo entre el gobierno de la Generalidad (izquierdas) y el de la República, de centro derecha

Gaziel. La Vanguardia, 5 de octubre de 1934

«Las armas de la Generalidad»

En el cortísimo tiempo que lleva de vida el nuevo régimen autonómico de Cataluña, parte esencial de la República española, las relaciones de los Poderes públicos que encarnan a uno y otra han presentado ya dos figuras sensiblemente distintas. Y ahora, en estos mismos momentos, se comienza a dibujar otra nueva. Y así como es deber de los astrónomos estudiar las fases de la luna y los eclipses de sol, el buen observador político ha de seguir también atentamente los movimientos sucesivos y las correspondientes transformaciones que se producen en la natural rotación de nuestro incipiente sistema planetario hispano. Pues todo lo que estamos viendo en la esfera política de nuestro país, desde que vinimos al mundo, y lo que probablemente ocurrirá todavía cuando ya no estemos en él, no tiene ni tendrá más significación que la de un laborioso e incierto intento de transformar los restos de un astro imperial definitivamente muerto en un conjunto planetario mucho más modesto, pero armónico y vivo. Y el período actual de esa tentativa de renovación es uno de los más difíciles y delicados.

Primera fase: el Gobierno de la República y la Generalidad de Cataluña, apenas creados uno y otra, se entendían perfectamente porque -izquierdistas los dos- sus respectivas rotaciones estaban sincronizadas. Fué la época del sol espléndido y de la luna llena. El Gobierno de Madrid lanzaba el claro brillo de sus fuegos, como si fuese eterno, y el satélite plateado de la Generalidad presentaba una faz redondeada y risueña, al recibir plenamente esos reconfortantes destellos. Se dijo que el llamado problema de Cataluña (en realidad el problema hispánico) estaba resuelto para siempre. La República -proclamaban los optimistas- había reincorporado definitivamente Cataluña a España.

Segunda fase: cambió el Gobierno de la República, y sus destellos se inclinaron sensiblemente hacia la derecha. Entonces la luna de la Generalidad, que seguía rodando hacia la izquierda, perdió en parte su foco y apareció en cuarto menguante. Un buen cacho del astro autonómico desapareció en la sombra. Y la parte restante, todavía iluminada, lo fué ya como de soslayo, con esa melancolía característica de la luna declinante al vagar como desamparada por el cielo otoñal. A poco surgieron nubarrones oscuros y en sus tenebrosas entrañas brillaron los primeros relámpagos. Este proceso de borrasca ha durado varios meses, hasta la caída del Gobierno Samper.

Tercera fase o actual: la rotación del Gobierno de la República y la de la Generalidad están casi desincronizadas del todo. No parecen del mismo sistema. El sol va por su lado, la luna por otro. Hay riesgo de que se produzca un eclipse: entre ambos amenazan interponerse varios cuerpos opacos. Las tinieblas aumentan, las chispas menudean, los truenos redoblan. ¿Qué va a ocurrir?

Pues bien: el deber de todo astrónomo con sentido común es anunciar que no debe ocurrir nada, que esto es un caso perfectamente previsto y normal en las esferas siderales, y que, de suceder algo grave, un choque u otro cataclismo cualquiera, será pura y exclusivamente por necedad de los hombres, y no, en manera alguna, por fallo o deficiencia de las leyes cósmicas.

El caso presente, de que el Gobierno de la República sea un gobierno de derechas, mientras el de la Generalidad es un gobierno de izquierdas, o al caso contrario (que puede ocurrir, y ocurrirá seguramente, el día de mañana), son contingencias normales, previsibles, lógicas, que en sí nada tienen de lamentable ni peligroso, como no sea la desviación que les den la bellaquería o la malignidad humanas. Claro que sería muchísimo mejor, más llano, si el sistema político español funcionase como un aparato de relojería sencillo, y que el sincronismo de sus distintas piezas fuese tan perfecto, que cuando de pronto una de las ruedas acelera su ritmo, lo acelerasen también las demás, por modo idéntico, y cuando una se retrasa, se retrasasen igualmente todas las restantes. ¡Pero eso fué, precisamente, la desastrosa uniformidad de que abominamos tantos españoles, y de la cual los catalanes muy en especial venimos blasfemando y huyendo!

Un régimen autonómico o federativo es todo lo contrario de un mecanismo sincronizado de manera simple, uniformista y estrecha. Y a lo que más se parece, no es a una miserable obra de relojero humano, sino a la grande y maravillosa relojería de Dios, que supo lanzar al espacio verdaderos enjambres de cuerpos autónomos, cuyas densidades, rotaciones y traslaciones ofrecen, en cada uno de por sí, diferencias colosales y contrastes tan grandes que llegan a parecer irreductibles, pero cuyo conjunto se mantiene trabado en sistema perfecto, gracias a la superior armonía de una cohesión soberana. Y ante eso -o, bajando a la más terrena realidad, ante la diversidad enorme y la convivencia admirable que se ofrecen en el imperio británico- ¿vamos nosotros a asustarnos y echarlo todo a rodar, porque en nuestro incipiente y microscópico sistema autonómico hispano coexisten un gobierno central de derechas y un gobierno regional de izquierdas? ¿Tan menudas y tan estúpidas serían nuestra ciencia, nuestra habilidad astronómicas?

Desde que el Gobierno de la República y el de la Generalidad dejaron de vivir acordes, uno y otro, presas de una combatividad intempestiva e innecesaria, han desbarrado muchas y repetidas veces. En esta discordancia nada favorable, la Generalidad, que es la parte más débil, la más tierna y quebradiza -la que, siguiendo nuestra comparación planetaria, desempeña, quieras que no, y habrá de desempeñar aún por bastante tiempo (aunque no eternamente), el papel de luna, del satélite que experimenta en sí mismo los altibajos de la irradiación recibida del centro solar que es la República española-, ha sido, sin duda alguna, la más hipersensible, la más nerviosamente vulnerable. Las molestias recibidas del Gobierno central, en varias ocasiones, pusieron a la Generalidad -o a un sector muy importante de sus componentes, no a todos, por fortuna- en un verdadero frenesí. De ahí que su manera de enfocar la pugna haya resultado, en algunos momentos, realmente frenética. ¡Y este es, precisamente, un proceso larguísimo, lento, que requiere una serenidad y una calma infinitas!

¿Acaso Castilla consiguió castellanizar a la mayor parte de España, en un abrir y cerrar de ojos? No: fué la suya una obra paciente, tenaz, una obra de siglos. Pues este empeño nuestro, de Cataluña, no ya de catalanizar opresivamente, pero sí de infundir el sentido catalán, la visión diversificada, el sentimiento autonomista y federativo propios, a todas las demás tierras de España, es otra empresa colosal, si no tan ardua como aquélla, por lo menos extraordinaria y difícil. Para realizarla, debemos armarnos los catalanes, sí; pero no de armas de fuego, sino de armas de luz. Estas deben ser las formidables y únicas armas de la Generalidad de Cataluña. A golpes de inteligencia derribaremos a Castilla, a pesar de la inmensa fuerza de que dispusieron en sus grandes tiempos, no pudieron con nosotros, con nuestro indestructible espíritu, cuando emplearon contra él la violencia repetidas veces, ¿cómo vamos nosotros, mucho más débiles y menos guerreadores, a poder brutalmente con ellos?

Por esto yo quisiera -y daría, por verlo, cuanto tengo y pueda tener- que la Generalidad, con los sucesivos gobiernos que la representen, tuviese, mientras dure, la virtud de ser política, y abandonase de una vez para siempre el vicio de querer ser guerrera. O triunfaremos por la inteligencia, o perderemos. Incluso en las horas más favorables, la jactancia de una fuerza bruta que no poseemos nos perjudicará siempre. Y yo creo que nos perjudicaría incluso en el caso de que la poseyéramos. La violencia, tal vez por raro instinto, me ha repugnado siempre. Soy de los convencidos inexpugnablemente de que la guerra no ha resuelto ni mejorado nunca nada. Todo cuanto con ella aparentemente se hizo, sin ella se habría hecho muchísimo mejor. La inteligencia, el tacto, la constancia gobiernan el mundo. Procurándose esas armas invencibles, la Generalidad podrá reírse amablemente de todas las contrariedades, de todas las peripecias, de todas las fases menguantes que debe experimentar. Si lo que se procurasen fuesen ametralladoras, iríamos fatalmente a la ruina.

Cuando, en mis horas de astrónomo solitario, observo con angustia las mil cosas inútiles, nocivas, que en Cataluña se han venido haciendo por unos y otros, y especialmente desde el plano gubernamental, en el poco tiempo transcurrido desde que alcanzamos una rudimentaria autonomía, no puedo menos que suspirar y decirme: en medio siglo escaso, que es lo que lleva de vida nuestro movimiento político, a pesar de nuestra aspereza, de nuestra falta de elegancia, de nuestra nulidad diplomática, de las trombas de rencor que innecesariamente levantamos, conseguimos hacernos casi los árbitros de la vida pública española. Con un poco de inteligencia, de unión entre nosotros, de maneras con los demás, de habilidad, de amplitud espiritual, de verdadero sentido práctico, en otros cincuenta años -¡ah, Señor!- podríamos todavía hacernos..., no digamos los amos, los regeneradores de España.-

Cierra España.

miércoles, 27 de enero de 2010

Sin permiso de Rafa España.


Como siempre que puedo, me gusta de pasar por los espacios de los camaradas y amigos que tengo a bien tener en este ciber espacio que es Internet, dónde se encuentran opiniones que son de quitarse el sombrero, en este caso uno de ellos es el espacio de Rafa España, uno de los mejores en este nuestro ámbito de intentar opinar sobre la verdad de lo que acontece en esta nuestra España, dando una vuelta por el, me encuentro con un comentario, el cual, he recogido para el mío, no porque Rafa, amigo y camarada sea incapaz de contestar a este señor, al contrario, me decido a contestarle desde este mi espacio para no robar protagonismo, ni el espacio que Rafa tiene por derecho en su blog, y que además a mi me gustaría de contestar, al ser demasiado extenso ya que con unas palabras no lograría explicarme ni argumentar decido sin el premiso de Rafa hacerlo desde aquí, por lo que le pido mil disculpas por esta iniciativa, poco cortes por mi parte, el asunto es el siguiente, el cual viene a colación de la desaparición de la estatua de Millán Astray, última retirada de este gobierno de izquierda y cito el comentario:


PuntoyComa dijo... 23 de enero de 2010 20:32

¿A qué huele? mmm... ¿A odio quizá? No, creo que más bien es el dolor de la JUSTICIA.

No es cobardía, sino aplicación de la más clara legalidad. Y le recuerdo, que esta medida es una respuesta considerada necesaria (y elegida por la mayoría del electorado español)para reparar al olvido al que se sometió a la parte "vencida" de este país. Por fin una medida que condena la impunidad con la que se relegó al olvido a una mitad de este país; una mitad a la que se prohibió llorar a sus muertos. Le recuerdo que la justicia es eterna, y nunca es tarde para repararla.

Y al igual que no existe ninguna "Hitlerstraβe" en Alemania, ni ninguna obra que enaltezca su memoria, no veo por qué nosotros sí debemos permitirlo.

Así que, por favor, guarde su veneno...

Sr. punto y coma, me gustaría argumentarle en varios puntos de historia reciente de este país, la iniciativa de olvidar, desaparecer, ocultar y destruir la historia de este país que la señora ministra de defensa realiza con el beneplácito de las instituciones a las que representa empezando por defensa, no tiene sentido alguno por varios motivos:

1- no es de recibo que se relegue al olvido, ni se aparte de la historia a los laureados que por fanatismo político se quieren apuntar como tales dentro del periodo del gobierno de Franco, ya que por documentos históricos no lo fueron, ya que fueron concedidas en el año 20 y no en el 36-39 y aun siendo así, se están obviando las que se produjeron en el 58 que nada tiene que ver con este periodo, además de que las que se concedieron en la época del glorioso movimiento fueron dadas en el campo del honor, combatiendo por un ideal, cómo lo hicieron los perdedores a los cuales ahora se les ponen calles en detrimento de los primeros.

2- Esa estatua que han apartado, junto con los honores que este nombre tenia, fueron producidas en la guerra de Marruecos, en el Rift, norte de África, qué nada tiene que ver con el período del 36-39, y que por desmemoria histórica se le atribuye al bando nacional, el cual no existía, y si en el gobierno monárquico de Alfonso XIII Rey de España, el cual fue quien la concedió...

3- La demagogia de comparar, gobiernos pasados, con los que se produjeron en España en los años 20 y 30, esta fuera de lugar.

4- Aquí no se esta reparando nada, se esta faltando a la verdad tanto en cuanto, se le atribuye al bando nacional o vencedor, condecoraciones y honores que datan del año 20 y 21 en su inmensa mayoría, tanto en héroes muertos, como en los que en su mayoría lo consiguieron en vida, los cuales eran pocos.

5- Tal como va el asunto, no es de extrañar, que también cambien la historia y digan ustedes además de afirmar que Alfonso XIII, también lucho al lado del bando nacional, al igual que Carlos V o Felipe II y por lo tanto, todo lo que les correspondan debe desaparecer por ser franquista.

6- Si la justicia existiera y existen documentos que se pueden aportar, señores como Carrillo, hoy serian juzgados por crímenes contra la humanidad, ya que tanto ustedes hablan sobre este tema, pero…….siempre existe un pero, la verdad es la contraria, la justicia es la que a ustedes les interesa, por lo tanto la justicia de la que habla, su justicia no existe, y si la del revanchismo y el faltar a la historia militar de esta tierra.

7- Esa mayoría del electorado español a la que usted se refiere, esta compuesta de separatistas, nacionalistas y terroristas, púes vaya legalidad……….legalidad que utilizan para quemar banderas nacionales, retratos del rey y sentirse mundialmente mundialistas, cuándo somos el payaos de turno de Europa y el resto del mundo, algo que se les debería de agradecer a ustedes, ya que cualquier país medianamente consecuente y sobre todo las instituciones militares no obvian su historia por interés político y revanchista.

8- En este ultimo punto solo deseo terminar esta argumentación con una pequeña pregunta para usted, si hubiera vencido el bando republicano, algo que es una utopia, que hubiera sido de España durante setenta años?,un GULAG mas de la extinta URSS?.....,o talvez estaríamos en la misma situación que usted argumenta pero a la inversa?,dejen de neutralizar la historia y de hacerla desaparecer, convirtiéndolas en la que a ustedes les interesa, pues ustedes o9 en este caso los dirigentes del bando perdedor, dejaron a su suerte, a los que por convencimiento intentaron luchar a su lado, fueron unos traidores hacia ellos, el pueblo, que decidió combatir al lado de la republica y ahora vuelven para darse palmadas en el pecho, ustedes sois los que vendisteis al pueblo dejándolos tirados como a perros y eso si que es historia de España, que cambien a desaparecido del mapa.

Creo que no tengo mas que argumentarle de momento, gracias por atenderme y si no le gusta esta mi argumentación, pues que le vamos a hacer…………esta si que duele y no es revanchismo, sino historia, la que no se cuenta.

Cierra España.

martes, 26 de enero de 2010

SUCESOS 1934.7ª parte.

José Antonio Primo de Rivera escribe al General Franco el 24 de septiembre sobre la revolución que se avecina


PRIMO DE RIVERA, J.A.: Obras Completas. Madrid, 1945: pág. 623

«Mi general: Tal vez estos momentos que empleo en escribirle sean la última oportunidad de comunicación que nos quede; la última oportunidad que me queda de prestar a España el servicio de escribirle. Por eso no vacilo en aprovecharla con todo lo que, en apariencia, pudiera ella tener de osadía. Estoy seguro de que usted, en la gravedad del instante, mide desde los primeros renglones el verdadero sentido de mi intención y no tiene que esforzarse para disculpar la libertad que me tomo.

»Surgió en mí este propósito, más o menos vago, al hablar con el ministro de la Gobernación hace pocos días. Ya conoce usted lo que se prepara: no un alzamiento tumultuario, callejero, de esos que la Guardia Civil holgadamente reprimía, sino un golpe de técnica perfecta, con arreglo a la escuela de Trotsky, y quién sabe si dirigido por Trotsky mismo (hay no pocos motivos para suponerlo en España). Los alijos de armas han proporcionado dos cosas: de un lado, la evidencia de que existen verdaderos arsenales; de otro, la realidad de una cosecha de armas risible. Es decir, que los arsenales siguen existiendo. Y compuestos de armas magníficas, muchas de ellas de tipo más perfecto que las del Ejército regular. Y en manos expertas que, probablemente, van a obedecer a un mando peritísimo. Todo ello dibujado sobre un fondo de indisciplina social desbocada (ya conoce usted el desenfreno literario de los periódicos obreros), de propaganda comunista en los cuarteles y aun entre la Guardia Civil, y de completa dimisión, por parte del Estado, de todo serio y profundo sentido da autoridad. (No puede confundirse con la autoridad esa frívola verborrea del ministro de la Gobernación y sus tímidas medidas policíacas, nunca llevadas hasta el final.) Parece que el Gobierno tiene el propósito de no sacar el Ejército a la calle si surge la rebelión. Cuenta, pues, con la Guardia Civil y con la Guardia de Asalto. Pero, por excelentes que sean todas esas fuerzas, están distendidas hasta el límite al tener que cubrir toda el área de España en la situación desventajosa del que, por haber renunciado a la iniciativa, tiene que aguardar a que el enemigo elija los puntos de ataque. ¿Es mucho pensar que en lugar determinado el equipo atacante pueda superar en número y armamento a las fuerzas defensoras del orden? A mi modo de ver, esto no era ningún disparate. Y, seguro de que cumplía con mi deber, fui a ofrecer al ministro de la Gobernación nuestros cuadros de muchachos por si llegado el trance quería dotarlos de fusiles (bajo palabra, naturalmente, de inmediata devolución) y emplearlos como fuerzas auxiliares. El ministro no sé si llegó siquiera a darse cuenta de lo que le dije. Estaba tan optimista como siempre, pero no con el optimismo del que compara conscientemente las fuerzas y sabe las suyas superiores a las contrarias, sino con el de quien no se ha detenido en ningún cálculo. Puede usted creer que cuando le hice acerca del peligro las consideraciones que le he hecho a usted, y algunas más, se le transparentó en la cara la sorpresa de quien repara en esas cosas por primera vez.

»Al acabar la entrevista no se había entibiado mi resolución de salir a la calle con un fusil a defender a España, pero sí iba ya acompañada de la casi seguridad de que los que saliéramos íbamos a participar dignamente en una derrota. Frente a los asaltantes del Estado español probablemente calculadores y diestros, el Estado español, en manos de aficionados, no existe.

»Una victoria socialista, ¿puede considerarse como mera peripecia de política interior? Sólo una mirada superficial apreciará la cuestión así. Una victoria socialista tiene el valor de invasión extranjera, no sólo porque las esencias del socialismo, de arriba abajo, contradicen el espíritu permanente de España; no sólo porque la idea de patria, en régimen socialista, se menosprecia, sino porque de modo concreto el socialismo recibe sus instrucciones de una Internacional. Toda nación ganada por el socialismo desciende a la calidad de colonia o de protectorado.

»Pero además, en el peligro inminente hay un elemento decisivo que lo equipara a una guerra exterior; éste: el alzamiento socialista va a ir acompañado de la separación, probablemente irremediable, de Cataluña. El Estado español ha entregado a la Generalidad casi todos los instrumentos de defensa y le ha dejado mano libre para preparar los de ataque. Son conocidas las concomitancias entre el socialismo y la Generalidad. Así, pues, en Cataluña la revolución no tendría que adueñarse del poder: lo tiene ya. Y piensa usarlo, en primer término, para proclamar la independencia de Cataluña. Irremediablemente, por lo que voy a decir. Ya que, salvo una catástrofe completa, el Estado español podría recobrar por la fuerza el territorio catalán. Pero aquí viene lo grande: es seguro que la Generalidad, cauta, no se habrá embarcado en el proyecto de revolución sin previas exploraciones internacionales. Son conocidas sus concomitancias con cierta potencia próxima. Pues bien: si se proclama la República independiente de Cataluña, no es nada inverosímil, sino al contrario, que la nueva República sea reconocida por alguna potencia. Después de eso, ¿cómo recuperarla?. El invadirla se presentaría ya ante Europa como agresión contra un pueblo que, por acto de autodeterminación, se había declarado libre. España tendría frente a sí no a Cataluña, sino a toda la anti-España de las potencias europeas.

»Todas estas sombrías posibilidades, descarga normal de un momento caótico, deprimente, absurdo, en el que España ha perdido toda noción de destino histórico y toda ilusión por cumplirlo, me ha llevado a romper el silencio hacia usted con esta larga carta. De seguro, usted se ha planteado temas de meditación acerca de si los presentes peligros se mueven dentro del ámbito interior de España o si alcanzan ya la medida de las amenazas externas, en cuanto comprometen la permanencia de España como unidad. Por si en esa meditación le fuesen útiles mis datos, se los proporciono. Yo, que tengo mi propia idea de lo que España necesita y que tenía mis esperanzas en un proceso reposado de madurez, ahora, ante lo inaplazable, creo que cumplo con mi deber sometiéndole estos renglones. Dios quiera que todos acertemos en el servicio de España.

»Le saluda con todo afecto, José Antonio Primo de Rivera.»
 
Cierra España.

domingo, 24 de enero de 2010

SUCESOS 1934.6ª parte.


Ante la anulación de la «Ley de Cultivos» catalana por el Tribunal de Garantías Constitucionales, las minorías de la «Esquerra» y nacionalistas vascos se retiran del Parlamento


Diario de Sesiones, de 12 de julio de 1934

El Sr. Presidente: Tiene la palabra el Sr. Santaló.

El Sr. Santaló: Señores Diputados, he de agradecer, ante todo, las facilidades que esta minoría ha encontrado, una vez más, en el Presidente de esta Cámara para hacer en la tarde de hoy unas manifestaciones terminantes y claras respecto a la posición de esta minoría ante el fondo y la forma de la política que viene desarrollándose por estas Cortes y por los Gobiernos sostenidos por ellas.

«No vamos a fatigar a la Cámara con prolijas consideraciones intentando justificar una actitud, cuando tenemos la convicción de que lo está, por lo menos, en la intimidad de la conciencia de todos vosotros.

Las palabras que hemos de pronunciar en nombre de esta minoría catalana, integrada por la Esquerra, federales y Unión Socialista, cumpliendo un deber ineludible y al impulso del más ardoroso sentimiento republicano, son la expresión fiel de la voluntad del pueblo que representamos, polarizada en el entusiasmo del 14 de abril de 1931 y firme en mantener el sentido inicial de la nueva política, inteligente y honrada, del Régimen nuevo: la reconquista de la dignidad civil, la posibilidad de una estructuración del Estado reconociendo las peculiaridades históricas y naturales de las regiones que acusan una definida personalidad y la superación del Estado moral y económico presentes con el ejercicio de la libertad, el fomento de la cultura y una justicia social que responda, con lealtad, sin claudicaciones, al texto constitucional y a sus leyes complementarias.

De ese proyecto y de esa obra de renovación, de emancipación y de fecundas posibilidades fué testigo y asidua colaboradora la minoría catalana en las Cortes Constituyentes. Nunca se desplegaron los labios de sus representantes para poner un obstáculo, y muchas veces, de todos los sectores da la Cámara, fueron subrayadas con aplausos manifestaciones del más profundo sentido patriótico. La minoría actual ha venido animada de los mismos propósitos. No podía creer, ni siquiera sospechar, que se intentara una obra regresiva, siempre peligrosa, y que reputamos temeraria e injusta en las circunstancias actuales. Tampoco lo creía Cataluña.

Ha sido preciso ver, para rectificar nuestro criterio, cómo reiterada y sistemáticamente, frente a la política republicana auténtica, estas Cortes y los Gobiernos sostenidos por ellas imponían una política de signo contrario. Impotentes para crear, han atacado y anulado principios esenciales de la Constitución y derogado leyes dictadas por imperativos de justicia. Queda en las páginas del Diario de Sesiones el testimonio de nuestras protestas y de nuestra oposición, junto a las formuladas por otros sectores de esta Cámara. Esta lucha contra la desnaturalización de la República no nos rendía, sin embargo, porque nos confortaba la presencia y el ánimo de otros partidos y especialmente la cálida vibración de Cataluña.

Pero hemos de confesar, Sres. Diputados, que si no se ha colmado nuestra resistencia para la lucha, sí ha ocurrido para continuar en estos escaños a satisfacción de nuestros electores y de nuestra conciencia. La pretensión absurda de querer arrastrar a esa política antirrepublicana la política de Cataluña es incompatible con nuestras convicciones, nuestros sentimientos y nuestra voluntad. No justifican nuestra decisión síntomas ni amenazas más o menos veladas. Son hechos definidos, agresiones tan manifiestas a la Autonomía de Cataluña, como la resistencia a tramitar y a ejecutar acuerdos de una Comisión creada por precepto constitucional; es el fallo contra una ley justísima, hiriendo, a su vez, al Parlamento catalán; es el ataque contra la inmunidad necesaria a todo legislador, unido a resistencia y desconfianzas reñidas con una actitud de cordial colaboración.

Tenemos muy presente cómo en una noche memorable, en este mismo recinto, una voz de recio temple castellano pronunció estas palabras: «El último estado peninsular, procedente de la antigua monarquía católica, que sucumbió al peso de la Corona despótica y absolutista, fué Cataluña, y el defensor de las libertades catalanas pudo decir, con razón, que él era el último defensor de las libertades españolas.» Este pensamiento y este sentimiento racial de Cataluña es exactamente el nuestro en el momento actual de la Historia. Nos inspira y nos alienta.

Por el prestigio de la República, por el respeto y eficiencia de la Constitución, por los derechos de Cataluña, nos ausentamos de estos escaños sin asomo de despecho, con todos los respetos para la Presidencia y con afecto personal para todos, en espera de una rectificación que sea garantía de libertad y de paz para los ciudadanos y para los pueblos. Cataluña, al amparo de la Constitución, continuará su obra por las propias libertades y para las libertades españolas.»

¡Viva la República! (Algunos Sres. Diputados contestan a este rica y aplauden.- El Sr. Presidente del Consejo de Ministros pide la palabra.- La minoría Esquerra catalana abandona el salón.- Rumores. El Sr. Rey Mora: Eso de irse, sin esperar la contestación del Gobierno, es una descortesía.- Continúan los rumores.- El Sr. Royo Villanova: ¿A quién va a contestar el Presidente del Gobierno?)

El Sr. Presidente: ¡Orden, Sres. Diputados! Tiene la palabra el señor Presidente del Consejo de Ministros.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Samper): A pesar de que la actitud de la minoría de Esquerra catalana podría relevarme en absoluto del deber de contestar a las manifestaciones del Sr. Santaló, no renuncio al que me corresponde con la Cámara, aun cuando por dicha minoría se haya dejado de cumplir con el de cortesía, que, cuando menos, siempre tiene el Gobierno el derecho a esperar. (Muy bien. Aplausos.)

El discurso leído por el Sr. Santaló viene a expresar, en síntesis, lo siguiente: primero, que el Gobierno realiza una política regresiva, porque ha derogado leyes dictadas por imperativos de justicia y no ha creado, en cambio, otras; segundo, que el Gobierno comete agresiones contra Cataluña, como lo demuestra la resistencia a tramitar unos acuerdos de la Comisión mixta de traspaso de servicio: (El Sr. Ventosa pide la palabra.), lo ocurrido con la ley de Cultivos y la cuestión pendiente con motivo de la inmunidad parlamentaria de los Diputados de la Generalidad, y tercero, que por estos motivos, por estas, razones, sin ánimo de hostilidad, la minoría de Esquerra catalana se considera en el caso de ausentarse hasta que esta política se rectifique y la libertad de los ciudadanos esté garantizada. Creo que he interpretado con exactitud las palabras pronunciadas por el Sr. Santaló.

Voy a alterar los términos de la cuestión para dar más importancia a lo que constituye la preocupación actual, y así me referiré primeramente al problema de la ley de Cultivos. ¿Constituye una agresión del Gobierno lo ocurrido en este asunto? Vamos a verlo. Este problema de la ley de Cultivos puede examinarse desde tres puntos de vista: en cuanto afecta al Gobierno, en cuanto toca al Tribunal de Garantías Constitucionales y en cuanto corresponde a los Parlamentos: al de Cataluña y al de España.

El Gobierno. El Gobierno (me interesa mucho hacerlo constar aquí) no entabló recurso que la ley autoriza contra la de Cultivos inducido por una proposición incidental que se presentó en las Cortes; lo entabló por propio y espontáneo impulso. La proposición incidental presentada a las Cortes sirvió, a lo sumo, para recordar lo apremiante del plazo y la existencia del problema que había que resolver. Se consideró el Gobierno depositario de una función, porque saben todos los Sres. Diputados que la competencia de las Cortes para conocer de determinadas materias legislativas sólo el Gobierno puede ampararla y defenderla, acaso por un error de concepción de la ley que establece este principio. Pero al Gobierno se le planteaba esta preocupación: esa ley de Cultivos, que en algunos aspectos puede ofrecer una invasión de jurisdicciones que incumben al Parlamento español, ¿debe ser recurrida o no por el Poder ejecutivo? Si recurrimos, es posible que algún sector de la Cámara -la Esquerra catalana- considere que hemos hecho mal; si no recurrimos, el Parlamento español puede entender que una función de la que era únicamente depositario el Gobierno, había sido abandonada, con abandono consiguiente del cumplimiento del deber. El Gobierno estudió con afán esta ley y se encontró por lo menos con la duda de que la facultad presunta de confeccionar la ley, de producirla, podía corresponder al Parlamento y tenía que interpretar cuál podía ser la voluntad de éste. Y, ante esa duda, hizo todo lo que hace un buen administrador cuando no puede consultar a su mandante o cuando no debe consultarle, que es, por lo pronto, no perder el trámite y entablar el recurso, sin perjuicio de observar luego cuáles eran los movimientos parlamentarios para atenerse a ellos y desistir del recurso, si hubiera sido preciso. El Gobierno entabló el recurso. ¿Cómo? ¿Improvisadamente? ¿Impremeditadamente? No; porque, a pesar de la escasez de tiempo, el Gobierno consultó, primero, con el Consejo de Estado y después con la Sala de gobierno del Tribunal Supremo, y ambos organismos le dijeron que había motivos suficientes para entablar este recurso que autorizaba la ley.

No fué infundada tampoco la actitud del Gobierno. Para hacer esta afirmación no voy a invocar la sentencia, porque voy a prescindir de ella como si no existiese, ya que así es como creo que rindo el máximo respeto al Tribunal de Garantías, apartando de toda discusión y de todo debate su fallo. Para afirmar que no estuvo infundado el Gobierno cuando entabló el recurso, me basta con examinar la actitud de la defensa de la Generalidad en el acto de la vista, la actitud del Sr. Hurtado que, cuando llegó al art. 8.º de la ley de Cultivos, no tuvo una palabra de reproche ni de observación a las mantenidas por el fiscal. Ese art. 8.º, como saben todos los Sres. Diputados, se refiere a la facultad que se atribuye a la Junta arbitral de asumir las facultades propias del dueño de la finca; de arrendar ésta, primero, al denunciante de un incumplimiento de contrato, y luego, a la persona que la Junta tenga por conveniente, desde el instante en que dice que la arrendará al más necesitado o, en su defecto, a cualquier Sindicato o Cooperativa. Y esto, que era una asunción de atribuciones inherentes al derecho de propiedad, llevaba consigo la idea de una posible expropiación, y ello, evidentemente, invadía las facultades propias del Parlamento y podía ser una infracción del artículo de la Constitución, que atribuye exclusivamente a las Cortes todo cuanto afecta a la legislación y ejecución en materia de expropiación forzosa.

No era, pues, infundado el recurso entablado por el Gobierno y para ello me atengo a la propia actitud de la elocuente defensa de la Generalidad de Cataluña en el acto de la vista. Pero aunque hubiera sido infundado, yo digo que el ejercitar un recurso legal no causa agravio a nadie; no significa perseguir a ninguna entidad, a ningún ciudadano y en este caso a ninguna región, el utilizar un recurso que da la ley. ¿Qué podía ocurrir, a lo sumo, con ello? ¿Que el Gobierno se excediera en su celo? ¿Que la facultad de vigilancia que la atribuye la ley le hubiera despertado tales estímulos en el fondo de su ánimo que fuese a recurrir incluso en materia que era de la competencia exclusiva de la Generalidad? Pues bien, para eso está el Tribunal superior, para resolver esta cuestión. Ejercitado el recurso, aun sin fundamento, siempre suponía esto utilizar una facultad que la ley concede, y cuando se utiliza un recurso legal, a ningún ciudadano se le puede ocurrir que con ello se infiere un agravio ni se persigue a la otra parte.

Pero hay más, y este sí que es un dato importantísimo. El Gobierno entabló el recurso y esperó. Esperó la palabra del Parlamento. Transcurrió mucho tiempo, y el Parlamento, con su silencio -con su silencio- demostró la aquiescencia tácita con el recurso que se había entablado. (Muy bien.- El Sr. Prieto: Esa es una teoría absurda.- Rumores y protestas.- El Sr. Barcia: Habría que haber oído lo que hubierais dicho, si alguien hubiese dicho aquí algo.- Nuevas protestas.- El señor Royo Villanova: ¿Y los miles de catalanes que estaban contentísimos? Tengo montones de cartas y telegramas que lo demuestran. Y no atestiguo con muertos.- El Sr. Prieto: Con vivos.- Continúan los rumores.) ¿Por qué calló la Esquerra catalana? ¿Por qué la minoría de la Esquerra catalana no expuso aquí sus cuitas, sus preocupaciones?; ¿Por qué no suscitó aquí un debate para demostrar que el recurso entablado por el Gobierno constituía un agravio o que el Gobierno había faltado a su deber? Porque la Esquerra catalana, entonces, vino a coincidir con la apreciación que yo antes formulé, y es que no podía considerar agravio que el Gobierno hubiera utilizado alguno de los recursos que la ley concede y como no se consideraba agraviada, ni ofendida, por eso no pudo levantarse en sus escaños para formular un cargo contra el Gobierno. (Muy bien.)

¡El Tribunal de Garantías! Todos sabéis, Sres. Diputados, que el artículo 121 de la Constitución atribuye a este Tribunal el conocimiento de los conflictos de competencia legislativa y cuantos otros surjan entre el Estado y las regiones autónomas y los de éstas entre sí. Por lo tanto, este es el órgano adecuado para definir a quién incumbe la competencia: si al Parlamento de Cataluña o al Parlamento español. Pero luego, el art. 15 del Estatuto de Cataluña reitera la doctrina de un modo más expresivo, afirmando que todos los conflictos de jurisdicción de la índole a que antes me he referido serán resueltos por el Tribunal de Garantías Constitucionales, el cual tendrá la misma extensión en su competencia en Cataluña que en el resto del territorio de la República. Y más tarde se votó en las Cortes la ley sobre organización y funcionamiento del Tribunal de Garantías Constitucionales, y el art. 54 vuelve a decir que dicho organismo conocerá de las cuestiones que se susciten entre el Estado y las regiones autónomas o de éstas entre sí, cuando por uno u otras se legislara sobre materias ajenas a su competencia.

Y yo digo ahora : tres veces, señores de la Esquerra catalana, aunque estéis ausentes; tres veces en estas Cortes habéis reconocido que el Tribunal de Garantías Constitucionales es un órgano superior al Parlamento de Cataluña y al Parlamento español, para estos efectos, y el órgano adecuado para definir las cuestiones de competencia. Y si esto es así, ¿por qué consideráis ahora un agravio, no ya del Tribunal, sino del Gobierno, que aquél haya dictado una sentencia, en uso de su derecho, en los términos que haya considerado justos? ¿Venimos o no, señores Diputados, a respetar la ley? ¿No estamos preocupándonos constantemente de defender las esencias de la República? Pues qué, ¿la esencia fundamental de la República no es el respeto profundo a las leyes? (Muy bien.) Pues qué, ¿no pedimos a esas derechas que respeten el art. 26 de la Constitución? Y aun cuando ese art. 26 para algunos elementos de los que figuran en esas minorías representa algo contrario a sus anhelos, a sus pensamientos y a sus opiniones, ¿no está el Gobierno dispuesto a velar por el respeto hacia ese artículo, como estaría dispuesto a velar por el respeto a esa ley que confiere al Tribunal de Garantías Constitucionales esta cuestión de competencia?

Mal ejemplo, Sres. Diputados, mal ejemplo sería éste si cada vez que conozca el Tribunal de Garantías Constitucionales de un problema, la parte que se sienta, no ya perjudicada en sus derechos, sino simplemente defraudada en sus esperanzas, considerase un agravio, una persecución lo que ha sido espontánea y explícita manifestación de un Tribunal que todos con nuestros votos hemos constituido.

¿Es que el Tribunal se constituye de un modo que no corresponde a la calidad de su función? ¿Es que ha sido un inconveniente apelar a ese procedimiento del sufragio de segundo grado, que es el que en realidad viene a formar la masa de vocales de ese Tribunal? ¡Ah!, pues ésta ha sido la obra de las Cortes Constituyentes y nosotros venimos obligados a respetarla, lo mismo que los señores de la Esquerra, porque entre todo: hemos hecho esa ley.

Pero, además, Sres. Diputados, yo tengo necesidad de decir aquí, esta tarde, que hay un error profundo cuando se afirma públicamente que nosotros atentamos contra la ley de Cultivos. Esto no es así. Es necesario que España se fije bien en este problema, que es un problema de competencia, que es una cuestión de procedimiento, que no se discute; para nada el fondo del asunto, que se trata de discernir si la ley de Cultivos debe dictarla el Parlamento catalán o debe dictarla el Parlamento español, que no atentamos contra ninguno de los preceptos que integran la Ley de Cultivos y que yo personalmente -si pudiera personalmente hablar- diría que estoy de acuerdo con la tendencia, con el espíritu, y que, si se trajera al Parlamento español, muchos de los preceptos yo los votaría. ¡Ah!, luego no es esto: ni vamos contra la ley de Cultivos, ni vamos contra aquellas reivindicaciones a que tienen derecho, a mi juicio, los colonos.

Yo no soy sospechoso, porque vengo de una tierra en que, por tradición, hay un respeto profundo hacia los derechos de los colonos, que se consideran casi siempre como copropietarios de la tierra.

Lo que se discute es si debe ser obra del Parlamento catalán o del Parlamento español. Y ¿sabéis lo que habéis dicho vosotros, señores socialistas, con algunos de nosotros que formamos las Cortes Constituyentes? Pues al votar la ley Agraria habéis dicho esto en la Base 22:

«El contrato verbal o escrito de explotación rural, conocido en Cataluña con el nombre de «rabassa morta» (precisamente el contrato más peculiar que es objeto de esa ley de Cultivos), se considerará como un censo y será redimible a voluntad del «rabassaire». Una ley de inmediata promulgación regulará la forma y tipos de capitalización y cuantos extremos se relacionen con tales revisiones y redenciones. Asimismo, los arrendamientos y las aparcerías serán objeto de otra ley, que se articulará con sujeción a los preceptos siguientes (y detalla las normas de esta ley).» Y esta facultad, que el Parlamento español reivindica por medio de esa Base 22, tiene la añadidura de un precepto que figura en la Base 2.ª, donde se establece que los efectos de esta ley -de la ley Agraria- se extienden a todo el territorio nacional. Y, sin embargo, señores Diputados, si vosotros mismos, los Diputados de las Cortes Constituyentes, habéis tenido en cuenta el problema de los «rabassaires», el problema de los arrendamientos, y habéis creído que era el Parlamento español el que debía discutir y debatir esas materias, ¿qué de particular tiene que el Tribunal de Garantías Constitucionales haya podido entender lo mismo, con error o sin error, que no quiero penetrar en el fondo del asunto?

Lo que ocurre es que el Parlamento español ha incurrido en morosidad. Esta es la mayor culpa que puede atribuirse al Parlamento. El Parlamento español votó la ley Agraria en septiembre de 1932, si no estoy equivocado en la fecha, y desde septiembre del 32 ni ha promulgado esa ley inmediata que afecta a los contratos de «rabassa mona» ni ha promulgado tampoco la ley de Arrendamientos, y si este Gobierno en el corto espacio de vida que tiene es responsable, la misma responsabilidad, mayor en el tiempo, le alcanza al Gobierno de las Cortes Constituyentes, que tuvo más de un año para hacer esas leyes y no las hizo. Y entonces Cataluña se ha sentido olvidada; ha visto que el Parlamento español no cumplía el deber que él mismo se impuso en la ley Agraria, y se ha apresurado a atender a una necesidad social, a una necesidad que demandaban sus colonos, y ha promulgado la ley de Cultivos.

Y en esta situación, yo pregunto a los señores Diputados de la Esquerra catalana, aunque estén ausentes: ¿dónde está el agravio, dónde está la persecución y dónde está la ofensa del Gobierno? El Gobierno ha utilizado un recurso, podía hacerlo dentro de la ley; el Gobierno tenía un fundamento para entablar este recurso: el derivado del dictamen del Consejo de Estado y de la Sala de gobierno del Tribunal Supremo y el que se infiere de todas estas manifestaciones que acabo de hacer. Entonces el Gobierno no atenta contra la ley de Cultivos; se ha limitado a hacer la observación de si podía ser competente el propio Parlamento español para promulgarla. ¿Dónde está el agravio? ¿Dónde la persecución? Siento que los Sres. Diputados de la Esquerra catalana estén ausentes, porque tendría verdadera curiosidad en saber en qué motivos y en qué resolución de su ánimo fundan ese supuesto agravio que atribuyen al Gobierno.

¡Resistencia a tramitar acuerdos de la Comisión mixta encargada del traspaso de servicios! Señores Diputados, el asunto es de una sencillez extraordinaria y al mismo tiempo de una importancia subalterna que no merece ahora los honores de la discusión. Se trata de la radiodifusión y de saber si la radiodifusión es o no un medio de comunicación, y el Gobierno se encontró con un acta autorizada por la Comisión de traspaso de servicios, en donde existía una incongruencia y una infracción de la Constitución y del Estatuto de Cataluña. La incongruencia era ésta: mientras el extremo primero de la parte dispositiva respetaba todas las facultades que la Constitución y el Estatuto de Cataluña otorgan al Gobierno de desarrollar los medios de comunicación, de poder establecer estaciones de radiodifusión; mientras el artículo 1.º como digo respetaba la facultad del Gobierno, el primer considerando de este acta venía en cierto modo a contradecirse con la resolución concreta de la parte dispositiva. Y lo que ha hecho es lo que ordinariamente se hace hasta en el orden judicial: pedir aclaración a este extremo para que la incongruencia desaparezca. En otra disposición de la parte dispositiva atribuye la Comisión de traspaso de servicios a la Generalidad de Cataluña la facultad inspectora, siendo así que, terminantemente, el Estatuto de Cataluña y la Constitución atribuyen esta facultad inspectora al Gobierno y éste lo que ha hecho ha sido devolver el acta a la propia Comisión encargada del traspaso de los servicios para que, después de examinar estos extremos resuelva lo que juzgue conveniente; hacer de nuevo una consulta antes de que surja ningún conflicto, pedir que esa Comisión, donde tiene una representación Cataluña, estudie el problema nuevamente por si hubiera un error de expresión o de concepción, con objeto de que pueda rectificarlo a tiempo de que no se produzca ninguna reclamación ni ningún conflicto.

Esto, Sres. Diputados, ¿es producir un agravio? No hablemos del problema de la inmunidad de los Diputados de Cataluña, porque el Gobierno está dispuesto a que se respete profundamente el artículo del Estatuto que establece al inviolabilidad de los Diputados del Parlamento de Cataluña por las opiniones y votos que emitieron en el ejercicio de su cargo; y desde el momento en que el Gobierno hace públicamente la declaración de que respetará literalmente ese precepto del Estatuto, no se puede afirmar que exista persecución ni agravio para nadie.

Entonces, ¿por qué se retiran los Sres. Diputados de la Esquerra catalana? ¿Por qué se ausentan? ¿Se han acercado alguna vez al Gobierno en que hayan sido objeto de desatenciones? Mientras yo regenté el Ministerio de Industria y Comercio, muchos Diputados de la minoría de Esquerra catalana vinieron a solicitar aquellos acuerdos que consideraban justos y procedentes en defensa del interés de Cataluña. Fueron siempre bien recibidos; fueron siempre atendidos en cuanto era posible. No hace muchos días, el Sr. Ministro de Obras públicas era aclamado en Barcelona porque este Gobierno otorgaba a Cataluña las obras de enlaces ferroviarios, que representan para el Estado español un gasto de 160 millones de pesetas; habían sido atendidos, por tanto, en la demanda que hicieron al Ministerio de Obras públicas. Como estos casos podría citar otros. ¿Qué requerimientos han dirigido al Gobierno que no hayan motivado inmediatamente después o una concesión, si podía hacerse, o una explicación que justificase cuál era su actitud?

¿Se puede, Sres. Diputados, hacer una manifestación desde los escaños -que es la primera que se hace al Gobierno- y acompañarla inmediatamente del alejamiento? ¿Es que se puede llegar al rompimiento sin que haya precedido ninguna gestión? ¿Han venido los señores representantes de la minoría de Esquerra catalana a quejarse ante el Gobierno o de la ley de Cultivos, o de la inmunidad parlamentaria, o del procedimiento de traspaso de los servicios de radiodifusión a Cataluña? ¿Han hecho alguna gestión previa? ¿Han formulado sus quejas y sus cuitas? ¿Han pedido que el Gobierno estudiase y resolviese determinados aspectos del problema sin que éste lo haya hecho? ¿Pueden decir que ha sido desatendidos alguna vez? Pues entonces, Sres. Diputados, ¿por qué se retiran? ¿Por qué se ausentan? Yo lo lamento mucho. He escuchado las palabras del Sr. Santaló con profunda amargura, porque constituían una gran injusticia. Puesto que esa es la determinación de la minoría de Esquerra catalana, nosotros la respetamos; los vemos marchar con el dolor y con el sentimiento con que se ve marchar a unos hermanos queridos, pero defendiendo nuestro sitio de dignidad, porque la defensa de nuestra dignidad es la defensa de la dignidad de la República. Con el mismo anhelo esperamos que regresen a sus escaños. Bien recibidos serán, pero también con la misma dignidad con que los despedimos.

Ahora es tópico corriente afirmar que por parte del Gobierno y de estas Cortes se ha marcado una tendencia regresiva en las leyes y que se han derogado leyes sociales. Se ha afirmado hace un momento por el señor representante de la minoría de Esquerra catalana -lo afirmaba también el otro día el Sr. Primo de Rivera- que se había derogado una serie de leyes sociales. Y yo pregunto: ¿Qué leyes sociales han derogado estas Cortes? ¿Qué serie de leyes sociales ha derogado el Parlamento actual? (Rumores.- El Sr. Tirado: De hecho, todas.- El Sr. Primo de Rivera: Que le dejen una temporadita.) Se podrá citar una: la ley de Términos municipales. Pero, ¿es ley social la ley de Términos municipales? Esta ley, ¿ha sido objeto de estudios y de debates en los Congresos internacionales? ¿Está establecida esta ley en algún país en donde los socialistas hayan mandado, siquiera sea en un corto espacio de tiempo? Esta ley, ¿es objeto de estudio y de exaltación por parte de los tratadistas? Esta ley, ¿se considera ley de orden social? Yo lo ignoraba: yo creía que era una ley circunstancial, una ley de conveniencia, pero no una ley que se fundase en principios de reivindicación para la clase obrera.

No será por esto, no se referirá el Sr. Santaló a esta ley cuando dice que derogamos leyes dictadas por imperativos de la Justicia, porque el Sr. Santaló era Ministro conmigo en el Gobierno de que yo formé parte bajo la presidencia de don Alejandro Lerroux en el mes de septiembre, y yo llevé a Consejo de Ministros las disposiciones relativas a la intermunicipalización de las comarcas de cada provincia y fueron aprobadas por unanimidad, incluso con el voto del Sr. Santaló (Muy bien.) No será ley social cuando todos los partidos republicanos de esta Cámara, desde el partido de Acción Republicana hasta el radical socialista, pasando por nosotros, pedían clamorosamente la derogación de la ley de Términos municipales, y únicamente estaba defendida por la minoría socialista. (Muy bien.)

Pues si la ley de Términos municipales no es social ni puede significar nada contrario al principio de progreso que quería defender el señor Santaló, yo pregunto a los Sres. Diputados y sigo preguntando a la minoría de Esquerra catalana cuáles son las leyes que ha derogado este Parlamento y que fueron votadas por las Constituyentes por un imperativo de justicia.

Creo, Sres. Diputados, haber contestado congruentemente a las quejas que aquí expuso el Sr. Santaló. Lamento muchísimo que estas quejas se hayan formulado por primera vez ante la Cámara, acompañándolas en seguida de la ausencia o del alejamiento; no ha mediado siquiera el acto conciliatorio, la tentativa de producirlo, con objeto de saber cuál sería la actitud futura del Gobierno.

La Generalidad de Cataluña tomará la actitud que corresponda. Nosotros aquí no queremos hacer inventario de eso que en la tarde hoy se ha calificado con el nombre de agravios. También podríamos exponer nuestras preocupaciones y nuestras quejas, también podríamos exponerlas, y, sin embargo, un principio de prudencia sella nuestros labios. Y es natural, en estos primeros momentos de la autonomía catalana, hasta tanto que estos órganos nuevos vayan habituándose a funcionar y a conectarse en la medida que los servicios demanden, es indudable que habrá errores de interpretación, discrepancias de momento; pero estos errores y estas discrepancias y estas fricciones deben ser resueltos con un espíritu cordial, con un espíritu de mutua comprensión, con un espíritu de abnegación y, si es preciso, de sacrificio, en bien de Cataluña y en bien de España. Y el Gobierno, que despide a estos compañeros nuestros con dolor y al mismo tiempo con dignidad, dice que si es verdad que cuando uno no quiere dos no riñen, la Generalidad de Cataluña no reñirá con el Gobierno español, porque éste está dispuesto a respetar profundamente la ley y a tener con Cataluña el trato efusivo y amoroso que merece, pidiendo a la vez que Cataluña corresponda a ese trato con el que ella sabe tener cuando quiere. Por eso nosotros terminamos lamentando la retirada de la minoría de Esquerra catalana y esperando que este problema de la ley de Cultivos, como todos los problemas, en la práctica encuentre solución cuerda, solución prudente, que evite todo rozamiento, que evite daño para el país catalán y en general para todos los ciudadanos de España. (Muy bien. Aplausos.)

El Sr. Presidente: El Sr. Aguirre tiene la palabra.

El Sr. Aguirre: Señores Diputados, si la retirada de la minoría de Esquerra catalana y el discurso leído esta tarde por el Sr. Santaló fueran algo que afectase tan sólo a aquella agrupación política, nuestra actitud sería totalmente distinta de la que vamos a adoptar, porque significaría locura por nuestra parte el entrar en apreciaciones sobre las disensiones que pueda haber allá en Cataluña entre los distintos sectores políticos, para los cuales tenemos nuestro respeto y nuestra amistad más cordial. Pero no se trata de eso, Sres. Diputados. En nuestro pueblo hemos recibido quejas ardientes de Cataluña por su órgano legítimo actualmente, que es la Generalidad, y nosotros, respetuosos con aquellos que representan a Cataluña en estos momentos, y no discutimos cómo; viendo que acuden a nosotros demandando solidaridad, no podemos negársela de ninguna manera. Porque muy bien ha dicho el Sr. Presidente del Consejo de Ministros en sus palabras finales, con las que empiezo, y voy a ser muy breve, Sres. Diputados, que este Gobierno está dispuesto a abrir su corazón a toda cordialidad, a toda concordia, a toda inteligencia. Estas palabras son la solución, esto es lo que nosotros esperamos, porque comprenderá el Gobierno que no ha hecho más que implantarse la autonomía en Cataluña y no vale que se diga que un Tribunal de Garantías aplica la ley y que el Gobierno cumple estrictamente la Constitución; porque en la vida de los pueblos y en las relaciones ciudadanas, incluso al margen de la ley, existe algo superior, y es que de corazón a corazón se arreglan muchas veces más conflictos que con la aplicación estricta de las leyes. Por eso nosotros no podemos quedar hoy sordos a la voz de Cataluña.

Nosotros quisiéramos que no hubiera conflictos, porque ¿cuál es nuestro porvenir para los vascos que aspiramos a un Estatuto, que estamos discutiendo? Y aprovecho este momento para rendir un tributo de gratitud a mis compañeros de Comisión de Estatutos, entre los cuales ha reinado la mayor armonía, la mayor corrección, tratándonos todos como verdaderos compañeros, estudiando con profundidad y altura el problema, y para expresar al Gobierno nuestra gratitud por sus atenciones, y en especial, lo he de decir delante de todos, a D. Alejandro Lerroux, por su lealtad con nosotros, siempre y constantemente manifestada.

Pero nosotros en este momento, por órdenes que tenemos, nos solidarizamos enteramente con Cataluña, representada en la Generalidad catalana, y queriendo, con un gesto suficiente, expresar todo lo que hay en nuestro corazón y con cuánta profundidad sentimos estos problemas, decimos que esta minoría cesa en sus funciones, retirándose del Parlamento (Rumores.), esperando confiadamente que el Gobierno sabrá resolver estos conflictos y hará que nosotros podamos regresar a la Cámara lo mismo que los catalanes. (Siguen los rumores.) Ahora bien, Sres. Diputados, no se os ocurra ni por un momento que nosotros nos prestemos a ninguna clase de maniobras políticas. (Rumores y exclamaciones.), porque en el mismo momento -y lo decimos con toda lealtad- en que este movimiento netamente popular de Cataluña, netamente autonómico, nacionalista o como queráis llamarle, se convirtiera en maniobra, nuestra conducta variaría inmediatamente, porque hemos sido hombres, en toda nuestra actuación política, lo suficientemente limpios y correctos, lo suficientemente claros y terminantes en nuestros juicios y afirmaciones, para que nos conozcáis bastante.

Nuestros ideales religiosos, profundamente enraizados en nuestras almas y en nuestras conciencias, los habéis oído exponer aquí; nuestro ideales políticos, lo mismo. No hacemos renunciación de nada, no nos liga pacto de ninguna clase, que nosotros rechazaríamos y vosotros no admitiríais; pero decimos que por dar ejemplo de solidaridad delante de los pueblos, lo mismo de Valencia mañana que de Galicia pasado, en esos afanes autonómicos (Fuertes rumores.), podrán contar siempre con nuestro apoyo. Si vosotros los que protestáis, queridos amigos, no entendéis estas cosas que nacen del corazón, porque sentimos hondamente los problemas, ¡qué os voy a decir! Pero esta es la realidad.

Termino, Sres. Diputados: no desesperamos de volver al Parlamento, porque confiamos en que el Gobierno sabrá seguramente resolver esta grave situación. (Rumores.- La minoría vasca se retira del salón.)

Cierra España.

sábado, 23 de enero de 2010

Patente de corso.




Una tumba en Dinamarca

ARTURO PÉREZ-REVERTE  17 de Enero de 2010

Desde hace doscientos dos años, en un lugar perdido de la costa danesa frente a la isla de Fionia, donde siempre llueve y hace frío, hay una tumba solitaria. Tiene una cruz y dos sables cruzados sobre una lápida, y está pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia. De vez en cuando aparece encima un ramo de flores; y a veces ese ramo lleva una cinta roja y amarilla. Esto puede llamar, tal vez, la atención de quien pase por allí sin conocer la historia del hombre que yace en esa tumba. Por eso quiero contársela hoy a ustedes.

Se llamaba Antonio Costa, y en 1808 era capitán del 5.º escuadrón del regimiento del Algarbe: uno de los 15.000 soldados de la división del marqués de la Romana enviados a Dinamarca cuando España todavía era aliada de Napoleón. Después del combate de Stralsund, la división había pasado el invierno dispersa por la costa de Jutlandia y las islas del Báltico. Al llegar noticias de la sublevación del 2 de Mayo y el comienzo de la insurrección contra los franceses, jefes y tropa emprendieron una de las más espectaculares evasiones de la Historia. Tras comunicar en secreto con buques ingleses para que los trajesen a España, los regimientos se pusieron en marcha eludiendo la vigilancia de franceses y daneses. Por caminos secundarios, marchando de noche y de isla en isla, acudieron a los puntos de concentración establecidos para el embarque final. Unos lo consiguieron, y otros no. Algunos fueron apresados por el camino. Otros, como los jinetes del regimiento de Almansa, recibieron en Nyborg la orden de sacrificar sus caballos, que no podían llevar consigo; pero se negaron a ello, les quitaron las sillas y los dejaron sueltos: medio millar de animales galopando libres por las playas. En Taasing, viéndose perseguidos por los franceses y cortado el paso por un brazo de mar que los separaba de la isla donde debían embarcar, algunos del regimiento de caballería de Villaviciosa cruzaron a nado, agarrados a las sillas y crines de sus caballos. De ese modo, cada uno como pudo, aquellos soldados perdidos en tierra enemiga fueron llegando a Langeland, y 9.190 hombres –sólo unos pocos menos que los Diez Mil de Jenofonte– alcanzaron los buques ingleses que los condujeron a España; donde, tras un azaroso viaje, se unieron a la lucha contra los gabachos.

Como dije antes, no todos pudieron salvarse: 5.175 de ellos quedaron atrás, en manos de los franceses. Algunos terminarían alistados forzosos en el ejército imperial, en la terrible campaña de Rusia –a ellos dediqué hace diecisiete años la novelita La sombra del águila–. Otros se pudrieron en campos de prisioneros, o quedaron para siempre bajo tres palmos de tierra danesa. El capitán Antonio Costa fue uno de ésos. A causa de la indecisión de sus jefes, el regimiento de caballería del Algarbe perdió un tiempo precioso en emprender su fuga hacia la isla de Fionia, donde debían embarcar. Por fin, cuando Costa, un humilde y duro capitán, tomó el mando por propia iniciativa, desobedeció a sus superiores y se llevó a los soldados con él, ya era demasiado tarde. En la misma playa, casi a punto de conseguirlo, el regimiento fugitivo vio bloqueado el paso por el ejército francés, con los daneses cortando la retirada. Furioso, el mariscal Bernadotte exigió la rendición incondicional, manifestando su intención de fusilar a los oficiales y diezmar a la tropa. Entonces el capitán Costa avanzó a caballo hasta los franceses y se declaró único responsable de todo, pidiendo respeto para sus soldados. Luego, no queriendo entregar la espada ni dar lugar a sospechas de que había engañado o vendido al regimiento llevándolo a una trampa, se volvió hacia sus hombres, gritó «¡Recuerdos a España de Antonio Costa!» y se pegó un tiro en la cabeza.

Así que ya lo saben. Ésta es la historia de esa lápida pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia, Dinamarca. La tumba solitaria de uno que quiso volver y pelear por su patria y su gente. Reconozco que eso no suena políticamente correcto, claro: pelear. Esa palabra chirría. Tan fascista. Nuestra ministra de Defensa habría criticado, supongo, la intransigencia dialogante del tal Costa –maneras autoritarias y poco buen rollito, misión que no era estrictamente de paz, gatillo fácil–; y monseñor Rouco, nuestro simpático pastor de ovejas, su falta de respeto a la vida humana, empezando por la propia, incluido un serio debate sobre si, como suicida, tenía derecho a yacer en tierra consagrada, o no lo tenía –igual hasta era partidario del aborto, el malandrín–. Lo mío es más simple: el capitán Costa me cae de puta madre. Su tumba solitaria me suscita un puntito de ternura melancólica. Ese cementerio lejano, frente a un mar gris y extranjero. Por eso hoy les cuento su vieja, olvidada historia. Por si alguna vez se dejan caer por allí, o están de paso por las islas del Norte y les apetece echar un vistazo. A lo mejor hasta tienen unas flores a mano.

Cierra España.

El desprecio de una separatista y sus complices al ejercito y su historia.


Aclaracion:


Los numeros y letras que aparecen al lado de los nombres en la relacion.Se refieren a la situacion en la que se encuentran o se han encontrado sus restos hasta la fecha,todos los nombres del listado son de laureados colectivos o individuales como el caso de D. JULIO BENÍTEZ Y BENÍTEZ (1878 - 1921) muerto en accion en la defensa de Igueriben entre los días 17 y 21 de julio de 1921 y enterrado en Melilla, o de D. FERNANDO PRIMO DE RIBERA Y ORBANEJA (1879 - 1921), muerto en Monte Arruit tambien por las mismas fechas, y enterrado en el mismo lugar que el anterior nombrado,la letra F es la fosa o el sector de enterramiento y el numero es la identificacion y localizacion del mismo, segun la historia de esta señora por no llamarla de otra forma,desean que deseparezcan estos y todos los demas por ser laureados del franquismo,segun ella y la cupula militar que la avala,dicho esto reitero lo anteriormente,si tuvieran un poco de dignidad y verguenza ademas de honor,estos y me refiero al generalato en conjunto,presentarian su dimision individual,como corresponde por agravio a los laureados,al ejercito, a la dignidad y el honor del mismo,al suyo propio y al uniforme que visten y al cual representan,pero para eso hay que ser hombre y tener huevos,la pasta no les faltaria ya que pasarian a retiro isofacto y ahora esta que se buscara otros lameculos.

cierra España.

jueves, 21 de enero de 2010

El desprecio de una separatista y sus complices al ejercito y su historia.


Por desgracia la separatista Carmen Chaco y sus secuaces, la mayoría uniformados que con sus divisas de generales, se dedican a comprar rodilleras en Carrefour (que son mas baratas),para lamerle el conejo a esta sinvergüenza de la izquierda, entran en el juego de barrer todo resto de historia de este país, referente a su milicia, por que esta sinvergüenza, delincuente y traidora, no desea ver ningún resto de los héroes que España a dado a esta tierra, ya no conforme de contar la historia a su manera, falseándola ahora con ayuda de estos que desprestigian el uniforme que visten, el juramento que hicieron, entrando en política, dejan y dan el visto bueno para que esta desmantele todo vestigio de héroes que España a tenido desde que en 1812 se creo la cruz laureada de San Fernando, que por otra parte fue creada en Cádiz por las cortes democráticas, las primeras que tuvo España, ahora estos que se quitan el sombrero y se dedican a hacerle reverencias a esta traidora entran en el juego de eliminar isofacto a los que dieron la sangre por sus camaradas de armas y hicieron mas grande el nombre de España, posiblemente sea por interés personal y particular de los que se aglomeran alrededor de esta y por su beneficio propio, podría incluir en este trozo de historia a todos los que murieron cumpliendo el juramento de lealtad a la bandera, pero no voy a hacerlo pues seria demasiado largo, así que solo anotare una parte de ellos, con nombres y apellidos y que van a ser borrados para siempre de la historia de la milicia con el beneplácito del generalato, si estos que visten el uniforme, tuvieran un poco de dignidad y honor,(lo cual no tienen, convirtiéndose en lame culos),directamente presentarían en bloque su dimisión y pase al retiro, pero para eso se deben de tener huevos, de lo cual carecen, cómo la historia es la que es, que esta vaya por los que dieron su vida mas allá del deber, por sus camaradas, la bandera a la que juraron lealtad y España.


La Cruz Laureada de San Fernando es la máxima y más preciada condecoración militar para premiar el valor heroico en el Ejército Español.

La categoría de esta condecoración es tal que los militares poseedores de la misma, solían ostentarla sobre su uniforme en forma solitaria y exclusiva de las otras medallas y condecoraciones, de las cuales se prescindía, porque su sola presencia era más que suficiente, para resaltar el valor y mérito personal.

Para su concesión y tramitación hay que cumplir unas exigencias muy estrictas bien determinadas en su Reglamento, debiendo superar un juicio contradictorio.

Se crea a partir del Decreto nº LXXXVIII de fecha 31 de Agosto de 1811 y refrendada por Real Decreto de S.M. el Rey Don Fernando VII, de 28 de noviembre de 1814. Con la Orden Nacional de San Fernando, con el fin de establecer en los premios un orden regular, de tal manera que solo el mérito sea convenientemente premiado y que "nunca el valor pueda ocupar el lugar de la justicia". Según este decreto, se prevé que la insignia de la cruz conste de una corona de laurel a partir de la segunda acción heroica.

De acuerdo con el Real Decreto núm. 2.091 de 3 de junio de 1978 (DO. núm. 205), es para premiar el valor heroico como virtud sublime que, con relevante esfuerzo de la voluntad y de la abnegación induce a acometer extraordinarias acciones militares, bien individuales, bien colectivas, con inminente riesgo de la propia vida y siempre en servicio y beneficio de la Patria. Las recompensas que integran esta Orden son:

1º- Gran Cruz Laureada de San Fernando: Exclusivamente para los generales o almirantes en jefe de los Ejércitos. Esta constituida por cuatro espadas con hojas de oro y rodeadas de una orla de laurel. Además, banda roja con dos listas amarillas y una venera como la primitiva de la Orden pero en la que la leyenda anterior se ha sustituido por «Al valor heroico». No se hace mención del reverso.

2º Cruz Laureada de San Fernando: Para el resto del personal. Como la anterior pero las hojas de las espadas en rojo.

3º Laureada Colectiva de San Fernando: Tiene diversas formas:

- Para personal. Una corona de laurel bordada en la manga izquierda.

- Para Banderas y Estandartes. Una moharra específica con la Cruz y una corbata de los colores de la Orden.

- Para unidades sin bandera, Un Guión Enseña de los colores de la Orden sobre la que van bordados la Cruz, el nombre de unidad, lugar y fecha de la acción, así como la moharra mencionada.

- Para buques y aeronaves. Una placa de plata en la que conste la Cruz y debajo el nombre de la acción y la fecha.

- Para Provincias, Ciudades, Villas, etc. El escudo que les sea propio sobre la Cruz, la leyenda «Al valor heroico» y la fecha.

- Para buques. Además de la placa ya citada un gallardete de los colores de la Orden permanentemente izado en el palo de las insignias.

méritos necesarios y a los requisitos indispensables para la concesión de ésta condecoración:

1- Que el hecho realizado no este originado como único impulso por el propósito de salvar la vida, o por ambición impropia y desmesurada que pueda conducir al interesado o a las fuerzas de su mando a un riesgo inútil o excesivo.

2- Que se hayan tomado las medidas necesarias para obtener el mayor rendimiento de la acción con el mínimo número de bajas, incluso en el caso de que cumpliendo órdenes o por circunstancias tácticas se llegue deliberadamente al sacrificio propio o al de sus fuerzas, si se tuviera mando, y con los menores daños materiales.

3- Que el hecho tenga lugar en momentos críticos y difíciles, circunstancias que vendrán determinadas por las incidencias de la batalla o combate, o por que la acción se lleve a efecto encontrándose el interesado y sus tropas o efectivos en manifiesta inferioridad frente a los del enemigo. Esta inferioridad se debe valorar en función de las fuerzas o armamento, posición en el terreno y defensas, abastecimientos, estado físico, heridas sufridas, moral relajada en las tropas propias o recientes reveses que ocasionaron cuantiosas pérdidas.

4- Que el acto heroico produzca extraordinarios cambios favorables y señaladas ventajas tácticas para las fuerzas propias.

5- En la estimación que se haga del hecho será mérito destacable el autor del mismo que se haya prestado voluntariamente a ejecutarlo, previstas las extraordinarias dificultades y grandes riesgos que supongan su realización.

6- También será acreedor a esta recompensa sin reunir las condiciones anteriores, quien haya realizado un hecho heroico tan destacado que su ejemplaridad constituya incentivo y repercuta en elevar y afianzar la moral en los Ejércitos.

La ultima reglamentación sobre dicha militar orden, se realiza con el Real Decreto 899/2001 de 27 de julio, publicada en el BOE nº 194 de 14 de Agosto y en ella textualmente dice:

"La singularidad de que la concesión tanto de la Cruz Laureada de San Fernando como de la Medalla Militar suponga el ingreso en la Real y Militar Orden de San Fernando, aconseja que se instrumente el desarrollo de la Orden y de ambas recompensas en una disposición independiente, al igual que se ha hecho con la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, cuyo Reglamento ha sido recientemente aprobado mediante Real Decreto 1189/2000, de 23 de junio, para establecer con más precisión sus características, finalidad, y organización, en concordancia con los requisitos y procedimientos precisos para la concesión de las recompensas que otorgan el honor y el derecho de pertenecer a la Orden.

Articulo26.Honores y distinciones.

1. Los honores y distinciones de los Caballeros y Damas Grandes Cruces Laureadas y Cruces Laureadas serán los siguientes:

1. El ingreso y pertenencia como componentes, con carácter vitalicio, en la Real y Militar Orden de San Fernando.

2. La ostentación de las condecoraciones correspondientes. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz Laureada de San Fernando, se ostentarán las condecoraciones de cada una de ellas, en la forma que se describe en el artículo 42 de este Reglamento, siempre preferentemente a las restantes clases de condecoraciones.

3. El tratamiento inmediatamente superior al que les corresponda, según su empleo militar, cargo que ostente o condiciones especiales que reúnan. Dicho tratamiento se hará constar en cuantos escritos o documentos oficiales se les expidan, anteponiéndose al mismo la dignidad de: Caballero (o Dama) (Gran) Cruz Laureada, en siglas: C. (o D.)(G.)C.L.

4. El derecho a tener asignado un puesto relevante, específicamente señalado para ellos, en los actos públicos militares. Los militares de la categoría de Tropa y Marinería formarán en primer lugar de sus respectivas Unidades.

5. La exención de todo servicio que no sea de armas o de su propia especialidad, para los militares de la categoría de Tropa y Marinería.

6. El uso de la tarjeta militar de identidad, en la que figure la insignia de la Cruz Laureada de San Fernando y la dignidad de Caballero o Dama Gran Cruz Laureada o Cruz Laureada. La tarjeta y los derechos que conlleva su posesión, serán los que correspondan a la categoría del último empleo alcanzado y será extensiva a todo miembro militar de la Orden, cualquiera que sea su situación administrativa.

7. El uso de las insignias de la Real y Militar Orden de San Fernando y de la Cruz Laureada en tarjetas, cartas y cualquier otro medio de correspondencia, así como su ostentación en cuantos elementos representativos tengan asignados oficialmente, o utilicen en su vida privada. Cuando por razón de su empleo, cargo o destino, tengan derecho a utilizar guiones, enseñas, insignias o distintivos de identificación similar, podrán ostentar la insignia de la Real y Militar Orden en la parte superior del astil.

8. La obtención de la Real Cédula acreditativa de la concesión de la recompensa, así como su anotación en la documentación militar o administrativa.

9. Los honores fúnebres serán los correspondientes a la categoría militar inmediatamente superior a la ostentada en el momento del fallecimiento y se ajustarán a lo dispuesto en el Reglamento de Honores Militares.

2. Los recompensados con la Gran Cruz Laureada que cumplan los requisitos establecidos en el artículo 15 y con la Cruz Laureada tendrán, además, la calificación de valor heroico en su historial militar.

Artículo 27. Ascensos.

Los militares profesionales en posesión de esta recompensa, otorgada a título individual, tendrán derecho a ascender, con carácter honorífico, al empleo inmediato superior al que tuvieran reconocido en el momento en el que legalmente les corresponda su pase a retiro, finalización y resolución de su compromiso o de su fallecimiento, salvo que hayan sido condenados con pena principal o accesoria de pérdida de empleo, inhabilitación absoluta o inhabilitación especial para empleo o cargo público por más de tres años, o hayan sido sancionados disciplinariamente con la sanción de separación del servicio.

Artículo 28. Ventajas de régimen personal.

1. Ningún Caballero o Dama Gran Cruz Laureada o Cruz Laureada podrá ser privado de esta recompensa ni de su condecoración, aun cuando disciplinariamente haya sido sancionado con la separación del servicio, salvo que una sentencia penal lo determine expresamente.

2. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito excepcional estar en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando, otorgada a título individual.

3. El Ministerio de Defensa adoptará las medidas oportunas a fin de facilitar la adecuada preparación a los referidos Caballeros o Damas, para el ingreso en los centros docentes militares de formación, siempre que reúnan las condiciones intelectuales y físicas precisas, pudiendo a tal fin y excepcionalmente, dispensarles del requisito de edad exigido con carácter general.

Artículo 29. Ventajas económicas.

1. La dignidad de Caballero o Dama Gran Cruz Laureada o Cruz Laureada llevará aneja la percepción de una pensión vitalicia, consistente en el 50 % del sueldo correspondiente a los funcionarios al servicio de las Administraciones públicas clasificados en el grupo A, con independencia de su empleo militar o categoría laboral, profesional o funcionarial.

2. La cuantía exacta de la pensión por la Cruz Laureada de San Fernando será la que figure en los Presupuestos Generales del Estado y su reconocimiento individualizado se efectuará por la Asamblea de la Orden.

3. La pensión inherente a esta recompensa será transmisible en su integridad al viudo, hijos o padres al fallecimiento del causante. Para ello el beneficiario deberá acreditar el requisito de aptitud legal exigido por la legislación reguladora del Régimen de Clases Pasivas del Estado que en cada caso resulte aplicable, tanto en el reconocimiento del derecho como para el percibo de la pensión de que se trate.

4. La posesión de más de una Cruz Laureada de San Fernando, otorgada a título individual, dará lugar a la acumulación de cada una de las pensiones que lleven anejas.

5. Todas las pensiones por la Cruz Laureada de San Fernando, tanto de sus titulares como de sus causahabientes son inalienables, imprescriptibles e inembargables.



Relación Alfabética de Caballeros

Nombre Fecha Parcela Situación

ACCAME ROMERO, JOSÉ 13-may-12 PARCELA 4 17

AGUAYO ROYUELA, VÍCTOR 30-dic-09 FOSA COMÚN

ALÁEZ BAYONA, ANTONIO 31-may-23 TRASLADADO MÁLAGA

AMADOR ASIN, ENRIQUE 25-jul-21 NO LOCALIZADO

ARENAS GASPAR, FÉLIX 29-jul-21 NO LOCALIZADO

BENÍTEZ BENÍTEZ, JULIO 21-jul-21 P. HÉROES F 5 N 8 21

BUZIÁN AL-LAL GATIF 22-mar-17 NO LOCALIZADO

CARBONELL MUÑOZ, RAFAEL 05-jun-23 TRASLADADO CÓRDOBA

CARRASCO VERDE, JOSÉ 08-may-26 NO AVERIGUADO

CERRA ANDINO, JOSÉ 20-sep-09 P. HÉROES F 5 N 12 11

COSTELL MEDINA, ALFREDO 22-ago-23 P. REGULARES 5 N 40 25

CUE VIDAÑA, LUIS 22-ago-23 P. REGULARES 5 N 39 25

DIÑEIRO AMIGO, GORGONIO 07-mar-24 P. HÉROES F 2 N 16 26

ESPINOSA DE ORIVE, JOSÉ 23-sep-25 TRASLADADO VIZCAYA

FERNÁNDEZ CUEVAS Y DE RAMON, FERNANDO 23-jul-09 TRASLADADO MADRID

FERNÁNDEZ DE GUEVARA Y MACKENNA, JOSE 23-jul-09 P. MARGALLO F 1 N 5 4

FLOMESTA MOYA, DIEGO 01-jun-21 NO LOCALIZADO

FRESNEDA CASAMIGLIA, RICARDO 27-jul-09 P. HÉROES F 2 N 8 8

FURIO MURILLO, LUIS 26-sep-21 P. HÉROES OSARIO

GARCÍA DE LA SERRANA GARCIA, ANTONIO 26-mar-27 P. REGULARES 2 N 28 29

GARCÍA MARTIN, MARIANO 26-jul-21 NO LOCALIZADO

GUILOCHE BONET, ENRIQUE 18-jul-09 P. MARGALLO F 1 N 2 2

HERRAN RODILES, GONZALO 23-sep-25 TRASLADADO MADRID

JIMÉNEZ ORTONEDA, JUAN 12-sep-11 P. HÉROES F 2 N 3 14

LÓPEZ NUÑO Y MORENO, EDUARDO 27-jul-09 P. HÉROES F 4 N 16 10

MARTÍNEZ PUCHE, FRANCISCO 28-jul-21 NO LOCALIZADO

MELGAR Y MATA, ÁNGEL 27-jul-09 P. HÉROES F 1 N 8 5

MÉNDEZ BLASCO, ANTONIO 27-dic-11 P. HÉROES F 2 N 10 15

MORALES DURILLO, EDUARDO 28-dic-16 PARCELA 3 19

MORENO GUERRA Y ALONSO, RAFAEL 27-jul-09 PATIO ANGEL F 1 N 10 6

MUÑOZ OLIVE, MANUEL 27-dic-11 P. HÉROES F 3 N 10 15

NAVARRO MIEGIMOLLE, ANTONIO 23-sep-25 GALERIA MILITAR F 1 N 4 27

NAVARRO Y RAMÍREZ DE ARELLANO, ENRIQUE 27-jul-09 P. HÉROES OSARIO

NOVAL TERREROS, LUIS 28-sep-09 TRASLADADO OVIEDO

ODERIZ DOMINGUEZ, ISIDORO 30-sep-09 P. HÉROES F 4 N 13 12

PALACIO RODRIGUEZ, TOMAS 27-jul-09 P. MARGALLO F 3 N 4 7

PAZ ORDUÑA, FEDERICO DE LA 21-jul-21 P. HÉROES F 3 N 5 22

PORTILLA SANCHO, BRAULIO DE LA 27-jul-09 P. HEROES F 1 N 8 5

PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, FERNANDO 23-jul-21 TRASLADADO MADRID

RAMÍREZ SUAREZ, JOAQUIN 22-mar-12 P. HÉROES F 4 N 13 12

REYES ORTIZ, RAFAEL DE LOS 23-jul-09 P. MARGALLO F 1 N 4 3

RIPOLL Y SAUVALLE, ANTONIO 30-sep-09 P. HÉROES F 1 N 1 13

RODRÍGUEZ BESCANSA, MIGUEL 22-sep-25 TRASLADADO MADRID

RODRÍGUEZ GALVEZ, MIGUEL 17-abr-17 P. HÉROES F 3 N 4 20

RODRÍGUEZ SALGADO, CELESTINO 30-sep-09 P. HÉROES F 2 N 3 14

ROYO DE DIEGO, JOSÉ 18-jul-09 P. MARGALLO F 1 N 3 2

RUIZ BELANDO, JUAN 27-dic-11 P. HÉROES F 2 N 12 16

SAENZ DE TEJADA Y OLOZAGA, SALUSTIANO 31-mar-24 TRASLADADO LOGROÑO

SAÍNZ ALCAINE, VICTOR 19-may-26 P. REGULARES 5 N 55 25

SALAFRANCA BARRIOS, JUAN 01-jun-21 NO LOCALIZADO

SAMANIEGO Y GOMEZ-FORTUN, JAIME 15-may-12 P. HEROES F 4 N 1 18

TOURNE Y PEREZ DE SEOANE, JOAQUIN 27-jul-09 P. HEROES F 4 N 2 9

VELÁZQUEZ Y GIL DE ARANA, JUAN 25-jul-21 NO LOCALIZADO

VILA OLARIA, SEBASTIAN 18-ago-23 P. HÉROES F 4 N 6 23

ZABALZA DE LA FUENTE, MIGUEL 22-sep-25 TRASLADADO MÁLAGA

Relación Laureados por fecha de la acción

Fecha Nombre Parcela Situación

18-jul-09 GUILOCHE BONET, ENRIQUE P. MARGALLO F 1 N 2 2

18-jul-09 ROYO DE DIEGO, JOSÉ P. MARGALLO F 1 N 3 2

23-jul-09 FERNÁNDEZ CUEVAS Y DE RAMÓN, FERNANDO TRASLADADO MADRID

23-jul-09 FERNÁNDEZ DE GUEVARA Y MACKENNA, JOSÉ P. MARGALLO F 1 N 5 4

23-jul-09 REYES ORTIZ, RAFAEL DE LOS P. MARGALLO F 1 N 4 3

27-jul-09 FRESNEDA CASAMIGLIA, RICARDO P. HÉROES F 2 N 8 8

27-jul-09 LÓPEZ NUÑO Y MORENO, EDUARDO P. HÉROES F 4 N 16 10

27-jul-09 MELGAR Y MATA, ÁNGEL P. HÉROES F 1 N 8 5

27-jul-09 MORENO GUERRA Y ALONSO, RAFAEL PATIO ANGEL F 1 N 10 6

27-jul-09 NAVARRO Y RAMÍREZ DE ARELLANO, ENRIQUE P. HÉROES OSARIO

27-jul-09 PALACIO RODRÍGUEZ, TOMAS P. MARGALLO F 3 N 4 7

27-jul-09 PORTILLA SANCHO, BRAULIO DE LA P. HÉROES F 1 N 8 5

27-jul-09 TOURNE Y PÉREZ DE SEOANE, JOAQUÍN P. HÉROES F 4 N 2 9

20-sep-09 CERRA ANDINO, JOSÉ P. HÉROES F 5 N 12 11

28-sep-09 NOVAL TERREROS, LUIS TRASLADADO OVIEDO

30-sep-09 ODERIZ DOMINGUEZ, ISIDORO P. HÉROES F 4 N 13 12

30-sep-09 RIPOLL Y SAUVALLE, ANTONIO P. HÉROES F 1 N 1 13

30-sep-09 RODRIGUEZ SALGADO, CELESTINO P. HÉROES F 2 N 3 14

30-dic-09 AGUAYO ROYUELA, VICTOR FOSA COMUN

12-sep-11 JIMÉNEZ ORTONEDA, JUAN P. HÉROES F 2 N 3 14

27-dic-11 MÉNDEZ BLASCO, ANTONIO P. HÉROES F 2 N 10 15

27-dic-11 MUÑOZ OLIVE, MANUEL P. HÉROES F 3 N 10 15

27-dic-11 RUIZ BELANDO, JUAN P. HÉROES F 2 N 12 16

22-mar-12 RAMÍREZ SUAREZ, JOAQUIN P. HÉROES F 4 N 13 12

13-may-12 ACCAME ROMERO, JOSE PARCELA 4 17

15-may-12 SAMANIEGO Y GOMEZ-FORTUN, JAIME P. HÉROES F 4 N 1 18

28-dic-16 MORALES DURILLO, EDUARDO PARCELA 3 19

22-mar-17 BUZIAN AL-LAL GATIF NO LOCALIZADO

17-abr-17 RODRÍGUEZ GÁLVEZ, MIGUEL P. HÉROES F 3 N 4 20

01-jun-21 FLOMESTA MOYA, DIEGO NO LOCALIZADO

01-jun-21 SALAFRANCA BARRIOS, JUAN NO LOCALIZADO

21-jul-21 BENITEZ BENÍTEZ, JULIO P. HÉROES F 5 N 8 21

21-jul-21 PAZ ORDUÑA, FEDERICO DE LA P. HÉROES F 3 N 5 22

23-jul-21 PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, FERNANDO TRASLADADO MADRID

25-jul-21 AMADOR ASÍN, ENRIQUE NO LOCALIZADO

25-jul-21 VELAZQUEZ Y GIL DE ARANA, JUAN NO LOCALIZADO

26-jul-21 GARCIA MARTIN, MARIANO NO LOCALIZADO

28-jul-21 MARTINEZ PUCHE, FRANCISCO NO LOCALIZADO

29-jul-21 ARENAS GASPAR, FELIX NO LOCALIZADO

26-sep-21 FURIO MURILLO, LUIS P. HÉROES OSARIO

31-may-23 ALAEZ BAYONA, ANTONIO TRASLADADO MALAGA

05-jun-23 CARBONELL MUÑOZ, RAFAEL TRASLADADO CORDOBA

18-ago-23 VILA OLARIA, SEBASTIAN P. HÉROES F 4 N 6 23

22-ago-23 COSTELL MEDINA, ALFREDO P. REGULARES 5 N 40 25

22-ago-23 CUE VIDAÑA, LUIS P. REGULARES 5 N 39 25

07-mar-24 DIÑEIRO AMIGO, GORGONIO P. HÉROES F 2 N 16 26

31-mar-24 SAENZ DE TEJADA Y OLOZAGA, SALUSTIANO TRASLADADO LOGROÑO

22-sep-25 RODRIGUEZ BESCANSA, MIGUEL TRASLADADO MADRID

22-sep-25 ZABALZA DE LA FUENTE, MIGUEL TRASLADADO MALAGA

23-sep-25 ESPINOSA DE ORIVE, JOSE TRASLADADO VIZCAYA

23-sep-25 HERRAN RODILES, GONZALO TRASLADADO MADRID

23-sep-25 NAVARRO MIEGIMOLLE, ANTONIO GALERIA MILITAR F 1 N 4 27

08-may-26 CARRASCO VERDE, JOSE NO AVERIGUADO

19-may-26 SAINZ ALCAINE, VICTOR P. REGULARES 5 N 55 25

26-mar-27 GARCIA DE LA SERRANA GARCIA, ANTONIO P. REGULARES 2 N 28 2

Relación Laureados por lugar de enterramiento

Fecha Nombre Situación

FOSA COMUN

30-dic-09 AGUAYO ROYUELA, VÍCTOR

GALERIA MILITAR

23-sep-25 NAVARRO MIEGIMOLLE, ANTONIO F 1 N 4 27

NO AVERIGUADO

08-may-26 CARRASCO VERDE, JOSÉ

NO LOCALIZADO

22-mar-17 BUZIÁN AL-LAL GATIF

01-jun-21 FLOMESTA MOYA, DIEGO

01-jun-21 SALAFRANCA BARRIOS, JUAN

25-jul-21 AMADOR ASIN, ENRIQUE

25-jul-21 VELÁZQUEZ Y GIL DE ARANA, JUAN

26-jul-21 GARCÍA MARTIN, MARIANO

28-jul-21 MARTÍNEZ PUCHE, FRANCISCO

29-jul-21 ARENAS GASPAR, FÉLIX

P. HÉROES

27-jul-09 FRESNEDA CASAMIGLIA, RICARDO F 2 N 8 8

27-jul-09 LÓPEZ NUÑO Y MORENO, EDUARDO F 4 N 16 10

27-jul-09 MELGAR Y MATA, ÁNGEL F 1 N 8 5

27-jul-09 NAVARRO Y RAMIREZ DE ARELLANO, ENRIQUE OSARIO

27-jul-09 PORTILLA SANCHO, BRAULIO DE LA F 1 N 8 5

27-jul-09 TOURNE Y PEREZ DE SEOANE, JOAQUÍN F 4 N 2 9

20-sep-09 CERRA ANDINO, JOSÉ F 5 N 12 11

30-sep-09 ODERIZ DOMÍNGUEZ, ISIDORO F 4 N 13 12

30-sep-09 RIPOLL Y SAUVALLE, ANTONIO F 1 N 1 13

30-sep-09 RODRÍGUEZ SALGADO, CELESTINO F 2 N 3 14

12-sep-11 JIMÉNEZ ORTONEDA, JUAN F 2 N 3 14

27-dic-11 MÉNDEZ BLASCO, ANTONIO F 2 N 10 15

27-dic-11 MUÑOZ OLIVE, MANUEL F 3 N 10 15

27-dic-11 RUIZ BELANDO, JUAN F 2 N 12 16

22-mar-12 RAMÍREZ SUAREZ, JOAQUIN F 4 N 13 12

15-may-12 SAMANIEGO Y GÓMEZ-FORTÚN, JAIME F 4 N 1 18

17-abr-17 RODRÍGUEZ GÁLVEZ, MIGUEL F 3 N 4 20

21-jul-21 BENÍTEZ BENÍTEZ, JULIO F 5 N 8 21

21-jul-21 PAZ ORDUÑA, FEDERICO DE LA F 3 N 5 22

26-sep-21 FURIO MURILLO, LUIS OSARIO

18-ago-23 VILA OLARIA, SEBASTIAN F 4 N 6 23

07-mar-24 DIÑEIRO AMIGO, GORGONIO F 2 N 16 26

P. MARGALLO

18-jul-09 GUILOCHE BONET, ENRIQUE F 1 N 2 2

18-jul-09 ROYO DE DIEGO, JOSÉ F 1 N 3 2

23-jul-09 FERNÁNDEZ DE GUEVARA Y MACKENNA, JOSÉ F 1 N 5 4

23-jul-09 REYES ORTIZ, RAFAEL DE LOS F 1 N 4 3

27-jul-09 PALACIO RODRÍGUEZ, TOMÁS F 3 N 4 7

P. REGULARES 2

26-mar-27 GARCÍA DE LA SERRANA GARCÍA, ANTONIO N 28 29

P. REGULARES 5

22-ago-23 COSTELL MEDINA, ALFREDO N 40 25

22-ago-23 CUE VIDAÑA, LUIS N 39 25

19-may-26 SAÍNZ ALCAINE, VÍCTOR N 55 25

PARCELA 3

28-dic-16 MORALES DURILLO, EDUARDO 19

PARCELA 4

13-may-12 ACCAME ROMERO, JOSÉ 17

PATIO ÁNGEL

27-jul-09 MORENO GUERRA Y ALONSO, RAFAEL F 1 N 10 6

TRASLADADO

23-jul-09 FERNÁNDEZ CUEVAS Y DE RAMON, FERNANDO MADRID

28-sep-09 NOVAL TERREROS, LUIS OVIEDO

23-jul-21 PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, FERNANDO MADRID

31-may-23 ALÁEZ BAYONA, ANTONIO MALAGA

05-jun-23 CARBONELL MUÑOZ, RAFAEL CORDOBA

31-mar-24 SAENZ DE TEJADA Y OLOZAGA, SALUSTIANO LOGROÑO

22-sep-25 RODRÍGUEZ BESCANSA, MIGUEL MADRID

22-sep-25 ZABALZA DE LA FUENTE, MIGUEL MALAGA

23-sep-25 ESPINOSA DE ORIVE, JOSÉ VIZCAYA

23-sep-25 HERRAN RODILES, GONZALO MADRID

Caballeros Laureados de La Legión

Teniente Federico de la Cruz Lacaci: 5 junio 1923

Capitán Sebastián Vila Olaria: 18 agosto 1923

Teniente Fernando Lizcano de la Rosa: 10 mayo 1924

Teniente Aniceto Carvajal Sobrino: 10 mayo 1924

Capitán Félix Angosto y Gómez-Castrillón: 22 agosto 1924

Suboficial Bartolomé Munar Munar: 14 septiembre 1924

Teniente Fermín Galán Rodríguez: 1 octubre 1924

Alférez Manuel López Hidalgo: 18 noviembre 1924

Capitán Pablo Arredondo Acuña: 19 noviembre 1924

Teniente José Martínez Anglada: 12 septiembre 1925

Comandante Francisco García Escamez: 12 septiembre 1925

Teniente José Espinosa de Orive: 23 septiembre 1925

Alférez Antonio Navarro Miegimolle: 23 septiembre 1925

Teniente Luis Ripoll López: 11 agosto 1936

Teniente Francisco de Miguel Clemente: 14 agosto 1936

Alférez Juan José Orozco Massieu: 11 mayo 1937

Capitán Enrique Serra Algarra: 29 diciembre 1937

Cabo Renato Zanardo: 11 marzo 1938

Comandante Rafael Montero Bosch: 23 mayo 1938

Tte Giusseppe Borghesse de Borbón y Parma: 22 septiembre 1938

Brigada Francisco Fadrique Castromonte: 13 enero 1958

Legionario Juan Maderal Oleaga: 13 enero 1958

Cierra España.